24 mayo 2009

Maria escogió mejor que Marta (Lucas 10:38 )

El famoso pasaje de Marta y de María dice allí: “Aconteció que yendo de camino entró en una aldea y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. Esta tenía una hermana que se llamaba María la cual sentándose a los pies de Jesús oía su palabra.”– Lucas, Capítulo X, versículo 38 en adelante - “Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose dijo: “Señor, no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile pues que me ayude.” Respondiendo Jesús: “Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas, pero solo una cosa es necesaria, y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.”

Cuántas Martas hay aquí? Levanten la mano. Estoy jugando. Yo voy a levantar la mía. De hecho yo me voy a predicar este sermón a mi mismo y si usted quiere escuchar, bienvenido a hacerlo también.

Pero el Señor siempre quiere recordarnos de cuál es la buena
parte. Yo titularía este sermón así mismo: “La buena parte”. Es que hay tantas cosas buenas en el mundo que muchas veces no tenemos que escoger solamente entre lo malo y lo bueno, sabes? Sería tan facil para alguno de nosotros si fuera así. Simplemente escoger entre lo negro y lo blanco, pero la vida está llena de grises.

Y muchas veces tenemos que escoger entre lo bueno y lo mejor. Entre lo que es verdaderamente importante y lo que es relativamente importante. Y hay cosas de hecho que por su naturaleza son tan importantes, tan esenciales, tan centrales que otras cosas que son bastante buenas en su propia liga, en comparación con esas cosas esenciales palidecen y son reducidas a una categoría de tercera o de cuarta importancia.

Y yo creo que de todos los pasajes en la escritura que nos hablan acerca de las prioridades en la vida y cuál debe ser la prioridad principal, el pasaje de Marta y María es el más gráfico, el más ilustrativo, el más dramático, el más atractivo y literario de todos.

Es un llamado para todos nosotros a poner la mira en las cosas de arriba primeramente. Poner la mira en las cosas de arriba. Y así nos lo dice el Apóstol Pablo: “Poned la mira en las cosas de arriba.” El Apóstol Pablo dice también que “los que son de la carne piensan en las cosas de la carne.”

Quiénes son las personas que son de la carne? Los que no conocen al Señor? Aquí habla de los gentiles. Decía: “los gentiles se preocupan de todas esas cosas” Qué comeremos, o qué beberemos, qué vestiremos, a dónde iremos? Viven afanados. El Señor quiso decir los paganos, los que no conocen a Dios, los que no conocen la palabra de Dios.

Los que son de la carne piensan en las cosas de la carne. En el mundo, los afanes, el trabajo, el quehacer, los deberes. Pero dice el Apóstol Pablo que: “los que son del espíritu piensan en las cosas del espíritu.” Y con eso el Apóstol Pablo no quiere decir necesariamente que todos vamos a ser los místicos, que solo vamos a estar pensando en las cosas etéreas y eternas y espirituales. No, estamos en el mundo y mientras estamos en el mundo tenemos que trabajar, tenemos que preocuparnos por nuestra responsabilidad de pagar los biles, atender los muchachos, limpiar la nariz a los mocosos, etc. Eso hay que hacerlo, verdad?

Pero lo que el Señor está buscando es algo diferente. Dónde tenemos nosotros nuestro afecto? Dónde tenemos nuestro corazón depositado? A qué le estamos dando la importancia primordial. Porque en último caso esa es la preocupación principal de Dios. Dónde está nuestro corazón? Dónde hemos depositado nuestro afecto?

El Señor dijo en un pasaje: “Donde ustedes tengan su tesoro, allí va a estar su corazón .” Donde tengamos nuestro afecto principal, allí va a estar nuestro deseo y nuestra atención. Y entonces el Señor está buscando, hermanos, que nosotros pongamos nuestro cariño y nuestra mejor prioridad en El y solamente en El. Y cualquier cosa, hermanos, que compita con ese afecto apasionado y radical que Dios quiere de nosotros a El no le va a gustar, aunque sea algo muy bueno. Aunque sea algo tan importante como por ejemplo, el ministerio. Uno puede decir, pero qué más puede agradar al Señor que yo dedique toda mi vida al ministerio y que trabaje y le sirva y haga esto, y haga lo otro. Pero al Señor le importa una sola cosa y por eso es que El dice aquí: “pero solo una cosa es necesaria”. Y mientras el Señor no discierna esa sola cosa en nosotros, nada de lo que nosotros le traigamos le va a ser agradable a El.

