06 marzo 2010

Zacarias, Sacerdote FIEL en su oficio

LUCAS 1:1-25 [1:8]
“Aconteció que ejerciendo Zacarías el sacerdocio delante de Dios según el orden de su clase”
El tiempo en que Elisabeth y Zacarías vivían era un tiempo difícil, Herodes el grande era el rey de ese tiempo, rey ilegitimo dispuesto a lo que sea para conservar su trono, incluso el de matar a su propia familia, el se había ganado al pueblo construyendo el templo, era un rey injusto. En ese tiempo de rey injusto también los líderes espirituales no guiaban bien al pueblo incluso ellos estaban caídos. El pueblo sufría por la falta de la correcta dirección según la voluntad de Dios.
Pero aun en esos tiempos difíciles y oscuros, hay quienes hacen la lucha de fe delante de Dios, en ese tiempo la palabra dice que Elisabeth y Zacarías “eran Justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor”. Ellos no tenían un guía espiritual, el cual le estuviera exigiendo muy amablemente para que estudiaran la Biblia y tuvieran una fe practica, para que hicieran un analisis profundo y sincero delante de Dios, sino que ellos solos tuvieron la iniciativa para hacer las cosas de Dios. Ellos con mucha diligencia y cuidadosamente estudiaron la biblia y aun a pesar del tiempo, no se contaminaron. Eran los que reflejaban la luz verdadera que viene de Dios en ese tiempo. Entonces eran dignos de ser usados preciosamente para llevar la palabra de Dios y hacer su obra, pero no tenían hijos, porque Elizabeth era estéril y ambos eran ya de edad avanzada.
Aconteció que ejerciendo Zacarías el sacerdocio delante de Dios según el orden de su clase, conforme a la costumbre del sacerdocio, le tocó en suerte ofrecer el incienso entrando en el santuario del Señor, y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la hora del incienso. Y se le apareció un ángel del Señor puesto en pie a la derecha
del incienso. Y se turbó Zacarías al verle, y le sobrecogió temor, pero el ángel le dijo ‘Zacarías, no temas, porque tu oración ha sido oída y tu mujer, Elizabeth, te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre, Juan. Y Zacarías tendrás gozo y alegría y muchos se regocijarán de su nacimiento porque será grande delante de Dios. No beberá vino, ni sidra y será lleno del espíritu santo aún desde el vientre de su madre.
Hermanos, nos pasamos al versículo 18, vemos cómo Zacarías responde al ángel. Esto es muy clave aquí. “Dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto?, porque yo soy viejo y mi mujer es de edad avanzada”
Si me permiten leerles el versículo en la traducción de la nueva versión internacional que me gusta como ellos lo traducen. “ Zacarías dice ¿Cómo podré estar seguro de esto? ¿Cómo podré estar seguro de esto?, preguntó Zacarías al ángel. Yo soy anciano y mi esposa también es de edad avanzada. Respondiendo el ángel le dijo ‘ Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios y he sido enviado a hablarte y darte estas buenas nuevas y ahora quedarás mudo y no podrás hablar hasta el día que esto se haga por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo”.
Y pasemos, hermanos, al versículo 24. “Después de aquellos días concibió su mujer Elizabeth y se recluyó en casa por cinco meses diciendo ‘Así ha hecho conmigo el Señor en los días en que se dignó quitar mi afrenta entre los hombres.”
Ahora en los próximos versículos, en los versículos del 26 al 38, este mismo ser, este mismo ángel se presenta a María y el pastor trajo este mensaje, el mensaje navideño que más quizás nosotros conocemos. El ángel le dice a María que “....también el Señor ha de abrir tu vientre y el espíritu del Señor te cubrirá y darás a luz al Mesías, darás a luz al Emmanuel, darás a luz al cordero inmolado de Dios que quitará el pecado del mundo, y como señal, su familiar Elizabeth, también en su vejez está esperando un niño y aún lleva 6 meses de embarazo”.
