27 septiembre 2009

Perfíl de un hombre recto

Job, capítulo 1, versículos del 1 al 5: “.... Hubo en tierra de Us un varón llamado Job y era éste hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal y le nacieron 7 hijos y 3 hijas, era fértil el hombre, su hacienda era 7000 ovejas, 3000 camellos, 500 yuntas de bueyes, 500 asnas y muchísimos criados y era aquel varón más grande que todos los orientales e iban sus hijos y hacían banquetes en sus casas cada uno en su día y enviaban a llamar a sus tres hermanas para que comiesen y bebiesen con ellos y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos, porque decía Job: quizá habrán pecado mis hijos y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días”. Bendiga el Señor su santa palabra.

A veces cuando pensamos en Job solamente pensamos en su sufrimiento y su agonía extendida, pero no pensamos en este hombre que pudo rebasar y superar todas sus crisis terribles, y su tragedia porque era un hombre de corazón recto y eso fue lo que le acarreó, irónicamente su prueba. Pero Job era además de un hombre recto era un padre ejemplar. Esta mañana yo le pedí al Señor un texto base para mi meditación y me vino a la imagen lo que Job hacía y que en algún momento del sermón voy a tener tiempo para tocar un poquito sobre lo que dice este texto.

Pero, yo quiero dirigirme a los hombre, porque hoy es un día que se presta para esto, y además Meche me mandó que lo hiciera. Quiero compartir con nuestros hermanos y conmigo mismo, predicarme a mi mismo estos sermones que siempre hago, acerca del hombre que Dios quiere, el hombre que Dios quiere. Mientras estaba allí mirando a nuestros hermanos cantando y viendo esa hombría sana, bella,
adorando a Dios con gusto y con pasión, me vino a la mente también una imagen que yo vi desde mi ventana de oficina, creo que fue el jueves o el viernes o el miércoles, fue esta semana. Están haciendo un trabajo ahí como ustedes saben, en la calle, y por un grupo de hombres de los que estaban trabajando en la calle, con sus sombreros duros y sus ropas de trabajo y había dos hombres riéndose a carcajadas y hablando y en una se abrazaron y después se empujaron como hacen los hombres cuando detectan que ha habido un momento de ternura entre ellos para asegurarse que su masculinidad está intacta, ¿no? Y yo los veía de mi ventana y decía: ¡qué misteriosa criatura es un hombre! Y mientras estaba aquí esperando a que terminara, y los hombres me van a perdonar, porque me puse a escribir algo en vez de poner atención a lo que estaban haciendo y dejar de escribir por ello, pero escribí un semi poema que quiero leer para ustedes.

Dice: ¡Qué hermoso espectáculo un hombre cuando camina bien! Criatura misteriosa, animada con extraña energía, un poquito menor que un ángel, mezcla de tierra y espíritu se pasea por la tierra como una adivinanza. Misterio que Dios mismo está en proceso de resolver. ¡Qué hermosa criatura un hombre! Alabanza andante, tesoro en tensión, luz debajo de un almud, tributo al artista supremo. Un día expresará todo aquello para lo cual fue hecho, mientras tanto todo su ser grita: Redímeme, sáname, reconcíliame. Junto con toda la creación espera impaciente, agónico, erguido, el día de su liberación.

Hermanos, a mi no deja de asombrarme cuando miro a un hombre así como cuando miro a una mujer, el misterio que encarna, la belleza que es un hombre. Esa criatura misteriosamente dotada de vida como ninguna otra criatura que camina sobre la tierra, con todas sus tensiones, sus luchas, sus contradicciones, su agonía interna. Yo creo que Dios hizo al hombre simplemente para divertirse, como las niñas tienen una muñeca, Dios tiene la virtud de crear un juguete viviente que es el hombres, y lleva miles y miles de años tratando de domarlo y de enamorarlo y atraerlo hacia sí, porque Dios se tenía que plantear en el hombre una tarea digna de su divinidad. Por eso creó una criatura tan misteriosa, tan elusiva, tan resbalosa como es el hombre, y se planteó la tarea cósmica de coger esa criatura y enlazarla y atraerla hacia sí conforme a leyes que El mismo se planteó y a límites que El mismo se estableció. E hizo al hombre casi igual a El en un sentido, en capacidad creativa, en capacidad para inventar y resbalarse y apartarse y ser autosuficiente para que esa tarea fuera todavía más entretenida para El.

Y yo creo que este mundo es simplemente el juego de Dios. Dios allí se planteó una tarea y la está tratando de resolver, y con eso pasa el tiempo El. Y nosotros somos eso, somos un proyecto en acción, somos algo que está en juego todavía no sabemos que va a resultar, por eso yo lo llamo así, una adivinanza que Dios mismo está tratando de resolver. Esa belleza del hombre, sin embargo cuando yo me miro a mi mismo y miro a los hombre, veo también tanta distancia del modelo que Dios creó. Pero cada vez mientras nos acercamos un poquito más al diseño original, más bellos somos, más misteriosos, más atractivos somos. Por eso digo ¡qué hermoso espectáculo un hombre cuando camina bien! Es algo digno de verse, una persona bien trabajada, un hombre, una mujer bien trabajados es algo bello, perfecto, es hermoso mirarlo. Sin embargo, cuando yo miro el funcionamiento del hombre, y me incluyo a mi mismo evidentemente como digo, veo tantos defectos, tantos errores, tanta cosa todavía, es una luz debajo del almud, todavía la grandeza de Dios está escondida en nosotros, es un tesoro en tensión. Hay belleza, hay dones, hay virtudes, pero también está el otro lado, la caída en nosotros que nos jala hacia abajo.

Entonces, hay allí esa contradicción. Cuando yo veo el funcionamiento del hombre, en la iglesia veo mucho de eso, veo que muchas veces..... yo le doy gracias al Señor porque aquí tenemos un grupo sano de hombres. Ahora mismo yo miro alrededor y veo muchos hombres y este ha sido un proyecto a largo a plazo, que nosotros nos hemos planteado, que León de Judá no sea una iglesia de mujeres, sino que sea una iglesia de hombres y de hombres sanos, hombres y mujeres sanos, para en balance unos con los otros. Esta semana tuve oportunidad de observar un grupo de personas que se estaba entrenando en un lugar, era un entrenamiento para líderes de una iglesia y ¡qué bello! Y no estoy empobreciendo lo que esa iglesia estaba haciendo, pero me dio un poquito de tristeza notar que casi todas las que estaban allí eran mujeres solamente. Había un solo hombre que yo creo que inclusive era pastor, pero las demás eran mujeres. Y eso pasa, nosotros nos reíamos el día de la presentación en la casa estatal, que al principio solo llegaron cantidad de mujeres, gracias a Dios que después vinieron esos hombres que habían estado en la calle trabajando, dirigiendo personas, y eso, y había un balance pero definitivamente la inmensa mayoría eran mujeres. Gloria a Dios por ellas, amen. No estoy empobreciendo la importancia de la mujer, entiéndanme bien, pero a mi me gusta el balance, a mi me gusta..... Yo creo que Dios nos hizo para balancearnos, y Dios quiere una iglesia balanceada. Dios quiere una iglesia complementaria. Eso es nada nuevo.

Una mira en las página de las Escrituras y uno ve que las mujeres estaban allí cuando Cristo estaba siendo crucificado, estaban allí cuando Cristo resucitó, y a través de la historia las mujeres han jugado un papel desproporcionado al nivel de influencia que se les ha reconocido en la iglesia. Y muchas veces nosotros los hombres brillamos por nuestra ausencia en los eventos espirituales y en los procesos de la iglesia y generalmente el ministerio de hombres en todas las iglesias es la parte más débil de una congregación. Gracias a Dios porque aquí estamos en alas de mejorar eso cada día más, y yo les animo a mis hermanos varones, les bendigo en el nombre del Señor, declaro el espíritu de Jesucristo sobre cada uno de ustedes, y llamamos a esos que están durmiendo ahora mismo, que se despierten de sus camas, y se pongan su ropa y vengan a adorar al Señor junto con nosotros, y que sirvan a Dios en espíritu y en verdad.

Entonces, ese dominio femenino de la iglesia en realidad, sin embargo vemos que en la Biblia hay un modelo contrario. La Biblia nos enseña algo muy diferente a lo que es la realidad humana de hombres deformados y cojos. En la Biblia yo veo más bien que una de las cosas que Dios ha hecho al hombre cabeza y sacerdote y líder. Perdóneme las hermanas que no compartan eso conmigo, pero yo amo demasiado la Biblia para decir lo contrario por miedo o por lo que sea. La Biblia establece al hombre como líder de su hogar, como cabeza de su hogar y de su iglesia. Yo no creo que por calificación, porque muchos de nosotros, es simplemente porque Dios le flujo que así fuera. Y si hiciéramos lo que tenemos que hacer, veríamos la virtud de esa determinación divina. Pero yo veo que Dios quiere que el hombre encabece, que sea el líder, que sea sacerdote espiritual en su casa, en su matrimonio, en la sociedad, en la iglesia. Eso es bíblico.

Veo también el hombre ocupa un lugar especial en el corazón de Dios, voy a matizar esas ideas, no me tiren piedras todavía, mis hermanas. Pero, hay algo especial que el hombre tiene en el corazón de Dios, así como hay la mujer tiene otras cosas especiales. Pero yo veo a través de las páginas de la Escrituras, aunque fuera estadísticamente solamente, veo la prominencia del hombre, veo allí algo especial que Dios tiene con los hombres. Y veo también que Dios mismo es enfocado en toda la Escritura desde una perspectiva decididamente masculina, aunque yo creo que Dios no es hombre, en el sentido sexual de la palabra evidentemente, y Dios tiene aspectos que generalmente identificamos con la mujer, pero yo detecto en el carácter de Dios y en su personalidad una energía decididamente que yo, como hombre, me puedo identificar con ella. Es una energía masculina y por eso Dios es Padre en la Escritura. Hoy en día yo se que la teología ha tenido el atrevimiento de llamarlo madre, pero yo creo que eso es ir demasiado lejos, personalmente. Yo creo que eso es demasiado osado para mi, quizás cuando vaya al seminario, por unos diez años quizás me suavice un poquito en cuanto a eso. Yo entiendo lo que se quiere decir, pero yo creo que eso no encaja dentro del marco de referencia que yo tengo del Dios que yo veo reflejado en la Escritura. Hay un misterio, hay una misteriosa comunicación y afinidad entre Dios, el Padre, y la energía masculina. Sin embargo hay una diferencia muy grande en lo que vemos en la realidad.

Ahora, yo hago dos aclaraciones cada vez que digo eso, hago dos aclaraciones por consideración a mis hermanas, y por eso de ser matizado: Número uno: el hombre no es superior a la mujer ontológicamente. Es decir en su ser el hombres y la mujer somos absolutamente iguales ante los ojos de Dios. Digan amen. No hay tal cosa como que el hombre es mejor que la mujer. La mujer es co-heredera del Reino de Dios, así lo dice la palabra. Entiéndanme eso bien claro. En ningún momento un hombre puede sentirse superior a una mujer, y por eso es que tenemos que respetar a la mujer porque es la imagen de Dios también, y una mujer es tan bella, tan misteriosa, tan profunda como un hombre. Hay que darle el mismo valor: la mujer en los ojos de Dios es igualita, es una co-heredera.

Y también digo otra cosa, la mujer es tan importante como el hombre en la economía de la creación, yo diría en la ecología de la creación. Dios hizo al hombre con una energía, e hizo a la mujer con otro tipo de energía, los dos son complementarios. Un mundo de hombres es inconcebible y por eso Dios tuvo que crear a una mujer, porque la mujer tiene algo que complementa. Las virtudes y fuerzas del hombre, también constituyen sus debilidades y las virtudes y fuerzas de las mujeres constituyen sus debilidades. Juntos en la economía total de la creación se aseguran que el mundo proceda balanceadamente. Y también yo creo que el hombre y la mujer fueron hechos para hacer dos poemas, que continuamente al moverse sobre la tierra están declarando la complejidad absoluta del Dios que los creó. Cuando la mujer abre la boca en su tono femenino, está declarando algo que hay en Dios. Cuando el hombre abre la boca en su tono masculino, está declarando otra parte de Dios. Cuando un hombre y una mujer buscan unirse y meterse el uno dentro del otro, están tratando de ejemplificar esa unidad de lo masculino y lo femenino que hay en Dios.