Yo creo que también por eso me viene a la mente el pasaje de Primera Corintios, capítulo XIII, donde el Apóstol Pablo dice: “si diese todos mis bienes a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado y no tengo amor, nada soy. De nada me sirve.” Por qué? Porque usted puede hacer muchas cosas extraordinarias y nobles y dignas de alabanza pero hacerlo por razones que no son adecuadas para con Dios. Por motivaciones secretas, aún por egoísmo. Usted puede dar su dinero por egoísmo? Qué le parece? Usted puede dar su cuerpo por egoísmo? Porque muchas personas al dar esas cosas, derivan una cierta satisfacción secreta de dar esas cosas porque satisface alguna necesidad compulsiva en ellos. Y entonces Dios, que es un gran discernidor de los corazones, ve esa veta negra en un sacrificio que parece muy bello, y le desagrada. Porque El sabe discernir y a El lo que le interesa es con qué corazón tu estás dando lo que estás dando?

Por eso es que nosotros podemos servir en el ministerio y si nuestra mirada se ha desviado del Señor del ministerio, entonces nuestro sacrificio, nuestra ofrenda no le es agradable. Por eso es que Marta se metió en problemas con el Señor, en este caso. No era que al Señor no le agradara que Marta estuviera preparando la comida y queriendo atenderlo y tener las cosas bien. Ese no es el problema.

Si no fuera por las Martas en la iglesia, qué sería de nosotros? Si no fuera por gente trabajadora, entregada, sacrificada en su actitud, que están de voluntarios siempre. Si no fuera por hujieres, por diáconos, por dirigentes de alabanzas y participantes de ministerios, qué sería de esta iglesia? Yo le doy gloria al Señor por gente que trabaja arduamente en el Reino de Dios, gloria a Dios por ellos. Pero esa no era la situación en este caso. Tenemos que discernir bien el pasaje. El problema era el corazón de Marta. El problema era la actitud con que ella estaba haciendo lo que estaba haciendo. El problema era el contraste entre la actitud de María y lo que representaba su posición delante del Señor y lo que Marta estaba haciendo. El problema era el contexto, no era el acto.

Porque Dios es un ser muy complejo cuando juzga los actos humanos. Dios no solamente ve la acción desnuda, El ve el contexto, El ve la actitud, El ve el propósito y todas esas cosas el las une y de allí El saca su veredicto con respecto a los actos humanos.

Y en este caso el Señor discernió en la queja de Marta algo que no le gustó y que El quiso señalar, y aprovechó ese momento para dejarnos una enseñanza que duraría por dos mil años y durará hasta que Cristo venga otra vez. Y El discernió ese momento, y El como maestro ilustre que es, quiso señalar ese punto para nuestra edificación y para delinear un aspecto muy importante de la vida cristiana. Y es ese asunto del corazón y de las ofrendas que traemos al Señor y por qué lo hacemos y a qué le damos prioridad y le damos importancia. Marta no supo discernir el momento, no supo discernir el corazón del Señor.

En otro pasaje por ejemplo, se quejan los fariseos de que el Señor no ayuna, que no guarda cilicio, que no hace esto o lo otro para afligir su alma. Entonces los fariseos dicen: “El Señor no es espiritual.” Ustedes no me van a tener a mi todo el tiempo, cuando está el dueño de la casa, el esposo, no es tiempo para estar triste o para estar ayunando o entristeciéndose. Es tiempo para celebrar. Yo me voy dentro de poco tiempo. Yo estoy aquí por un tiempo, yo estaré aquí por un breve tiempo. Mientras yo esté aquí gócense, celébrenme, alégrense. Cuando yo me vaya entonces ayunen, entonces guarden días de confesión y esto y lo otro. Pero mientras yo esté aquí disciernan el momento. Me tienen a mí, gócense y celebren.

El Señor estaba allí visitando la casa de Marta por un breve tiempo. Si ustedes tuvieran al rey del universo en su casa, no les gustaría pasar cada minuto allí pegado a El, haciéndole preguntas y abrazándolo, y tocándolo y sintiendo su calor y asegurándose que se les fije su rostro en sus mentes por toda la eternidad? Que usted pueda olerlo y ver cuánto mide y ver la configuración de su cuerpo? Eso es lo que uno haría. Uno estaría embelesado, mirando. Por lo menos eso es lo que yo haría, creo y espero que así fuera.