En el versículo 39 “En aquellos días, levantándose María, fue deprisa a la montaña a una ciudad de Judá y entró en casa de Zacarías y saludó a Elizabeth. Y aconteció que cuando oyó Elizabeth la salutación de María, la criatura saltó en su vientre y Elizabeth fue llena del espíritu santo y exclamó a gran voz y dijo ¡Bendita tu, entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Por qué se me concede esto a mi, que la madre de mi Señor venga a mi?, porque tan pronto como llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre, y bienaventurada la que creyó porque se cumplirá lo que fue dicho de parte del Señor. Bienaventurada la que creyó porque se cumplirá lo que fue dicho de parte del Señor.”
Hermanos, una de las primeras cosas que podemos aprender de esta historia, la historia de Zacarías y Elizabeth, es esto: Aún los justos experimentan esterilidad. Zacarías y Elizabeth eran justos delante del Señor, declara la palabra, lo amaban, lo servían, pero aún así, por más que anhelaban un hijo, por más que pidieron un hijo de parte del Señor, era una pareja sin hijos, era una pareja estéril.
Ahora, hermanos, hoy día hay muchas parejas que desean hijos y no los tienen por más que le han pedido al Señor, y por más que desean abrazar un bebé, el Señor no le ha permitido que esta pareja reciba la bendición de un bebé. Pero, hermanos, créanme que en el tiempo bíblico, la esterilidad bíblica era muy distinta a la esterilidad hoy día. No estamos meramente hablando de una pareja que no puede concebir hijos físicos. En el tiempo bíblico, especialmente en el primer siglo, el estado de esterilidad, el hecho de no tener hijos, era una amenaza a su propia existencia. No había Jubilación, no obra social, no había plan de ayudas del Estado. El tener hijos era su seguridad financiera. El tener hijos, especialmente en la cultura del antiguo Medio, era lo que garantizaba que su legado seguiría, que alguien se iba a preocupar de compartir tu historia, la historia de tu vida, tu biografía, de generación a generación.
El no tener hijos, en este primer siglo, en particular varones, el no tenerlos era, no solamente una amenaza para su futuro, sino tambien lo era para su pasado. Si te quedabas sin futuro, te quedabas sin pasado, te quedas sin alguien que diga ‘la vida de ese viejo valió algo’. ‘La vida de esa pareja era algo significante’, ‘para algo nacieron ellos’. El no tener hijos significaba no tener alguien que contara tu historia y te cubriera en tu vejez, en el primer siglo.
Con razón el salmista escribe ‘como saetas en manos de valiente, así son los hijos habidos en la juventud. Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos.’
Tan fuerte era la idea de la esterilidad en la era bíblica, que muchos asumían que así como muchas enfermedades, la esterilidad era una indicación de una maldición divina, que Dios había maldecido a esta familia. Entonces encima de todas las amenazas que debía enfrentar la pareja estéril, estaba la vergüenza de no tener hijos, estaba el estigma de no tener hijos, de sufrir la esterilidad.
Ahora, en nuestros días, nosotros no nos enfrentamos a esos problemas, una pareja sin hijos no confronta la esterilidad así. Y la esterilidad bíblica, la esterilidad espiritual en el siglo XXI es muy distinta a la esterilidad del siglo I. Pero es igualmente peligrosa. Hoy una pareja puede estar llena de hijos y experimentar esterilidad espiritual. Como también puede una pareja, tal vez no tenga hijos físicos, pero tampoco conozcan la esterilidad espiritual. Como también está aquella pareja que solamente DECIDIO no tener hijos y experimentar la esterilidad espiritual y no darse cuenta o lo que es peor vivir convencido de que no quieren darse cuenta.
Hoy la esterilidad espiritual se basa en esto: en no vivir la vida que esperabas, que anhelabas, que una y otra vez le pediste a Dios. Tal vez en un tiempo tenías sueños, tal vez tenías ambiciones, tal vez alguien te profetizó algo cuando niño y no se ha realizado. Tal vez llegaste a los límites de tu adolescencia planificando tu vida como si la escribieras en una agenda con calendario, al modo de recordatorio y unas ideas como por ejemplo; en dos años voy a poner mi empresa, en 5 años voy a terminar mis estudios universitarios, en tanto tiempo me voy a encontrar con mi príncipe azul o mi princesa de sueños según sea el caso y me voy a casar y voy a tener 2 y 3 hijos, y tiene que ser antes de los 35 años. Muchos sueños, muchas ambiciones, cosas que le ha pedido al Señor y esos sueños los guardaste en el sótano o tal vez los has dejado morir. Ahora debes ver los pedidos que le hiciste al Señor. Te imaginas a Zacarias y a Elizabeth pidiendole al Señor no tener hijos? Imposible verdad, pero eso es en siglo I. Hoy parece moneda común.