Y por eso es que ambos son absolutamente necesarios y no podemos prescindir el uno del otro. El hombre y la mujer son complementarios, complementarios en su totalidad. Usted mira las líneas suaves y ondulantes de una mujer y la angularidad de un hombre y usted ve en eso aún la complementariedad y lo ve en la sensibilidades y la cablería del hombre y de la mujer, todas esas cosas hablan de que Dios los hizo para estar unidos y para trabajar juntos sobre la tierra. Por eso es que no puede haber un sentido de superioridad. Dependemos ambos el uno del otro para ser perfectos y para estar bien combinados.

Por eso, entre muchas otras cosas, yo me rebelo contra la idea de la homosexualidad o el lesbianismo como algo natural o el matrimonio homosexual como algo capaz de ser contemplado, excepto por una sociedad tan alejada de lo que es humano como esta sociedad del siglo XXI, aquí en EEUU o en Europa Occidental. Solamente una sociedad desorientada como esta puede contemplar la posibilidad de que tal cosa sea normal. Y siempre digo, amo, amo, amo, amo a los homosexuales y las lesbianas y deseo ardientemente que el Señor nos conceda una forma de ministrarles más allá de simplemente confrontarlos. Y si usted está luchando con esa lucha, esas tensiones, y está en nuestra iglesia y reconoce que necesita el toque de Dios en esas áreas, bienvenido peregrino a hermano en el camino de la fe. Porque somos todos, estamos en ese proceso, de dominar nuestros impulsos y nuestras deformaciones. Les amamos y yo les suplico que nunca se sientan atacados cuando yo hablo en esta manera. Estamos hablando de aquellos que practican esto sin sentir remordimiento, sin sentir arrepentimiento, sin reconocer que es algo que necesita sanidad. Contra eso yo me rebelo, y eso yo lo voy a resistir hasta el último día de mi vida porque creo que es dañino para la sociedad y para el hombre a quien yo amo y quiero su bien.

Entonces, yo creo que Dios creó al hombre y a la mujer para que se complementaran el uno al otro. No hay superioridad del uno o del otro.

Ahora, los modelos del hombre en el mundo, y como yo decía y aún en la iglesia no son muy buenos. En el Medio Oriente vemos al hombre oprimiendo a la mujer, abusando a la mujer ocultándola detrás de velos, quemándola, enterrándola viva, apedreándola, impidiéndole educarse y ascender a su plena humanidad. Eso yo lo encuentro, yo no creo que hay una palabra que yo conozca, suficientemente fuerte para yo expresar mi repulsión, mi asco a ese tipo de opresión de nuestras hermanas, pero lo vemos en muchas partes del mundo. En el resto del Tercer Mundo vemos también mucho abuso de la mujer, los hombres golpean a las mujeres, abusan de su fuerza, mantienen a las mujeres ignorantes y aisladas para poder abusar de ellas mejor, y eso es totalmente contrario al corazón de Dios.


En las iglesias desgraciadamente para ser justos, no todo está bien en las relaciones entre los hombres y las mujeres. Hay mucho egoísmo entre nosotros los hombres que practicamos en las iglesia. Hay muchas mujeres descontentas, muchas de nuestras hermanas están descontentas. Y yo le tengo que dar la razón si soy justo, en muchas áreas, y hay mucha injusticia, muchos hombres que.... no hay balance adecuado en la distribución de deberes y tareas en el hogar y que hay que buscar una distribución más adecuada y tenemos que ser humildes para reconocer esto y tratar de hacer cambios en la forma en que tratamos nuestras esposas, que nos distribuimos las cargas y las responsabilidades. Hay mucho maltrato verbal, emocional y aún físico de nuestras esposas y de nuestras hijas y eso es totalmente ilegal en el contexto de la iglesia. Y lo repudiamos totalmente. No hay excusa para que un hombre le ponga la mano a una mujer sobretodo a una hija de Dios. Esta iglesia repudia eso completamente y cualquiera que lo practique sepa que está fuera de ley y que se acarrea el juicio de Dios. No es posible practicar eso y llamarse cristiano. Hay negligencia, nuestras mujeres se sienten descuidadas, a veces sexualmente, a veces emocionalmente, a veces en términos de atención y cuidado, y eso no es bueno. Hay descuido en muchas maneras. Es decir, hay mucho que hacer, mucho trabajo, hermanos en esa área.

Pero, de nuevo yo no he venido aquí a azotar a mis hermanos. Pueden respirar porque ya lo peor pasó. Respiren hondo, ya pasó lo peor. Hay que ser justos, hermanos, así como digo una cosa, digo la otra. La palabra de Dios es la palabra de Dios y el primero que se lleva su aguacero soy yo cuando estoy predicando aquí arriba, pero es la palabra de Dios y hay que predicarla tal y como es. Y cuando la violamos, ese es el problema, entre los hombres y las mujeres, que cogemos lo que nos gusta solamente. O a veces reaccionamos y entonces deformamos la palabra por la ira que tenemos y la cambiamos para vengarnos y eso tampoco es bueno. Hay que ir a la verdad en toda su complejidad y aplicársela y bebérsela, sepa dulce o amarga. A veces la verdad va a saber amarga, a veces va a saber más dulce que la miel, pero hay que aplicársela en toda su complejidad, y no sentirnos atacados ni nada, sino decir gracias Señor, qué medicina más amarga pero me está mejorando mi vida.

Ahora bien, ¿cuál es el modelo bíblico de un hombre, de un buen hombre, cuál es el modelo bíblico? La dificultad que yo tuve fue en meter este animal y domarlo porque hay tantas cosas que yo podría decir acerca de esa pregunta. ¿Cuál es el modelo bíblico de un buen hombre? Déjenme simplemente apuntar rápidamente una o dos cositas aquí.

Número uno: un buen hombre recibe sus instrucciones de la palabra de Dios, recibe sus instrucciones, sus modelos, sus normas de la palabra de Dios. Ese es su punto de referencia. En el salmo 1 dice: “bienaventurado el varón que no anduvo en consejos de malos ni estuvo en caminos de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado, sino que en la ley de Jehová está su delicia y en su ley medita de día y de noche”. En la ley de Jehová está su delicia.

Yo cuando pienso en un hombre sano, pienso en un hombre que ama la palabra, la lee, la conoce, se fundamenta en ella, busca en ella los modelos que necesita para vivir, es aquí donde están los consejos que usted y yo debemos usar para aprender lo que es una sana masculinidad, hombre. Por eso yo les suplico, conozca la Biblia. Si usted es un nuevo creyente y estás apenas entrando en los caminos del Señor, yo espero que tu tengas una buena Biblia, y que cultives el hábito de leerla, estudiarla, porque no es posible tener una sana masculinidad sin ir a los modelos que establece la Escritura, de lo que es una paternidad balanceada, una masculinidad balanceada. Para mi, cuando yo estudio la persona de Jesucristo, yo veo allí lo que es un modelo de un hombre balanceado, tierno, y feroz, apasionado y paciente, habla claro pero también sabe cuándo callar, dirige y sirve, sufre y ataca, todas esas cosas están dentro de una sola personalidad. Yo digo, eso es lo que a mi me gustaría encarnar en mi vida. El Señor Jesús es un modelo fabuloso de masculinidad y por eso hacemos bien en imitarlo a El.

Por ejemplo yo lo veo cuando los discípulos están ahí en su masculinidad distorsionada, queriendo que el Señor los ponga uno a su derecha y uno a su izquierda cuando esté en el cielo, el Señor les dice: miren, en el mundo los que gobiernan se enseñorean de la gente que gobiernan, los dominan, los oprimen, los explotan, pero no será así entre ustedes, sino que el mayor será como el menor, y el más fuerte servirá al más débil. Ahí yo veo masculinidad balanceada, un hombre que confronta, dirige, habla claro, pero también dice: hay que ser un líder pero también hay que ser un siervo. Y así es que tenemos que ser en el hogar, también. Ser líderes, pero ser líderes que sirvamos a nuestras esposas y a nuestros hijos y que nos desvivamos por ellas. Antes de meterse esa cuchara en la boca asegúrese de que los pichones y la pichona mayor tienen también comida. Antes de comprarse el carro lujoso asegúrese de que hay una lavadora que funciona.

Hermanos, tiene que haber ese balance en nuestras vidas. Yo veo que eso es un líder siervo, una persona que usa su capacidad que Dios le ha dado, y sus dones para servir a los demás que están bajo su dirección y su liderazgo. Un líder siervo, y Jesús modela eso. ¿Y cómo podemos encontrar eso si no es en las páginas de la Escritura? Cuando yo veo a Job, por ejemplo, yo veo aquí a este hombre que cuando sus hijos tenían sus celebraciones y sus cosas, él cuando había terminado todo, oraba por ellos. Padre, si te ofendieron en algo en su celebración algo de lo que hicieron, perdónalos, sánalos. Estaba atento al destino y al estado espiritual de sus hijos. Y dice que esto lo hacía todos los días, imagínense. Este hombre era un modelo en su comportamiento y era un modelo en la cámara de la oración. Era un sacerdote que se paraba frente al Padre para interceder por sus hijos.

Padres, ¿oramos por nuestros hijos? Vamos a orar por nuestros hijos. ¿Cómo aprendemos estas cosas si no es leyendo las páginas de la Escritura? Aislando esos modelos, aislando esos consejos. Padre, ama la palabra de Dios, léela continuamente y no busques tus modelos de tus amigos en la fábrica o en la calle, búscalo en estos modelos de la Escritura. Hay modelos positivos y modelos negativos. Los modelos positivos imítalos, los negativos aprende de ellos para evitarlos. Pero la Biblia encierra esto. Se un hombre de la palabra. Los árabes, el Corán, ya ustedes saben, el escándalo tan grande que hubo hace poco aquí en EEUU acerca del Corán, el abuso del Corán. Los árabes, para ellos el Corán es la cosa más increíble. Es un libro literalmente sagrado en las páginas, en su materialidad es sagrado. Es un pueblo del libro. El Corán. Desgraciadamente nuestros hombres cristianos tienen una revelación infinitamente superior al Corán, y sin embargo la descuidamos y no es posible. Si fuéramos hombres de la palabra habría gran bendición en nuestra vida. Es decir que recibe sus instrucciones y modelaje de la palabra de Dios.

Número dos: un hombre modelo dirige por ejemplo y por decreto. Dirige por ejemplo y no por decreto. ¿qué quiero decir con eso? Ser cabeza no quiere decir dar ordenes o mandar o tener una insignia de general en el hombro, y por eso me tienes que atender y obedecer porque yo soy el que manda aquí en la casa. Yo soy la cabeza. Eso no es, nosotros no mandamos porque tenemos posición, sino se supone que es porque tenemos autoridad espiritual, moral, calidad y capital que nos hemos ganado con nuestro comportamiento, no es por decreto. Tienes que hacer esto, tienes que hacer lo otro, yo mando, y se hacen las cosas cuando yo digo, cómo yo digo, y etc. No, sino que tiene que haber un modelaje. Yo creo que para mi que el hombre sea cabeza quiere decir que encabeza, quiere decir que está al frente, modelando, ejemplificando algo, ¿no? Entonces me doy cuenta que tengo que ir mucho más rápido. Muchos hombres demandan un respeto que no se han ganado, por no andar correctamente y por eso estamos siempre peleando: respétame, venérame, atiéndeme, ámame, escúchame, pero es algo que se gana, no algo que se obliga. Nuestras esposas tienen que querer estar con nosotros, no podemos obligarlas, tiene que haber algo que las atraiga. Nuestros hijos por igual. Somos cabeza, somos líder pero para encabezar y ejemplificar. Un hombre modelo, dirige por su ejemplo y no por sus decretos.

Número tres: es un jugador de equipo, no un llanero solitario. Un hombre bíblico es un jugador en equipo, no un llanero solitario. Son muchos hombres son solitarios, encerrados y aislados en sí mismos, aún en su propio hogar. Y están como encarcelados en su propia casa, llegan y no se sienten que son parte del equipo. Papá es una sustancia que no ha sido digerida por el resto del sistema. Veo eso a veces en los hombres ¿por qué? Porque a veces una conciencia culpable y a veces el sistema los rechaza porque no ha habido una integración de todas las piezas. Y parte de eso se lo debemos a nuestros padres y nuestros modelos anteriores en nuestros países y la cultura que tenemos donde el hombre es un ser huraño y un poco amenazante y peligroso. Hay que mantenerlo contento y tranquilo porque en cualquier momento se le zafa algo y rompe algo y daña la fiesta. Entonces hay que andar despacito, bien de puntillitas para que papá no se moleste. Entonces, claro se crea una separación del hombre y entonces en vez de ser un equipo. Yo digo, hermanos, nosotros los cristianos hombres somos una nueva generación en Cristo. No podemos dejarnos dominar por los modelos anteriores, de gente que no conocía muchas veces al Señor. Ustedes ahora está en la palabra, en la revelación de Dios, es una criatura nueva, con nuevos modelos, es una generación que Dios está creando nueva. Debemos reconocer los talentos de nuestros hijos, de nuestras esposas, y jugar en equipo, distribuir responsabilidades, delegar cosas, preparar el liderazgo de nuestras esposas, permitir que se eduquen, que hagan cosas para que puedan desarrollarse en su liderazgo, depender de ellas también, ser parte de la economía, quitarnos el sombrero de general y quitarnos los zapatos y jugar y tirarnos al piso con nuestros hijos y nuestras esposas. Tiene que haber ese elemento de juego y de compartir en el hogar para que pueda haber sanidad. Hay que ser jugadores de equipo. Quisiera tener más tiempo para desarrollar esto, pero ustedes tienen la idea.