Sin embargo Marta estaba perdiendo esa tremenda oportunidad yendo de aquí para allá: las ollas, los spaghetti, la salsa marinara en otro lado, y que la ensalada, y el pan con ajo metido en el horno, y estaba corriendo por todas partes, sudando, y allí se le estaba yendo el tiempo y el Señor se iba a ir para seguir su camino y ella iba a perder la oportunidad de conocerlo a El, de escuchar el timbre de su voz y recibir enseñanza para su vida y estaba poniendo su atención en lo que no debía en ese momento.

Y María, que posiblemente era mucho más sencilla. El mundo hermanos no puede existir tan solo de las Marías. Si el mundo estaría compuesto solo por Marías se detendría y no se haría nada. María tiene otro temperamento y era una adoradora lo que es bueno. Las adoradoras son maravillosas e importantes pero el mundo no corre con los adoradores. Se necesitan los negociantes, los trabajadores, los obreros, los dirigentes y la gente con personalidades tipo A en la vida, para que el mundo corra. Pero en ese momento la actitud de María fue discernir a ver a la persona gloriosa que tenía delante de ella, y sentarse a sus pies y derretirse delante de El y pasar cada minuto adorándolo con su mirada de perrito faldero y meneándole la cola y diciéndole: “Señor, que bueno que estás en nuestra casa.”

Y al Señor le agradó eso, porque el Señor se agrada de nuestra adoración y al Señor le agrada cuando discierne un corazón entregado a El que lo ama por sobre todas las cosas. Eso, hermanos, le agrada al Señor más que cien mi bates de aceite que usted le de o mil corderos degollados o cien ayunos dados con un corazón oficial, religioso, ritualista, que no está latiendo aceleradamente con pasión por El. El amor nuestro le quebranta el corazón al Señor y desata bendición de El.

Y cuando Marta se queja, lo está regañando, le dice: “No te molesta, caramba Señor, dónde están tus valores. Cómo permites esa injusticia?” Y el Señor dice: “Marta, Marta estás muy afanada, muy turbada con muchas cosas, con las ollas, con los spaghetti, con la salsa marinara, con la ensalada, con el pan de ajo, y en realidad eso es demasiado. Ahora mismo lo que importa es que tu me celebres a mi, que disfrutes de mí. Si quieres darme un sándwich de pavo con queso, yo me lo como y abre una bolsa de papitas y eso es suficiente para mí. Pero disfruta de mi presencia. María ha entendido, Marta qué es lo que más importa. Desgraciadamente tu estás afanada con muchos quehaceres.

Me provocó la palabra quehaceres y la busqué en el diccionario griego. Y la palabra quehaceres es “diaconia”. Diaconia es de donde viene la palabra diácono y en realidad la traducción precisa sería: preocupada estás con mucho servicio. Podemos entender un poco más lo dramático de lo que Cristo dice porque en otras palabras lo que Marta estaba haciendo era bueno, era servicio al Señor. Ella estaba sirviendo al Señor. Estaba haciendo algo para agradarlo al Señor, para servirlo, para alimentarlo a El y a sus discípulos que probablemente andaban con El. Era algo útil y necesario. Y el Señor le dice: “Marta estás muy turbada, muy afanada, muy preocupada con servirme a mi y te estás perdiendo lo más importante que es adorarme a mi y agradarme con la calidad de tus sentimientos y con tu compañía y tu atención no dividida para conmigo. Y María ha entendido qué es lo más importante y por lo tanto Marta, lamento decirte que no puedo quitarle eso que ella ha escogido. Ella ha escogido lo mejor.”


Hermanos, yo quiero que nos detengamos allí y que nosotros nos examinemos nuestro corazón y nos preguntemos verdaderamente: lo que yo hago en mi vida lo hago para agradar al Señor, lo estoy haciendo yo en los términos de lo que Dios quiere y lo que Cristo quiere que yo haga? O lo estoy haciendo yo en los términos de lo que yo quiero hacer y cómo yo quiero hacer las cosas?