La esterilidad espiritual de hoy día, en otras palabras, tiene que ver con la manera en que uno ve su futuro. La manera en que uno ve las promesas del Señor. Y tal vez, si se han tardado las promesas en cumplir, si se han tardado estos sueños en realizarse, si hace años que le ha pedido algo al Señor, en vez de seguir pidiéndoselo al Señor, en vez de seguir esperando que el Señor realice estos sueños, en vez de esperar en Jehová, comienzas a conformarte.. Te has conformado con la vida que tienes y te has dado por vencido. Sí, es el mismo trabajo, el mismo lugar, la misma gente, los mismos chistes, el mismo día, después de la pausa navideña llega el trabajo. Allí está la misma recepcionista que te mira mal, allí está el mismo jefe que está mirando el reloj, allí están los mismos clientes, y siempre hay un cliente que el Señor envía meramente para estirarnos la paciencia y bendecirnos de esa manera.
Quizás es la empresa, quizás es la manera en que vos o usted llevas tu ministerio. No se, pero vos te has conformado con la vida que tenés. Y ni siquiera te atrevés a orar las mismas oraciones de tu juventud. Ni siquiera te atrevés a visitar de nuevo esas promesas que vos voluntariamente te hiciste. Te has conformado. No es lo que querías. Quizás pensabas que naciste para otra cosa, para algo mayor, quizás. Pero ya, dejémonos de cuentos, no nos engañemos mas, esto es lo que hay.... esto es lo que trajo el agua, esto es..... ¿De qué vale sino conformarnos?
Ahora, viene a la escena el ángel de Jehová para destruir tu conformidad. Qué incomodo es eso. Imaginemos una escena común en la Iglesia, la tuya o la mía, viene una visita a predicar, y llegado el momento de la Ministración vos pasas, traes tu petición delante del Señor, El siervo encargado de la palabra dice, ‘este es tiempo de intimidad con Jehová’, los Hermanos se acercan al altar, (presta mucha atención a esto), todos pidiéndole algo al Señor, y en eso se te acerca alguien, la misma visita que esta ministrando o tu propio Pastor que ayuda, pone su mano sobre ti, te profetiza y dice ‘Hermano, viene para ti tremenda promesa’. ¿Cómo usted recibes eso? Que te produce? Como lo manejas a eso con tu estado de conformidad?.
El Señor te está diciendo que hay más, en vez de decirte que no hay nada, que no esperes mas, te dice el Señor, ‘no, no, no, hay mucho más’. Qué tal si el Señor te dijera que sus planes para vos son mayores que la vida con la cual te has conformado. Y eso es lo que le dice a Zacarías. Le dice a Zacarías, ‘Zacarías, Yo no me he olvidado de tus oraciones. Tus oraciones están, -la palabra me encanta Apocalipsis Capítulo 5, dice allí que las oraciones de los santos, hermano, esa oración que usted acaba de elevar al Señor, esa adoración que usted acaba de subir delante del Señor es lo más precioso delante del Señor.
En el Reino de Dios no hay dinero, usan el oro como el ladrillo del piso. Qué vale el oro en el cielo, qué vale la plata en el cielo. Con las perlas hacen puertas y ventanas. Todo eso no vale nada en reino de los cielos. ¿sabes lo que vale en el Reino de los Cielos? Tus oraciones. ¿Sabes lo que cuidan en vasos de oro en el Reino de los Cielos? En Apocalipsis 5:8 dice: y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos; Las oraciones de los santos, en vasos de oro, como incienso. El Señor cuida tus oraciones. El dice ‘Yo no me olvidaba de tus oraciones, Zacarías, todo lo contrario, tampoco me he olvidado de mis promesas. No he echado al lado tus sueños, quizás vos guardaste tus sueños, pero Yo fui el que inspiré esos sueños. Yo te los di y Yo se precisamente donde los guardaste, hombre, y es tiempo que saques esos sueños ya, porque Yo te los di.’ Y entonces Zacarías brinca y salta y dice ‘gloria a Dios que el Señor se ha recordado de su siervo’. Eso es lo que hace.