Tenemos que valorar a nuestros hijos, sus opiniones, tratarlos como entidades dignas y no como subestimando su importancia. Nuestros hijos son importantes, por eso la Biblia dice: “padres, no llevéis a ira a vuestros hijos”. No podemos acosar y descuidar a nuestros hijos hasta el punto de que se airan contra nosotros. Tenemos que tomarlos muy en cuenta también. Eso es lo que yo entiendo por esto de ser un jugador en equipo.

Dos cosas más: un hombre modelo sabe ser frágil y transparente, sabe ser frágil y transparente. Todo lo que tiene que ver con el área de la debilidad es lo que yo quiero abrazar en esa idea. Yo pienso en Jesucristo que cuando estaba pronto para ir a la cruz sentía temor y sentido de soledad y tristeza y angustia por lo que le esperaba, y les dijo a sus discípulos: hermanos, amigos, estoy angustiado hasta la muerte, y los necesito a ustedes. Y por eso se los llevó para que oraran por El y se hirió cuando se le durmieron allí, porque El necesitaba el apoyo de sus compañeros y le fallaron. El no tuvo temor, el Hijo de Dios, imagínese, mostrando debilidad, pero hermanos yo he aprendido algo, y es que cuando nosotros mostramos debilidad en vez de la gente patearnos, nos ama más, y en nuestros hogares, en nuestra familia es así. Cuando nosotros abandonamos esa coraza falsa de inviolabilidad y somos más frágiles y compartimos temor o cuando erramos y pedimos perdón, eso enternece y en vez de acarrearnos el desrespeto y el descuido nos hace más accesibles y nos aman más. Entonces la debilidad combinada con la fortaleza moral del buen comportamiento varonil, del líder, esas dos cosas hacen una mezcla increíblemente bella y atractiva. Debilidad y fuerza es la cosa más linda que hay en el universo. Y eso es lo que nosotros debemos encarnar. Nunca temas, hombre, de bajar la guardia y revelar miedo o admitir error o pedir consejo porque eso es bueno y eso permite que otros sean bendecidos con ese aspecto de tu vida en tu hogar. Así que comparte tu debilidad. Se transparente. Siéntate, habla, ríete, se niño de vez en cuando. Hay muchos hombres que hemos matado al niño en nosotros y no sabemos cómo hacer el ridículo en un momento dado, y eso afecta todo lo demás. Hay que soltarse, hay que relajarse. Hay que dejar a la gente ver nuestra humanidad. Eso es bien importante y eso bendice a nuestros hijos y bendice a nuestras esposas.

Y finalmente, un hombre modelo es un sacerdote en su casa. Ya lo que vimos allí de Job que intercedía por sus hijos continuamente. Los traía ante el Señor. Para mi esa es una de las funciones más bellas y más esenciales de un padre. Hay una responsabilidad sagrada de orar por su esposa y por sus hijos y por la economía de su casa. Cuando tu estés ahí con tu tacita de café por la mañana, ante el Padre, bendice tu hogar, bendice las columnas del basement de la casa donde vives. Bendice a tus hijas y a tus hijos, pídele al Señor su protección. Bendice la economía de tu casa y el fruto de tu trabajo, el destino de tus hijos, su futuro, tu esposa, derrama gracia del Señor sobre ella. Y pide sabiduría para ti mismo también. Intercede por tu hogar. Ama a tu iglesia. Sirve a tu iglesia, varón. No seas escaso y no seas tacaño con tu dinero, con tu tiempo, con tu fuerza varonil en tu iglesia. Dale a tu iglesia generosamente de tu tiempo y de tus energías. Se un sacerdote. Ama al Señor. Bendice a tus hijos con el recuerdo de un padre que amó los atrios de Dios.

Mi papá era un hombre muy imperfecto en muchas cosas pero 27 años después de su muerte, todavía su imagen es un ancla en mi conciencia. ¿Cómo bendice un padre a un hijo o una hija? La imagen de ese padre aunque muera lo sigue a esa persona hasta su tumba también. El recuerdo de un padre amante, sólido, justo, frágil, trabajador, es un ancla en la psiquis de un hombre o de una mujer. Es una herencia para toda la vida. Tu le puedes dejar a tus hijos millones de dólares pero si no les dejas una imagen atesorable, no les dejaste nada. Déjale a tus hijos quizás, poco pero déjales un tesoro de recuerdos y le habrás dejado un destino maravilloso. Un padre puede bendecir una hija en maneras que usted ni siquiera se imagina, en su sexualidad, en su capacidad para ser una buena esposa, para darse a un hombre, para apreciar la masculinidad en otros, para ser una mujer balanceada y sobria y segura de sí misma, todo eso se lo da un hombre, no solamente una madre a una hija. El olor masculino de un hombre que ella identifica con algo positivo, bendice a esa mujer. Padre, no subestimes lo que tu tienes en tus manos. El privilegio de bendecir a tus hijos hasta el último día de sus vidas.

Quiera el Señor bendecirnos. Si tu has fallado, si hemos fallado en alguna área no es para que salgamos de aquí hoy, diciendo: guau, cómo he fracasado. No, es simplemente para que tu sepas que a eso tenemos que apuntar y que todavía hay mucho camino que andar. Si hemos errado en algo, Dios es poderoso para rectificar todo y para bendecir tu vida y arreglar lo que ha sido dañado. Todavía hay mucho tiempo, ponte a trabajar y pídele al espíritu santo que te ayude en esa tarea, él está más que dispuesto.

Vamos a ponernos de pie. Vamos a darles gracias al Señor. ¿saben qué? Antes de terminar tenemos algo muy importante. Yo voy a pedir a los hermanos hujieres que se encarguen, pasen por aquí, traigan la santa cena pero quiero tener un momento de recibir lo que hemos escuchado y enterrarlo en nuestro corazón ahora mismo.

Toma un segundo para atesorar el consejo de Dios y prométete que no vas a subestimar esto que has oído. Vas a meditar en ello y vas a ponerlo en práctica en todo lo posible. Padre, gracias por tu palabra, gracias por tu consejo, lo recibimos, no rehuimos de ello. Gracias porque tu confías a nosotros estos tesoros de tu sabiduría,. Yo bendigo a mis hermanos, me bendigo a mi mismo. Juntos tomados de la mano esta comunidad va a ir cada día más y más, hacia una masculinidad, una feminidad bendecida y bíblica y gracias porque en ese proyecto tu nos acompañas Señor. Bendice nuestros hijos, que sean nuestros hijos como árboles plantados junto a aguas corrientes, nuestras mujeres como palmeras que crecen erguidas y bendecidas, nuestro ganado, nuestras herencias que no falten nunca porque tenemos un Dios que prospera a su pueblo. Gracias Señor, te bendecimos en el nombre de Jesús. Amen y amen.

20 septiembre 2009

II Crónicas 29 (Parte 2)

Dice, Segunda de Crónica, 29 y retomamos el pasaje que iniciamos hace dos semanas: “... comenzó a reinar Ezequías siendo de 25 años y reinó 29 años en Jerusalén.

El nombre de su madre fue Abías, hija de Zacarías, e hizo lo recto ante los ojos de Jehová, ahí está la clave, conforme a todas las cosas que había hecho David, su padre. En el primer año de su reinado, en el mes primero abrió las puertas de la casa de Jehová y las reparó, e hizo venir a los sacerdotes y levitas y los reunió en la plaza oriental, y les dijo: “Oídme levitas, santificaos ahora y santificad la casa de Jehová, el Dios de vuestros padres, y sacad del santuario la inmundicia, porque nuestros padres se han rebelado y han hecho lo malo ante los ojos de Jehová, nuestro Dios.” Vamos al versículo 10, dice: “... ahora pues, yo he determinado hacer pacto con Jehová, el Dios de Israel, para que aparte de nosotros el ardor de su ira. Hijos míos no os engañéis ahora, porque Jehová os ha escogido a vosotros para que estéis delante de El y le sirváis, y seáis sus ministros, y le queméis incienso”. Bendiga el Señor su santa palabra.

El domingo antepasado, como decía, iniciamos esta serie de estudios sobre cuáles son las leyes, cuáles son los secretos que están debajo, como un fundamento subyacente de la prosperidad y de la bendición. Déjenme hacer una pregunta: ¿a cuántos de ustedes les gustaría vivir una próspera y bendecida? Levante su mano. Yo espero que todos aquí, sino yo conozco un buen psiquiatra que les puedo recomendar. Todos en alguna manera queremos ser bendecidos y eso es parte de la naturaleza humana, el ser humano quiere auto preservarse y tener seguridad y caminar seguramente sobre la vida y con bendición, eso es un instinto natural. Y hay leyes que gobiernan la prosperidad en la vida, así como hay leyes universales en el ámbito físico, que los científicos han descubierto y todavía están en proceso de descubrir y que rigen nuestro mover en el mundo físico, así también hay leyes espirituales que gobiernan la vida de los hombres y que determinan si viven vidas prósperas o vidas fracasadas. Hay misterios que rigen la vida humana que nosotros ni siquiera comenzamos a entender, y que si tuviéramos los ojos de Dios podríamos ver muchas cosas que no nos explicamos el por qué de ciertas circunstancias que se dan en la vida.

Una de las cosas que nosotros tenemos que hacer continuamente como pueblo de Dios es tratar de descubrir, como mineros tratando de extraer el oro de las profundidades de la tierra, cuáles son esas leyes, cuáles son esos principios que determinan que una persona pueda vivir una vida próspera. Y déjenme decirle algo, al continuar en esta serie de meditaciones, cuando yo hablo de prosperidad, no me refiero solamente a una cuenta más alta en el banco. No me estoy refiriendo solamente a tener dos BMW en la marquesina de su casa. No me estoy refiriendo a tener una casa con 18 dormitorios y 4 lavaplatos. No me estoy refiriendo a esas cosas solamente aunque la bendición material, financiera es parte de la prosperidad que Dios quiere darle a sus hijos. Me estoy refiriendo más bien a un estado de plenitud y de bendición. Cuando los hebreos hablaban de shalom, que se traduce paz en español inadecuadamente, yo creo, se referían al bienestar total que Dios provee, bienestar físico, bienestar emocional, bienestar familiar, bienestar económico, social, espiritual y eso es lo que yo creo que Dios quiere para su pueblo. Eso es lo que yo creo que Cristo quiso decir cuando dijo: “Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia.” Es esa prosperidad que Dios quiere darnos.

¿Cómo vivir una vida exitosa? ¿Cómo vivir una vida plena? Y al nosotros entender y aplicar estos principios, algunos de ellos van a ser muy sublimes y obviamente espirituales, y otros yo creo que van a ser bastante prácticos y bastante a ras del suelo y comunes y corrientes. Pero yo quiero compartir con ustedes en lo que Dios me de libertad, estos principios a través de las próximas semanas. Y ustedes recordarán que yo les decía cuando comencé a meditar sobre esto quise ilustrar algunos de estos principios con personajes de la Escritura y enseguida uno de los personajes que me vino a la mente fue Ezequías, el rey Ezequías, un ser muy interesante, muy complejo en la Escritura. Vemos allí que Ezequías fue un rey próspero, un rey bendecido. Primeramente comenzando con el hecho que reinó en Israel durante 29 años, casi 30 años fue rey sobre Israel. Yo creería que 30 años es bastante tiempo para uno ser líder de una nación, ¿verdad que sí? Y fue bendecido en todas partes. Vimos que dice la palabra que “dondequiera que él iba, Dios lo prosperaba”. Todo lo que él hacía era bendecido y coronado con éxito.

