26 abril 2009

No te aferres a nada (1 Timoteo 6:6)

Yo decía que iba a continuar pensamientos que no pude concluir el domingo pasado en este estudio que estamos haciendo acerca del rico necio.

Comenzando con el versículo 6. “Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento porque nada hemos traído a este mundo y sin duda nada podremos sacar. Así que teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo y en mucha codicias necias y dañosas que hunden a los hombres en destrucción y perdición. Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos se extraviaron de la fe y fueron trasvasados de muchos dolores.”

Continuamos con el versículo 11. “Más tu, oh hombre (y las mujeres no se acomoden demasiado porque también se refiere a ustedes) mas tu, oh mujer de Dios huye de estas cosas y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe. Echa mano de la vida eterna a la cual asimismo fuiste llamado habiendo echo la buena profesión delante de muchos testigos.”

Saltemos al versículo 17. “A los ricos de este siglo manda que no sean altivos ni pongan la esperanza en las riquezas las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos, atesorando para sí buen fundamento para lo por venir. Que echen mano de la vida eterna.” Bendiga el Señor su santa palabra.

El domingo pasado estudiamos la parábola del hombre rico necio. Este hombre vemos que cometió muchos errores, muchos errores sobre cosas importantes que nos enseñan como no acercarnos a la riqueza. Hicimos este estudio a la luz del concepto de la mayordomía. La idea de que todo pertenece a Dios, la vida, nuestro dinero, todo pertenece a Dios. Cuando nosotros le damos al Señor tiempo, energía, talento, en realidad no le estamos dando al Señor sino que simplemente le estamos regresando parte de lo que a El le pertenece en su totalidad. Vimos errores que este hombre convirtió. Déjenme que les recuerde los errores de este hombre necio:

1. No reconoce a Dios en ningún momento, todo es el en todo momento.

2. No tiene un sentido de mayordomía. Todo es suyo, nada es de Dios, sino que el tiene derecho a manejar todo lo que tiene.

3. Una visión puramente lateral, por eso queremos decir que lo que el hacía era redistribuir las cosas, todo se quedaba en el mundo. No tenía una visión vertical, no tenía una visión de la eternidad.

4. El cree que su alma se va a satisfacer con cosas puramente materiales. Sabemos que el alma no se satisface con lo material, se satisface con el Señor, con el espíritu, con su palabra. “Gózate alma, bebe, come, disfruta”, el no sabe que esas cosas no le alcanzan al alma.

5. Planifica para el futuro, no considerando a Dios. El dice haré esto, tengo muchos años para vivir y disfrutar y no le pregunta al Señor: Qué tu quieres que yo haga con mis riquezas? Nosotros siempre tenemos que poner a Dios en primer lugar, hermanos. Cuando tu hagas cualquier cosa, encomienda tu vida al Señor. Nunca hagas nada sin preguntar primero: Señor, cuál es tu voluntad para con esto?

6. Este hombre no reconoce la fragilidad de la vida. La Biblia dice: “el hombre es como la flor del campo que pasó el viento por ella y pereció y su lugar no la conocerá más.” Y así es la vida del hombre, tenemos que estar concientes de que somos frágiles y de que la vida es pasajera y que tenemos que tener nuestros asuntos claros con Dios para cuando llegue el momento de darle cuentas a Dios. Entonces el no se prepara para la eternidad. El no planifica para la eternidad. La eternidad lo agarra en calzoncillos, perdonen la expresión, inesperado, completamente sin saber qué hacer. Qué terrible eso, trabajamos tanto por el tiempo actual y nos olvidamos que la eternidad es mucho más larga que este tiempo. O sea esa es la idea.

Y ahora aquí en este pasaje de Timoteo hay una prescripción para cómo positivamente relacionarnos con el dinero y con las riquezas. Aquí el apóstol Pablo le escribe a Timoteo, y por extensión a nosotros, acerca de cómo debe ser nuestra actitud hacia la riqueza, el dinero y las posesiones.

Me gusta esto que dice “pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento”. Para mi esa es una de las expresiones mas profundas de la Biblia “gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento”. Por qué, hermanos? Porque hay mucha gente en las iglesias, santas que aman al Señor pero no tienen contentamiento. La santidad si no está balanceada por un sentido de paz en el Señor y de depositar nuestra vida en la gracia del Señor, se puede convertir en algo neurótico y dañino. Hay mucha gente neurótica en el mundo cerca de la santidad, y eso no es de Dios porque donde no hay paz no está el espíritu santo. Tiene que haber un balance.

Sabes lo que dice la Palabra, dice que “la misericordia triunfa sobre el juicio”. En el corazón de Dios está un apetito de justicia bien grande y también misericordia y cuando esas dos cosas se traban una a la otra, la misericordia es como que siempre tiene un poquito de ventaja e impera sobre la justicia de Dios.

Y por qué dice Pablo esto aquí? Porque hay mucha gente que está en la iglesia pero no han apaciguado el apetito de dinero y siempre están inquietos por las cosas materiales. Esa tensión es como el joven rico, el joven rico amaba a Dios, el joven rico tenía necesidad de Dios y guardaba los mandamientos pero cuando Cristo le dijo, bueno mira si tu quieres ser feliz, toma tu dinero, regálaselo a los pobres y sígueme, el joven, como amaba tanto al dinero y las posesiones que no pudo escoger lo que Cristo le decía y se fue triste. Este joven reveló que su amor era mas grande por las riquezas que por el Señor.

Hermanos, yo le pide al Señor que si yo tengo un trapito cómodo que ponerme encima y un plátano con aceite verde, porque por lo menos le pido aceite verde, y un vaso de agua si no puedo tomarme una orangina o una horchata que yo esté contento con eso. Ahora si tu me quieres dar algún filete mignon de vez en cuando, gloria a Dios, a quien no le gusta eso como dice el merengue dominicano.

Si tu tienes un apartamentito limpio de dos dormitorios y no tienes esa casa de cuatro dormitorios que tu ves por ahí cuando pasas por el vecindario donde trabajas en Newton o en Welsley, no envidies eso, no dejes que se quite tu paz por eso. Porque hay gente que tienen la casa, que compran la casa en Sommerville o en Midport y cuando ya tienen la casa de su sueños, se van a Wellesley y pasan por esas mansiones se les olvidó que un día querían una casa y que Dios se la dio y ahora quieren esa casa, y ahora se les arruina el día porque no tienen ‘ese casa’.

Las cosas materiales cuando usted más se rasca más le pica, perdonando la expresión. Usted nunca va a satisfacerse, porque cuando usted tenga algo va a querer algo más, va a querer añadirle un poquito más. Ya el televisor de 25” no va a ser suficiente, usted va a querer uno de 59” y el diablo se va a encargar que cuando tenga usted el de 59” le añades HDL TV o alguna de esas cosas, tridimensional, el gigante se sale de la pantalla y lo toca, remueve el pelo o lo que sea, salen olores y sabores de la pantalla y usted va a querer eso.

Tiene que llegar un momento en que uno diga: No mas, no voy a seguir estrujándome, no voy a seguir arrancándome la piel porque no tengo esto o no tengo lo otro. Llega un momento en que debes decir: Me voy a contentar con lo que tengo. Ahora, voy a querer algo más? Gloria a Dios porque no es que no tengamos un sano deseo de progresar, hermanos, pero debemos hacerlo en paz. Déjenme respirar bien hondo y decir: Señor, voy a vivir en paz y lo que tu me quieras dar es por añadidura! Lo que no debemos hacer es conectar nuestro corazón y enchufarlo a las cosas materiales y que nuestro sentido de la identidad y de valor personal esté de alguna forma atado a las cosas que tenemos o que no tenemos.

Tu eres más que el televisor que tienes o los trajes que tienes. Tu eres un alma eterna que cuando te vayas de este mundo no te vas a llevar nada, ni siquiera el cuerpo que tienes encima te lo vas a llevar. Lo vas a tener que dejar aquí en la tierra porque se lo tomaste prestado a los elementos.

Alguien ha dicho que nunca vio un carro fúnebre arrastrando un camión de mudanzas, y es cierto. Porque gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento, porque nada hemos traído a este mundo y sin duda nada podremos llevar.

Quiero dejar el texto por un momento y leerles algo que escribí. Quiero darles algunos indicios o señales para su beneficio y el mío de tener una buena actitud hacia el dinero y las posesiones, de tener una buena mayordomía como decíamos.

Cómo puedo yo saber si estoy mas o menos bien orientado con respecto a las posesiones materiales?

Si usted puede responder afirmativamente a que esto es aplicable a usted, es muy bueno eso.

1. Reconozco que Dios es el origen y el dueño de mi vida y de mis posesiones. Es una buena manera de saber si uno tiene un sentido de mayordomía acerca de la vida. Sabes tu que todo lo que tu eres, todo lo que tu tienes viene de Dios? “De Jehová es la tierra y su plenitud”, dice la Palabra, porque cuando tu sabes que todo fue creado por Dios entonces tu no puedes decir, ah! Esto es mio o aquello es mio, mi esposa no es mía, mis hijos no son míos, mi dinero no es mío, mi tiempo no es mío, mi talento no es mío, es de Dios.

El hombre o la mujer que ha llegado a una conciencia clara, a una convicción todo lo retiene en la mano tentativa y ligeramente, no lo aprieta nada. Reconozco que Dios es el origen y el dueño de mi vida y mis posesiones.

2. Dedico buena parte de mi tiempo a las cosas de Dios. Por ejemplo asistir a la iglesia, estudiar la Palabra, orar, servir al Señor, hacer buenas obras, dar buenos frutos. Dedicar buen tiempo. Cuánto tiempo tu le dedicas al Señor? Ah bueno, yo voy a iglesia los domingos.

Mira hermano, la semana tiene 168 horas si tu le das al Señor dos horas, eso no es ni un 1%, eso no es suficiente para un Dios que te ha dado todo. Debemos dar al Señor, hermanos, todo lo que El nos pida. El sábado es el día del Señor, el domingo es el día del Señor, cada día es el día del Señor. Dale al Señor generosamente. Cuando tengas oportunidad de hacer algo para Dios, dedicar tiempo a la oración, a la búsqueda de Dios, a la Palabra, a las cosas espirituales, dale ese tiempo al Señor.

Nos dice que el hombre o la mujer espiritual piensa en las cosas del espíritu, su prioridad está en las cosas del espíritu. Cuánto tiempo tu le das al Señor? Cuánta energía tu le das al Señor? Hermanos, yo les suplico en el nombre de Jesús, denle a Dios, denle al Señor con generosidad y Dios les bendecirá mas allá de lo que ustedes se imaginan. Dale al Señor todo lo que tu puedas, dale con manos llenas, dale con desesperación, dale con enamoramiento, dale con locura y el Señor te dará, te dará y te dará y te bendecirá y encontrarás la paz que necesita tu alma. Dale al Señor.

3. Doy una parte de mi dinero para la obra del Señor (por lo menos el diezmo). Por qué el diezmo? Porque la palabra del Señor habla muchas veces de darle al Señor ese 10% de nuestro dinero, que es un depósito simbólico y un reconocimiento implícito de su señorío sobre nuestras vidas.

Yo creo hermanos, que el Nuevo Testamento hay una espiritualidad mucho más sofisticada porque es una espiritualidad que reconoce que el hombre ha ido en desarrollo desde su tiempo del Antiguo Testamento hasta el Nuevo Testamento. Y ya Dios se relaciona a la luz de la más completa revelación de Jesús con el hombre en una forma mucho mas sofisticada, mucho mas abarcadora y Dios espera que le demos más a El que el diezmo, porque usted no puede decir: Bueno, yo le di al Señor mi 10% el domingo y de momento hay una persona necesitada en su vecindario y usted dice, bueno yo ya le di al Señor así que bandéate como puedas.

Y el Señor dice: “No, no, dadles vosotros de comer”. Lo que Dios te pide, dáselo. La persona que ama a Dios sabiendo que uno se ha perdido en Dios, ha perdido las barreras y la frontera entre lo que es mío y lo que es de Dios. Ya Dios es todo, y yo soy en Dios, y Dios tiene todo mi ser y yo tengo todo de Dios, y ya se ha desdibujado la diferencia entre el amado y el amante y ya todo es una sola cosa. Así es como vive la persona que está en Dios.

4. Soy generoso con mi dinero para ayudar a los que necesitan. Porque una cosa es darle a Dios pero también tenemos que darle a otros, tenemos que ser generosos con nuestros familiares, con nuestros amigos, con los de la familia de la fe.

Si tu ves alguien que tiene necesidad, hermano, dale generosamente. Hay que tener balance porque hay gente que es abusadora, hay gente que se recuesta en los demás y yo creo que hay que tener un sano balance por amor inclusive para no estimular comportamiento abusivo que le hace daño a las personas que lo practican y por lo tanto nosotros tenemos que ser discernidores y prudentes.

La Palabra dice: “el que no trabaja, que no coma”. Cuando veamos genuina necesidad, hermanos, genuina necesidad en alguien, dé generosamente. Sea un dador alegre, dele al Señor pero también dele a su prójimo y usted verá que Dios le va a bendecir. De su tiempo, de su dinero y Dios va a bendecir su vida.

La gente más feliz de la tierra es la gente que da generosamente, la gente que no es agarrada, que no es tacaña, esa gente es feliz. Y tiene como un imán que atrae más. Un día de estos hermano, empieza a regalar cosas que te son preciosas, dala como un ejercicio, y te va a doler.

Algunos de nosotros vamos a sentir como crujiéndonos el brazo cuando extendamos la mano para regalar algo, porque no estamos acostumbrados. Eso está ahí lleno de moho y hay que soltarlo. Con un poquito de 3 en 1 y écheselo aquí en el codo para que se suelte bien y practique la generosidad, practique la generosidad.

A veces tenemos que hacerlo como un ejercicio de fe. Tenemos que decir a la mente: Da! Y al brazo: extiéndete! Y a la mano: ábrete! Y al bolsillo: suéltate! Te reprendo en el nombre del Señor, se libre ahora! La idea de dar y por un momento tu disfrutas de lo que Dios da y lo aguantas, y lo respiras y lo disfrutas y entonces lo sueltas para que otro tenga y entonces Dios te da mas. Y eso se quedará un momentito en tu vida, te bendecirá y seguirá fluyendo. Gloria a Dios por eso! Qué bueno es cuando Dios administra el fluir de nuestras posesiones en vez de nosotros. Hay una gran diferencia en eso hermanos, por eso es que tenemos que ser generosos con los demás.

5. También confío en que si soy generoso para Dios, El me bendecirá y me dará mucho más de lo que invierto para El. Esa es la clave de la generosidad en la vida, hermano. Saber que cuando tu das en el Señor, Dios está mirando y Dios te bendice. Ahora no es que tu des mecánicamente para que Dios te de más, pero tu das sabiendo que es así. Esa es una ley del universo. El Señor cuando tu das algo en su nombre que te es precioso, El dice “No te preocupes. Nunca sentirás el dolor de lo que has perdido. Yo te voy a bendecir, yo te voy a dar más y quizás lo que voy a hacer es que te lo voy a dar en otra forma diferente. No te voy a dar esto por aquello, pero te voy a dar algo que si tu supieras en el momento, me lo pedirías. Pero yo te lo voy a dar sin ni siquiera que tu lo pidas, sin ni siquiera que sepas qué es lo que tu deseas.