Sabés, el Señor ha puesto a Zacarías en un tremendo lío, porque Zacarías se ha conformado con su vida. Zacarías ha entrado al templo para prender el incienso delante del Señor por primera vez en su vida, aún como anciano. Esta es la primera vez en la vida de Zacarías que él entra vestido de sacerdote para ministrar delante del templo de Jehová y prenderle el incienso. ¿Lo sabías?
Otra cosa, nunca más de acuerdo a las leyes sacerdotales, él lo volverá a hacer. El lo hace una vez y una última vez. Alguien escribió que había aproximadamente 18.000 sacerdotes en el servicio de Jehová, en Israel en el Primer Siglo. El era de la clase de Abías, y habían 24 clases de sacerdotes, 24. Cada clase se encargaba dos veces al año de ministrar delante del Señor y eran tantos sacerdotes, y solamente había un templo, cómo íbamos a decidir quién iba a entrar a prender el incienso y derramar ofrenda delante del Señor, bueno, El Señor decidía quién sería el bendecido.
Y dice la palabra del Señor, que en ese día, ese sábado la bendición cayó sobre Zacarías. Hermano, vos te imaginás la emoción de este hombre. ¡Qué momento, te imaginás las cosas que pasaban por la cabeza de Zacarías? Y llega él gran momento...... ya no es un ensayo, esto es la cosa real. Ya él se pone su mitra (el sombrero), se pone su vestido de sacerdote, se había preparado, se había consagrado toda una semana para este momento. Entra él y todo este tiempo yo me imagino Zacarías pensando ‘¿sabe el Señor que Elizabeth y yo no tenemos hijos?, pero yo soy un sacerdote de Jehová y esta es la cumbre de mi vida. Para esto yo nací. Este es mi fin. Pero Señor qué fin. Gloria a Dios. Gracias, Padre por esta oportunidad. Ahora despide a tu siervo en paz.
Entra él para despedirse del sacerdocio, para despedirse de su carrera, despedirse, digamos, de sus sueños y de sus emociones, y aún allí, mientras él está prendiendo el incienso el ángel de Jehová se le presenta y dice: ‘Zacarías, lo siento, pero esto no es la cumbre de tu vida. Esto no es tu fin. Zacarías te queda más. Te queda mucho más. El Señor tiene para ti mucho más. Esto no es la cumbre de tu vida, no, mi hermano, este es el comienzo de tu bendición. El Señor te promete gozo, Zacarías, no amargura. El Señor te promete alegría, algo para qué vivir. El Señor ha oído tus oraciones, Zacarías y está listo para realizar tus sueños más ambiciosos. Felicidades, siervo de Dios.’
Y ¿saben? Zacarías no está preparado para esto. ¿Estarías vos preparado para esto? Francamente ¿nosotros estaríamos preparados para esto? Sabes, la reacción de Zacarías es muy típica. Es la reacción de los que recibían la misma promesa. El Señor, Zacarías, siervo de Dios, abrirá su vientre, el vientre de su esposa y el Señor ha de remover su esterilidad y ustedes se van a gozar de un niño. ¿Cómo es que todos reaccionan más o menos como Zacarías una y otra vez en la Biblia?
A Abraham, el Señor le tuvo que indicar una y otra vez, no, no, no, es cierto, yo se que tu estás prácticamente muerto. Yo se que Sara está prácticamente muerta, pero tendrán un hijo. Cuenta las estrellas. ¿Las puedes contar? No. Cuenta la arena. ¿La puedes contar? No. Abraham, no me cambié de mente, sí, el miércoles pasado dije que te iba a bendecir. Este miércoles te digo que te voy a bendecir, el sábado te digo que te voy a bendecir. ¿Me cambié yo de idea? No. Le tuvo que decir, una y otra vez, a Abraham. Era tan ridícula la idea, que Sara ¿qué hace ella? Se ríe. Y al pobre Isaac, le pusieron ‘risa’. Se ríe. No solo eso pero ¿cómo termina esto? Sara y Abraham dicen, mira esto es tan loco, esto es tan imposible, Dios es Dios y sabrá lo que está haciendo, pero vamos a darle a Dios una mano y vamos a crear un ¿qué? Un Ismael.