¿Cuáles eran los secretos del rey Ezequías? Pero antes de entrar en eso, yo quiero decir algo que es bien importante porque de nuevo, muchas veces cuando hablamos de que Dios quiere prosperarnos o de que nosotros queremos vivir vidas prósperas, hay personas que se resisten a esa idea y no ven la vida cristiana necesariamente como esa vida que Dios nos ha llamado a vivir en ese estado de plenitud. Muchas personas entran al Evangelio con modelos erróneos de lo que es la vida cristiana y creen muchas veces que el cristianismo es para simplemente aguantar para que Dios nos de la fuerza para vivir vidas pobres y sufrientes y enfermizas, y a lo máximo que mucha gente aspira en el Evangelio es simplemente a soportar, a aguantar hasta que Cristo venga y se los lleve de la miseria que tienen sobre la tierra. Y hermanos, yo les quiero decir que eso es totalmente falso.

Tenemos que cambiar nuestro programa mental porque Dios quiere prosperarnos, Dios quiere bendecirnos, y toda vida próspera comienza con una expectativa de ser prosperados. No podemos entrar en las leyes de la prosperidad y de la bendición a menos que no entendamos previamente que la trayectoria normal del hijo, de la hija de Dios es hacia la bendición y hacia la prosperidad, hacia la provisión, hacia la plenitud de vida. Uno de mis versículos favoritos, versículo lema es el que dice: “porque la senda del justo es como la luz de la aurora que va en aumento hasta que el día es perfecto.” ¡Aleluya!

Piense en su vida como esa luz que comienza en las horas tempranas de la madrugada, tenue, batallando con las tinieblas imperantes de la noche y de momento comienza a brillar y a hacer huir las tinieblas hasta que llega la plenitud del mediodía, deslumbrante en toda su manifestación. Así es que Dios quiere que sea la trayectoria de tu vida. Quizás tu vida comenzó como esas madrugadas oscuras, quizás tu tuviste un pasado terrible y difícil. Quizás tus padres nunca te dieron la afirmación emocional que tu necesitabas. Quizás tu padre abusó de ti, inclusive, físicamente. Quizás hubo palabra más bien de apocamiento y de condena y de culpabilidad y de acusación en tu vida. Quizás tuviste algún fracaso amoroso. Quizás viviste en pobreza cuando eras niño. Pero ¿saben qué? El Señor quiere que todo eso sea repuesto y que sea sustituido con su bendición, con su luz, con su prosperidad. No te quedes en los patrones del pasado, por favor. No te quedes en la circunstancias de tu niñez o de tu pasado, porque en Cristo Jesús ahora todas las cosas son hechas nuevas.

Hay bendición para ti. Eso es lo que dice la palabra, ¿no? Que si alguno está en Cristo es una nueva criatura, las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas y desgraciadamente hay muchos creyentes que no entienden lo absoluto de esa declaración. No es solamente en el nivel espiritual que todas las cosas son hechas nuevas, sino que yo creo que el Señor cuando tu lo recibes en tu corazón, tu pasas de una dimensión espiritual donde el diablo y la maldad y la negatividad rigen tu vida, a una dimensión donde la bendición de Dios está sobre ti. Quizás tu dirección física no cambia, pero tu domicilio espiritual sí cambia. Dice la palabra del Señor que “el Señor nos ha transferido del reino de las tinieblas a su luz admirable”. Dice la palabra que estamos puestos a la derecha del Padre, estamos sentados juntamente con Cristo en los lugares celestiales. Amen. Eso quiere decir, hermanos, que nuestro destino espiritual ha cambiado, si estamos en Cristo Jesús.

Desgraciadamente muchos de nosotros entramos en el Evangelio pero no cambiamos el cassette. Estamos tocando todavía la misma melodía sombría, triste, pesimista, de cuando estábamos fuera del Evangelio. E inclusive muchos de nosotros a veces hemos crecido en el Evangelio pero no hemos recibido esa buena nueva de que Dios quiere bendecirnos y prosperarnos y por eso muchas veces tenemos miedo de emprender nuevas cosas. Nos conformamos con lo mínimo de la vida, no nos atrevemos a tomar un curso de inglés, o abrir un negocio, o comprar una casa, o comenzar una relación, porque tenemos miedo de fracasar. Y muchas veces tenemos la idea de que, y a veces ni siquiera es una idea, es algo que ha penetrado tan hondo en nosotros que es parte de los poros mismos de nuestro ser y no estamos ni siquiera conscientes del complejo de inferioridad que tenemos, y por eso cuando llegamos a un lugar es como que desciende sobre nosotros una cortina que nos esconde de los que están alrededor de nosotros y nadie, ni siquiera se percata de que nosotros estamos en ese salón, porque secretamente hemos apagado la luz alrededor de nosotros y dondequiera que estamos la gente no se percata de nosotros, no nos ponen atención muchas veces. Vienen proyectos y propuestas de esto y de lo otro y los puestos se los dan a otros, porque secretamente hay en nosotros un programa mental que absorbe como un hoyo negro en el espacio toda señal de nuestra presencia en el mundo. Y la gente no se da cuenta de que existimos y nosotros hemos apagado subconscientemente todo impulso de superación, de lucha en la vida, de emprender retos, de conquistar cosas y nos conformamos con lo mínimo de la vida. Y en el nombre de Jesús nosotros tenemos que decir eso no es para mi, Dios quiere bendecirme. Dios quiere sacarme del anonimato.

Dios me dice: “a la estéril yo la voy a ser habitar en familia”, dice el Señor. La palabra dice: “a la que no ha dado hijos, que cantidad”e. Llama al que está en el muladar dice que Dios lo levanta para que habite entre príncipes, pero todo comienza con un cambio en nuestro espacio mental. La expectativa de que Dios quiere bendecirnos.

Nunca podremos ascender a las alturas de un Ezequías, por ejemplo a menos que nosotros no entandamos, que cuando estamos en el Reino de Dios ahora hay nutrientes secretos que están llenando y nutriendo nuestra vida, que las cosas que nosotros emprendemos ahora las emprendemos con el soplo de Dios detrás de nosotros. Que cuando nos movemos un poquito, como que sentimos que alguien nos empujó más adelante, porque la gracias de Dios está detrás de nosotros. A diferencia de cuando uno está solamente en el mundo, que lo que sucede es que tu como que estás peleando con la fuerza de la gravedad y cada paso que tu das es difícil y laborioso, porque tienes una dificultad que no entiendes qué es lo que es. Cuando estamos en Cristo Jesús la bendición está sobre nosotros, y nosotros tenemos que pedir al Señor: Padre, cambia mi programa, cambia mi forma de pensar y ayúdame ahora a ver las cosas diferentes.

Hay unos hermanos aquí con quienes hablaba ayer. Me voy a tomar la libertad porque tuvimos una linda conversación, jóvenes preciosos en el Señor que Dios está haciendo cosas bellas en su vida y yo se que Dios tiene un destino precioso para ellos. Y uno de los jóvenes me hablaba acerca de cómo creció en un hogar donde había mucha negatividad, mucho pesimismo y cosas negativas que había en los patrones familiares y todo esto cómo afectó su vida y la vida de sus hermanos y cómo hoy en día todavía hay estas influencias negativas en su vida, sus padres mismo reflejan toda esa negatividad de años y años y qué difícil ha sido romper ese patrón, aún cuando la familia está ahora en los caminos del Señor, todavía hay esa pared de negatividad con la cual siempre están bregando, ese paño frío y húmedo que está sobre la psiquis de todos los miembros de la familia. Y esta persona me preguntaba por qué si uno de mis padres, por ejemplo, conoce al Señor y hace poco entró, hace 5 años está en el Evangelio, por qué sigue con los mismo patrones negativos, hasta el punto de que yo ya tengo miedo de hablar por teléfono con mi madre, porque simplemente lo que hace es arrojarme negatividad y me contamina más con eso. Yo trataba de decirle, hay muchas razones por las cuales gente viene a los caminos del Señor, están en la iglesia pero siguen con esos patrones negativos. No han cambiado su espacio mental. Y una de las cosas es, yo creo, a veces falta de instrucción de parte del púlpito, de que ha amanecido un nuevo día cuando uno está en Cristo Jesús, de que el Evangelio es buenas nuevas, de que ya Dios no está airado con nosotros, de que ya tenemos una línea directa al Padre, no tenemos que ponernos en línea para esperar para que venga nuestro número, no, ahora podemos ir directamente al Padre Celestial y podemos recibir socorro para toda situación porque Cristo ha venido para romper la maldición.

Cuando dije eso me vino a la mente como un flash el evento del paralítico que estaba en el estanque de Betesda. Y dice allí la Biblia que ese paralítico llevaba allí años, junto al estanque porque se decía y parece que era cierta, que de vez en cuando venía un ángel invisiblemente y removía las aguas del estanque. Y cuando la gente, los enfermos que estaban alrededor del estanque veían que las aguas comenzaban a moverse, sabían que era un ángel que las estaba moviendo, y había la creencia de que el primero que se tirara al agua era sanado. ¿Recuerdan la historia? Y había allí un hombre paralítico, el pobre no se podía mover, ahí se tiraban los sordos y los mudos y se sanaban pero el pobre todos los días ahí, al borde del estanque, como símbolo de la miseria humana, cerca de la sanidad y la salvación pero sin acceso a ella, paradójicamente por las limitaciones interiores de la persona.

Y dice la palabra que vino el Señor Jesucristo, se acercó tomando la iniciativa, como hace Dios. Mire cuán grande es la gracia de Dios. Muchas veces en nosotros no hay suficiente fuerza ni siquiera para pedirle al Señor que nos sane y que nos salve y Dios en su misericordia se acerca a nosotros, rompe la inercia y El mismo se ofrece y nos dice: ¿quieres ser sano? Tan grande es la misericordia de Dios, tan buenas son las intenciones de Dios para nosotros. Y Cristo se acercó al paralítico y le dijo: ¿qué te pasa, quieres ser sano? Y el paralítico le dijo: si Señor, quiero ser sano, pero hay un problema y es que cada vez que se remueve el agua, alguien se tira antes que yo y no puedo ser sano, no puedo sanarme. Y el Señor, dice la palabra, que con una palabra de sanidad le dijo al hombre: “levántate, toma tu lecho y anda”, y al instante el hombre fue sanado y salió glorificando a Dios. Y yo siempre he visto de que esa señal de que él tomara su lecho es parte, en varias ocasiones que el Señor sanó a paralíticos les dijo: toma tu lecho y los paralíticos salieron cargando el símbolo de su caída, de su destrucción y de su derrota, diciendo estoy por encima de toda esa cosa.

Cuando Cristo hace una obra en tu vida la hace completa, te pone por encima de las circunstancias, te pone por encima de las dolencias, te pone por encima de las limitaciones. Pero lo más importante, hermanos, de ese incidente bíblico es el hecho de que hay una forma, Dios se manifestaba antes a los hombres a través de los sacrificios, a través de los esfuerzos, a través de un sistema laborioso y lleno de trabajo y dependiente, muchas veces de información que la gente tuviera y de destrezas humanas, como lo era el sistema de la ley y de los sacrificios y todas estas cosas que impedía acceso a muchos para recibir la gracia del Señor. Ese es el sistema de Betesda. Uno tenía que ser ágil y rápido. Ver la oportunidad y tener la rapidez.... era una competencia, había que lanzarse y agarrar la bendición antes de que otro te la agarrara. Había una competencia. La bendición estaba limitada. Pero ¿saben qué? En Cristo Jesús es diferente porque la gracia de Dios en Cristo Jesús no tiene límites, es para todos. ¡Aleluya! Y es por fe. Y mientras más débil, mientras destruidos, mientras más problemas tenemos, mientras más negativo nuestro pasado, más Dios quiere manifestar su gracia redentora sobre nuestra vida, más Dios quiere bendecirte y levantarte y por eso este paralítico pudo recibir la bendición de un Cristo generoso, misericordioso, lleno de gracia que dijo: yo quiero bendecirte. No tienes tu que hacer sacrificios, no tienes que buscar a alguien que te eche al agua. Yo soy el agua de vida. Yo te bendigo, toma tu lecho y anda y camina a la vida sobre las circunstancias, no debajo de las circunstancias. ¿Usted entiende?

Ese es el sistema en el cual usted se mueve ahora en Cristo Jesús, el sistema del mundo, el sistema de la ley, el sistema de que usted tenía que hace algo para que Dios lo amara, para que Dios lo aprobara. Tenía que caminar de rodillas y mostrarle al Señor las rodillas sangrantes y haber pasado diez horas haciendo genuflexiones y todo tipo de cosas para que el Señor lo bendijera. Eso ya pasó. Ahora nosotros tenemos un caudal de bendición que nos sigue dondequiera que vayamos. Ahora podemos decir con el salmista con corazón convencido ciertamente “el bien y la misericordia me perseguirán todos los días de mi vida y en la casa de Jehová moraré por largos días”. ¡Aleluya! Ese el estado normal de un hijo de Dios. Dios quiere bendecirte. Pero necesitas cambiar el programa, necesitas alertarte a esta verdad de que ahora en Cristo Jesús hay buenos propósitos para tu vida, no temas. Hay muchos hermanos llenos de ansiedad y de temor. Y yo se que la vida a veces no nos ha dado buenas cosas, pero yo quiero radicalizar tu mente y decirte ahora que al estar en Cristo Jesús tu tienes un Dios que dice la palabra, que “Cristo ha abierto un camino ancho y fácil para llegar hasta el Padre”, y tu puedes presentarle a Dios tus necesidades y tu puedes emprender grandes cosas en el nombre del Señor.