6. La vida eterna es una realidad para mi y hago mis decisiones financieras a la luz del Reino venidero. Aquí la clave es “la vida eterna es una realidad”. Es esta idea de que el espíritu es algo real para mi. Mucha gente es meramente religiosa y las verdades y los valores del Reino de Dios y la Palabra son simplemente conceptos bonitos que manejan poéticamente pero no son cosas reales que sienten con sus vísceras. No son sentimientos poderosos que gobiernan su vida. El escritor de hebreos dice en el Capítulo XI, el capítulo de la fe “que muchos murieron sin ver la tierra prometida pero murieron saludándola y viéndola” porque era una realidad para ellos. Hermanos, cuán real es la vida eterna para ti? Cuán real es Dios para ti? Cuán real son las cosas espirituales para ti? Cuán real es la vida eterna para ti? Tenemos que pedirle al Señor: Señor, hazme sentir la vida eterna. Por qué? Porque cuando la vida eterna y el espíritu y el Reino de Dios son reales entonces este mundo palidece y pierde su intensidad y su capacidad para gobernar y para controlar tus decisiones. Ya tu eres un ciudadano del Reino de Dios, tu eres un peregrino y un extranjero que estás aquí de paso y las cosas de la vida tu las manejas con liviandad si se puede, pero tu sabes que tu verdadera residencia está en lo eterno. La vida eterna es una realidad para mi y hago mis decisiones financieras a la luz del Reino venidero.

7. Las cosas del espíritu son prioridad para mi. Si tengo que escoger entre lo espiritual y lo material, me voy por lo espiritual. Uno de los pasajes mas claros que ilustra esto es el que pasaje que discutimos hace un tiempo, el pasaje de Daniel. Ustedes recuerdan que Daniel cuando llegó el momento de escoger la comida, que es un símbolo de lo material, optó más bien por no comer la comida del rey y simplemente mantenerse limpio y puro y no participar de una comida contaminada y ofrecida a los ídolos. Pero Daniel también escogió entre la comida y también su futuro, porque al el rebelarse contra eso de no comer la comida del rey iban a pensar, ah tu te crees mejor que nosotros, o tu estas despreciando la comida del rey o tu no eres un jugador de equipo y por lo tanto no puedes ser parte de nuestro equipo. Daniel estaba poniendo en riesgo su futuro profesional. Estamos dispuestos a comprometer nuestro futuro profesional por Dios? Si tu tuvieras que escoger verdaderamente, y algún día quizás lo tengamos que hacer, si tu tuvieras que escoger entre tu futuro profesional y honrar a Dios, tu estás seguro de lo que tu escogerías? Yo no estoy seguro de mi respuesta, soy como Pedro cuando el Señor le preguntó “Pedro, tu me amas?” y el contestó “Señor, tu sabes todas las cosas.” Hermanos a veces no es tan dramático escoger entre lo material y lo espiritual, a veces es simplemente escoger entre la novela y el servicio del miércoles a las 7.30. La diferencia está en atender a esa hermana que está deprimida y que te está llamando ya por tercera vez para que tu la escuches y que tu le des un consejo, y que ella sepa que hay un oído que la está escuchando y dormir una hora extra o hacer otra cosa. Y tu lo haces Señor, me pongo como el carnero degollado sobre la mesa de sacrificio, está bien, dime lo que necesitas, y la consuelas y la escuchas y le das una palabra de afirmación porque tu eres un instrumento de Dios y tu tiempo es de Dios y tu vida es de Dios. Cuando yo estaba en la universidad y no digo esto para que me admiren ni nada, aún con lo pagano que yo era, yo era un joven amando a Dios y todo eso, yo siempre dije a Dios: “Padre, si hay algún joven, muchas veces en las universidades hay muchos jóvenes que están deprimidos, especialmente en las escuelas de gran presión, muchos jóvenes se deprimen y hasta se suicidan porque no tienen buenas notas y hay mucha neurosis en las grandes universidades de este país. Yo siempre dije al Señor, no importa si yo tengo un examen o lo que sea, si alguien me necesita yo voy a estar disponible para darle un consuelo o un consejo a alguien. Y así es como tenemos que hacer nosotros. Dios siempre me bendijo académicamente, nunca me faltó ese tiempo que yo le di a alguien por el Señor. 8. No me duele desprenderme de mis posesiones si es para una causa noble y buena, sobretodo si es para avanzar el Reino de Dios. Podemos decir eso especialmente, que no me duele, porque una cosa es a veces hacemos cosas buenas pero a veces las hacemos con dolor y con sentimiento de molestia. Yo confieso hermanos que hay cosas que yo hago en el ministerio que voy pataleando y rezongando por ahí y quejándome con Dios porque tengo que hacer algo para el ministerio. Levanto la mano, soy culpable. Después cuando lo hago, digo, caramba qué bueno que lo hice y Dios me bendice. Y ahí terminamos, porque como dice la Escritura “gran cosa es la piedad acompañada por contentamiento”. Mira si vas a servir al Señor, sírvelo con alegría, si tu puedes ser usado para avanzar el Reino de Dios o para bendecir a alguien en una causa noble, considérate afortunado y bendecido, considera un privilegio. Yo le doy gracias a Dios porque Dios escogió usarme para bendecir vidas y yo no me considero un héroe, al contrario, me considero un privilegiado porque Dios pudo haber escogido a otro y el manejar las verdades de Dios y los principios de Dios y los negocios del Reino, qué privilegio más grande, cómo puedo yo quejarme con eso? A veces cuando me quejo estoy conciente de que ese es mi problema y no es problema de Dios así que tarde o temprano tengo que reconciliarme con Dios y volver a mi lucidez bíblica, que es saber qué privilegio es desvivirme por Dios, invertir mis energías por Dios, arder como un sacrificio vivo delante de Dios y dejarlo todo aquí e invertirlo en vidas. Eso es un privilegio, hermanos y deberíamos darle gracias a Dios. Así que, hermanos, seamos buenos mayordomos. Aprendamos a amar a Dios por sobre todas las cosas. La felicidad está allí, tu quieres ser feliz. Despójate de todo lo que tienes, despójate de corazón, despréndete adentro y dáselo todo a Dios y entonces que El te devuelva lo que El quiera dejarte. Mientras menos tengas más serás. Les dejo eso para que lo mastiquen un poquito. Mientras menos tenemos, más somos. Mientras más nos despojamos, más adquirimos. Mientras menos agarramos, más vivimos. Mientras más amamos, más experimentamos el amor de Dios. Mientras menos nos preocupamos de nosotros mismos, más familia tenemos y más recibimos. Mientras menos pensamos en el futuro que queremos crear, más Dios se preocupa por darnos el futuro que nuestro corazón anhela. Esa es la verdad, tan sencilla como eso.

Quiera Dios que hoy podamos decir, Padre yo te voy a preferir a ti por encima de todas las cosas, voy a preferir tu Reino por encima de todas las cosas, te voy a amar por sobre todas las cosas. Te voy a servir y voy a dar con gozo en mi corazón porque es un privilegio arder para ti, vivir para ti.

Baja tu cabeza un momento y reconoce conmigo, Señor, que mi vida sirva para avanzar tu Reino: Que yo sea un sacrificio vivo ardiendo para ti. Que yo te ame siempre por sobre todas las cosas. Recibe ahora mismo ese toque del Señor que corta ese cordón umbilical entre tu y el mundo y prométete que vas a pensar en El primero, pensar en el Reino de Dios, buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia y todas las demás cosas os serán añadidas, dice el Señor. Buscad primero el Reino de Dios y todas las demás cosas os serán añadidas. Gracias padre, recibimos tu llamado, recibimos tu reto en esta mañana. Alabado y glorificado sea tu nombre. Gloria a Dios. Amen, amen. Gloria al Señor. Gloria a Dios. Que podamos vivir a la altura de esa revelación esta mañana.

19 abril 2009

Meditación sobre la vida de la familia (Efesios 5:21)

El Señor puso en mi corazón con motivo del Día de los Padres, bendecir a nuestros padres y a nuestras madres y a nuestros hijos que también estén aquí, con una meditación sobre la vida de la familia en general y con ese pensamiento en mente, vamos a buscar en el Capítulo 5 de los Efesios comenzando con el versículo 21:

El primero que se va a poner este sombrero hoy, voy a ser yo. Yo me voy a predicar esto a mi y a mi familia. Todos, todos tenemos mucho que aprender y mucho que mejorar con respecto a nuestra vida familiar, y yo ruego que estas sean palabras de vida y de energía en nosotros, y que nos ayude a ponerlas en práctica; que nos de energía para agradar al Señor en todo lo que hagamos en nuestra vida familiar.

Dice la palabra del Señor: “Someteos unos a otros en el temor de Dios. Las casadas estén sujetas a sus propios maridos como al Señor, porque el marido es cabeza de la mujer así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo y El es su salvador. Así que como la iglesia está sujeta a Cristo así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.”

Ese es el primer pensamiento, la primera sección hablando a las casadas. Ahora viene la palabra a los maridos, a los casados.

Digan todos “Amad” “Amad”.

Dice: “Maridos, amad a vuestras mujeres así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa que no tuviera mancha, ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne sino que la sustenta y la cuida como también Cristo a la iglesia. Porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de su huesos. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. Grande es este misterio mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia. Por lo demás cada uno de vosotros ame también a su mujer como así mismo y la mujer respete a su marido”.

Esa es la segunda sección. Habla de los casados, primero habló de las casadas y del 25 al 33 los casados, los maridos y ahora también en el Capítulo 6, habla a los hijos ahora.

“Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre que es el primer mandamiento con promesa para que te vaya bien y seas de larga vida sobre la tierra”.

Eso es a los hijos. Ahora lo natural es que se hable también a los padres. Y en el versículo 4 dice:

“Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos sino criadlos en disciplina y en amonestación del Señor”.

Bendiga el Señor su santa palabra.

Hay allí toda una receta para la familia. Si nosotros pudiéramos, hermanos, interiorizar e integrar este llamado solemne del Apóstol Pablo a nuestros roles como padres, madres, maridos, esposas, la vida familiar sería un idilio, sería un edén. Quiera el Señor que nosotros podamos entender esto y sobre todo aplicárnoslo.

Qué difícil es. Qué fácil suena pero qué difícil es en el diario vivir uno integrar estas verdades cuando las cosas se ponen calientes en el hogar, y estamos cansados y de mal humor y algo sucede en la vida de la familia que se nos funden los fusibles y el pobre San Pablo se nos fue a pique y nos olvidamos de estos consejos sanos y sencillos. Por eso es importante que cada día nosotros podamos volver a meditar sobre la palabra del Señor y tenemos que recordarla siempre porque somos tardos para oír y fáciles para olvidar estos consejos de parte del Señor.

Lo primero que es importante notar acerca de este pasaje es que se da dentro del contexto de una serie de consejos con respecto a la vida general. Todo ese capítulo 5, los versículos del 1 al 20 tiene que ver con consejos sanos y sabios de la conducta de la familia, de la vida familiar y también de la vida en la iglesia. Y el Apóstol Pablo da una serie de consejos de orden familiar uno detrás del otro y entonces entra de lleno en este aspecto con respecto a la vida familiar específicamente. Pero todo forma parte de un solo pensamiento.

Y por qué? Porque dentro de la vida espiritual sana y de los diferentes hábitos y costumbres que debemos practicar está esta parte tan importante de cómo nos debemos conducir con respecto a la vida de la familia, del matrimonio, de la paternidad o la maternidad. Y por eso el Apóstol Pablo entra en esto. De hecho cuando en el versículo 20 dice: “...dando siempre gracias por todo al Dios y Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”, en realidad en el 21 suena como que es una oración nueva, una frase nueva “... someteos unos a otros” pero en el griego original está más bien la idea de “sometiéndonos unos a otros” es decir hay una continuidad en la mente del Apóstol Pablo entre lo que está antes y lo que sigue ahora.

Paremos aquí un instante porque el versículo 21 es muy importante porque pone todo lo que sigue en unidad. Es como esa oración estructura todo lo demás y la forma en que el Apóstol Pablo organiza sus pensamientos más adelante. El dice: “someteos unos a otros”. Es importante que nunca olvidemos este aspecto de la vida familiar porque si usted se fija el Apóstol Pablo aquí establece una especie de jerarquía de autoridades. El dice que la mujer está sujeta a su marido y también con respecto a los hijos y los padres, sugiere que los hijos deben estar sujetos a los padres. Y entonces la tendencia hace unos 2000 años en una cultura donde los hombres prevalecían y los hombres tenían autoridad incuestionable y los padres también tenían autoridad incuestionable sobre sus hijos. Y nadie cuestionaba eso. Nadie cuestionaba la autoridad del hombre sobre la mujer ni del padre sobre el hijo.

Inclusive más adelante el Apóstol habla de los señores y los siervos, los esclavos. Y tampoco se cuestionaba la autoridad del dueño, del señor de los esclavos, sobre los esclavos. Y por eso es tan revolucionario que 2000 años atrás, este hombre inspirado por el Espíritu Santo escribe diciendo: Si, es importante que reconozcamos los esquemas de autoridad que prevalecen en la sociedad.

Es importante que los Cristianos nos sujetemos a los mandamientos del Señor y al orden que Dios ha establecido en la sociedad, pero es importante que maticemos esa declaración con una idea que es más importante que todas y es que debe haber una mutua sujeción unos de otros, donde no debe haber una dictadura o una imposición de autoridad o un abuso de poder o decir “ese es mi privilegio, yo soy la cabeza del hogar” por ejemplo. O el padre decir “Yo soy tu papá y yo tengo derecho incuestionable sobre tu vida. Yo puedo hacer lo que me de la gana y no tengo que darle cuentas a nadie en esta casa.”

Por eso el Apóstol Pablo dice desde el principio “... someteos unos a otros en el temor de Dios”, es decir el uso de la autoridad en la vida humana, en la vida familiar siempre debe darse con esa idea de que aunque Dios nos ha dado cierta autoridad en ciertos ámbitos de la vida, nunca debemos abusar de esa autoridad. Siempre debemos usar la autoridad con respeto, con amor, con justicia, con equidad, con mansedumbre, con humildad, con amor. El cristiano usa la autoridad en el espíritu de Dios, en el espíritu de Jesucristo.

Para mí el modelo absoluto siempre será el Señor Jesús de cómo yo debo comportarme en cualquier situación donde entre en juego el concepto de autoridad. Y eso va mas allá. Eso se refiere a los maestros que están en esta iglesia y que tienen sus alumnos que los respeten, pero también el maestro debe asegurarse de que trate a sus alumnos con respeto. Se refiere a los que son supervisores en una fábrica o en una oficina de igual manera. Los que están trabajando con usted deben sujetarse a su autoridad para que funcione bien el organismo, pero usted nunca debe abusar de su autoridad. Siempre debe tratar a las personas que están bajo su autoridad con mucho respeto, con mucha humildad.

Saben que la humildad no excluye la autoridad, hermanos? Es más, muchas veces la autoridad es hermoseada por la humildad. Y usted nunca perderá nada con darle cuentas a las personas sobre las cuales usted tiene autoridad, y tratarlas con delicadeza y con cariño y con amor. Habrá tiempos en que habrá que hacer un señalamiento, y habrá conflictos y usted tendrá que ser firme en algo, pero eso debe ser la excepción y no la regla.