Ellos no reaccionaron tan distinto como Zacarías. La mujer Sunamita, ¿Te acordás de ella? En Segunda de Reyes. El profeta Eliseo le dice, ‘para este tiempo, el año que viene, abrazarás un niño’, y ¿qué dice ella? Gloria a Dios, eso es lo que le pedí al Señor. ¿Eso fue lo que le dijo? Le dice ‘No, Señor mío. Varón de Dios, no hagas burla de tu sierva. No hagas burla de mi. No me digas esas cosas. Por favor no me levantes los ánimos. Por favor Jehová, no me diga algo que me va a animar tanto y me va a animar a soñar de nuevo, me va a animar a abrazar estas promesas de nuevo, a visitar esa caja de sueños de nuevo, esa caja de promesas. No me animes a eso.
¿No es eso lo que dice Zacarías? Ahora, se le antoja a Jehová darme hijos. Ahora, ahora que tengo mi carnet de Jubilado, ahora que estoy afiliado al PAMI y me están dando un descuento del 50%. Ahora, ahora, se le antoja a Dios darme hijos. Sabes yo no quiero salir herido de esto, Dios. Yo no quiero soñar de nuevo. ¿Cómo puedo estar seguro? ¿Cómo puedo estar seguro?
Y vos, mi hermano, ¿cómo respondes a la promesa del Señor, especialmente cuando se trata de algo que has anhelado por mucho tiempo. Cuando el Señor te dice a ti ‘No, es a ti y ahora que te voy a bendecir. Es para bendición que te he hecho’.
Te cuento, C S Lewis, escribió el libro que inspiró la película famosísima Crónicas de Narnia, una vez escribió ‘saben, no son nuestras ambiciones que ofenden a Dios, nuestros sueños ante Dios no son demasiado ambiciosos, todo lo contrario, son demasiado fáciles. El dice que nosotros somos como niños, nosotros como niños queremos jugar con barro, cuando Dios tiene para nosotros unas vacaciones en el Mediterráneo. Así dice él. ¿Y no es así? Nosotros nos conformamos con jugar con barro y Dios tiene para nosotros viajes, sueños, y cosas que nunca esperabas.
Ahora, qué hacemos cuando nosotros recibimos promesas así. Bueno, depende de qué es lo que piensas de Dios. Depende de tu relación con Dios. Depende del intercambio que has tenido con Dios. Sabes, si piensas que otros están en control de tu destino o si dudas que hay un Dios benigno, quizás vos creas que Dios existe. No te estoy llamando un ateo.
¿Sabes qué la gran mayoría de los argentinos creen en Dios? La gran mayoría de los argentinos creen que existe un Dios. El achenta y pico casi el 90% creen en Dios. Ahora, que crean que Dios es un Dios activo en su vida diaria, eso es otra cosa. Y si vos dudas de que hay un Dios benigno, que te ama, que te desea bendecir, que te desea proteger, que desea derramar provisión sobre tu vida, que desea que eches para adelante, que tengas la victoria. Si vos dudas de eso, entonces lo que te va a faltar a vos y a los que piensan como vos es la esperanza y Satanás es experto en quitarnos la esperanza.
Satanás es experto en poner en tela de juicio las promesas del Señor, desde las primeras palabra que Satanás usó al ser humano. Estas son sus primeras palabras, de acuerdo a la nueva versión internacional, lo primero que él le dijo a Eva, ser humano, es ¿es verdad que Dios les dijo? ¿es verdad que Dios les dijo? ¿Es verdad que Dios les dijo que te va a bendecir a vos, a mi, a tu familia, a esos locos?
¿Cómo fue tu navidad, mi hermano? No tenés un tío o dos o tres, o una tía o un primo, un hermano, que te pesa un poco, pero te pesa un poco quizás porque te parece a ti un poco, ¿verdad? Y es un poco incómodo, ¿a esa familia el Señor va a bendecir? ¿Está loco?
