06 febrero 2010

Pelea por tus bendiciones

Punto principal: Dios espera que acudamos a El en toda circunstancia, especialmente cuando se trata de pelear por tus bendiciones.

Referencia: 1 Samuel 30

Breve historia de los Amalecitas.

Jehová se enfureció contra Amalec y dijo que El tendría guerra con Amalec de generación en generación. (Éxodo 17:6)

Israel peleó contra Amalec, ya que éstos intentaron impedirle el paso a través de su territorio. (Deuteronomio 25:17-19)

Más tarde los Israelitas se enfrentaron a los amalecitas bajo las órdenes de su primer rey, Saúl, a quien Dios le había ordenado que exterminara a todos ellos ya que Dios no quería ni un amalecita en la tierra prometida. Pero el rey desobedeció a Dios; capturó al rey de los amalecitas y tomó para sí lo mejor del ganado. Esta es la manera en que el rey Saúl fue desechado como rey por Dios. (1 Samuel 15)

David es escogido como sucesor del rey Saúl, no sin antes pasar por muchas pruebas antes de reclamar su trono.

Este sermón trata de una de las últimas batallas de David antes de ser proclamado rey.

1 Cuando David y sus hombres vinieron a Siclag al tercer día, los de Amalec habían invadido el Neguev y a Siclag, y habían asolado a Siclag y le habían prendido fuego.

2 Y se habían llevado cautivas a las mujeres y a todos los que estaban allí, desde el menor hasta el mayor; pero a nadie habían dado muerte, sino que se los habían llevado al seguir su camino.

3 Vino, pues, David con los suyos a la ciudad, y he aquí que estaba quemada, y sus mujeres y sus hijos e hijas habían sido llevados cautivos.

4 Entonces David y la gente que con él estaba alzaron su voz y lloraron, hasta que les faltaron las fuerzas para llorar.

5 Las dos mujeres de David, Ahinoam jezreelita y Abigail la que fue mujer de Nabal el de Carmel, también eran cautivas.

6 Y David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus hijas; mas David se fortaleció en Jehová su Dios.

7 Y dijo David al sacerdote Abiatar hijo de Ahimelec: Yo te ruego que me acerques el efod. Y Abiatar acercó el efod a David.

8 Y David consultó a Jehová, diciendo: ¿Perseguiré a estos merodeadores? ¿Los podré alcanzar? Y él le dijo: Síguelos, porque ciertamente los alcanzarás, y de cierto librarás a los cautivos.

Quiero parar aquí y analizar algunos aspectos de la vida de David hasta este momento.

1. David sigue su propio entendimiento al irse al territorio de los filisteos. La Biblia no hace mención de David pidiendo dirección a Dios por esta acción que va a tomar.

El se concentra en su enemigo el rey Saúl que lo persigue día y noche y dice en su corazón que cuando el rey se dé cuenta que ha abandonado el país, él no le buscará más, y eso es lo que sucede cuando el rey se da cuenta de que David no está más en el territorio. (1 Samuel 27) Estancia entre los filisteos 1 año y 4 meses.

2. David es rechazado por los filisteos cuando éstos se disponían a pelear en contra del rey Saúl. (1 Samuel 29)

3. David y sus seguidores son robados por los amalecitas.

4. David es culpado por los suyos de la desgracia de su pueblo.

5. David se acuerda de su Dios y le consulta.


6. David obedece.

9 Partió, pues, David, él y los seiscientos hombres que con él estaban, y llegaron hasta el torrente de Besor, donde se quedaron algunos.


10 Y David siguió adelante con cuatrocientos hombres; porque se quedaron atrás doscientos, que cansados no pudieron pasar el torrente de Besor.


A diferencia de David, 200 hombres prefieren quedarse en el arroyo Besor, están cansados para rescatar a sus esposas y a sus hijos; ellos se concentran en sus propias necesidades en ese momento. Recuerden que les había tomado 3 días para llegar al campamento que encontraron en llamas y saqueado.

Mi pregunta es: ¿cuántos han llegado al arroyo Besor? y ¿cuántos hay en este momento entre nosotros que están muy cansados para pelear por sus esposas, por sus hijos, por la ciudad en que viven, por su trabajo? ¿Cuántos están cansados de hacer favores y han decidido: no más, olvídalo todo?. ¿No es la iglesia el arroyo Besor donde encontramos este tipo de personas?

Ahora bien, hemos identificado a estas personas en el arroyo Besor. ¿Qué haremos con ellas? ¿Las humillaremos? ¿Las maltrataremos? ¿Nos reiremos de ellas? O, ¿las dejaremos descansar? O por el contrario, ¿haremos como Jesús con sus discípulos? El les dijo: -Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco. (Marcos 6:31)

O éste: -Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. (Mateo 11:28)

David continúa con 400 hombres tras los amalecitas. Se quedaron 200 hombres en el Arroyo Besor. David les permitió quedarse allí.