Yo creo que una persona que siempre se ve obligada a usar de fuerza y a señalar su autoridad, a hacer valer su autoridad, su liderazgo está sufriendo de algún desperfecto. Porque yo creo que cuando el liderazgo es adecuado deben fluir las cosas con naturalidad y el conflicto debe ser la excepción y no la regla. Porque la persona que está sobre autoridad debe regir las cosas sabiendo que “Hey, yo tengo que dar cuenta también a la gente sobre la cual yo tengo autoridad”. Por eso es que estas reuniones que nosotros tenemos de finanzas, hay pastores que no están de acuerdo conmigo, que están bendecidos, no creen que un pastor no debe estar dándole cuentas a su iglesia de cómo se maneja el dinero en la iglesia. Porque nosotros somos los pastores, somos los líderes de Dios y tenemos la autoridad.

Yo creo que uno debe darle cuentas a su gente de cómo se maneja la autoridad en su iglesia. Ahora, yo creo que los pastores tenemos cierta autoridad de Dios, pero también debemos asegurarnos de que nuestra gente se sienta tenida en cuenta, se sienta respetada, se sienta tratada como adultos y que haya un compartir, y que haya una seguridad de que nuestras necesidades están siendo tomadas en cuenta nuestras preferencias. Debe haber canales de comunicación para saber lo que la iglesia necesita, lo que la gente siente y todo eso debe estar muy en orden.

Por lo tanto yo creo que eso explica lo que el Apóstol Pablo dice aquí antes de comenzar a hablar en detalle de diferentes situaciones específicas en que entra en juego la autoridad, el dice “... someteos unos a otros en el temor de Dios”. En otras palabras siempre los que están en autoridad y los están bajo autoridad, se sometan unos a otros. El que tiene cierto nivel de autoridad de parte de Dios, sujétese también al los que el o ella dirige.

“..en el temor de Dios” eso es muy importante, eso debe ser lo que dirija nuestro liderazgo siempre, ese sano temor de Dios, de no ofender al Señor con un maltrato de los demás, de no ofender al Señor con una actitud abusiva, de no ofender al Señor siendo injusto, o siendo arbitrario o insultante en la forma en que yo manejo mi autoridad sino que siempre sea con ese sentido de: “Señor, lo estoy haciendo bien? Estás tu contento con mi forma de ejercer mi liderazgo”. Esa es la idea.

Yo creo que cuando se da esa relación que el que está bajo autoridad se sujeta y el que está sobre autoridad se sujeta también en el sentido de “no enseñorearse de” sobre la persona sobre la cual tienes autoridad, qué pasa entonces? Hay bendición. Porque el que está en autoridad está tomando en cuenta las necesidades de los que dirige y los que dirige se están sujetando a los que tienen autoridad sobre ellos.

Hermanos, yo creo que en ninguna relación es más importante esa doble perspectiva que en el matrimonio. Porque en el siglo XXI yo como pastor, titubeo antes de predicar esa parte que dice “... las casadas estén sujetas a su marido” porque ya veo que debo esconderme aquí atrás del púlpito para que no me tiren piedras. Porque yo se que en el siglo XXI eso es difícil para muchas hermanas y muchas mujeres que dirigen corporaciones y son jefes en su factoría y que ganan a veces mucho más dinero que el hombre mismo. Son más preparadas y a veces hasta más sabias. Como dice Avila “Sonríe, Cristo te ama”.

Pero es difícil hermanos, en este contexto social en que nosotros vivimos donde cualquier sugerencia de autoridad del hombre sobre la mujer es recibido como cuando a un potro se le mete un espuelazo, enseguida brincan. Pero es la palabra del Señor, y yo no puedo escaparme de la palabra de Dios. Y gracias a Dios que todavía en esta iglesia yo puedo predicar esto. Hay contextos donde yo titubeo mucho antes de pasar por este pasaje rápidamente, porque no se recibe en absoluto y hace daño eso. Y yo creo que es importante entender este juego de que las casadas están sujetas a su marido y los maridos amar a sus mujeres.

Yo quisiera poder predicar eso simultáneamente a las dos partes para que se entienda bien. Porque esto es como un reloj suizo que una parte está vinculada a la otra. Cada piecesita depende de la otra para poder funcionar bien y cuando una pieza no está funcionando bien las otras se detienen y se enmarañan y viene el problema, el lío. Cuando la mujer se sujeta al esposo y el esposo ama, ama, ama, (esa es una palabra muy fuerte) como Cristo amó a la iglesia entonces yo creo que ahí hay bendición. Y desgraciadamente cuando el hombre no usa de su autoridad en una forma sana, sabia, como la de Cristo, entonces hace que eso le sea muy difícil a la mujer aceptar esa palabra del Señor y sujetarse al liderazgo de su esposo.

Acabo de decir la palabra liderazgo y eso toca un punto en mi mente y es que nuestra relación con nuestras esposas nunca debe ser una de enseñorearse. Nosotros no somos señores de nuestras esposas, somos líderes y un líder no es superior. Por ejemplo yo como pastor no soy superior a ninguno de ustedes. Yo soy un hijo de Dios, necesitado de la gracia de Dios como cada uno de ustedes, pero soy su líder espiritual y nuestros pastores son sus líderes espirituales y en muchos de los ministerios hay líderes como por ejemplo hoy hay un grupo de hujieres que sirve aquí en la iglesia y hay una persona que es líder de ese grupo. Ahora evidentemente esos líderes no son superiores inherentemente a los que dirigen. Simplemente han sido puestos en una posición para que pueda haber orden en el funcionamiento de ese grupo, han sido puestos en posición de ellos llevar la voz cantante por así decirlo pero no son superiores en ninguna manera.

Entonces nosotros como cabezas de un hogar somos líderes pero nuestras esposas son “coherederas del reino” dice la palabra del Señor. Es decir que son del mismo rango espiritualmente que nosotros, son de la misma sustancia y ante el Señor tienen la misma autoridad y el mismo acceso. Gozan de los mismos dones y disfrutan de las mismas prerrogativas ante el Señor que nosotros. No hay cuestionamiento de eso.

Yo le doy gracias al Señor porque con el paso de los años al yo predicar sobre estos temas, me hecho más sensitivo con el paso del tiempo y la vejez creciente, más manso, más cuidadoso, en matizar bien las cosas que digo y para que sea claro, en ningún momento estoy yo diciendo que el hombre por la autoridad que Dios le da tiene derecho a estrellar cosas en la casa, o a romper paredes o llegar con la cara torcida y enfuñarse y hacerle imposible la vida a toda la familia. Muchos de nosotros hacemos eso, pero sepan bien que tenemos el juicio del Señor en ese momento al hacer eso y tenemos que salirnos de ese encerramiento lo más pronto posible. Puede que caigamos en un momento de malhumor pero tenemos que saber que enseguida viene ese angelito que se para aquí al hombro y dice: “Hey, ten cuidado, estás pecando. Salte de ahí lo más pronto que tu puedas”, y tenemos entonces que salir y pedir perdón y arreglar las cosas. Porque el hecho de nosotros estar en autoridad no nos da derecho en ningún momento a ser arbitrarios con nuestras familias.

Pero sí es importante que la mujer reconozca ese misterio –yo lo llamo misterio- de que Dios ha puesto al hombre como líder espiritual y ejecutivo en su casa para que prevalezca el orden. Yo creo que el Señor estableció eso en la estructura misma de la psiquis de la humanidad y de la familia. El Señor lo declaró así. Del Génesis al Apocalipsis yo no encuentro nada que contradiga eso, tanto en los textos obvios, que lo dicen así como en los textos que lo sugieren. Hay todo un sistema bíblico que sugiere esa posición de liderazgo varonil. Y les digo, para mí es una carga más que un privilegio. Yo no veo eso como algo para vanagloriarme porque cuando uno está conciente de la gran responsabilidad que eso implica se convierte en un peso muy grande, de manejar ese privilegio que Dios nos ha dado como Cristo lo hizo.

Yo creo que si nosotros los hombres entendiéramos la gran responsabilidad que implica ser líderes de nuestros hogares, yo creo que muchos de nosotros diríamos: “No, gracias Señor, que lo coja ella”, porque es algo muy difícil de desarrollar en una forma adecuada para la persona que es temerosa de Dios y que lo quiere hacer como Cristo lo hizo con su iglesia.

Dice “... las casadas estén sujetas a sus propios maridos como al Señor”. Más claro no canta un gallo! La idea en el griego original es como ponerse bajo autoridad, por eso es someterse, ponerse bajo la autoridad. Y eso es un llamado como voluntario. En el griego original la idea de “estén sujetas” está implicado como la forma del verbo no es pasiva ni activa, es el “medio verbo” no es un mandato sino “estén sujetas” es un estado. Aún en la traducción al español lo captura. Estén sujetas, como una condición.

Yo quisiera tener una falda para hablar a las hermanas porque sería más aceptable para ustedes. Yo creo que hay una bendición en la mente, en las emociones y en el espíritu de una mujer, de una esposa cuando se sujeta voluntariamente a su marido como al Señor, y la mujer hace una decisión de hacerlo y da ese paso en fe creyendo que el Señor la va a bendecir. Yo creo que si una mujer cristiana resiste ese mandato del Señor se hace daño a sí misma y le hace daño a su familia. Desgraciadamente hay hombres que le hacemos a nuestras mujeres dificilísimo dar ese paso.

Como hay padres que le hacen muy difícil a sus hijos el sujetarse a ellos también. Porque los hacemos sufrir porque los ponemos en una posición que ningún hijo, o mujer debieran estar, de estar resistiendo la autoridad de su marido. Yo creo que nuestra meta debe ser, la meta de los esposos debe ser hacerle lo más fácil posible a nuestras esposas el someterse a nuestro liderazgo espiritual. Esa debe ser nuestra meta.

Yo digo que un hombre que se gana el respeto y el amor de su mujer es un gigante y puede dirigir una ciudad, puede gobernar una nación. La meta de cada hombre debe ser llevar a su esposa al punto de que ella se sujete gozosamente a su autoridad espiritual y a su autoridad como líder del hogar. Esa debe ser nuestra meta. Yo le pido a los esposos que estamos aquí que nos hagamos esa pregunta: “Le hago yo lo más fácil posible a mi esposa la idea de ajustarse a mi liderazgo o se lo hago yo difícil con mi comportamiento?” y que nosotros hagamos un santo pacto delante de Dios de que nuestras esposas en todo lo posible se sientan gozosas de nuestro liderazgo.

Cómo nos sentimos nosotros con respecto al liderazgo de Jesucristo? Yo creo que todos nosotros decimos “Gloria a Dios, qué bueno que El está sobre mí. Qué bueno que el Señor Jesús es mi señor y mi salvador”. Por qué? Porque Cristo nunca explota, nunca abusa, nunca hace daño, nunca es arbitrario, siempre es justo, siempre es amoroso, siempre perdonador, siempre tolerante. Se preocupa por nosotros, nos delega autoridad, nos deja usar nuestros dones, embellece nuestros dones. A quién no le gusta eso, como dice el merengue dominicano. Todos debiéramos ser así. Si el esposo descarga su autoridad de esa misma manera yo creo que una mujer sana, una mujer sabia y temerosa de Dios, va a decir “Bueno el liderazgo de ese líder yo lo acepto”.

Pero desgraciadamente mucho de nosotros no lo hacemos. Yo no digo esto hermanos, para que nadie salga de aquí sintiéndose culpable sino que esto es un llamada del que todos debemos aprender algo de ello. Este es el sano consejo del Señor. Pero desgraciadamente hay muchas mujeres hoy que no aceptan el liderazgo de su esposo, no importa cuán benévolo sea y a veces cuán bendecido sea ese matrimonio sea y cuánto esfuerzo está haciendo ese hombre para ganarse el respeto de su mujer. Porque hay una idea como que eso no es posible.

Hay hermanos de esta congregación y de otras congregaciones que aman a Dios, que conocen la palabra, gente íntegra que están de acuerdo en eliminar lo que yo creo que implica y dice claramente este versículo: “... las casadas sujetas al marido como al Señor porque el marido es cabeza de la mujer”. Esta palabra “cabeza” se ha tratado de aguar y diluir muchísimo a través del griego “kefale” pero es una palabra bien clara. Cabeza es cabeza, no importa cuantas cabezas usted le busque a la cabeza, sigue siendo una cabeza. ... El marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia”. Cómo es Cristo cabeza de la iglesia? Bueno es el que dirige, es el que establece la tonalidad, el que está delante. Bueno, de esa misma manera el hombre es cabeza de la mujer.

Cómo está la iglesia sujeta a Cristo? Bueno, la iglesia está sujeta a Cristo reconociendo la autoridad del Señor, reconociendo sus direcciones, apegándose a El y a sus directivas, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. Hay dos versículos que llaman a la mujer, que dan consejos a la mujer, el 23 y el 24, pero a los hombres hay del 25 al 32, que son como 9. Hay tres veces más versículos para el hombre que para la mujer. Por qué será eso? Yo creo que porque los hombres somos más torpes, más duros y necesitamos que nos digan las cosas más y yo creo que eso es lo que estaba en la mente del Espíritu Santo porque esta verdad que ahora seguía era tan contracultural y tan inesperada en ese contexto cultural en que el Apóstol Pablo escribió que como que necesitaba explicación más a fondo, y necesitaba más matiz.

Por eso ahora el Apóstol Pablo dice: “.... Maridos, amad a vuestras mujeres” y ese verbo amar es el verbo “agapate” que es de donde viene la palabra “ágape” que es la expresión de amor más sublime que hay en el genero humano. En el griego original, que es un idioma muy rico, hay diferentes palabras para referirse al amor: está eros, storge, filios. Son diferentes tipos de amor, el amor de la amistad, el amor de la hermandad, el amor del hijo hacia la madre, el amor del amigo hacia el amigo, el amor erótico, biológico. Pero hay un amor que se reserva para ese sentimiento sublime que es ejemplificado por el afecto que Dios le tiene a la humanidad. Cómo Dios ama? La forma como Dios ama, una forma sublime, ejemplar, divina. El amor que lo llevó a sacrificar a su hijo. El amor que lo llevó a perdonar a nuestros pecados. Cuando estábamos sumidos en nuestros pecados Cristo murió por nosotros. El amor que lo lleva a perdonar, a tolerar, a darse.


Ese amor que está muy bien desarrollado en el Capítulo 13, de Primera de Corintios: “... si yo hablase lenguas humanas y angélicas y no tengo amor vengo a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe”. Ese amor es el amor ágape, es el amor que nosotros como maridos debemos expresar hacia nuestras mujeres. Maridos amad, digan todos amad, amemos a nuestras mujeres así como Cristo amó a la iglesia. Es decir el amor en esa economía del matrimonio, el marido debe amar a su esposa con el mismo amor con que Cristo ama, el mismo amor con que Dios ama. Esa es nuestra meta. Yo ciertamente jamás podré amar a mi mujer como Cristo amó a la iglesia pero debo apuntar hacia ello, tengo que hacer todo lo posible. Esa debe ser mi meta, esa debe ser mi misión, ese debe ser mi trato en todo lo posible. Esposo que estás aquí, escúchame. La palabra del Señor te llama a amar en una forma muy deliberada a tu mujer. Es decir es un verbo activo. Amar no es solamente un sentimiento, un calorcito. Es una conducta. Es un acto de la voluntad, es un programa de vida, es una visión que tiene que regir todas tus acciones diariamente.