Y dice el Señor, ¿cómo es la respuesta del Señor? El Señor te envía a Gabriel,. El pastor predicó acerca de quién era este ser y Gabriel lo único que le dice a Zacarías acerca de este respeto, es esto: ‘Mira, yo soy Gabriel, estoy delante de la presencia del Señor. y yo lo oí, yo fui testigo de que Dios lo dijo. Yo lo escuché esta mañana decir ‘voy a bendecir a Zacarías y a Elizabeth’. ¿Qué más quieres? Dios es fiel a su promesa. Dios no miente. Dios no se cambia de idea. El es fiel a su palabra. Y El te ama. El te ama, Zacarías. Si yo estoy aquí y si te comparto esta promesa, es porque eres altamente favorecido delante del Señor.
O tal vez le quiere dar a Dios la mano, como hizo Abraham y Sara. Crear un Ismael. ¿Conocen tal vez un Ismael o dos, hermanos? Esto viene siendo quizás, una iglesia que nace prematuramente, un ministerio que se levanta prematuramente, una empresa, un negocio que se planta sin que el Señor lo guíe, sin la cobertura de Jehová, antes de tiempo.
Saben en el Libro de los Hecho, Priscila y Aquila se encontraron con un Ismael llamado Apolo, un joven dinámico y lleno de una palabra dinámica, pero le faltaba algo y ellos vieron. Mira, este muchacho, tiene un tremendo potencial y le falta algo y lo separaron, lo echaron de lado, lo cubrieron, le dieron bendición y él llegó a ser una columna en la iglesia primitiva. Pero comenzó como un Ismael.
Y el Señor le responde a Zacarías, a través de Gabriel, y le dice ‘sabes, Yo te amo tanto, que te vas a quedar mudo por un tiempo. Por un tiempo te vas a quedar mudo porque Yo no quiero que tu dañes esto, hombre, Yo no quiero que tu dañes lo que Yo deseo para ti, tanto te amo que ni una palabra voy a permitir que salga de esa boca incrédula hasta que Yo cumpla las promesas que tengo para ti. Y las sendas del Señor son algo serio. Porque el Señor le dice, a través del ángel, para colmo, el Señor le dice ‘y estas palabras, estas promesas se cumplirán, esas tres palabras tan duras...... a su tiempo. A su tiempo.... en el tiempo perfecto de Dios.
Ahora, quizás esto es lo más difícil que podemos digerir de parte del Señor, a su tiempo. Las sendas del Señor son así. Y los caminos del Señor son algo así como anuncios o señales. Quizás tu estás en una carrera con otros automóviles, otros carros y ¿no es lógico ir por el camino liso, abierto, directo, la que lleva directamente a la meta? ¿No es eso lo lógico? Pero el Señor te dice a ti ‘no, no, no’, y te monta en su jeep y te dice ‘no es por aquí, es por acá’. Y uno va y es un camino rocoso y pum... por el riachuelo y piensa que las llantas se van a explotar y ¡uf! ¿a dónde me está llevando el Señor? ¿Por donde vamos? Está cruzando un bosque, y le dice ‘Padre, pero dejamos unos autos por allá...’ ‘No, es por aquí muchachos.... Yo se lo que estoy haciendo... bum, bum. Bum’.
Pero también los hombres en la congregación se están emocionando ¿verdad? Se están emocionando ¿verdad? Oh, si, es un camino emocionante. Y al final, cuando te das cuenta, no era una pérdida de tiempo, no era una locura, todo lo contrario era un atajo. No solamente llegaste a la meta, pero llegaste adelante. Ahí estás vos esperándolos, porque las sendas del Señor son así.
Y el Señor llevó al pobre David por esa senda, lo montó en su jeep. ¿Se acuerdan de David? En su juventud, como niño, el Señor lo unge como rey, pero se tarda 30 años para que David sea coronado como rey de Israel y Judá. Y en esos 30 años fue perseguido por Saúl, conoció la traición, conoció el hambre, conoció la persecución, durmió debajo de las estrellas, durmió en cuevas, tuvo que tomarle prestado al templo, aún para comer. Esta era la vida de David en ese entonces, pero en esos 30 años el Señor estaba cumpliendo en cada una de esas experiencias, su promesa en David, sin que él mismo se diera cuenta. Fueron en esos 30 años, fue en ese desierto que nacieron los salmos, salmos que aún ahora nosotros cantamos.