Dice Isaías en el Capítulo 54, “ensancha el sitio de tu tienda”, y eso es ensancha aquí, antes de tu poner una tienda más grande en tu vida, tu tienes que ensanchar el sitio de esa tienda primero, es decir el espacio mental, el espacio conceptual, y tienes que entender que hay una bendición que Dios quiere darte pero que tu necesitas alertarte a ella primeramente para poder entonces tener acceso a ella. “

Regocíjate oh estéril, la que no daba luz, levanta canción y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto, porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho Jehová. Ensancha el sitio de tu tienda y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas, no seas escasa, alarga tus cuerdas, refuerza tus estacas, porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda y tu descendencia heredará naciones y habitará las ciudades asoladas”. Ese es el destino de Dios para tu vida, mi hermano, mi hermana. Llénate de esa convicción.

Mi consejo a este joven ayer era eso. No te preocupes por todos esos años de hambre espiritual y emocional que pasaste. Ahora que tu estás en Cristo, Dios tiene buenas cosas para ti. Comienza a leer la palabra y a aislar todas esas promesas de bendición que hay en la Biblia. Una de las cosas que yo sugiero para mis hermanos que han vivido una vida de derrota y que viven presos de la depresión y la ansiedad y la tristeza. Mira, tu necesitas una dieta rica en vitaminas espirituales. Tu necesitas mucha proteína espiritual. Tus células rojas tienen que aumentar el contaje y por eso te animo a buscar esos pasajes de la Escritura que tienen promesa y a memorizar muchos de ellos y.................. ese espacio de posibilidades en tu vida, va a convertirse en un imán que va a atraer la bendición a tu vida.

Confiesa con tu boca, la boca del hijo de Dios es radioactiva, es creativa. Dios crea con su boca y también los hijos de Dios crean con su boca. Confiesa cosas positivas. Si tu estás esperando a sentirte positivo antes de confesar positivo, olvídate, nunca va a llegar ese momento sobre todo si tu vienes de un trasfondo negativo. Pero al tu confesar con tu boca, la prosperidad de Dios, la bendición de Dios, las buenas intenciones de Dios, eso va a cambiar tu cerebro y va reprogramarte de manera que un día tu vas a comenzar a sentir esas cosas. Al principio te vas a sentir como un gran hipócrita al hablar positivamente pero poco a poco tu cerebro va a ser reprogramado. Los psicólogos saben más y más después de todas las exploraciones que se están haciendo con el cerebro humano y hay tantas formas de rastrear la formación de los programas cerebrales y de cómo la mente humana funciona, han confirmado una y otra vez, el cerebro es la cosa más flexible del mundo. El cerebro se recalibra y establece nuevos surcos por los cuales corren las comunicaciones cerebrales y eso depende muchas veces de lo que nosotros visualizamos. Hay un libro muy interesante, se llama Mozart and the brain of the fighter pilot. Es un libro acerca del funcionamiento del cerebro y es muy interesante ver las cosas que dice este neuropsicólogo muy conocido. Muchas investigaciones han descubierto que si uno visualiza ciertas cosas literalmente hay áreas del cerebro que comienzan a funcionar como si uno estuviera viviéndolas actualmente y el cerebro comienza a tirar neuronas y conexiones neurológicas que hacen como si uno estuviera viviendo esas cosas, como si fuera una experiencia verdadera. Es decir la visualización tiene un poder tremendo para reestablecer inclusive las estructuras físicas del cerebro.

Entonces cuando tu visualizas cosas positivas en el Señor, no estoy hablando de pensamiento positivo según los hombres, estoy hablando en Cristo Jesús, visualiza cosas positivas, confiesa cosas positivas, emprende cosas positivas aunque estés temblando de miedo, lánzate en el nombre del Señor, haz algo nuevo y diferente que te asuste y que te preguntes cómo me metí yo en eso. Dios te va a sacar. Dios es poderoso. Prueba y si te caes del caballo, súbete otra vez hasta que te mantengas firme. ¡Aleluya!.

No esperes a sentirte como un león para rugir como un león. Ruge como un león y quizás te vas a sorprender de que dos o tres van a huir de ti, y poco a poco vas a sentir en tu corazón el corazón de un león. Pero hay que creer primeramente. Hermanos, es lo que Dios ha dicho no lo que tu dices. Tu llamado es simplemente confiesa la palabra del Señor. La responsabilidad es de El. Ora por otros, algunos piensan; bueno, yo no tengo el don de sanidad. Mira, el Señor ha dado su unción a todo creyente. Decíamos, como decía Gregory, todos somos ministros aunque tu no sientas la unción, ora. Ora por alguien, intercede por alguien. Y eso va a hacer que tu fe aumente, eso va a hacer que tu confianza en el Señor y quién sabe, te vas a sorprender un día, Dios va a sanar a alguien y tu fe va a aumentar. Haz cosas positivas. Cree en la bendición de Dios. Cree que Dios tiene buenas cosas para ti, entonces camina en fe. Camina en fe y tu vas a ver que la fe va a comenzar a ser parte de tu programa mental, espiritual. Cree que Dios quiere bendecirte. La prosperidad comienza allí. Antes de ser un rey Ezequías, tu tienes que ser un creyente común y corriente que cree que la bendición de Dios está sobre tu vida.

El Señor dice, “porque yo se los pensamiento que tengo acerca de vosotros, pensamiento de bien y no de mal para daros el fin que esperáis”. Dios te ha traído a su reino para que seas bendecido, para que prosperes. Si tu estás en el ministerio, si tu quieres trabajar en el ministerio, mira, Dios te ha llamado para éxito. Entra al ministerio para reinar sobre el ámbito espiritual. No entres para cosas pequeñas. Cree que Dios te llamó y que Dios tiene grandes cosas para ti y mantente firma allí y sirve al Señor, y dale todo lo que tu puedas y emprende cosas grandes en el nombre del Señor y Dios te prosperará y te bendecirá. “Yo estaré todos los días de tu vida”, dice el Señor. “Todo lo que pise la planta de tus pies será tuyo. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente”, dice el Señor que Yo estoy contigo. Esa es la palabra para ti mi hermano en esta tarde. Recíbela en el nombre del Señor, cambia tu programa. Dios quiere prosperarte. Dios quiere prosperarte.

Vamos a ponernos de pie. ¡Aleluya! Gloria al Señor. Cambiemos nuestro programa. Cambiemos nuestro programa. ¡Aleluya! Yo quisiera tener diez vidas para cada vida vivirla exitosamente en el Señor y probar este principio. Dondequiera que tu vayas, Dios irá contigo. Si vas a la China allí Dios te va bendecir. Abre un restaurant mexicano y tu vas a ver que Dios lo prospera, pero Dios quiere bendecirte. Dios quiere prosperarte. No te preocupes. Hay hermanos que viven con temor. Qué si me agarra la migra y me llevan a mi país de nuevo. Qué si esto.... Dios es el Señor de la luna, de la tierra, de Júpiter y de todos los planetas y las galaxias. Es el mismo dondequiera que sea. Te puede bendecir aquí, te puede bendecir en los extremos de la tierra. Dios puede hacer brotar agua de la roca. Dios puede abrir el mar para que tu pases en seco. Dios puede hacer que maná caiga en el desierto para darte de comer. Dios puede hacer que tus zapatos no se envejezcan, que tu ropa no se envejezca sobre tu cuerpo, que haya luz en medio de las tinieblas, que haya una columna de fuego para alumbrar tu caminar en la noche y una columna de humo para cubrirte en el día y darte señal de donde Dios te quiere. Dios quiere bendecirte. Te ha llamado para que seas prosperado, para que tus hijos crezcan y sean bendecidos, para que tu casa no carezca de nada de lo necesario. El bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida. ¡Aleluya! Y cuando todo haya concluido en la casa de Jehová moraré por largos días, dice el Señor. La bendición de Dios para tu vida.

Padre, te adoramos, te bendecimos, Señor. Gracias por tu corazón de Padre tan grande, tan grande. Gracias porque tu amor es incomprensible, Señor. Gracias porque no asustaríamos si viéramos el latido de tu corazón para con nosotros, Señor. Qué bueno tu eres y por eso te amamos, por eso te bendecimos, Señor, por eso nos gozamos de estar en tu casa. Yo pido que la mente de mis hermanos sea renovada, Señor, desde el más chiquito hasta el más viejo en este día. Cambia nuestra mente, Padre, cambia nuestro programa. Ayúdanos a vivir vidas agresivas en Cristo Jesús. La expectativa grande de que tu tienes cosas para nosotros. Danos convicción, Padre. Danos convicción de tu bendición. Te amamos. Nos gozamos en ti y bendecimos tu nombre, Padre. Te adoramos. Gracias Señor Jesús. Amen. Amen.

13 septiembre 2009

Génesis 37 - La vida de José

Lo mejor está todavía por ahí por venir. Vamos al Libro de Génesis. Génesis, Capítulo 37. Hace ya unas 3 semanas más o menos ya que yo inicié un estudio sobre la vida de José y han intervenido diferentes cosas en el interino, y quizás usted hasta ya usted hasta se ha olvidado un poquito de lo que hablamos, pero vamos a refrescarle la memoria y también abundar más hondo en la vida de José.

Mientras tanto le animo a buscar allí, Capítulo 37 de Génesis y vamos a ir comenzando con el versículo 2. Se me ocurre quiero poner algo en la sensibilidad de Terry y de Bruce López que controlan allá el..... yo se que hay formas de poner las letras y la palabra de la Biblia, no lo hemos en el pasado pero en un futuro quizás podemos ver cómo podemos hacer eso y que los hermanos que no tienen, los visitantes y otras cosas, porque ya se que todos los integrantes de una Congregación traen su Biblia. Amen, ¿verdad que si?, pero los demás, los que están comenzando los caminos del Señor, así les podemos facilitar para que ellos también puedan leer las Escrituras, en Génesis Capítulo 37, en el versículo 2:

Dice: “ Esta es la historia de la familia de Jacob. José siendo de edad de 17 años apacentaba las ovejas con sus hermanos y el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre e informaba José a su padre la mala fama de ellos (no es bueno!) y amaba Israel a José más que a todos sus hijos porque lo había tenido en su vejez, y le hizo una túnica de diversos colores. Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían y no podían hablarle pacíficamente. Y soñó José un sueño y lo contó a sus hermanos y ellos llegaron a aborrecerle más todavía. Y él les dijo: “oíd ahora este sueño que he soñado, he aquí que atábamos manojos en medio del campo y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho y que vuestros manojos estaban alrededor, y se inclinaban al mío.” Le respondieron sus hermanos: “¿reinarás tu sobre nosotros o señorearás sobre nosotros?, y le aborrecieron aún más a causa de su sueños y sus palabras. Soñó aún otro sueño, y lo contó a sus hermanos diciendo: “he aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y 11 estrellas se inclinaban a mi”. Y lo contó a su padre y a sus hermanos, y su padre esta vez le reprendió y le dijo: “Qué sueño es este que soñaste, ¿acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti? Y sus hermanos le tenían envidia, más su padre meditaba en esto.”

El viejo sabía que había algo ahí raro en ese sueño, y aunque lo rechazó de momento pero como que se quedó un rato pensando verdaderamente y evidentemente marcó su sensibilidad en alguna manera, él discernía que algo de Dios estaba en este proceso. Esta mañana yo tomé este pasaje y hablé un poco acerca de soñar, soñar en el Señor, los sueños que Dios pone en nuestros espíritus, cómo Dios nos visita a veces con sueños y nos impregna, nos embaraza con sus sueños y sus visiones, y eso es muy importante para el pueblo de Dios porque el pueblo de Dios tiene que ser un pueblo soñador. Dios es un Dios de sueños. Vemos en toda la Escritura una y otra vez que Dios habla a través de los sueños.