Tu debes amar activamente a tu esposa con el amor de Dios. Y en ese amor no hay espacio para el egoísmo, no hay espacio para la arbitrariedad, no hay espacio para el abuso emocional y ciertamente para el abuso físico. Eso no debiera ni siquiera mencionarse entre nosotros. No hay espacio para usted arrogarse el derecho de toda la autoridad y no compartir con sus hijos y su esposa. No hay lugar para la explotación, no hay lugar para la mentira, no hay lugar para nada que sea dañino y destructivo. Debe ser un amor puro, por eso es que dice: “... amad a vuestras mujeres” pero no se quedó contento con eso sino que dijo “... como Cristo amó a la iglesia”, para que no hubiera escapatoria. Cómo amó Cristo a la iglesia? Bueno, el mismo lo dice aquí “... que se entregó a sí mismo por ella”, es decir hasta la muerte. “... se entregó a sí mismo por ella” Cristo amó tanto a la iglesia que murió por ella.

Marido, esposo, estamos nosotros amando a nuestras mujeres de esa manera sacrificial? Aprovechamos nosotros la autoridad que Dios nos ha legado para expresar el liderazgo de Jesús en nuestros hogares? Ojalá que el Señor permitiera que nosotros podamos desempeñar un liderazgo en nuestros hogares que fuera como el de Cristo para con nuestras esposas, para con nuestros hijos.

Cómo expresó el Señor su liderazgo. El fue un líder siervo. Ustedes recuerdan de dónde viene esa expresión “líder siervo”, porque en una ocasión el Señor dijo: “... ustedes me llaman Señor y dicen bien porque lo soy” y entonces le pidió a uno de sus discípulos una palangana, una toalla y agua y les dijo a sus discípulos “quítense todos sus sandalias” y de momento esos pies que olían estoy seguro, no a azucena, El Señor comenzó a lavarlos y a limpiarlos. Imagínense esas sandalias y esos pies llenos de polvo de andar por esos caminos del Medio Oriente, y el Señor no tuvo temor de coger esos pies sudorosos y mal olientes y procedió a lavarlos, El, el creador de todo el universo. Y esa escena fue tan escandalosa para el Apóstol Pedro que dijo: “Señor, no, yo no puedo permitir algo tan escandaloso” y el Señor dijo: “Pedro, si yo no lo hago, no vas a ser parte de mi familia.”

El Señor quiso dejarle allí una imagen plasmada a toda la humanidad de que los líderes debemos usar nuestra autoridad para servir a aquellos sobre los cuales está nuestra autoridad, no para enseñorearnos de ellos. En nuestros países los líderes se sirven de la gente pero en el reino de Dios los líderes sirven a la gente. Debemos tratar de servir lo más posible a nuestros seres queridos que están alrededor de nosotros.

Hermanos, seamos siervos. No hay una manera de ser más feliz en la vida, hombres y mujeres, que servir. Sirva, sirva! Olvídese de usted mismo. Sirva a los que están a su alrededor. Dé generosamente. Despéguese, despréndase y usted verá como va a ser feliz en esta vida. Usted verá como llegará a ser una persona saludable emocionalmente y de bendición para otros. La gente va a querer invitarlo a comer su casa y va a querer que usted vaya a sus fiestas, porque usted va a ser una persona saludable, agradable emocionalmente. La persona que está siempre explotando, manipulando, sirviéndose a sí mismo con agenda secreta, escondida, mintiendo, buscando su propio yo va a perder lo que está buscando. El Señor dijo: “El que pierda su vida la ganará y el que gane su vida la perderá”.

Cuando tu pierdes tu vida y te dedicas a servir a tu esposa y a amarla, la comida va a resultar mejor inclusive. Ella te va a cocinar mejor, te va a bendecir más y te va a amar más y al tú servirla a ella, ella va a ser una esposa idónea para ti. El que gana eres tu, por eso es que el Apóstol Pablo dice aquí también “... porque nadie aborreció jamás a su propia carne sino que la sustenta y la cuida como también Cristo a la iglesia”. Por qué dice eso? Porque si el hombre y la mujer son una sola carne como dice la Biblia, cuando tu abusas de tu mujer, tu estás abusando de ti mismo. Es una ecuación matemática. Si A es igual a B y B es igual a C, A es igual a C. Si los dos somos uno, al abusar yo de mi mujer ya por el misterio de la unidad de matrimonio, yo estoy abusando de mi mismo. Cuando tu no tratas a tu esposa lo mejor posible tu estás haciéndote daño a ti mismo.

Eso es cierto, hermano. El líder que abusa de las personas que tiene bajo su liderazgo se hace daño psicológicamente a si mismo. El hombre que abusa de su esposa, de sus hijos, vive con una conciencia culpable, tiene el juicio de Dios sobre el, las personas que se suponen que lo amen y lo sirvan no lo van a hacer con gusto y va a ser un ser inferior y va a estar bajo pecado. Quién quiere ese estado?

Hermanos, amemos como Cristo amó a la iglesia. Entonces si la mujer se sujeta a su marido y el marido ama a su mujer, hay una bendición grande en la vida. Qué les parece si nos detenemos un poquito aquí y bajamos nuestras cabezas y a cualquiera que le quepa esto en cualquier medida futura o presente, yo quiero que hagamos un pacto en este momento. Yo quiero que mi liderazgo y mi posición como esposa, yo quiero un matrimonio bendecido en esta forma, yo me arrepiento de cualquier cosa que yo haya hecho para abusar de mi esposa en alguna manera. Y esposa, pídele al Señor que te de la capacidad para ser una esposa sujeta a tu marido y que pueda ese engranaje trabajar perfectamente. Hombres mansos, humildes, espiritualmente sanos y mujeres también sencillas de corazón, sujetas a su marido. Qué bendición! Eso es lo que queremos para nuestros hogares.

Quiera el Señor hacer eso posible hoy en día. Padre, estas palabras las recibimos en el nombre de Jesús. Yo la recibo en el nombre de Cristo. Ayúdanos a tener matrimonios Padre, que ejemplifiquen esta verdad. Padre, perdónanos cuando no hemos estado a la altura de ese mandamiento. Señor, por favor ayúdanos. Amén.

Hermanos, me quedan unos par de minutos. No quiere fallar dejando de tocar a los hijos. Pero esto es tan importante, está tan cerca de mi corazón como padre también. Yo quiero dirigirme hoy a cada joven que está aquí masculino y femenina. Youth in general, I want to address you for a moment, children as well, adolescents who are here. Please listen to this word of the Lord because it is for you. The Lord has spoken to us fathers or rather to husbands and to wives and now he speaks to children as well.

Dice: “… hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, es el primer mandamiento con promesa para que te vaya bien y seas de larga vida sobre la tierra”

Yo quisiera tener más tiempo para desempacar eso jóvenes, hijos y yo creo que no solamente jóvenes sino que a todos nos toca eso. Aquí la palabra clave es honra.

La palabra clave aquí es el honor. Es otro de los verbos. Al igual que para los hombres que dice el amor, el verbo clave para los niños es "honrar a tu padre y a tu madre", el honor de sus padres.

Honra, dice, a tu padre y a tu madre. Si cada uno de nosotros como hijos honráramos a nuestros padres, yo me tengo que preguntar eso todavía con mi madre que tiene 88 años, cada día. Estoy yo honrando a mi madre?

¿Estoy honrando a mi madre? Esa es la pregunta que yo me pregunto: como un hijo. Qué debo hacer para honrarla? ¿Qué significa honrar? No es un tipo de afecto pasivo que no se puede tolerar a los padres y los tratan con respeto básico. No, es más que eso.
Honrar no es solamente tolerar a mi padre y sujetarme ahí a regañadientes. No, honrar quiere decir, preferir, con solicitud

En honor a tratarlos con especial cuidado, con especial respeto, con gran diligencia. Para mostrar el afecto y el amor y respeto. Eso es lo que significa honor.

Honrar a nuestros padres quiere decir mostrarles una preferencia especial, amarlos de una manera reverencial, mostrar reverencia.

Que nuestros padres se sientan contentos de tenernos como hijos. Tu sabes cuál es una de las maldiciones de nuestra generación joven en nuestros días es que han perdido el honor a sus padres.

Uno de los mayores pecados de la generación joven de nuestra época es que muchos han perdido ese sentimiento de reverencia. Hemos perdido que, con la cultura hemos perdido la reverencia que debemos tener, el honor que debemos tener para nuestros padres y nuestras madres.

Para muchos hijos es como que yo tengo el derecho, tu me tienes que sostener. En estos días muchos hijos esperan que sus papás tienen el deber y es su obligación legal pero qué bueno cuando hay un hijo agradecido que tiene como propósito bendecir a su papá y a su mamá, hacerle fácil el trato y la disciplina.

Cuando un padre le pide a su hijo: “mira, me puedes hacer un favor de buscar esto a su mamá, de hacer algo, y en vez de ir a regañadientes y con toda la cara deshecha a buscárselo, decir “No, claro que sí, mamá. Claro que sí, papá”. Cuando hay que cederle una silla al padre o a la madre, honrarlo frente a otras personas.

Eso es lo que estamos hablando, de manera diligente y se muestra el amor hacia sus padres y hacer que sea fácil para ellos para ser su padre o su madre, a preferir por encima de todas las cosas, no hacer nada para sentir su corazón, al amor activamente y con mucho gusto a acatarlas.

El Apóstol Pablo dice que es el primer mandamiento con promesa.

Es el primer mandamiento que tiene una promesa que se le atribuye. En otras palabras, cuando Dios dijo: "Honra a tu padre ya tu madre", también dijo que "a fin de que le vaya bien a usted". Hay una promesa allí.

Cuando un hijo honra a su padre y a su madre, hay una bendición que va a seguir a ese hijo. Yo creo que hay mucha gente hoy en día, en su vida de adultos que no están disfrutando como debieran en sus vidas, porque hay condenación sobre ellos. No han honrado a su padre y a su madre, no los han tratado bien. Cuando un hijo entiende ese mandato del Señor, que debe honrar a su papá y a su mamá y lo ve como algo sagrado, Dios bendice a ese hijo y lo prospera en su futuro. Hay una bendición que está sobre el.

Ahora cuando un hijo no honra a su padre y a su madre, cuando le hace la vida difícil, el Señor enjuicia a ese hijo o a esa hija. Estás tu honrando?

Es importante dar preferencia, el cuidado que ellos necesitan. Claro, para los padres hay también esa idea: “no abusemos de nuestros hijos, no seamos arbitrarios con ellos, no los oprimamos, no les hagamos daño, no nos pongamos sobre ellos y no les hagamos la vida imposible porque eso no es de Dios tampoco.” Hagámoslo con sano temor y amor al Señor.

Qué les parece? Mujeres que sujetan a sus maridos, maridos que aman afectivamente a sus mujeres, padres que cuidan a sus hijos y los tratan bien e hijos honran activamente a sus padres y a sus madres. No les parece una receta para bendición, y para gozo y para armonía en el hogar?

Gloria a Dios, quiera el Señor que así sea. Que en esta mañana podamos tratar de incorporar estas verdades tan difíciles porque requiere que muramos al yo y que muramos a nuestras agendas escondidas. Muramos a nuestras agendas personales para que la gloria de Dios sea establecida y que el Señor se encargue entonces de distribuir su bendición como El quiera y no como nosotros queramos, buscando nuestras ventajas muchas veces.

Gloria al Señor. Recibimos esta enseñanza, hermanos? Recíbala en su corazón. Gracias. Gracias, Jesús. Gracias, Señor.

12 abril 2009

Ver no es Creer (Marcos 9:14)

Vamos a Marcos, Capítulo 9, hermanos, comenzando con el versículo 14.

Mi oración en esta mañana, hermanos, es que nosotros crucemos todos una frontera, que nosotros crucemos una frontera invisible. Lo declaro desde de ahora, declarando lo que no es como si fuera, y al final cualquier frontera que tengamos que cruzar para conquistar el terreno que el Señor nos tiene para nuestra vidas individuales, como una iglesia dotada para cosas especiales, en una
ciudad precisa, el Señor lo cumpla conforme a su nombre. Y tenemos un largo camino delante de nosotros y una fuerte tarea.

Marcos, Capítulo 9, versículo 14: “Cuando llegó a donde estaban los discípulos...,” llegó de dónde? La porción bíblica que anticipa, esta porción bíblica es el monte de transfiguración. Jesús en su gloria, transfigurado delante de sus discípulos: Pedro, Santiago y Juan.

“Cuando llegó a donde estaban los discípulos en el fondo de este monte, vio una gran multitud alrededor de ellos y escribas que disputaban con ellos, y enseguida toda la gente viéndole se asombró y corriendo a El le saludaron y les preguntó: ¿Qué disputáis con ellos? Y respondiendo uno de la multitud dijo: Maestro, traje a ti mi hijo que tiene un espíritu mudo el cual donde quiera le toma, le sacude y echa espumarajos y crujen los dientes y se va secando, y dije a tus discípulos que lo echasen fuera y no pudieron. Y respondiendo El les dijo: Oh, generación incrédula, hasta cuando he de estar con vosotros, hasta cuando os he de soportar. Traédmelo. Y se lo trajeron y cuando el espíritu vio a Jesús sacudió con violencia al muchacho quien cayendo en tierra se revolcaba echando espumarajos. Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que sucede esto? (lo diagnosticó, lo está aconsejando, un tremendo pastor, Jesús) Y le dijo: desde niño, y muchas veces le echan el fuego en el agua para matarle pero si puedes hacer algo ten misericordia de nosotros y ayúdanos. Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo es posible”. Me gusta este versículo en la nueva versión internacional. Jesús aquí dice: Cómo que si puedo? Al que cree todo es posible. “Y en mediante el padre del muchacho clamó y dijo: Creo. Ayuda mi incredulidad. Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba reprendió al espíritu inmundo diciéndole: Espíritu mudo y sordo yo te mando, sal de el y no entres más en el. Entonces el espíritu clamando y sacudiéndolo con violencia, salió y el quedó como muerto. De modo que muchos decían: está muerto. (Tan profunda la paz sobre este muchacho). Pero Jesús tomándolo de la mano lo enderezó y se levantó. Cuando El entró a la casa, sus discípulos le preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera? Y les dijo: este género con nada puede salir sino con oración y ayuno”. Esta es la palabra del Señor. Padre, gracias porque Tu palabra es viva y eficaz, y más cortante que una espada de dos filos. Creemos Maestro. Ayuda nuestra incredulidad.

Hermanos, imagínense esta escena porque esta escena simboliza mucho. En parte podemos decir, para mí leyéndolo esta escena se puede llamar: la pesadilla del pastor regresando de sus vacaciones. Pero, ¿qué me hicieron a la iglesia? Pastor hubo un demonio, un demonio chiquito que se manifestó y lo reprendimos y no nos hizo caso y hubo un pequeño incendio y 30 hermanos más se nos fueron a otro publo, y recogimos una ofrenda de 20 pesos. Ay, pastor! Hasta cuando, hasta cuando. No, gloria a Dios. Nosotros vamos a testificarle al pastor, se movió el poder de Dios, almas llegaron al Señor, sentimos su presencia, cadenas fueron rotas, tuvimos un día de victoria, pastor. Te extrañamos. Te extrañamos pero el Señor se apareció de todos modos y nos bendijo con su presencia. Amen.