Con mi Dios saltaré los muros, con mi Dios ejércitos derribaré, El adiestra mis manos para la batalla, puedo doblarle mis manos en algo de bronce. El es escudo, mi roca eterna, El es la roca de mi salvación, mi alto refugio, mi...... El es mi libertador. Gloria a Dios. Ese es tu Dios.
Ahora cuando David escribió ese salmo, él lo escribió con su espada húmeda de sangre, durmiendo en tierra, en una cueva, rodeado de hombres de poca reputación que a través de este proceso el Señor estaba formando esos hombres en un ejército y estaba formando en David un rey. Pero allí nacen esos salmos.
Entonces, hermano, ¿qué hacemos? ¿qué hacemos cuando se tarda la promesa del Señor? Pero el Señor ha prometido que abrazaremos un hijo, ¿qué hacemos? ¿saben? Dos cosas: 1. Lo que dijo el pastor en la víspera de Año Nuevo, regocíjate. Regocíjate. Sabes, quizás todavía no tienes un bebé en tus manos, pero si el Señor te prometió que tendrás un bebé, preparáte para gemelos, claro que si, preparáte. Si el Señor te lo prometió, hermano, empezá aponerte contento desde ahora, desde ya, porque el Señor es fiel a su palabra.
La pobre Elizabeth cuando oyó, es más ni siquiera lo oyó, ella sintió porque Zacarías estaba ¿en qué condición estaba el pobre Zacarías? Mudo, no le podía decir nada a ella. Pero de momento ella siente algo moverse en su vientre y siente, pero espérate.... eso es un poco raro.... y siente que esto no desaparece, sino que crece, y crece, y crece, y crece y ella dice: ‘pero Señor estoy embarazada’ y quizás de temor o de asombro ¿qué hace ella? Ella glorifica al Señor, pero ¿qué hace? Se recluye, se encierra porque quién sabe si Dios cambia de parecer y se arrepiente.
En eso llega María, en el momento que María saluda a Elizabeth, el poder de Dios baja en ese lugar. El espíritu del Señor cubre a las dos, lo que hay en el vientre de estas mujeres comienza a saltar y a alabar al Señor. El espíritu de Dios, el espíritu de vida los bendice a los dos. Y María sale cantando, ‘bienaventurado, dice Elizabeth, la que creyó que se cumplirá lo que fue dicho de parte del Señor’. Y entonces María dijo ‘engrandece mi alma el Señor, y mi espíritu se regocija en Dios, mi salvador, porque a mi lado la bajeza de su sierva pues he aquí, desde ahora, no desde que nazca el niño, desde el momento de la promesa, desde el momento que el Señor promete que tendrás su bendición, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones.
¿Te prometió algo el Señor, hermano, 10 años atrás, 20 años atrás? Bienaventurado eres, porque el Señor lo cumplirá y aquí está, mi hermano querido, el principio, en toda esta historia esta corriendo el principio que anunció el pastor, que compartió el pastor. El poder majestuoso de la estéril que se regocija en su esterilidad.
Lo que se encuentra en Isaías Capítulo 54. ¿Se acuerda hermano? ‘....regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz. Levanta canción y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho Jehová.’
Pero va más allá, no solamente nos regocijamos, pero abramos lugar a la bendición. Sabes, en parte este mensaje es inspirado en mi congregación he visto una hermana y amiga (Belen) embarazada y dar a luz, después. También Paola, que alguna vez estuve presente al momento de sus estudios fisicos, y otras hermanas que orgullosamente transitaban con su pancita a cuestas. ¿Cómo andan ellas dos en la Iglesia, realmente era algo serio? Ver a las dos acomodándose. Todos pendientes de ellas y de lo que estaban viviendo. Pero era algo serio, hermano, el bebé sabe lo que necesita y te lo pide. ¿Qué te pide el bebe? Yo lo he experimentado, por que tengo un hijo, perdón. Mi ex esposa me dio un hijo, y además he hablado con algunos varones en la Iglesia, y todos expresaron lo mismo: si tu esposa te pide una ensalada de bacalao y zanahoria a las dos de la mañana, si de eso se antojó el bebé, vos vas a salir a un restaurant o lo que fuera de 24 horas a buscar el bacalao, porque eso es lo que pide el bebé. ¿Qué te pide el bebé? Qué libros? ¿Qué actitudes? ¿Cómo puedes planificar que llegue este bebé?