Jacob tuvo un sueño, mientras subía de Esaú llegó a un sitio y cansado se acostó sobre una piedra. Y dice la Biblia que Jacob soñó que ángeles subían y bajaban por una escalera del cielo a la tierra y de la tierra al cielo, y en ese lugar, allí estaba la presencia de Dios. Y en ese lugar Jacob tuvo un encuentro poderoso con el ángel del Señor y eso marcó su vida, lo marcó literalmente, físicamente por el resto de su vida. Jacob allí tuvo una lucha con el ángel del Señor y Dios le concedió algo muy especial. El también tenía un sueño, pero tuvo que pagar un precio. Todos los sueños tienen su precio.

Pero lo que vemos es que a través de toda la Escritura hay sueños, hay visiones, Dios habla a su pueblo a través de sueños y visiones. A Pedro, en el Nuevo Testamento miles de años después le dio una visión, le dio un sueño y Pedro vio una visión donde había una cantidad de animales puros e impuros, Dios usó esa visión y ese sueño para dar una revelación mayor acerca de los planes que El tenía con los gentiles, cómo El iba a ampliar su obra en la tierra.

Así que Dios habla, hermanos. Y yo quiero animarlos a ustedes a ser un pueblo de soñadores en el espíritu y no de soñadores vanos sino de soñadores en el espíritu. Yo le estoy pidiendo al Señor, y pídale usted también que Dios traiga revelación a nuestras vidas, que seamos una congregación que reciba palabra de Dios. ¿Saben ustedes que León de Judá es producto de un sueño? Y el nombre de nuestra congregación es producto de un sueño, y la localidad donde estamos es producto de un sueño también, porque Dios habla todavía a través de los sueños.

Hace unos, más o menos 92, 93, en el año 93, para los que no saben la historia: una noche yo tuve un sueño donde vi la ciudad de Boston, los rascacielos de la ciudad de Boston, como en una pantalla, así mismo, como si yo estuviera aquí y yo estuviera viendo guau..... me tomaron en serio la ........ la gente son peligrosos, hay que tener cuidado con lo que uno dice. Era como si yo estuviera viendo una gran pantalla así y yo veía los rascacielos y específicamente del área financiera de la ciudad de Boston, y por encima de esos rascacielos de momento comenzaron a deslizarse unas grandes arañas venenosas gigantescas, como el tamaño de aviones, y comenzaron silenciosamente a posarse y a cubrir todo el panorama, por encima de esos grandes edificios. Y yo podía ver esos seres que eran seres demoníacos, llenos de veneno, su piel tesa y brillosa por todo el veneno que tenían dentro de ellos. Y yo podía ver que eran seres inteligentes y malévolos, pero inteligentes y entendí que eran entidades demoníacas que estaban ejerciendo su influencia oscura sobre la ciudad de Boston.

Yo contemplaba esa imagen y de momento encima, muy por encima, como a la izquierda, así allá arriba del firmamento de esa pantalla, yo pude ver la imagen de un rostro de un león, y era como un círculo, como un plato en la esquina izquierda superior de esa pantalla. Y ese león miraba, estaba muy por encima de esos seres demoníacos y miraba sobre ese escenario y yo podía ver sus ojos bien de cerca. Eran ojos humanos, aunque era un rostro de león, los ojos eran humanos, y eran ojos de autoridad y de confianza y de bondad que me decían a mi que con simplemente mirar sobre esa escena, él estaba ejerciendo su autoridad y que él estaba en control de todo, que no había que preocuparse, porque él tenía la última palabra. Y desde donde yo estaba, yo apunté con mi dedo y recuerdo que yo estaba como semiconsciente en ese momento y apunté tres veces hacia el león, y dije tres veces “Tu eres el Señor, tu eres el Señor, tu eres el Señor”, y ahí terminó mi sueño, y desde ese día en adelante nació en mi espíritu la idea de venir a Boston.

Nosotros teníamos nuestra iglesia en la ciudad de Cambridge. Yo se que muchos de ustedes ya han escuchado esto, pero lo hago porque siento que el Señor este momento y porque empata bien con lo que ....... y muchas gente viene a veces y no escucha y no sabe por qué nos llamamos León de Judá. Dice, un animal, que nombre más raro “León de Judá2 , ¿qué es eso?, pero es un nombre bíblico.

Yo entendí en el sueño que ese león que yo estaba viendo era el León de Judá porque yo conocía de la Biblia, pero en realidad el León de Judá no había sido una imagen muy impactante en mi vida, no había meditado en eso demasiado, ni nada por el estilo, no tenía mucho significado, excepto el significado bíblico, pero yo salí de ese sueño impactado, con esa imagen, y desde ahí nació el deseo y la intención de la venir a la ciudad de Boston, y cambiarnos desde Cambridge, donde Dios nos había dado un templo bellísimo, gratis, lo habíamos adoptado de una iglesia que se había muerto, una iglesia norteamericana, había entregado el espíritu literalmente y habían dejado de existir y nosotros apenas teníamos 6 meses de haber sido fundados como iglesia y nos mudamos de aquí de Boston, del Center a Cambridge y allí tomamos posesión de ese bello templo, en un área lindísima de la ciudad, clase media, media alta, casas de una familia, dos familias, y allí nos mudamos, y estuvimos allí 15 años creciendo como iglesia, haciéndonos más o menos fuertes, definiendo nuestra identidad, peleando algunas batallas y cuando el Señor ya llegó el momento.... porque Dios tiene sus momento ¿usted entiende? La vida cristiana es una vida de procesos, y Dios está en control de cada momento. Y cuando llega el momento de la madurez, Dios dice: ahora te tienes que mover a otro lugar. Es tan bueno cuando uno camina en la voluntad del Señor, hermanos.

Es tan bueno cuando tu sabes que tu vida está gobernada por el tiempo de Dios, que tu no te mueves simplemente porque te ofrecieron un mejor trabajo, o porque te cansaste del frío, o lo que sea, tu te mueves porque Dios te da libertad para hacerlo, porque Dios pone un peso y dice: ahora, coge tu tienda y múdate a otro lugar. O cuando ..... es decir que tu sabes que tu te mueves en la voluntad divina, porque entonces Dios te da directivas. Y Dios nos dijo en un momento dado, a través de ese sueño, “yo quiero que ustedes se muden de acá”. No teníamos razón para mudarnos de ese lugar. Teníamos un templo pago completamente, estábamos en un área bien cómoda y como digo, un vecindario bien, bien cómodo, céntrico hasta cierto punto, en términos de trenes y otras cosas. Sin embargo Dios nos dijo “ya es tiempo de que se muden de allí”.

Ese sueño es como que destapó algo y activó otro componente en nuestro espíritu. Y yo compartí con la congregación ese sueño, y compartí...... algunos de ustedes saben porque estuvieron allí y comenzó una búsqueda de un lugar nuevo donde mudarnos y ahora yo entiendo cuán tonto yo era en aquel tiempo. Si yo hubiera sabido todo lo que nos esperaba no me hubiera metido en ese lío. Pero Dios a veces nos ciega para que no entendamos lo que tenemos que pasar para que nos lancemos a las aguas, y comenzamos a buscar y encontramos este lugar donde ustedes están. Y antes de mudarnos aquí, yo había compartido con la iglesia también, la idea o la visión, de que nuestra iglesia cambiara su nombre de Iglesia Bautista Central, que era su nombre original, a Congregación León de Judá y lo discutimos, y esto y lo otro, y determinamos que sí que nos íbamos a llamar Congregación León de Judá cuando llegara el momento de mudarnos para acá. Y yo recuerdo que cuando vine aquí, visité este lugar que Dios nos proveyó en una forma muy providencial, muy bella y con la segunda o tercera visita que yo hice, mientras negociábamos con el dueño de este sitio, que era un almacén aquí, yo salí por un momento allá a la calle y cuando miré al frente vi la fachada de la iglesia y allí había, y hay una cara de león que está puesta allí. Si usted va a la puerta de vidrio, usted mira arriba, usted ve la cara del león allí. Y yo sentí que esa era la confirmación de que Dios aquí nos quería. Y después de años de trabajo nos mudamos aquí y aquí estamos.

Y yo se lo que Dios puso en el espíritu cuando hablaba del León de Judá y nos dio esa marca a nosotros. Todavía nosotros no somos leones, somos cachorro de león, pero no somos leones. Dios quiere todavía que esta iglesia llegue a ser, que llegue a su “leoncidad” y vamos a llegar en el nombre del Señor, estamos camino a eso. Pero es así, hermanos, Dios habla a través de sueños, pero tenemos que atrevernos a soñar y tenemos que apropiarnos. Cuando Dios pone una imagen en tu espíritu El no necesariamente la pone perfectamente dibujada, con todos sus bigotitos, y sus cositas, no.... el Señor lo que pone es simplemente un embrión en ti, una semilla, como cuando el hombre impregna a la mujer y le planta una semilla y esa semilla va creciendo y multiplicándose y va desarrollándose dentro del vientre de la mujer, hasta que se da a luz.

Y eso fue lo que Dios puso en el vientre de José cuando le dio ese sueño. Lo que Dios puso en José fue la vida suya que lo iba a guiar por el resto de los años, y desde ese momento la vida de José fue gravitando hacia el sueño que Dios puso en él. José ya ahora, iba camino a lo que Dios había puesto. Y por eso yo les digo, hermanos, nosotros tenemos que aprender a soñar porque eso que Dios, que vemos en la Escritura de sueños, Dios quiere volver a activar eso en su pueblo. Y Dios quiere que nosotros volvamos a soñar sueños.

Cuando digo eso, recuerdo lo que dice la palabra de Joel que no se me ocurrió esta mañana, si usted quiere encuéntrelo antes que yo hágalo, donde habla acerca de los últimos tiempos...... el Libro de Joel, Capítulo 2, donde dice que ... 2:28 “.... después de esto derramaré mi espíritu sobre toda carne y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas, vuestros ancianos soñarán sueños y vuestros jóvenes verán visiones”. Este es el tiempo ahora, hermanos, “....y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi espíritu en aquellos días”. Este es el tiempo de los sueños y las visiones. Y se me ocurre que tenemos que detenernos un momentito aquí y orar para activar esa palabra en esta Congregación para que Dios nos comience a dar sueños y visiones. Que nuestros ancianos sueñen sueños, nuestros jóvenes vean visiones, y saben lo que dice, que vuestros siervos y vuestras siervas, ¿por qué añadió el Señor vuestros siervos y vuestras siervas? Es decir vuestros esclavos y vuestras esclavas, porque la visitación de Dios no era solamente para la gente de bien, no era solamente para la gente privilegiada, no era solamente para la gente obviamente capacitada para soñar sueños, sino también era para la gente humilde, sencilla, que se sentía que no tenían derecho para entrar en esa herencia que Dios tenía para los últimos tiempos.

Lo que Dios está diciendo es que en los últimos tiempos Dios va a derramar capacidad para soñar y envisionar no solamente sobre los que están preparados sino sobre los pequeñitos de la congregación, sobre la gente que se siente que es insignificante y que no tiene mucho que dar. Sobre ustedes Dios también quiere derramar sus sueños y sus visiones. Es más, Dios se va a gozar en comenzar con los pequeñitos de la congregación, con jóvenes, con personas que no están muy educadas, el Señor quiere ponerte a soñar sueños y a ver visiones. Y tenemos que decirle al Señor: “Padre, yo quiero eso, yo lo deseo”, porque los dones se reciben cuando uno los invita a venir y cuando uno tiene hambre y sed de ellos, entonces Dios los activa. Y cuando decimos espíritu santo estamos listos para que tu vengas y nos visites y nos impregnes con tus sueños.

¿Qué les parece si tomamos un momento ahora? Póngase de pie un segundo, vamos a pedirle al Señor, vamos a hacer un paréntesis, pedirle al Señor que nos visite con su sueño ahora.

Este es el tiempo para que Dios active en nosotros, póngase bien, bien atento a este momento. Siente usted la presencia del Señor ahora mismo. Padre, queremos ser un pueblo del espíritu, un pueblo de dones, Señor, un pueblo saturado de tu espíritu, queremos ser un pueblo saturado de tu espíritu, queremos ser un pueblo pentecostal. Este tiempo, Señor, nosotros creemos que es el tiempo de tu visitación. Abrimos nuestras manos, abrimos nuestro espíritu, Padre. Pedimos ahora mismo que tu implantes en esta congregación todo lo que están aquí, Señor, sueños y visiones, capacidad para moverse, para vivir en el espíritu. Desata tus dones en el nombre de Jesús. Desatamos dones, Señor, en el pueblo de Dios. Capacidad para soñar sueños, para ver visiones, para concebir cosas en la noche, Padre. Tu nos vas a inquietar en la noche para que recibamos la implantación de tu espíritu. Señor yo desato en el nombre de Jesús la capacidad para ver en los lugares secretos. Tu nos vas a estar hablando, Padre, porque tu quieres darnos instrucciones. Nosotros creemos que este es el tiempo del cual habla Joel, tiempos de sueños y de visiones para tus hijos, Padre. En el nombre de Jesús recibe esa capacidad. Desatamos capacidad para soñar para envisionar en el nombre de Jesús, en el pueblo de Dios, recíbelo en el nombre de Jesús. Recibe en el nombre de Jesús.