Pero es otro tipo de pesadilla. Yo creo que es una pesadilla igual. Lo que esto representa, hermanos, y creo que proféticamente lo que representa esta escena es un perfil de la iglesia moderna, un perfil de los días en que nosotros vivimos. Y sepamos, hermanos, que los días en que nosotros vivimos, nosotros podemos tomar el estímulo que no es nada nuevo. Nuestras luchas espirituales, nuestras tentaciones, nuestras frustraciones, no es nada nuevo. En esta tarde al descender el Señor del monte de transfiguración y encontrarse con esta escena, todos los elementos de la lucha de la iglesia en el día de hoy, están aquí.

Primeramente tenemos al Señor triunfante, poderoso, nunca su gloria fue más obvia, nunca fue más obvia que el era el Cristo, el Mesías, nunca fue más obvio. Delante de los ojos de sus discípulos El se transforma en su gloria natural, eso debía de ser algo serio. Ver al vestuario de nuestro Rey transformado de sus trapos, humildes humanos en gloria. Lo que nos espera a propósito a nosotros un día. Una experiencia que nos espera cada uno de nosotros, cada creyente seremos transformados en un abrir y cerrar de ojos, dice la palabra de Dios. Y ellos lo llegaron a ver, y vieron a Jesús dialogando con Moisés y con Elías y Pedro declara: esto está demasiado bueno, no nos queremos bajar de aquí. Hagamos tren ramada, quedémonos aquí. Esta es la gloria de Dios. Jesús poderoso.

Y vemos una iglesia que Jesús llama por nombre y autoriza. Hermanos, sepamos algo de estos discípulos. Cada uno de estos discípulos fueron autorizados para reprender a estos demonios, uno, y dos ya lo habían hecho en este mismo Evangelio, en el Evangelio de Marcos, Capítulo 6, vemos en el versículo 7 que Jesús al llamar a sus discípulos dice: “... después llamó a los 12 y comenzó a enviarlos de dos en dos y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos”, y luego en el versículo 12 declara: “... y saliendo predicaban que los hombres se arrepintiesen y echaban fuera muchos demonios y ungían con aceite y a muchos enfermos y los sanaban”. Estos mismos discípulos que están confrontando esta escena tan frustrante, ya habían sido autorizados por el poder de Dios para echar fuera demonios y para poner sus manos sobre los enfermos y ya habían visto el poder de Dios fluir a través de ellos. No era nada nuevo para ellos, reprender un demonio. No era nada nuevo para ellos ver un enfermo sanado. Me atrevo a decir, no era nada nuevo para ellos, ver un muerto levantarse. Ellos fueron autorizados con el poder de Dios pero aún así lo que vemos no es una escena de una iglesia poderosa, moviéndose en sus dones y, a propósito, el Señor los esparció, los llamó y les ordenó que salieran a los alrededores de Jerusalén de dos en dos.

En otras palabras, ellos estaban armados con el nombre de Jesús, el nombre de Jesús, no la presencia palpable de Jesús, su autoridad. Aquí tienen lo mismo. Están ellos confrontando un demonio pero la escena es muy distinta. En vez de una iglesia poderosa, lo que vemos es una iglesia impotente, lo lindo es que la palabra de Dios no nos protege de esta escena. En su misericordia El nos permite ver esto. El nos permite ver a los discípulos en esta condición para que aprendamos de ellos. Y vemos el Señor bajar después de un retiro espiritual terrible, una demostración del poder de Dios sin igual. Y se confronta con confusión, y se confronta con una iglesia impotente, y se confronta con una multitud que trae a la iglesia, a los discípulos graves problemas. Jesús te traje a ti, te traje mi hijo, le dice. A propósito, los escribas no están muy lejos. ¿Y qué representan los escribas? Nosotros estamos rodeados de un mundo que nos observa, un mundo incrédulo que nos critica, y un mundo presto para señalar cada falta en la iglesia de Jesucristo. Buscando la evidencia más mínima de impotencia en la iglesia de Jesucristo, como para decir: Ajá, viste, ustedes predican tremendo Jesús. Ustedes predican un Evangelio de poder. Ustedes predican un Dios que cambia corazones. ¿Pero, y este, y este otro, y qué me dicen de este demonio, y por qué no lo pueden reprender, ustedes y su gran Jesús, y ahora qué? Y nos velan, hermanos. Nos velan. Están esperando, precisamente esos momentos de impotencia y debilidad. En su vida no ha acontecido, declarando a un rey de gloria, declarando cambios tremendos, declarando que sirves a un Dios poderoso. ¿No tienes amigos? ¿No tienes compañeros de trabajo? Muchos de ellos anhelan que sea verdad el Evangelio que sale de tus labios.

Yo creo que el mundo que critica la iglesia hostilmente es una minoría. Yo creo que la gran multitud es una multitud que desea a Jesús, que anhela un Dios poderoso, que anhela una iglesia poderosa, que anhela una iglesia capaz de traer cambios, capaz de moverse en el poder de Dios, capaz de usar la autoridad que Dios le ha delegado. Cuando vienen aquí, hermanos, y vienen y vendrán y vendrán y ojalá que vengan en multitudes, vendrán con sus pecados, vendrán con sus cadenas, vendrán con sus vicios, vendrán con sus enfermedades, vendrán con sus líos, vendrán con sus vidas desordenadas, así no llegamos nosotros? Así llegamos. ¿No vinimos así? Vendrán con la esperanza que confrontarán a un Jesús poderoso y le dice Jesús te traigo, te traigo mi hijo, te traigo mi esposo, te traigo mi matrimonio, te traigo mi cáncer, te traigo mi adicción, te traigo mi confusión, te traigo mi necesidad, te traigo mi quebranto, te traigo mi dolor, te traigo mi vida. Haz algo Jesús. Si puedes, ten misericordia de mi y haz algo. Y aquí vemos el contraste de un Dios Todopoderoso y como que todo este poder le está pasando por un filtro contaminado.

Hablando de pasos de fe, este martes vamos a celebrar un asado en mi casa y yo decidí despedir el horno de carbón que tenemos porque francamente no lo se usar. Lo despedí, bueno, Marina, nos vamos a modernizar. Voy a comprar un horno de gas. Tengo yo mis fantasías de tratar con un horno de gas. Me crees que yo no soy mecánico para nada, el Señor no me dio esos dones. Yo dije en el nombre de Jesús, voy a armar, porque llegó en una caja y dice ni siquiera necesita herramientas. La primera mentira, el Señor los reprenda. No se lo creas al hombre del Deposito cuando te diga que no necesita herramientas. Necesitabas un buen destornillador y lo que sea. Abro esa caja y comienzo a sacar piezas y pienso: si yo no armo esto bien, hasta aquí llegó Samuel, hasta aquí llegó la casa, hasta aquí llegó mitad del vecindario. Un paso de fe: ayer en el nombre de Jesús, después de armarlo todo y a ver si todos los alambres estaban donde tenían que estar y todos los tubos donde tenían que estar, en el nombre de Jesús, ¿sabes qué? .... y prendió. Prendió, gloria a Dios. Yo pensé el primer milagro de este fin de semana. Pero, mi confianza en este aparato subió porque dicen que este aparato tiene un filtro. Cada aparato de gas, cada horno de gas está armado con un filtro. Este tanque poderoso de gas, que si uno lo descuida puede resultar en una explosión dramática. Pero ese gas fluye a través de un alfiler finitísimo, todo ese gas pasa por ese filtro. Y si ese filtro no está pegado exactamente como debe ser al tanque de gas, no fluye, no fluye. Todo ese poder, toda energía se queda en el tanque. Y nos quedamos sin carne, nos quedamos sin llama. Algo así más o menos es el poder de Dios.

El Señor ha pegado esta iglesia a un tremendo tanque de energía, el poder de Dios, la misma energía que dio vida al universo, que puso las estrellas en su lugar, que con su palabra nada más creó El el cielo y la tierra. Ese es el poder a disposición de la iglesia. Pero el Señor ha enchufado este poder a un filtro muy finito llamado la fe. Y ese filtro no está limpio, si ese filtro no funciona, ese poder no será transferido a nuestras vidas y a nuestra realidad. El Dios Todopoderoso, el Dios soberano, El mismo se limita. El Señor dice: si puedes creer, al que cree todo es posible. Es al que cree todo es posible.

El problema no es que Dios no es Todopoderoso, en este mismo Evangelio en el Capítulo 10 cuando los discípulos le preguntaron a Jesús, bueno si este es rico, piadoso no puede llegar al cielo, entonces, quién llegará al cielo? Y el Señor declara: “Para los hombres es imposible más para Dios no porque todas las cosas son posibles para Dios”. El declara al profeta Jeremías: “Yo soy Jehová, Dios de toda carne. ¿Habrá algo difícil para mi?” Es una pregunta retórica porque sabemos que no. Para Dios no hay nada difícil, El es el yadae, el Dios Todopoderoso, no hay nada que El no puede hacer.

Pero la llave, el filtro, es el creer. Como le dijo el Señor a Marta, al frente de la tumba de Lázaro, le comparte a Marta y le dice: “¿Crees que tu hermano se levantará de nuevo de entre los muertos?”, y Marta dice: “bueno, yo se que en la resurrección.... El Señor le declara: No te he dicho que si crees, si crees, verás la gloria de Dios. Y creo, hermanos, que aquí encontramos lo que está obstaculizando el fluir. El Señor lo diagnostica en el versículo 19: “... respondiéndole les dijo: Oh, generación incrédula”. ¿Por qué no fluye el poder de Dios como debe fluir? Hermanos, porque somos, y hace tiempo que somos una generación incrédula.

¿Que es lo que queremos decir con esto? Suena escandaloso. Yo estuve el año pasado tuve el privilegio de asistir a una graduación del Seminario de Gordon Conwell y pasaron todos los que acaban de recibir su doctorado en ministerio. Más de la mitad de las tesis hacían alguna referencia a los tiempos postmodernos. Yo nunca había oído ese termino antes de eso, gracias a Dios, quizás me hubiese confundido. Y pregunté, ¿y esto qué quiere decir de una época postmoderna? Y lo que indican con eso, es que ahora estamos viviendo en una época nadie, francamente cree en nada, en que no hay una verdad absoluta, en que pueden existir dos verdades contrarias e igualmente verdaderas. Esa es la idea de la era postmoderna. Y yo lo que digo, es que la palabra de Dios está hablando de una era postmoderna hace años. Esto no es nada nuevo. El Señor está hablando de una generación incrédula. La era postmoderna tiene un comienzo, es en el Jardín del Edén, cuando Satanás le pregunta a Eva ¿y tu lo tomas en serio? ¿tu tomas la palabra en serio? Hermanos, la era postmoderna no creo que es nada distinto a la generación que está indicando Jesús.

Hermanos, tengan en mente antes de Jesús, antes de Juan el Bautista, esta generación bíblica, esta generación del Nuevo Testamento, vivieron 400 años sin un profeta, y 400 años sin ver el mover de Dios de una forma milagrosa. ¿Qué pasó en esos 400 años?¿Qué pasó en ese silencio? Dos modos de pensar surgieron y el Apóstol Pablo lo describe en Primera de Corintios, Capítulo 1. El dice: “... porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría”. Los griegos aquí, hermanos, representan a aquellos que acuden a la ciencia, aquellos que insisten en el método científico. En otras palabras, si no lo puedes reproducir en un laboratorio, si no lo puedo tocar, si no lo puedo medir, si no lo puedo palpar, si no me puedes dar la evidencia, si no me lo puedes describir, si no lo puedo medir, no lo puedo creer. Si no lo veo, no lo creo. Y los judíos buscan señales, en otras palabras, muéstrenme un milagro y te lo creo, muéstrenme una señal poderosa y yo lo creo. ¿Cuántos no han tenido una amistad? Se le habla del Señor y te dicen, bueno cuando Jesús se me presente un día de estos, y me llame por nombre entonces lo creo. Te tengo noticias, El se te va a presentar un día de estos y si lo va a creer y si te va a caer de rodillas, y si va a declarar: Jesús es el Señor. Ahora, espero que no sea muy tarde.


Esto no es nada nuevo. En el Capítulo anterior, uno de estos mismos fariseos, estos escribas le piden una señal al Señor. En el Capítulo 8, versículo 11 “... vinieron entonces los fariseos y comenzaron a discutir con El pidiéndole señal del cielo para tentarle”. ¿Sabe dónde cae este versículo? El Señor acaba de darle pan y multiplicar el pan y los peces a 4000 personas. Tu quieres más señal que eso. Multitudes de endemoniados, libres, multitudes de enfermos, sanados. ¿Quieren más señal que eso? Y ellos piden señales para tentarle y gimiendo en su espíritu, dice la palabra, “...ellos gimiendo en su espíritu dijo ¿por que pide señal esta generación, de cierto os digo que no se dará señal a esta generación.” Me encanta esto, lo dejó con la palabra en la boca, “... y dejándolos volvió a entrar en la barca y se fue a la otra ribera”, los dejó con la palabra en la boca. ¿Por qué hizo Jesús esto? ¿Porque es imprudente? ¿Por que los trató de esta manera? Porque El conoce esta generación, hermanos. Esta es la misma generación que anduvo con Moisés en el desierto. No hay una señal del cielo, no hay un milagro que te puede hacer creer. Ellos vieron, esa generación en el desierto vio al Señor partir las aguas y hacer una carretera dentro del mar. Ellos vieron el ejército más poderoso del mundo ahogándose en esas mismas aguas en la misma tarde. Ellos vieron al Señor Jesús caminar por delante de ellos con una columna de fuego, de noche los cubrió con una columna de nubes. Ellos vieron pan caer del cielo para alimentarlos. Ellos vieron el desierto, piedras en el desierto, brotar agua para saciar su sed. Ellos vieron señales y aún así lo dudaban. Aun así lo rechazaron, aún así murieron en el desierto, tanto así que en Hebreos Capítulo 4, declara el escritor que no les fue provecho esas señales por no ser acompañados por fe.

Hermanos, en esta tarde ¿quieren señales? ¿quieren milagros? están a nuestro alrededor. Los milagros y las señales están en este templo ahora, en la quietud de este mensaje pero estoy ahora mirando a esta congregación puedo indicar, y no lo hago para que no se sientan mal, milagros. Aquí hay milagros, aquí en estos asientos están sentados milagros, señales, prodigios. Aquí en estas bancas hay vidas transformadas por el poder de Dios, porque yo los vi ser transformados por el poder de Dios. Aquí en esta banca veo gente que entraron aquí con muletas para nunca andar jamás y están no solamente andando, pero brincando y saltando y gozándose delante de la presencia de Dios. Aquí, hoy, aquí en este templo veo personas encerrados en el manicomio, y el Señor los sacó de allí y ahora con mente clara esta ministrando a multitudes otros. Esos están sentados ahora aquí. Aquí veo madres solteras que han llegado a este templo con sus vidas destrozadas, con lo que le quedaba, sus lágrimas y sus hijos y yo veo, lo he visto, y es más de una, por eso es tan difícil señalar, porque son muchas, muchas que han llegado. Ser transformados, el Señor sanar sus vidas, ahora han graduado de la universidad y sus hijos están asistiendo a la universidad, como dice Gigi Avila, ¿y quien lo hizo? A su nombre. Amen. Eso está aconteciendo aquí, está a nuestro alrededor ¿qué más señal quiere?