Saben lo que me motivó a escoger este pasaje? Pensando en el día de las madres. Pensando en nuestras hermanas, no solo madres sino mujeres en general, de tanta excelencia que tenemos en nuestra iglesia; que son mujeres trabajadoras, mujeres eficientes y dinámicas y diligentes.

Muchas trabajan en la calle y llegan a su casa y ni siquiera se quitan el abrigo y de una vez comienzan a sacar de la nevera y de la despensa la comida que van a hacer esa noche para su familia. Y terminan ahí y entonces lavan los platos, y mientras se cocina la comida están barriendo la casa y están atendiendo a los niños, y preparando tantas cosas y se acuestan agotadas. Y día tras día hacen lo mismo, y a veces no tienen tiempo para disfrutar de la vida y para hacer otras cosas que son necesarias. Y me refiero también a todos ahora, a la misma vez, que Dios nos está llamando a ajustar nuestras prioridades en la vida, a poner las cosas que van primero, primero y a medir en nuestro corazón por qué estamos haciendo lo que estamos haciendo.

Yo creo hermanos que al final de cuentas, el afán, la preocupación, la ansiedad viene de un error de juicio que hemos cometido y a veces viene de no estar poniendo la mira donde tenemos que estar poniéndola. Y entonces como estamos fuera de nuestro eje, estamos desbalanceados, no podemos disfrutar de la vida como Dios quiere. Y por eso estamos cargados, atribulados, agotados, cansados, temerosos y ansiosos y débiles.

Lo que Dios quiere es un ajuste del corazón, un ajuste de la mente, un ajuste de las prioridades. Cuando nuestras prioridades estén correctas, nuestra vida va a proceder diferente. Muchas veces creo, hermanos, que la ansiedad viene de un egoísmo disfrazado y de un orgullo disfrazado.

Yo estaba hablando con una mujer que es violinista, muy buena violinista, hace ya un tiempo atrás. Una señora muy mayor que de hecho vive afanada y ansiosa, de una manera terrible. La imposibilita inclusive de vivir y de moverse, y ella me dijo que fue hace poco a una clase maestra de un gran violinista que vino al Conservatorio de Nueva Inglaterra y ella le preguntaba: “Cómo puedo yo dejar de ponerme ansiosa cuando voy a tocar el violín ante una audiencia? Y este violinista le dijo: “Mire, cuando uno se pone ansioso cuando va a tocar ante una audiencia, es señal de orgullo, de una excesiva conciencia de uno mismo. Porque si tu te unes a la música y dejas que la música te guíe a ti, tu no tendrás tiempo ni oportunidad para preocuparte sobre cómo estás tocando. La música te guiará.”

Y eso suena muy mítico, pero es muy profundo y muy verdadero. Yo creo que muchas veces nosotros nos ponemos ansiosos de alguna manera y es porque hay una excesiva conciencia de nosotros mismos. Yo envidio a la gente que se puede parar ante una multitud y decir a veces tonterías con el mayor descanso y relajamiento y la gente les celebra como si estuvieran diciendo grandes verdades porque lo están diciendo con tanta soltura y con tanta liviandad de espíritu.

Muchas veces las personas que nos preocupamos mucho y que somos tensos, no permitimos que fluya la gracia de Dios a través de nosotros con la libertad que Dios quiere. Y así pasa en nuestros quehaceres y en nuestras acciones de todos los días. Si nos olvidáramos de nosotros mismo y simplemente hiciéramos las cosas con sencillez de corazón, con inocencia, yo creo que alcanzaríamos mucho más, disfrutaríamos mucho más, nos cansaríamos menos y agradaríamos mucho más al Señor.

Yo creo que en la raíz de todo gran arte está la capacidad para relajarse. El atleta, el jugador de pelota, por ejemplo, que ve al bateador disparar un batazo y va corriendo mirando la bola con gran desenfado y soltura va meneando su guante, va corriendo y se para y la espera y parece que la bola cae directamente, llamada por el guante que está esperándola. Con qué soltura lo hace! Y sin embargo, qué compleja es esa acción. Si usted tuviera que desglosarla cerebralmente tomaría páginas y páginas para describir lo que ese hombre acaba de hacer. Pero se ha relajado, ha aprendido a relajarse. Si estuviera tenso por todas partes esperando la bola, y cuando viene se le cae. Pero tiene la capacidad para descansar.