Este es el tiempo para soñar sueños, para ver visiones, para hablar en lenguas, para revelaciones, para sanidades, para milagros, para prodigios, para profecía. Es el tiempo del Señor. Gracias Padre, gracias. Danos la capacidad de José. Danos la capacidad de Daniel. Danos la capacidad de Jacob, Señor. Revelación, Padre para recibir sueños y para interpretar sueños, Señor. Para recibir visiones y para interpretar visiones y para declararlas, Señor en medio de la tierra. ¡Aleluya! Recibe en el nombre de Jesús y comienza a soñar y cuando sueñes, declara los sueños, escríbelos y pídele al Señor que te de la interpretación de esos sueños. Y si tu crees que es algo compártelo con los líderes de la congregación. Porque Dios quiere traer revelación. Cultiva la capacidad para soñar. Ese es un don que se desarrolla por medio de la práctica. Y pídele al Señor que te recuerde los sueños cuando los sueñes, porque muchas veces soñamos y después se nos olvidan los sueños, pero cultívalos en el nombre de Jesús. Soltamos esa capacidad ahora. Gracias, Señor. Gracias. Amen. Amen. Gloria a Dios.

Tomen asiento, hermanos. Entonces yo decía, hermanos que tenemos que cultivar esa capacidad. José fue marcado por su sueño y cuando José recibió esa visitación enseguida su vida comenzó a moverse hacia el sueño. Todo lo que comenzó a pasar, incluyendo el odio de sus hermanos, el plan que ellos tenían de hacerle daño, todo Dios lo hizo que conspirara para que José llegara a donde tenía que llegar. Y una cosa es lo siguiente, cuando tu sueñes, cuando Dios ponga una visión en tu vida, si Dios ha puesto una inquietud en tu vida, no te desalientes si se toma tiempo para que el sueño se cumpla, porque muchas veces los sueños de Dios no se cumplen de la noche a la mañana. Se toma mucho tiempo. Un hijo no nace inmediatamente que la mujer concibe sino que se toma 9 meses de gran angustia y de gran proceso para que finalmente venga la vida a la luz. Y así también muchas veces los sueños de Dios se van a tomar tiempo. A José le tomó mucho tiempo. Cuando Dios le dijo eso, él mismo no entendía completamente a qué se refería, pero Dios le fue dando como en pequeños pedacitos lo que El quería mostrarle y pasaron, yo creo que pasaron más de 10 años antes que José recibiera su sueño. Si Dios pone en ti, Dios ha puesto en ti algo, una inquietud, una visión acerca de la vida, algo que tu quieres hacer, algo que quieres lograr, un llamado que tu sientes que El te ha dado. Cultiva eso, esa matita tienes que regarla, no permitas que aunque pase mucho tiempo tu la eches a un lado, sino mantenla viva siempre y está atento a lo que Dios te diga.

Otra cosa acerca de los sueños. Ten cuidado con quién tu compartes tus sueños. José compartió su sueño con gente que no entendía. Es más, se sentían amenazados por ellos y muchas veces los sueños que Dios ponga en ti, van a molestar los principados y las potestades o van a cuestionar inclusive las estructuras alrededor de ti, van a, como dijera yo, a inquietar el status quo, van a ser a veces sueños que van a confrontar y en el caso de José, sus sueños eran muy, muy inquietantes y desagradables para sus hermanos que no lo querían ver a él en esa posición de autoridad, y aún para su papá que no entendía todo lo que Dios estaba haciendo. Si nosotros a veces compartimos nuestros sueños prematuramente, hermanos, y con la gente inadecuada, van a querer matar nuestros sueños. Así que cuando tu concibas un sueño, guárdalo por un tiempo en silencio, ora sobre el sueño y cuando Dios te de libertad para comenzar a compartirlo, entonces comienza a compartirlo. Y ten cuidado mientras tanto con quién, asegúrate de que sea gente de visión, que sea gente que entienda los misterios de Dios, que sea gente que crea en esas cosas, porque sino el peligro está en que te maten tu entusiasmo antes de tiempo y que tu comiences a pensar que esos son simplemente creaciones de tu imaginación.

Así que es bien importante que tu permitas que llegue el momento preciso para comenzar a declarar lo que Dios ha puesto en tu vida. Solamente en este tiempo yo me he comenzado a sentir un poquito más libre, como yo decía en la oración esta mañana, para declarar sueños que Dios ha puesto en mi vida cuando yo era pequeñito, y que los he alimentado todos estos años y siento que ya el tiempo se acerca para comenzar a declararlo más claramente, porque yo creo que llega un momento también para comenzar a hablar lo que Dios ha puesto en nuestras vidas. Pero mientras tanto hay que tener mucho cuidado. Uno tiene que ser bien sobrio con los sueños que Dios nos da porque muchas veces, si nos lanzamos también prematuramente en vez de madurar el sueño y asegurarnos de que es de Dios, desprestigiamos en el arte de soñar. A veces mucha gente está diciendo: Oh, Dios me dijo esto, Dios me dijo lo otro, y no es así entonces se abarata ese don tan precioso. Entonces tenemos que tener mucho cuidado cómo cultivamos, cómo declaramos, cuándo hablamos, a quién se lo decimos. Es muy importante que nos movamos en el tiempo de Dios.

Pero otra cosa bien importante es eso, que cuando Dios pone un sueño y tu estás seguro de que es de Dios y llega el momento de tu hablarlo, comienza a declarar el sueño. Comienza a compartirlo porque al tu compartirlo con tu boca, vas a estar profetizando sobre ese sueño y lo vas a estar activando más todavía. Así que también hay que atreverse, cuando es el momento de Dios a comenzar a hablar y a profetizar sobre el sueño.

Otra cosa también acerca de los sueños. Es importante que si Dios ha puesto en ti una visión acerca de algo que Dios quiere que tu hagas, una inquietud, un ministerio, un logro que tu sientes que Dios te quiere llevar, es importante que tu celebres eso y que lo mires y que lo visualices en todos sus detalles y que te veas dentro de ese sueño. A Dios le gusta que nosotros cultivemos y celebremos el sueño. En el Libro de los Hebreos dice que muchos esperaban la ciudad que estaba construida por las manos de Dios y no por manos de hombres. Dice que la saludaron desde lejos y la celebraban desde lejos. Y es importante que nosotros aprendamos, cuando Dios pone una inquietud, un deseo en nuestras vidas que visualicemos esas cosas, que tomemos tiempo para meditar en ello, que saquemos tiempo para escribirlo, desarrollarlo, pensar en ello, para que ese sueño se vaya activando más y más. Yo creo que hay mucha gente que sueña, pero sueña en términos generales, no sueña en términos específicos. Y es importante ponerle de tal sueños que soñamos y es importante también añadirles intensidad a los sueños.



Yo hablaba con los hermanos acerca del sueño de Jabes, en Primera de Corintios, Capítulo 4, versículo 9 en adelante. Jabes concibió un sueño, y fíjese cuando yo hablo de sueño, hermanos, puede ser cualquier cosa. Una joven me decía cuando terminamos el servicio aquí que su sueño es ir a Boston College, una universidad aquí en la ciudad de Boston, muy buena, y para mi eso es algo que Dios ha puesto en ella. Su mamá me dijo ella quiere ir a Boston College. Bueno, ahí hay un sueño y yo le pregunté ¿qué tu estás haciendo para ir hacia ese sueño? Y me di cuenta, que todavía ella necesitaba dar pasos para que el sueño se activara. Pero puede ser algo así, puede ser que Dios haya puesto en ti un sueño de predicar el evangelio o hacer un viaje misionero, como hizo un grupo de hermanos a República Dominicana, este verano, y Dios bendijo ese sueño de una manera extraordinaria. Puede ser que Dios te está llamando ..... un deseo de tener un matrimonio idóneo, un matrimonio bendecido y tu matrimonio ahora está lejos de ser eso, pues toma ese sueño y visualiza, visualiza tu matrimonio, bendecido, visualízate sentada con tu esposo comiendo en un restaurante y buena conversación entre ustedes, risas, intimidades siendo compartidas en ese momento. Visualiza bendiciendo a otros, las discusiones que tienen y las peleas, eliminadas y reemplazadas por un hogar de paz. Y visualiza estas cosas y celébralas y dale gracias al Señor y mantén ese sueño vivo. O puede ser para un joven sueños de éxito financiero y de logros profesionales. Bueno, toma ese sueño y éntralo en tu corazón y pídele a Dios que lo bautice con su aprobación y entonces mantén ahí tu vida, a la luz de ese sueño.

Voy a compartir algo acerca de eso en un momentito más. Pero eso, hermanos es importante que nuestro sueños tengan cuerpo, necesitamos intensificarlos con pasión y con emoción. Jabes concibió un sueño, Primera de Crónicas, Capítulo 4, versículo 9. Vayan allí un momentito.

Dice que “...Jabes fue más ilustre que sus hermanos”. ¿Qué quiere decir eso con que Jabes fue más ilustre que sus hermanos? Yo creo que quiere decir que Jabes fue más noble que sus hermanos, como que Dios le dio una capacidad para soñar algo, para desear algo, tenía un corazón noble y Jabes se atrevió a venir ante Dios y creerle a Dios. Muchos de nosotros hermanos no tenemos suficiente conocimiento de Dios como para creer que El es un Padre amoroso y noble y fiel, que si El nos dice “Pídeme, yo te daré”, no nos atrevemos a pedirle. No hay nobleza en nuestro corazón muchas veces para amar a Dios con el alma, con el espíritu y entonces no sentimos ese llamado de venir ante la presencia de Dios. Jabes tenía un don especial, y dice que fue más ilustre que sus hermanos y hay un detalle importante que dice que su madre llamó a Jabes, le dio un nombre, dice “.... por cuanto lo di a luz en dolor”. El nombre que le dieron a Jabes era un nombre de fracaso, un nombre de que no iba a llegar muy lejos.

Imagínese que a usted le pusieran el nombre Adolorido, ¿no? ¡Qué bonito nombre para usted anunciar su presencia! ¿Cómo te llamas? Oh, me llamo Adolorido. O concebido en dolor. Su mamá le puso ese nombre, Jabes tenía la marca del fracaso en su vida. Jabes no tenía posibilidades de ser un hombre exitoso, pero Jabes concibió eso y miren lo que dice, que “....Jabes invocó al Dios de Israel diciendo: Oh, si me dieras bendición”, y yo les decía a los hermanos esta mañana, que ese “Oh” es lo que nosotros necesitamos cultivar. Necesitamos cultivar un “Oh” que nos salga de lo profundo de las entrañas.

Digan todos “Oh”. Eso es. Es un “Oh” que tiene que salir de lo hondo de la tierra.

Cuando su deseo, cuando su necesidad llega al punto del “Oh”, ahí es donde Dios responde muchas veces, pero mientras sus sueños, son sueños más o menos generales, descuidados, de vez en cuando, Dios no le va generalmente a dar lo que usted necesita. Dios quiere llevar sus sueño a punto de rojo vivo, en que usted desee algo y si usted no lo recibe, se muere.

Como le dijo Ana a su esposo. Su esposo le dijo: “pero, Ana, si yo te quiero”, Ana no podía tener hijos, “pero si tu eres mi favorita, si todo lo que yo tengo es tuyo”. Pero Ana lo que quería era un hijo. Ana quería que sus entrañas fueran estrenadas por un hijo y Ana comenzó a llorar y a aclamar y Dios le dio no solamente un hijo, sino un Samuel y le dio otros hijos. Y Jabes le dijo: “Oh, Señor si me bendijeras, si me dieras bendición” -y mire qué específico fue Jabes- “....si me dieras bendición, si ensancharas mi territorio, si tu mano estuviera conmigo, si me libraras del mal para que no me dañe” –usted ve lo específico que fue Jabes-. Así tiene usted que ser en las peticiones y en los sueños que usted presenta delante del Señor. Usted tiene que ponerle pies y manos a sus sueños, tiene que cultivarlos, tiene que celebrarlos, tiene que echarle agua a esa matita de sus sueños. Es la única manera en que Dios le va a ......... pero Jabes se atrevió a pedirle a Dios su sueño, y ¿qué paso, qué dice la Biblia aquí, qué hizo Dios? Dice: “.... le otorgó Dios lo que pidió”.