¿Quieres un signo? Mira a la persona sentada a tu lado. Hay un milagro sentado a su lado. Hay un adicto que era adicto y roto y borracho y se caía en el suelo y ahora es un siervo del Dios viviente. Eso es un milagro. Eso es un milagro. Eso es un signo.

Saben lo que es el problema. El problema es que el ver no es creer. El ver no es creer. Hermanos, el Señor nos bendijo con 5 sentidos, dicen, son muchos más, pero saben lo que son nuestros sentidos. Nuestros sentidos son meramente receptores de estímulos electrónicos que nuestro cerebro, que es una computadora, analiza y lo traduce en palpar y sentir, y gustar y oír y ver. Eso es todo. Nuestras mentes, nuestros sentidos sirven meramente para analizar. Pero no nos ayudan a creer. No es con nuestra mente que nosotros creemos, hermanos. La palabra dice que si confesare con tu boca que Jesucristo es el Señor y si creyeres en tu corazón que el resucito de entre los muertos, serás salvo, porque con tu corazón, con el corazón se cree para justicia. Con el corazón....

Hermanos, que más señal queremos. El se levanta después de 3 días de muerto, deja su tumba vacía y aún sus enemigos no echaron en cara que había un muerto todavía en su tumba, 2000 años después. Dos mil años más tarde, Jesús sigue vivo. Él todavía está vivo. El sigue viviendo. ¿Qué más señal queremos? El Reino de Dios no se palpa con los sentidos, requiere otros tipos de órganos. El Señor nos hizo conforme a su semejanza. El nos hizo conforme a la misma programación de los Ángeles, y eso quiere decir, hermanos, que dentro de nosotros hay la capacidad de creer y ver y palpar lo sobrenatural, que no se puede tocar con las manos.

Dice la palabra de Dios en Primera de Corintios, Capítulo 2, declara la palabra de Dios: “... antes bien como está escrito, cosa que ojo no vio ni oído oyó ni ha subido en corazón de hombre son las que Dios ha preparado para los que le aman porque Dios nos las reveló a nosotros por el espíritu porque el espíritu todo lo escudriña aún lo profundo de Dios.” Cuando nuestro espíritu se lanza y se une con el espíritu de Dios comenzamos a experimentar lo milagroso del Reino de Dios y comenzamos a ver lo invisible. El no creer es una decisión y el Señor dice que ahora esta generación el mundo se divide entre dos categorías de personas, y el Señor lo declara así, un día se va a ser muy claro: aquí están los que creen, aquí los que dejaron de creer. Y el lo declara en Romanos Capítulo 1 en el siglo XVI, el Apóstol Pablo declara: “porque no me avergüenzo del Evangelio porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree”, al judío al que está buscando una señal primeramente, y también al griego al que está buscando evidencias lógicas. A estos dos también el Señor les tiene salvación. Nosotros aquí que estamos buscando el uno al otro, el Señor nos ofrece el milagro de la fe, porque en el Evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe como está escrito: “Más el justo por la fe vivirá” y por qué el Señor lo hace tan claro, El dice: “ que más evidencias le puedo dar, les amo, qué más evidencias le puedo dar. Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad. Porque lo que de Dios se conoce es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de El, su eterno poder y deidad se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.

Hermanos, no fue hasta solamente el siglo XX que pudieron determinar el genoma humano y contar los cromosomas del ADN y lo que ha resultado es algo increíble. Químicas, que eso es lo que es el ADN, es un experimento químico, que se comunican de una forma matemáticamente como si fueran programados, como si fueran programados por una computadora. ¿Quién me puede decir que Dios no nos creó? ¿Quién puede mirar en la noche y ver las estrellas y ver como el mundo sigue y el universo puede ser creado y no creer en un Dios poderoso? Pues habiendo conocido a Dios no le glorificaron como a Dios, no le dieron gracias, sino que se envanecieron en su razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido, profesándose el sabio se hicieron necios y cambiaron la gloria del Dios incorruptible, en semejanza de imagen del hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos, de reptiles, por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia. Es terrible, hermanos.

En las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos, amen. Hermanos, no es ese nuestro mundo. Un mundo que aún tan claro como es la evidencia de Dios decide rechazarlo. Hermanos, nuestras mentes solamente pueden analizar, pero es con el corazón que creemos. Ahora, como podemos llegar a creer. ¿Qué es lo que indica el Señor? ¿Cómo podemos abrir ese filtro? ¿Cómo podemos abrir esa llave para que el poder de Dios fluya de una forma limpia, poderosa y usable?

Hermanos, les sugiero un par de pasos que podemos tomar. Los mismos discípulos le preguntaron al Señor: Señor auméntanos la fe. Eso es lo primero que queremos aclarar. No estamos hablando de un tamaño de fe, no se apure. Ya usted tiene toda la fe que usted necesita para ver el poder de Dios dentro de ti, en términos de cantidades. El dice “si tu fe fuera como un grano de mostaza, puedes declararle a este monte, pides el mal y te obedece. No es un hecho de cantidad de fe pero ejercitar esa fe, acostumbrarse a usar la fe que Dios nos ha dado. Hermanos, sugiero esto, primeramente oremos, es lo que le dice a los discípulos: “¿por qué no pudimos reprender a este demonio, Señor. ¿Por que se nos hizo imposible? Y le dice el Señor: “Este género no sale sino con ayuno y oración”. Es más en los manuscritos más antiguos y en otras versiones de la Biblia, ni siquiera usan la palabra ayuno, aunque hermanos, su ayunito no le viene mal. Enfatiza el orar, y ¿por qué el orar? El orar, hermanos es un diálogo con Dios. En el orar, el mero hecho de orar, es un acto de fe. Usted lo sabe. El que usted se levante media hora antes de lo que usted tenga que levantarse y sacrificar 20 minutos, media hora de sueño y así como un sonámbulo, buscar la taza y buscar el café y cuidado que no saque el veneno de las ratas y tu lo metes en el microondas y lo prende... gracias Señor, gracias, Padre. Dejé mi cama, dejé mi esposa. Es un acto de fe. Sin fe es imposible agradarle a Dios, porque es necesario que el que acerca crea que El es, en otras palabras que El existe. De ahí, en ese cuarto a solas contigo, hay alguien que no solamente que viene, ya te está esperando en la sala, ya El está ahí, El está aguardando su cita contigo, El tiene milagros a su disposición, El ya tiene tus ordenes para tu día, El ya sabe como perfeccionarte. Y El está ahí sentado esperándote, y es un diálogo. Uno abre esta palabra la palabra te comienza a transformar, y la palabra te comienza a redargüir porque El es galardonador, galardonador de aquellos que lo buscan.

Usted debe creer que Él es, y que Él es un protector de los que le buscan sinceramente
El te tiene tu galardón. Y quizás, tu galardón no es lo que usted buscaba en principio, hermanos. Y eso viene el próximo paso. Paso número dos: primero, ore. Segundo, comienza a tomar pasos de fe. Hazlo. Comienza a tomar pasos de fe, como cuáles.

Un paso de fe puede ser algo así, hermanos. Al principio es meramente sincronizando tu vida con la palabra de Dios. Ahora, hermanos, esto es un proceso doloroso. Si esto es un comienzo para usted, hermanos, gloria a Dios. Nunca es tarde para comenzar. Esta tarde puedes llegar a tu casa y orar pero sabes qué, en esos tiempos a solas con el Señor, el Señor le va a revelar cosas en la palabra que le van a hincar, le van a doler. En otras palabras, nosotros vamos a confrontar fronteras. Fronteras.... Y el Señor nos puede decir: Honra a tu madre y a tu padre para que tus días sean algo sobre la tierra. Y te sale, “Pero!!” y ese “pero” es la frontera. Ya identificaste la frontera.

Pero, yo ni siquiera conozco a mi padre o sí conozco a mi padre pero nunca fue un padre para mí. ¿Cómo me va a pedir el Señor que yo lo honre? Esposos, amen a su esposa. “Pero, Señor” Tienes que estar bromeando. Padre, amen a mi esposa. Esposas, sométanse a sus esposos. “¿Qué, a ese.....?” ¿Cómo voy a hacerlo? Just do it. Just do it. Bueno, Señor, no se siente bien. Me gusta la idea, y nos vamos a ver. Tenemos que aclarar porque aquí, yo te respecto como mi Dios pero aquí, metiste la pata, pero como tu lo dices, como dice el Apóstol Pedro: “Como tu lo dices”, voy a ..... en el nombre de Jesús. Y le dice a esa mujer imposible: Te amo. Y le dice a ese amante que el Señor te dice una y otra vez: Esto no va a funcionar. Esta relación te está arrastrando como un ancla al infierno. Córtalo. Esta amistad, aléjate. Ese habito, déjalo. Esa adicción, déjala. Tu conoces mi palabra. Hijo, te amo, es por tu bien que te lo digo. Te hice, te conozco, quiero tu bien, te quiero usar. En ti hay potencial porque te creé, pero cruza la frontera. Créame, usted se deja utilizar.
Un paso de fe entonces también puede ser moverte en las promesas del Señor. A menudo que nosotros comenzamos a conocer la palabra y obedecer la palabra vamos a comenzar a ver promesas. El Señor puede ser algo tan sencillo, una palabra que te surge una mañana, a las 6 y media de la mañana, lees el versículo que dice: “... porque si está en Cristo, nueva criatura es”, y un paso de fe puede ser algo que ni siquiera parece espiritual. Un paso de fe puede decir “Bueno, si yo en verdad soy nueva criatura, si el Señor cambió mi mente, si el Señor cambió mi vida, entonces por qué no hila este taller de salud, y ser bendecido allí. ¿Por qué no tomar una clase de inglés y domar ese gigante que ha regido mi vida, ese Goliat, cuál es su Goliat? Hermanos, ¿cuál es el demonio que está retando a su fe? ¿Cuál es la pared que el Señor quiere que usted derribe? Puede ser, en el nombre de Jesús, Gregory habla en inglés, Samuel solo habla inglés, todo el mundo habla inglés, en el nombre de Jesús voy a hablar inglés, porque quiero predicar a mis hermanos anglo parlantes. Voy a tomar una clase de computación, voy a matricularme en la universidad. ¿Por qué? Porque soy hijo de un Rey, soy algo especial, el poder de Dios está en mi. ¿Por qué no? Y el tomar esa clase es un paso de fe. Y uno dice, en el nombre de Jesús, me vuelvo en fe.

Y también es un paso de fe, usted mientras está moviéndose en fe, tomando esos pasos positivos en fe va a comenzar a sentir impresiones espirituales, el Señor te va a invitar a hacer cosas ridículas, que parecen ridículas, impresiones, estímulos que el Señor te va a hacer que hagas en el nombre de Jesús, y sabes que? Usted hermano no tiene que ser pastor o tener un título para moverte en el nombre de Jesús. En este mismo Capítulo los que los discípulos no pudieron hacer, vieron los Apóstoles, Juan entre ellos, uno por allí que ni siquiera el nombre le conocemos, reprendiendo demonios. Parece una factoría, “te reprendo en el nombre de Jesús” “te reprendo en el nombre de Jesús”, ni siquiera conocemos su nombre, y Juan le dice: “Señor, lo reprendemos porque el no está en la banda, el no tiene el título, el no fue al seminario, el no conoce nada de esto”. “Muchacho, déjalos, si el que está con nosotros, no está en contra de nosotros.”

Hermanos, nosotros quizás no conocemos el nombre de este hombre, pero el Señor sí lo conoce. Quizás su nombre no está escrito aquí pero yo les puedo decir, hermanos cada vez que usted toma un paso de fe, el Señor se da cuenta. Cada vez que usted toma un paso de fe, hay celebración en el cielo. Cada vez que usted toma un paso de fe, usted sube en rango en el Evangelio del Señor, en el Reino de Dios. Y un paso de fe, hermanos, solo Dios sabe a donde termina. Ayer el hermano Juan me dio el privilegio de ir y visitar la casa del hermano Roberto El hermano Roberto es un hermano que está aquí y es un hermano porque aquí recibió al Señor como su salvador. Es un hombre que tiene un obstáculo mental, vive independiente pero tiene un obstáculo mental. El hermano Juan me decía que trabajando con el, un hombre con un obstáculo mental, anciano, que habla solamente inglés, el hermano Juan un hombre de Colombia, que hablaba poco o nada de inglés, cómo se iba a comunicar. Y el dice que el sintió de parte del Señor, saludarlo todas las mañanas con estas palabras: God bless you. (Dios los bendiga.) Y para decírselo bien, el dice que el escribió en el timón de su carro, esas tres palabra: God bless you. Y ahí lo ensayaba. God bless you, Roberto. Y dice que después de unos días, Roberto le saludaba de nuevo: God bless you too. Oh, esto va bien, esto va bien, nos entendemos.

Hermanos, un paso llevó a otro paso, un paso llevó a otro paso, de una forma callada, paulatina, sin mucho ruido. Aquí está Roberto, aquí está su compañero de cuarto. Aquí ellos bendicen al Señor, porque en el Señor no hay barreras, ni de idiomas ni de experiencia.

Hermanos, la tercera sugerencia es esta: unámonos con gente que profesa y ejerce la fe. Si usted está aquí en esta tarde, puede ser que usted tenga sus luchas, puede ser que usted tenga sus dudas, pero estás aquí y Dios te bendiga. Dios te bendiga. El Señor conoce donde tu estás. El Señor sabe que si tu estás aquí es porque crees a un nivel que hay un Dios poderoso y que El es galardonador de aquellos que lo buscan, y El invita tus luchas, El invita que seas sincero con El y que digas: Señor tu sabes donde estoy, creo. Ayuda mi incredulidad. Creo.

Pongámonos de pie. Estas más cerca al poder de Dios de lo que te puedes imaginar. Pero el Dios de la gloria está aquí. Su poder fluye y la frontera es tu fe. Crees. ¿Cuál es tu frontera? ¿Cuál es tu frontera? ¿Cuál es el milagro necesario? ¿A dónde necesitas el toque de un vivo Dios? No una religión, la religión es meramente el conducto que nos lleva al trono de Dios, es la vía, son los pasos, es la autopista, pero no es el destino. El destino es el trono de Dios. Y les voy a invitar a esto: primeramente si hace tiempo que usted está aquí y nos ha visitado, quizás nos está visitando por primera vez, el Señor te invita a que participes de la generación creyente, de la generación de fe. Tu no necesitas mucha fe, tu ni siquiera necesitas estar aquí o habernos visitado antes, pero sí si usted está dispuesto decir: yo creo en Dios, necesito un Dios y creo que el Señor el galardonador de los que le buscan, y hoy yo le busco y yo necesito a este Jesús y tu nunca has hecho ese paso, tu nunca has dicho: yo soy de El. Quiero recibir a Jesús como mi salvador. Te invito a que ejerzas esa fe y que comiences a tomar pasos. Si ese eres tu, te invito a que levantes las manos. Si quieres recibir, nunca lo has hecho, y quieres hacer una profesión de fe en esta tarde, Dios te bendiga, Dios te bendiga, Dios bendiga esas manos.