¿Cuántos sabían que había una pelea?¿200? ¿400 ? O, ¿los 600? Claro que los 600 sabían que había una pelea por delante, pero 400 no se desviaron de su objetivo; 400 de los 600 pusieron a un lado el yo, y fueron adelante para rescatar lo que se les había robado; sus esposas, sus hijos, su identidad e incluso lo que no era de ellos, rescatar lo que les pertenecía a los 200 que se quedaron en el arroyo Besor. Por eso, si tú estás en el torrente Besor, tú que me estás escuchando, descansa que no solamente habrá una batalla por librar; necesitaremos refuerzo con energía renovada para la próxima batalla. Ciertamente ésta fue la última batalla de David antes de ser nombrado rey, pero no fue la última de su vida.

11 Y hallaron en el campo a un hombre egipcio, el cual trajeron a David, y le dieron pan, y comió, y le dieron a beber agua.

David obedeció, salió en busca de lo que perdió, como Jehová se lo había dicho, aún con 400 hombres él continuó, puesta la confianza ya no en él sino en Jehová, David no tenía idea que ruta habían seguido los Amalecitas, pero Dios le pone una pista en el camino, un egipcio en el camino.

Quiero que noten esto; David tenía prisa, tenía urgencia de encontrar lo robado, mas él se detiene para hacerle bien a este hombre, le da de comer y beber y cuando él se recupera es cuando lo interrogan y para sorpresa de David éste es quien le lleva al campo enemigo a recuperar lo perdido.

18 Y libró David todo lo que los amalecitas habían tomado, y asimismo libertó David a sus dos mujeres.

19 Y no les faltó cosa alguna, chica ni grande, así de hijos como de hijas, del robo, y de todas las cosas que les habían tomado; todo lo recuperó David.

20 Y volvió David a los del arroyo Besor.

21 Y vino David a los doscientos hombres que habían quedado cansados y no habían podido seguir a David, a los cuales habían hecho quedar en el torrente de Besor; y ellos salieron a recibir a David y al pueblo que con él estaba. Y cuando David llegó a la gente, les saludó con paz.

22 Entonces todos los malos y perversos de entre los que habían ido con David, respondieron y dijeron: Porque no fueron con nosotros, no les daremos del botín que hemos quitado, sino a cada uno su mujer y sus hijos; que los tomen y se vayan.

23 Y David dijo: No hagáis eso, hermanos míos, de lo que nos ha dado Jehová, quien nos ha guardado, y ha entregado en nuestra mano a los merodeadores que vinieron contra nosotros.

24 ¿Y quién os escuchará en este caso? Porque conforme a la parte del que desciende a la batalla, así ha de ser la parte del que queda con el bagaje; les tocará parte igual.

Volvamos a nuestro Besor a nuestra Iglesia Besor, donde como ya mencionamos hay personas cansadas, a punto de dejarlo todo, de no seguir adelante un día más por rescatar su matrimonio, sus hijos, por no tratar un día más para que esa relación con tu ser querido funcione, por estar cansado de pelear y hacer que las cosas sean mejor en tu trabajo, a punto de tirar la toalla.

No es en tu tiempo que Dios te dará la victoria, Dios lo hará en el momento oportuno, no antes, ni después.

¿Quién de nosotros sabe que nuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quién devorar? (1 Pedro 5:8)

¿Cuántos de nosotros sabemos de esta batalla? Levanten la mano por favor.

En la siguiente pregunta que haré por favor no levanten la mano, la intención no es avergonzar a los que están en el arroyo Besor.

¿Cuántos atienden al llamado cada miércoles? No levanten la mano. A la vigilia el pasado viernes 19. A instruir los niños en el camino correcto, en la escuela dominical, etc.

La Biblia dice: -Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. (Efesios 6:12)

¿O ustedes creen que les diremos: -Iremos al frente de batalla a pelear y rescatar lo que es mío, y lo tuyo, pues como no te importa, menos me importará a mi.

Déjenme decirles a los que descansan en el arroyo Besor que esta Iglesia a optado por ir a la batalla a por lo que se les ha robado, cada miércoles vamos al frente de batalla, y al igual que a David, nuestro Dios nos ha dicho que vayamos y que de cierto rescataremos lo perdido, lo mío y lo vuestro, y aún más.

¿Te sientes cansado? Descansa en el arroyo Besor. ¿Te sientes fuerte? No menosprecies al cansado, déjalo descansar en el torrente Besor, no sea que un día quieras venir al torrente Besor y descansar también un poco.

La Biblia no lo dice, pero yo creo que los 200 hombres que se quedaron en el torrente Besor, después que David los trató con misericordia, ellos llegaron a ser los guerreros más valientes que él haya tenido.

Sé obediente cuando Dios te dice que pelees la buena batalla (1 Timoteo 1:18), que aunque no sepas el camino a seguir, Dios pondrá una pista en el camino. Así como Dios le dio a David un egipcio en el camino, a mí me puso un puertorriqueño, que me indicó el camino a Betel. Ahora tú y yo debemos ser guías en el camino de otros, e indicarles el camino correcto.

Yo te exhorto a que acudas al Dios de amor, al Dios de misericordia, al único Dios, el creador de los cielos y de la tierra, en todo momento, aún después de haber confiado en tu propio entendimiento. El no rechazó al rey David. El no te rechazará a ti.

La palabra de Dios dice: Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. (Mateo 6:33)

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