Atrévete a soñar, hermano, hermana. Yo creo que muchos de nosotros nos han matado la capacidad para soñar, porque en la niñez no nos bendijeron, nuestros padres, los pobres hicieron lo que pudieron pero no engendraron en nosotros la capacidad para anhelar cosas grandes y creer que nosotros podríamos llegar lejos, y que podíamos hacer cosas grandes en el Señor. No hay nada imposible para un hijo de Dios, hermanos. Yo quisiera plantar en ustedes esa seguridad de que Dios puede hacer cualquier cosa en tu vida, si tu te atreves a concebirlo y te lanzas entonces día a día a echarle un poquito de agua a la matita de tus sueños. Dios quiere darte las naciones, Dios quiere darte tus hijos, Dios quiere darte tu salud, Dios quiere darte la paz del corazón, Dios quiere darte un sueño tranquilo, Dios quiere que la depresión huya de tu vida. Dios quiere que el pesimismo, en derrotismo se salga de tu vida. Dios quiere que las aflicciones que estás confrontando sean vencidas y que tu tengas libertad para volar como el águila. Pero tienes que atreverte a creer en los sueños de Dios y a concebir cosas grandes y entonces a lanzarte en la búsqueda como José creyó su sueño y Dios enseguida desató lo que él necesitaba para que su sueño se hiciera realidad.

Isaías 54. “Ensancha el sitio de tu tienda y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas, no seas escasa, alarga tus cuerdas, refuerza tus estacas porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda y tu descendencia heredará naciones y habitará las ciudades asoladas. Levanta canción, da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto, porque más son los hijos de la desamparada que la casada, ha dicho Jehová.”

Hermanos, Dios está continuamente invitándonos a creer cosas grandes, a creer que El va a hacer cosas maravillosas. “Clama a mi y yo te responderé y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tu no conoces”. Atrévete a creer en los sueños de Dios, sueños en Dios. Y finalmente si tu tienes un sueño, y lo presentas delante del Señor comienza a vivir tu vida a la luz de ese sueño y a tomar decisiones a la luz de ese sueño. Alinea tu vida con ese sueño. Por ejemplo, si una persona me dice a mi, a mi me gustaría llegar a ser el ejecutivo principal de una corporación, un joven me dice eso. Bueno, Gloria a Dios por eso, qué bueno, ese es un sueño precioso. Pero no creas que simplemente porque tu tengas ese sueño, y tu le ores al Señor el sueño como que va a venir mágicamente. Tu tienes que tomar ese sueño, meterlo dentro de tu corazón, presentarlo delante del Señor, orar por él continuamente pero será mejor que tu te pongas a trabajar duramente y a estudiar y a esforzarte para concebir en tu ser la excelencia, la disciplina, las destrezas, el carácter, las relaciones que son necesarias para llegar a esa posición.

Cuando estábamos allá en Israel conocimos a una pareja preciosa del Ecuador. Este hombre estuvo en la alta política en el Ecuador durante un tiempo de su vida, pero tuvo unos grandes trastornos y tuvo inclusive que huir del Ecuador refugiado, como exiliado y pasó un tiempo fuera y volvió a Ecuador, y él siente y ha recibido mucha profecía de parte de muchas personas, que le han dicho que él va a ser presidente del Ecuador en algún momento. Y yo lo creo porque es un hombre muy especial y su esposa, una mujer bellísima, preciosa sierva del Señor, gente muy, muy sólida. Yo creo que podrían ser un día una pareja escogida por Dios para eso, gente que ama al Señor, noble en muchos sentidos, y que tiene unos valores muy sólidos.

Y yo pude compartir con él en el ultimo día ya casi cuando íbamos hacia el hotel donde nos íbamos a quedar antes de partir de regreso y yo hablé con él, y él.....vi, porque él no estaba haciendo nada, sino esperando simplemente en el Señor, que Dios lo iba a levantar y lo iba a llevar a esa posición. Ahora yo le decía, “mira hermano, permíteme, con todo respeto, quiero entrar porque quiero plantar una semilla en ti porque quizás Dios –fui muy cuidadoso, muy cauteloso en decirle, pero- le dije “quizás Dios te está llamando a que tu primero comiences y corras para el Senado o para la Legislatura y que tu vayas creándote un nombre de nuevo. El tiene una fundación filantrópica que él está dirigiendo y que él ha formado para trabajo social. Yo le dije, “mira, ahí está posiblemente la clave, porque al tu darte a conocer como una persona que está haciendo obras de justicia social y otras cosas, tu puedes ir dándote a conocer públicamente y usar eso como un punto de partida. Quizás Dios te quiere usar entonces para que tu aprendas sobre la política, que tu nombre se de a conocer, corre para una legislatura, para un Senado y de ahí entonces Dios te puede tirar a la próxima etapa, y Dios te puede llevar. Y yo creo que Dios te va a llevar a la presidencia, pero comienza por algo intermedio.

Entonces yo creo que es importante que nosotros seamos tan místicos, como hay personas por allí que todo se les va en soñar, en profecías, y en Dios me dijo, y Dios te va a hacer esto y te va a hacer lo otro, pero, hermanos, cuando nosotros concebimos un sueño de Dios tenemos que ponernos a trabajar también. Porque Dios te va a encontrar en el camino, ¿usted entiende? Y Dios va a hacer su parte pero tu tienes que hacer la tuya también. Y tu tienes que usar el entendimiento que Dios te da, la sabiduría, la destreza, las herramientas que Dios te da para ir hacia el sueño. Y tu tienes que estar viviendo toda tu vida con respecto a ese sueño y tienes que ser diligente también para que el sueño se haga realidad.

Miren lo que le pasó a José. José estaba en la cárcel y el copero de faraón y el panadero tuvieron un sueño ¿recuerdan? Y José se lo interpretó porque José tenía ese don de sueño como tenía Daniel también. Y entonces ¿qué les dijo José al panadero y al copero? Les dijo: “cuando ustedes salgan y se cumpla el sueño que yo les he revelado háblenle a faraón de mi. ¿Qué pasó? José fue diligente. Muchos de nosotros no nos atreveríamos a decir eso, pero José dijo: “Hey, Señor, yo les he ayudado así que acuérdense de mi también cuando estén allá afuera”. Fue diligente y eso ayudó para que el sueño se cumpliera. ¿por qué? Cuál fue, de nuevo se me olvida el panadero o el copero que..... el copero, sí, al panadero le cortaron la cabeza, tenía el cesto de panes aquí en la cabeza. Cuando el copero pasó tiempo, el copero se acordó de lo que José le había dicho y del favor que le había hecho, y le dijo a faraón. Ve entonces como la iniciativa del hombre José pidiéndole que se acordara de él cuando saliera, y la iniciativa de Dios que quería llevar a José a la vicepresidencia de Egipto, se encontraron y el sueño quedó realizado. Es muy importante que si tu tienes una visión que tu hagas tu parte para que la visión, el sueño se cumpla.

Hay hermanitos que quieren ser, hablarle a multitudes y predicar el Evangelio como Billy Graham pero cuando llega el momento de inscribirse para una clase de discipulado están demasiado ocupados. ¿usted entiende? Cuando llega el momento de ir a un congreso de mujeres o algo por el estilo, no tienen tiempo, no tienen dinero, se le enfrían los pies, y el sueño se queda inactivo, porque Dios espera que también tu hagas tu parte para que el sueño se realice, se cumpla. Hay que ser diligente. El sueño es simplemente un vehículo que Dios usa, pero Dios quiere que tu también hagas tu parte, así que esfuérzate, sé dinámico. Dios le dio un sueño a Josué, y le dijo “yo te voy a entregar toda la tierra que pisen la plantas de tus pies pero te recuerdo una cosa, mira que te mando que te esfuerces y seas valiente. No temas ni desmayes, yo estaré contigo. Que mi palabra no escasee en tu vida. Ejercítate.”

Es importante que tu, si tu tienes un sueño que Dios ha puesto en tu vida, en tu espíritu, que des pasos de fe y te atrevas a hacer cosas que avancen ese sueño. Tu tienes que vivir mirando, espiando a ver. Yo vivo, hermanos, les digo, Meche lo sabe porque hablamos sobre esto muchas veces, hay sueños en mi vida y yo siempre estoy observando lo que me vida acerca de ese sueño, esa visión que Dios ha puesto, y cuando yo veo algo que ......parece que está avanzando el sueño, yo estoy bien alerta, bien atento y pongo mucha atención a ver si eso es algo que me va a llevar y me va a acercar a la realización de mi sueño, del sueño de Dios en mi vida. Y entonces estoy dispuesto a invertir.

Este viaje que yo dije a Israel, saben porque hace años, muchos de ustedes saben que hace años que yo quería ir a Israel, y siempre ha habido algo que se interfiere y nunca me había activado a ir a Israel, pero cuando vino Juan Carlos y Fanny y otros que fueron a Israel hace poco, y casi me obligan a ir y pusieron mucha presión sobre mi para que yo fuera. Este era el peor de los tiempos para yo ir a Israel, para yo hacer un viaje de 11 días, tantas cosas que hay ahora mismo en la iglesia que están pasando, y tanta responsabilidad que uno tiene. ¿Pero sabe qué? Que yo me puse a escuchar y sentí como que en ese llamado de estos hermanos y en esa presión había algo de Dios que me estaba diciendo: esto te va a llevar más cerca al sueño y es el tiempo.

Y entonces yo dije: bueno, Señor, me voy a tomar un riesgo, no estaba ciento por ciento seguro, pero dije, bueno, quién sabe si Dios tiene algo para mi allí. Y entonces me atreví a dar el paso de dar ese viaje con temores y temblores y cantidad de dudas, pero lo hice, porque yo vivo a la luz del sueño que Dios ha puesto en mi espíritu, y si yo soy pastor hoy y dejé mis ambiciones académicas y todo esto es porque un día cuando Dios me dijo: Te gustaría pastorear esta congregación pequeña, que está apenas comenzando”, yo sentí que decirle sí al Señor me acercaba al sueño que Dios había puesto en mi cuando yo era pequeñito. Y llevo 22 años, 21..... 1884, 21 años trabajando en esta iglesia, pastoreándola, esperando la plena realización del sueño de Dios todavía. 21 años ¿eh? Y cuarenta y pico que Dios me habló cuando niño acerca de algo que yo todavía no discierno completamente bien, qué es lo que Dios tiene entre manos, pero se que hay algo allí que Dios ha puesto en mi espíritu, y yo vivo con eso, pensándolo, meditándolo, preguntándome si es de Dios, si no es de Dios, si es un figmento de imaginación, pero ese sueño anima mi vida. Es como una brújula magnética que me predispone a ciertas cosas y eso es lo que uno tiene que hacer cuando Dios habla a nuestra vida hermanos. Tenemos que creer. Esto no es mi imaginación, esto es de Dios. Y apropiarnos, y entonces comenzamos a interpretar la vida, las circunstancias, los encuentros, los eventos, las oportunidades a la luz del sueño y Dios le va impartiendo más claridad, más precisión al sueño y entonces el sueño va haciéndose más concreto en nuestra vida. Deja que el sueño de Dios llene tu vida. Cultiva la capacidad para soñar. Incuba el sueño en la quietud y en la oración y en el ayuno y Dios te va a llevar como llevó a José al encuentro de ese sueño.

Que el Señor los bendiga. Vamos a bajar nuestras cabezas, ahora e invito a los músicos a pasar aquí un momentito. Los sueños de Dios. Dios quiere una congregación de soñadores despiertos, de visionarios, esa es la palabra de Dios para tu vida. Dios quiere activar sus sueños en nosotros, quiere impregnarnos con una visión fresca. Y cuando Dios da un sueño El se compromete a llevarlo a la realidad, pero trabájalo, edúcalo, instrúyelo, cultívalo y cultívate a ti mismo también para que tengas la capacidad para manejar eso que Dios te quiere dar. Gracias Señor. Te adoramos, Padre. Te bendecimos.

Señor, nosotros creemos en esta tarde que tu palabra va a ser marco en la vida de tus hijos. Esta palabra que tiene la vida tuya, Señor, dentro de ella, y al hablarla, Señor y lanzarla a la sensibilidad de tu pueblo ella se hace realidad. Que tus hijos, Señor sean impregnados en esta tarde por la buena palabra que sale de tu boca. Queremos ser soñadores y visionarios, Señor. Gracias porque todavía tu estás en el asunto de ¿? . recibimos tu revelación, Padre. Gracias Dios. Amén. Amen. Amen.

Vamos a cantar ese coro que dice “...sendas Dios hará donde piensas que no hay”. Tu quizás no sabes cómo el sueño se va a realizar en tu vida, pero Dios lo va a hacer una realidad.