Estaba en una oficina de una tarjeta de crédito local y una empleada embarazada le comentaba a un compañero de trabajo. Yo no puedo trabajar aca ahora. Este olor de las alfombras le va a hacer mal al bebe.
Hermano ¿cuáles ambientes son peligrosos para su bebé? ¿Cuáles ambientes pueden envenenar la visión que el Señor te tiene a ti? ¿Y cuales actitudes? El Señor en este preciso momento, aprovecha estos días, para formar el bebé en ti. Y con cada clase que vos tomas de estudio de la palabra, con cada culto que reverencias al Señor y vivis en armonía con tu congregación, crece más ese bebé. Con cada tentación que vos sos capaz de vencer, crece más ese bebé. Con cada vez que le pides al Señor por esta visión, crece más ese bebé. Cada vez que vos compartes esta visión loca con otros, crece más ese bebé, porque ya la vida de Dios está en ti, ya el poder de Dios está en ti, ya está creciendo la promesa de Dios en ti, desde ya puedes celebrar. Desde ya puedes recibir, desde ya le puedes dar nombre y desde ya puedes esperar que el Señor lo va a usar para la gloria de su nombre. Amen, hermano.
¡Qué lindo! Si estuviera en mi Iglesia mi Pastor le diría: Pongámonos de pie. Pero estoy en mi casa escuchando buena música cristiana. Mira mi Hermano, sabes, en términos de la esterilidad y fertilidad espiritual, nosotros los varones tenemos vientres también. Vamos a hacer algo. Pongámonos nuestras manos en el vientre. Hay una promesa que el Señor ha depositado en el vientre de cada uno de ustedes y solo vos y Dios lo saben. Solo vos y Dios lo saben. Solo vos sabes para qué el Señor te hizo. Solo vos sabes para qué naciste. Solo vos sabes lo que Dios está haciendo en ti, pero Dios es fiel a su promesa y vamos a bendecir la promesa de Dios en ti, en el nombre de Jesús.
Ora conmigo Hermano mio.
Señor, te damos gracias por tu fidelidad. Te damos gracias porque en tu palabra hay vida. Bendecimos a las mujeres capaces de concebir vidas para tu gloria. Bendecimos Padre a esas mujeres que sueñan como Elizabeth, con ganas de ser mamá Señor. Te damos gracias porque declaramos en el nombre de Jesús que tu estás fecundando tu obra. Tu estás llenando nuestros vientres de vida. Señor, tu estás llenando nuestros vientres de sueños Padre, que quizás se han guardado, o se han olvidado, tu los estás resaltando de nuevo. Tu no dejarás que nos olvidemos de tus palabras. Tu no dejarás que sigamos viviendo en la esterilidad física, y en la esterilidad y fertilidad espiritual. Padre, que nosotros no decidamos privarnos de esa sensación de sentir nuestros vientres vibrar. Señor que nos olvidemos de tus promesas, todo lo contrario, Padre, asómbranos. Asómbranos. Sorpréndenos, Padre, con tu fidelidad. Padre declaramos, Señor, ministerios, dones, empresas, visiones. Padre, cargas, cargas. Señor que desde ahora sientan la carga de la vida en su vientre. Sientan, Maestro, que sintamos todos la carga que nace en nosotros, no podemos evitar la vida que tu has puesto en nosotros. No lo podemos ignorar ya. Padre, lo sentimos, que sintamos que da patadas contra nuestro vientre esta visión, Señor. En el nombre de Jesús. Nos regocijamos en ti, en lo que Tu has de hacer en nuestras vidas. Gloria a Dios. Bendice a Jehová con sus promesas, porque El es fiel y para siempre su misericordia.

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