Hoy el milagro comienza. Hoy. Hoy. Hoy su vida cambia. Hoy las cosas son distintas.

05 abril 2009

El Amor todo lo espera

Primero de Corintios, 13, solo quiero leer unos versículos de este Capítulo y quiero enfocarme en 4 palabras de este Capítulo. La palabra dice: “Si yo hablase lenguas humanas y angélicas y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe”. Saltando al versículo 4: “... el amor es sufrido, es benigno, el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece,no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor, no se goza de la injusticia más se goza de la verdad”. Versículo 7: “todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”.

Yo quiero enfocarme en la parte que dice: “...amor todo lo espera”. Saben que leemos estas palabras como palabras poética y yo casi nunca me paro para pensar qué significa esto, que significa el amor siempre todo lo espera. Pues vamos a ver que significa hoy. Oremos juntos.

Padre, en el nombre de Jesús, gracias Señor que tu amor y el amor que tu quieres que habite en nosotros es un amor poderoso, es un amor profético, es un amor que hace una diferencia en nuestras casas, en nuestro lugares de trabajo y en esta ciudad, y aquí en esta iglesia. Tu amor tiene poder para cambiar vidas, así que te pido que nos hables en este día y nos enseñes qué significa Señor que el amor todo lo espera, en tu santo nombre, amén.

Quiero comenzar con una confesión personal. Estamos listos? Yo fui a California de vacaciones por un fin de semana con mi esposa para visitar a la familia y fuimos a ver un partido de baseball, a un equipo, Los Angels, que están ahí Anaheim cuántos son fanáticos de baseball, unos cuantos peloteros tenemos aquí. Fui a ver un equipo que se llama Los Angels, así que hay 45000 personas en este estadio, mucho más grande que Fenway, que está aquí. Saben que resulta que el equipo de baseball que está ahí, es un equipo que está en competencia con los Red Socks, las Medias Rojas, para ganar un lugar en los playoffs. Así que están en competencia aunque no están en la misma división, con el wild card thing.

Bueno, yo ahí con 45000 personas y mi esposa y nosotros nos pusimos nuestra camisa de los Red Socks para estar ahí. Pero estábamos ahí y todo el mundo es muy amable, no son malos, como Bostoniano. Hay mucho sol, todo el mundo alegre. Aquí en Boston te tiran cerveza, y si tu tienes una camisa puesta. Ahí te sonríen y hacen un chiste. Son gente muy buena y tranquila. Yo ahí mirando el juego con unos amigos de mi esposa y míos también ahora, y yo cuando los Angels hacían bien, cuando marcaron o algo así, yo aplaudía con los demás pero tengo una confesión para ustedes: dentro de mi corazón yo quería que perdieran. Y ahí todo el mundo después del juego, yo feliz, porque perdieron. El amor no es así. El amor todo lo espera. Tiene esperanza para la persona que están ahí en nuestras vidas.

Vamos a Lucas, 13. Vamos a aprender de verdad como es el amor y como no es, porque muchas veces somos como yo era en ese juego. Damos la sonrisa a la gente, somos muy amables pero saben qué, a veces muy por dentro queremos que pierda. Dios no quiere un corazón así. Lucas, 13, comenzando en versículo 6, una parábola. Dijo también esta parábola, “Tenía un hombre una higuera plantada en su viña y vino a buscar fruto en ella y no lo halló. Una higuera que no daba fruto. Y dijo el viñador, he aquí hace 3 años que vengo a buscar fruto en esta higuera y no lo hallo. Córtala, porque inutiliza también la tierra. El entonces respondiendo le dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cabe alrededor de ella y la abone, y si diere fruto bien, sino la cortarás después”.

Cuando una planta, nosotros tenemos una planta así delante de nuestra casa que no está dando fruto, estamos pensando, cuándo vamos a matar a esta planta. La persona dueña de la viña decía “Córtala, porque también inutiliza la tierra” que está ahí. Vanos a cortar este árbol porque no sirve, no funciona. Pero había otra persona ahí que dice: Vamos a esperar un años más y dale tiempo, porque yo tengo esperanza que tal vez, todavía pueda dar fruto este árbol y dar higos para nosotros. Esperemos un poco más, sino después de un año, córtala. Pero si da fruto, hemos ganado un buen árbol.

Muchos de nosotros somos los que decimos “Córtala”. Córtala, ya no sirve. Cuando hay una persona que te molesta, una persona que tu crees que tiene defectos, qué dices dentro de ti? Si fueres el rey, el rey de Boston con la corona y todo o la reina de Boston y alguien no te cae bien, ahí en la calle el tráfico te corta algo así, qué dices dentro de ti? En ingles “Off with his head!” “Cortadle la cabeza!” Vamos a decirlo juntos: Cortadle la cabeza. Muchos somos así. Ese tipo no sirve, cortadle la cabeza. Dios no es así, gracias a Dios. Porque el que tiene el poder de cortarte la cabeza cuando tu fallas, no lo hace.

La palabra dice que El es muy tardo para enojarse, dando tiempo, lo que parece miles y miles de años para dar esperanza, para que la gente pueda arrepentirse antes de ser castigado. Muchos de nosotros no somos tan amables. El equipo, ya que estamos hablando de baseball, los Red Socks, están ganando esta semana. Si pierden un solo partido todo el mundo va a estar diciendo del manager: Cortadle la cabeza. El manager del año pasado, un error en todo el año, Cortadle la cabeza y todo el mundo feliz.

En la Biblia había personas así. Un profeta que quería cortarle la cabeza a sus enemigos. Cuántos sabemos que no quería que Dios tuviera misericordia de la gente. Cual profeta era? Jonás. El no quería que Dios tuviera misericordia de los de Nínive. No quería esto. No esperaba en ellos, quería castigo para ellos. Así que el ni quería predicar, por eso se metió en un barco y terminó en el estómago de un pez grande y después ahí predicando y todo el mundo se arrepiente de sus enemigos. Y Jonás alegre, que están bendecidos? Jonás alegre que ellos han cambiado sus vidas? Nada que ver. Jonás, ahí, Señor estoy molesto contigo. Para que tu siempre tienes misericordia con la gente? Por qué no les cortas la cabeza como yo quiero que tu hagas? Jonás como un niño malcriado tuvo que ser enseñado que el amor todo lo espera.

También habían otros discípulos Juan y Jacobo, supuestamente el discípulos de amor, Juan, y ellos después de predicar en Samaria y los de Samaria rechazaron la palabra y qué le dicen a Jesús: Jesús, debemos llamar fuego de los cielos para acabar con todos. Tu puedes sentir que están queriendo eso: fuego. Yo quiero ver fuego, vamos a acabar con la gente que me molesta. Cortadle la cabeza. Jesús le dice: de qué espíritu tu eres? El amor todo lo espera.

Moisés no era así. Qué pasa con Moisés? Había un momento que el pueblo de Israel habían pecado tan fuerte que Dios dijo: Mira, aléjate del pueblo porque yo voy a acabar con todos y voy a hacer de ti una gran nación. Moisés en lugar de decir; Bien, por fin, lo han buscado... Moisés dice: No, ten misericordia de ellos. Si no los perdonas a ellos, bórrame a mi de tu libro que tienes escrito. Porque Moisés era un hombre que había aprendido el amor todo lo espera de la gente. Y quiere misericordia para los demás.

Hay un dicho que tal vez has escuchado: Este nunca cambia. Nunca cambia. Es así, y no cambia nunca. Hay otro dicho que vamos a aprender hoy, el dicho que dice: Todavía hay esperanza para ti. There’s hope for you yet. Yo nunca les pido que hagan cosas tontas aquí, pero hoy les voy a pedir que hagan algo tonto. Yo te invito a mirar especialmente, si estás con un familiar, que mires a la persona de al lado para decirle “Todavía hay esperanza para ti”. Aún hay esperanza para ti. This is a line that could be used at key moments in discussions in the home. Todavía hay esperanza para ti. Funcionó. There’s still hope for you yet. You’re not a totally lost cause. Para este hay esperanza.

Había un hombre del Libro de los Hechos, en el comienzo de la iglesia cristiana que se llamaba José, y el era un hombre tan bueno que le dieron el apodo, el sobrenombre, Animo. En griego, Bernabé, porque el daba ánimo, hijo de consolación, ánimo a los demás. Había un caso, había un malo, un hombre que andaba matando gente, que después un día el está sobre su caballo, y el Señor lo tumba de su caballo y le dice: Porque me persigues? Y hay una conversión impresionante en la vida de este hombre malo. Y el viene a la iglesia, pero el había andado matando cristianos, así que el viene y aparece a la puerta de la iglesia un día de León de Juda, aquí. Mira, tengo un testimonio, yo quiero predicar con ustedes. Y qué dice todo el mundo. Tu? Este nunca cambia. No ha cambiado. No confiamos en ti. Tu no has cambiado para nada. Tu estás haciendo un juego para tratar de engañarnos. Se llamaba Saulo ese hombre. Pero había una persona en la iglesia, José, Animo, Bernabé que le dijo a este hombre: Sabes que, todavía hay esperanza para ti,. Yo no te voy a juzgar por lo que has hecho en el pasado, porque yo se que la gente puede cambiar. Vamos a hablar. Así que Saulo le cuenta su historia y después de eso Bernabé lo trae, lo lleva a los discípulos, lo presenta a los discípulos, dice: Mira, escúchalo. El ha cambiado. Y si no fuera por Bernabé nunca hubiera existido un predicador que se llama Pablo. Si no fuera por alguien que sabía que el amor todo lo espera, este hombre hubiera quedado fuera de la iglesia. Cuántos somos así? Alguien te ha hecho mal en el pasado o era malo antes, años atrás y tu estabas muy molesto con esa persona, y después, años después todavía lo tienes ahí, encajado en tu mente, atrapado en pensamientos malos de esa persona. Este nunca cambia. No voy a confiar en que el Señor ha hecho una obra.

Dios tiene corazones como el corazón de Bernabé. Había otro caso, cuando los gentiles, los no judíos conocieron a Cristo la primera vez, y todos los judíos decían: No puede ser, el Evangelio es para nosotros, el pueblo de Dios. Pero había uno, que se llama Bernabé, dijo: Yo creo que hay esperanza para ellos, y yo voy a conocerlos, voy a animarlos. Gracias a el, aceptaron a los gentiles en la iglesia y todos nosotros, la mayoría de nosotros somos gentiles. Y si no fuera por alguien que tenía amor con esperanza, no estaríamos aquí hoy en este día. Había otro momento que ellos tenían un joven que se llamaba Juan, Juan Marcos, que andaba con Bernabé y con Pablo ministrando ahí en las calles, y Pablo que recibió misericordia antes, no tenía tanta misericordia para los demás a veces, a veces. En un momento ese joven dijo: Ya no puedo mas, eso es mucho trabajo, yo vuelvo para mi casa. No puedo. La gente es dura, me gritan, me tratan mal, yo no quiero seguir predicando. Y los dejó. Después, como un años después, Bernabé y Pablo están al punto de salir de misiones otra vez y Juan Marquitos quiere otra oportunidad. He wants a second chance. Qué dice Pablo: Cortadle la cabeza. Ya nos falló una vez, no me falle dos veces. No confío más. El que había recibido misericordia, no estaba dispuesto a darla. Bernabé que también era primo de Juan Marcos, lo mira y el dice otra cosa: Sabes que, para ti hay esperanza, yo veo potencial en ti y tu tienes mucho que dar. A pesar de tus fracasos y fallas y defectos, yo se que hay posibilidades para ti y yo te voy a tomar. Como se dice en ingles: I’ll take you under my wing and I’ll give a chance to grow and to become the person that you’re meant to be.

Así que el sale con Juan Marcos, y tu sabes donde hemos visto el nombre de ese joven, en algún lado de la Biblia? Hay algún libro donde sale el nombre de este joven, que tu puedes pensar en el Nuevo Testamento? El Evangelio de Marcos. Ese joven temeroso, ese joven que no tenía deseo de seguir adelante al principio, terminó siendo un discípulo que escribió el Evangelio de San Marcos. Si no fuera por Bernabé, si no fuera por un amor que espera en la gente que ve su potencial, nunca hubiera llegado a ser el Evangelista escritor de un libro de la Biblia que el hizo. Nosotros tenemos que ser así.

Pero yo diría que la mayoría de las veces, somos los que hemos recibido el amor con esperanza en nuestra vida, somos menos dispuestos a darlo a los demás. Tu has tenido esta experiencia, de ver a alguien que sirve aquí en la iglesia y el pastor lo deja servir y tu dices: Pero cómo? Se debe cortar la cabeza a este. El no debe estar sirviendo. El pastor con esperanza y amor le da chance a la gente para crecer y ser la persona que debe ser. Podemos ser honestos, dentro de ti, habrá alguna vez que tu pensaste dentro de tu corazón, dijeron: cómo, cortadle la cabeza. El no tiene derecho de estar ahí. Yo diría que nuestra iglesia una de las cosas más fuertes que tenemos es que a través de los años se ha dado chance a la gente, se ha dado una segunda oportunidad, tercera oportunidad y cuarta oportunidad para que nosotros que llegamos todos sucios y quebrantados lleguemos a ser las personas que Dios quiere que seamos.

Cuántos aquí podemos decir que recibimos misericordia en nuestros días de comenzar aquí. Éramos rechazados de otros ambientes, pero Dios nos aceptó aquí. Nos dio oportunidad para crecer y ser las personas que podemos llegar a ser. Y después de ser aceptados y crecer y ya estar floreciendo, decimos de los demás: pero cómo? Dios quiere que tengamos un amor que espere en la gente. No estoy hablando, ahora es importante decir, que no estoy hablando de un amor ingenuo, un amor blandengue. No estamos hablando de esto. We’re not talking about mushy love here. Hay un momento de cortar el árbol que no da fruto. Un buen maestro no va a dar a todo el mundo porque ve potencial en el joven, pero cuántos de nosotros hemos recibido el beneficio de un maestro, un adulto que ve el potencial en nosotros, no nos trata suave, nos trata duramente pero porque el cree en nosotros. Espera en nosotros. Pero no es suave y blandengue y wimpy. Es duro a veces, también no es ingenuo.

La Biblia dice que Jesús veía lo que estaba dentro del corazón del hombre. El no necesitaba otro que le explique cómo es el ser humano. El sabe que nosotros somos pecadores en el fondo, el engaño, el corazón que es engañoso, sobre todas las cosas. Así que no es ser, como han dicho en inglés “Love is blind”. No estamos diciendo que el amor es ciego. El amor no es ciego, el amor ve la persona y ve los defectos pero también ve con ojos de misericordia. El nombre para Satanás, el significado del nombre Satanás es “acusador”, es que el ve los defectos bajo una luz fuerte que está buscando las cosas feas en ti para señalarlas, decir que: Mira, esta persona tiene defectos. Dios mira con luz total, El ve los defectos pero también ve el corazón y ve el potencial que está en la persona. Y nosotros, cómo miramos a la gente? Si tu buscas defectos los vas a encontrar. Si buscas defectos toma cinco minutos y puedes encontrar defectos en cualquier persona. La persona a tu lado, como la persona parada aquí, vas a encontrar defectos. Pero si buscas esperanza en la gente Dios te la va a dar. Porque Dios es un Dios de amor.

Vamos a ir otra vez a la palabra al mismo libro, Lucas 6. Por qué es tan importante esto, 6:37. Y veremos por qué esto es tan importante para tu propio bien, tener un amor que todo lo espera. Versículo 37, de Lucas 6 dice: “No juzguéis y no seréis juzgados. No condenéis y no seres condenados. Perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará. Medida buena, apretada, remecida y rebosando te darán en vuestro regazo, porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir”.

Este texto siempre se usa cuando estamos pidiendo ofrendas. Si tu das, Dios te va a dar una medida grande. Y esto es un principio verdadero, es justo y es verdad que si nosotros somos generosos, Dios nos bendice. Pero el contexto de este versículo no es dinero, es amor y un corazón paciente con los demás. Dice que si tu no juzgas no seréis juzgado. Esto es para nuestro propio bien. Porque hay un principio que lo que tu siembras, tu cosechas. Y es verdad que si nosotros somos muy duros con los demás, sabes que va a pasar con nosotros, cuando tenemos nuestras falla y nuestros defectos? Serán duros con nosotros también. Es verdad que si nosotros somos generosos con los demás, cuando te toca, Dios va a levantar un espíritu de misericordia en los demás para darte a ti una medida generosa, y no una medida bien estricta y dura. Este es un principio, pruébalo. Si tu tratas de ser duro con los demás, tu verás la gente va a decir: corta, corta. Porque no van a dar espacio a uno. Es para nuestro propio bien que tengamos esperanza en la gente. Así que yo quiero dar 3 consejos de cómo mirar a la gente con ojos misericordiosos. Algunos dicen; Gregory, eso es para los buenos. No puedo, la gente me molesta. Me molestan, no puedo hacer esto. Sí, tu puedes y debes hacerlo, porque sino el Señor te va a dar a ti y yo no quiero eso. I don’t want you to have to get spanked over and over again. Yo quiero que aprendamos corazones de misericordia.

1. Podemos adoptar una perspectiva de largo plazo con la gente. Quiere decir que aunque la persona que está delante de mi es un sinvergüenza, no es tan sinvergüenza como antes. Es mejor que antes. Has dicho esto? Mira, tu crees que soy malo ahora, me hubieras conocido 5 años atrás. Estoy mejor que antes, por lo menos esto, estoy en proceso. Cuando uno piensa así es más fácil tener misericordia. Para este hay esperanza, porque ha progresado mucho y el Señor, que ha comenzado la buena obra en el la irá perfeccionando hasta el día de Jesucristo. God’s not done with him yet. Y el está obrando y va a seguir obrando.

2. Adoptar una perspectiva más amplia del contexto de la persona. Considerar el contexto de la persona. Algún día un amigo te ha tratado bien gruñón sin ninguna razón, pero gruñón, gruñón, pero mal, te trata mal y después el próximo día tu aprendes que esta persona tenía un dolor de muela terrible. O acaba de recibir malas noticias de que la mamá está enferma en el hospital. Es que la gente trae su contexto, trae sus situaciones y nosotros no sabemos todo lo que ha sufrido esta persona, todo lo que está viviendo la persona. Si adoptamos una perspectiva que toma en cuenta el contexto de la persona vamos a ser más dispuestos a tener esperanza y paciencia para ellos. Si yo mismo estuviera en su lugar tal vez yo sería aún más malo que el. Si yo hubiera sufrido todo lo que ha sufrido, si me doliera también el diente como le duele a el, yo sería aún más gruñón que el, y saberlo y saber que vamos a dar espacio. Vamos a dar esperanza a esta persona por eso. Parece difícil, es difícil porque cuando alguien te molesta, no es tan fácil tomar un paso atrás y aplicar estas cosas.

3. Recuerda tus propios defectos y fallas. Jesús dice nosotros somos muy rápidos para tomar un pedacito del ojo de otra persona y hay toda una viga en nuestro. Tenemos que recordar; mira, yo no soy nadie para criticar. Yo no soy nada. Dios ha tenido misericordia conmigo. Muchas veces los que hemos sido perdonados mucho, critican mucho. Criticamos mucho. Dios quiere que estemos pendiente. Dios me ha perdonado tanto, voy a dar espacio a esta persona, y saber que para el hay esperanza. Así que de considerar mis propios defectos que tengo y recordar que cuando Dios me llamó yo estaba quebrantado en la calle, emocionalmente destruido y Dios me trajo aquí, así que yo voy a dar esperanza a los demás también.

El amor también, y esto es el ultimo fuerte, el amor ve con ojos de fe. Vamos a saltar a Primero de Samuel, 16. Pero antes de leerlo quiero contar una historia de uno de mis libros favoritos, películas favoritas, voy a ser honesto, vi la película, no leí el libro, pero bueno, vamos a hablar de eso, que se llama Los Miserables, que es un libro muy cristiano que tiene principios muy hermosos. En esta historia hay un sacerdote que creía en Dios, estaba lleno del espíritu santo, todo lo bueno. Un sacerdote que tenía su casa y había un hombre que se le apareció a la puerta un día a este sacerdote, un hombre que recién había salido de la cárcel. Estaba todo sucio, tenía la barba grande, todo feo, no se había bañado, olía a excremento, estaba sucio y feo y aparece a la puerta. El sacerdote lo recibe y lo toma y el se sienta la mesa y cena con el sacerdote y con su criada y después en la noche se le dio una cama en la casa. Ese hombre se acostó ahí y durante la noche ese hombre se levantó y se robó toda la plata de la casa, con los tenedores, las cucharas, toda la plata que estaba ahí en la mesa ese hombre lo robó y salió corriendo a la calle. Después de unas horas la policía busca y encuentra a este hombre. No lo buscan pero lo encuentran en la calle con toda la plata ahí, agarrada y ellos ven, es la plata del buen padre en tal calle.

Así que la policía lo llevan a la casa del sacerdote y el ahí amarrado con las esposas que el tenía y entra a la puerta y ahí sucio y el policía le dice al sacerdote: Mira, padre, encontramos a ese sinvergüenza con toda tu plata ahí en la calle. El sacerdote, y el hombre con temor y horror porque lo iban a meter preso otra vez. El sacerdote dice: Mi amigo, Juan, has olvidado los candelabros de plata y se los da al hombre. Has olvidado, por qué saliste sin esto, era parte del regalo que yo tenía para ti. Y el policía dice: Quiere decir que ese hombre tiene un regalo, que el no te robó todo esto. El sacerdote dice: Si y porque no trajiste el candelabro también. Así que el policía dice: Ay, perdónanos padre. Nos equivocamos mucho. Y el tipo ahí asustado y asombrado mirando con los ojos grandes, “Como va a hacer”. El policía sale de la casa y el hombre allí atónito, en shock. El sacerdote le dice: Con esta plata yo te compré el alma y lo regalo a Dios. Ese hombre llegó a ser un gran cristiano, un gran líder de su sociedad y el resto del libro no te lo voy a contar porque hay mucho más que pasa. Esa es la escena para abrir la película. Dios quiere que tengamos ojos así. Yo veo potencial en ti, yo veo que tiene esperanza, que puedes cambiar, que puedes ser diferente y no me rindo. Yo voy a ser fiel a ti con un amor que todo lo espera.

Pero muchas veces no miramos con el ojo del corazón y los ojos del alma, miramos con los ojos carnales, miramos a primero de Samuel, 16 versículo 6: El profeta Samuel está tratando de elegir o ungir el próximo rey de Israel, así que un hombre hizo que pasara delante de el todos sus hijos: “... y aconteció que cuando ellos vinieron el (Samuel) vio a Eliab y Samuel dijo: De cierto delante de Jehová estás ungido. Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer ni a lo grande de su estatura, porque yo lo deshecho, porque Jehová no mira lo que mira el hombre, pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos pero Jehová mira el corazón.”

En el hebreo, y no me gusta hablar de los idiomas pero en el hebreo hay una construcción muy interesante aquí. Dice que el hombre mira con los ojos, pero el Señor mira con el corazón. Es como una expresión que usaban para mirar lo que está por dentro. Pero la idea es que Dios no mira solamente con los ojos, El nos mira con ojos de fe. El nos mira con su propio corazón, para decir que aunque no se ve muy bien, porque está sucio, pequeño, humilde ahora, yo veo un rey delante de mi.

Cuántos somos así? Cuando tu ves personas aquí en la iglesia o en tu casa, puedes mirar con ojos carnales o con ojos del corazón? Para saber que hay mas aquí. Todos sabemos la historia de Jacob en la Biblia y yo les refiero a esto, no vamos a entrar mucho en eso. Pero el personaje de Jacob en la Biblia en el libro de Génesis, era un tipo malo, un tipo engañoso, un sinvergüenza de verdad que andaba mintiendo, engañando, muy hábil, siempre para robar algo, pero había una cosa que el tenía: el valoraba las cosas de Dios, tanto que robó la bendición de su hermano. Y Dios mira a este tipo, a ese muchacho, que todos los demás dicen: Mira, quiero cortarle la cabeza, porque me robó la plata o me molestó, me mintió. Dios mira: Si, el tiene que sufrir por sus pecados, el tiene que ser disciplinado y castigado pero yo veo en el un corazón que ama a Dios y que quiere las cosas de Dios y le voy a dar espacio para crecer. Y ese hombre Jacob llegó a ser un hombre que se llamaba Israel. Y la nación de Israel sale del nombre de este joven, malcriado que no se portaba bien, y llegó a ser Israel mismo en la Biblia.

Cuántos conocemos un Jacob en nuestra vida? Cuántos conocemos una persona que es difícil de esperar, que haya esperanza para esta persona. Dios nos llama a mirar con estos ojos porque cuando lo hacemos es más que un sentimiento, tiene un poder profético en la vida de la persona que amamos. En esta historia que yo les conté del sacerdote bueno, que el dice: Yo veo esperanza en ti y el amor de este sacerdote transformó al hombre para llegar a ser todo lo que Dios quería que el fuera. Y para nosotros es así: un niño, un joven, un esposo, un amigo, un hermano, un primo, una persona que conocemos muchas veces esta esperando que alguien esperara en ellos. Mirar a ese joven y decir: Yo creo en ti. Hay esperanza para ti.

Yo cuando hago matrimonios, muchas veces cuando hago la ceremonia de matrimonios siempre me gusta decir especialmente a la esposa, pero a los dos, que tengan una perspectiva de fe para la otra persona, que anime a la persona porque el hombre va a llegar a ser lo que es en tus ojos. Porque la esposa va a llegar a ser lo que es en tus ojos. El hijo va a llegar a ser lo que es en tus ojos. Nosotros tenemos que adoptar unos ojos proféticos para mirar lo que esta en las personas y llamarlo para que sea actualizado y realizado en la vida de la persona.

Me gusta lo que dice el ángel cuando aparece a Gedeón. Gedeón en el libro de los Jueces es un hombre lleno de temor, lleno de ansiedad, está escondiéndose de sus enemigos haciendo trabajitos en una cueva y un ángel se le aparece y lo mira y le dice: El Señor está contigo varón esforzado y valiente. Y yo me imagino que ese hombre lleno de temor, ahí agachado diciendo “hombre valiente y esforzado, donde está?” El ángel profetizó, el ángel del Señor que yo creo que era Jesús, profetizó a Gedeón y le dice: El Señor está contigo y tu eres, aunque no se ve ahora mismo, pero tu eres un varón esforzado y valiente. Y yo no veo nada malo, yo veo un rey delante de mi, un líder grande. Así que nosotros también tenemos ese llamado a mirar la gente con ojos de fe y esperanza.

Una historia que me gusta mucho, que yo vi en un programa de estos en la TV de Star Treck. Perdóname Señor, miro a Star Treck. Había un hombre muriendo, un hombre viejo y estaba su esposa ya ancianita, muy ancianita, con el hombre en los brazos. El hombre dice: Ay, mi amor, mi amor con el pelo dorado. Ella dice: Tonto viejito, está todo gris, está todo en canas ahora. Y el dice: Solamente veo oro, y se muere. Dios quiere que tengamos ojos de amor. Amor que todo lo espera.

Esto es fácil de escucharlo ahora, pero esta noche, mañana en la mañana tengo que aplicarlo. Decir dentro de tu corazón, y tal vez a la persona si quieres: Hay esperanza para ti. Todavía hay esperanza, aunque la persona va a saber que ya está diciendo que ya se metió la pata en alguna manera. Todavía hay esperanza para ti.

Yo voy a perder la esperanza porque hemos visto milagros en esta iglesia de esposos que no conocen a Cristo por muchos años, que después de décadas conocen a Cristo y son ejemplo de lo que es ser un hombre de Dios. Hay hijos que han salido del camino y han caminado en la calle y han hecho barbaridades y han terminado en la cárcel, y después de todo terminan alabando a Dios y sirviendo al Señor y predicando la palabra de Dios. Muchas veces, porque había una mamá, un amigo, un maestro que le decía: Todavía hay esperanza para ti. Así que vamos a orar que el Señor nos de tal corazón.

Pongámonos de pie. Yo te invito a cerrar los ojos y piensa en alguien, puede ser un familiar inconverso, puede ser un amigo, puede ser un hijo, un esposo, tu sabes que esto es muy raro pero puede ser tu mismo, si tiene que ser, y quiero que cierres los ojos y que te digas todavía hay esperanza para el, para ella, para mi. Todavía hay. Todavía hay. El amor todo lo espera. Gracias, padre. Padre, en el nombre de Jesús, yo te pido Señor que desates el poder de la bendición en las familias de esta iglesia, de bendecir a nuestros hijos y familiares y amigos, a proclamar palabras de esperanza proféticamente, que sean realizadas en su debido tiempo. Cancelamos espíritu de maldición que dice cosas contrarias. Señor levanta el amor, el amor como tu tienes, el amor que tu, Señor nos mostraste a nosotros, Señor. Cuando tu nos viste, Señor, personas caídas, Señor, con defectos y tu dijiste que hay esperanza para estos. Gracias, Señor que has tenido paciencia con nosotros. Has esperado mucho de verdad, y Señor sigue esperando en nosotros. Yo te pido que desates ese mismo amor aquí entre nosotros. Te pido, Señor que en el nombre de Jesús, que haya testimonios que salgan de este momento profético, testimonios de personas que cambien, que sean salvados, que sean liberados a través de la fe de un ser querido. Gracias, Padre. Confiamos en ti, Señor. Confiamos en ti. Gracias.

Hay esperanza para ti también. Esperanza para ti. Dios no ha terminado contigo, no ha terminado contigo, tiene su plan. El no está desanimado. He’s willing to stick with the long program here and get you where you need to be.

Yo quiero invitar también, a ustedes a cerrar los ojos una vez mas y si tu quieres responder al amor que espera en ti, el amor de esperanza que Dios tiene p ti. Yo te invito en este momento a levantar tu mano y decir Señor Jesús yo te recibo como mi Señor y salvador y yo recibo tu amor por mi Señor. Gracias, Padre. Dios te bendiga, Dios te bendiga. Hay esperanza para ti, hermano. Hay esperanza. Hay esperanza. Dios te ve, hay esperanza para ti. El no dice que El está frustrado ya contigo y se da por vencido. He’s committed tp the whole project. El que comenzó la Buena obra en ti, la irá perfeccionando hasta el día de Jesús. Sacado de LEON DE JUDA