Y Dios quiere que nosotros hallemos descanso para nuestras almas, hermanos. Estas cosas están enlazadas. Yo estoy predicando como 10 sermones en uno, porque estoy predicando acerca de que tenemos que poner las prioridades donde deben estar, ponerlas en Dios, amar a Dios sobre todas las cosas; y estoy predicando también de encontrar descanso para nuestras almas y vivir la vida tranquilos. Y saben qué, las dos cosas están vinculadas. Y olvidarnos de nosotros mismos, también, para poder encontrar descanso: de poner el orgullo a un lado, de vernos con la presencia del Señor y mirarlo solo a El para que podamos encontrar descanso en nuestras vidas.

Cuando Dios se convierte en algo tan real para nosotros, que no tenemos tiempo ni deseo de mirar otras cosas, todo cae en su lugar y podemos vivir la vida con más tranquilidad. Recuerden que yo me estoy predicando este sermón a mi mismo. Porque esta semana yo he estado un poco ansioso por el ministerio y por mi vida, y dónde Dios me quiere, y prioridades y todas estas cosas que se resuelven con un buen plato de arroz con habichuelas y carne guisada. Y en tres o cuatro ocasiones durante esta semana, me ha venido esa palabra: “Por nada estéis afanosos”.

Una de las maneras que me llegó fue a través de mi hermano, Manuel Caravallo, que no se si está aquí. Me llamó por teléfono y me dijo: “Pastor, lo acabo de oír en la radio esta mañana y dice “Por nada estéis afanosos”. Y yo mismo me estoy predicando a través de la radio a través de otra persona. Y es verdad hermanos, el afán viene de una mirada puesta donde no debe estar.

Cuando usted pone la mirada en Dios, cuando su afecto está en Dios primeramente, todas las demás cosas marchan mucho mejor en la vida. O si nosotros tuviéramos la fe para hacer de ese principio, el principio fundamental que dirija todas nuestras acciones y determine todas nuestras prioridades y las cosas que hacemos, y dónde ponemos las cosas, en qué orden.

Si tuviéramos la fe para hacer eso, hermanos, seríamos unos genios. Viviríamos felices y podríamos en un instante neutralizar cualquier dardo del diablo, cualquier pensamiento destructivo, cualquier recuerdo destructivo del pasado, cualquier herida que nos haya dejado la vida, cualquier sinsabor. Todo lo podríamos ubicar rápidamente dentro del contexto de ese Dios que dice: “Yo estoy contigo todos los días hasta el fin del mundo”

“Caerán a tu lado mil, mas diez mil a tu diestra, más a ti no llegará. Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación. No te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada, pues a sus ángeles mandará cerca de ti que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisarás, hollarás al cachorro del león y al dragón.”

Por qué? “Por cuanto en mi ha puesto su amor, por cuanto en mi ha puesto su amor, por cuanto en mi ha puesto su amor yo también lo libraré, le glorificaré.” Por cuanto hemos puesto nuestro amor en El, esa es la base de todo éxito verdadero en la vida y de todo descanso. Poner nuestro amor, nuestra mirada, nuestro afecto primeramente en El.

El Señor dice: “Buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia y todas las demás cosas os serán añadidas.” En qué contexto escribe El eso? Yo lo leí esta mañana en el contexto de “No os afanéis diciendo: qué comeremos, qué vestiremos o qué beberemos”. Porque los gentiles buscan todas estas cosas, pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de ellas. Mas buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia y todas estas cosas os serán añadidas, añadidas” No son la prioridad, no son lo que debe demandar nuestra primera acción, nuestro primer afecto, nuestro primer impulso. El primer impulso debe ser agradar al Señor y entonces todas las demás cosas vendrán por añadidura.

El Señor dice: “Deléitate en Jehová y el te concederá todas las peticiones de tu corazón”. Deléitate en Jehová! Deleitarse quiere decir no solamente complácete, agrádate, saca beneficio. No, quiere decir, saca todo el provecho, la bendición y el gozo de Dios. Ponlo a El en el primer lugar y el te dará las cosas más profundas de tu corazón, aún las que tu ni siquiera sabes que quieres, te las dará el Señor.

Muchas veces hay cosas que nosotros queremos pero en realidad el ser noble, sabio y poderoso que tenemos dentro de nosotros quiere otras cosas porque juzga de otra manera diferente. Nosotros deseamos a veces con la superficie de nuestra conciencia, pero hay un ser más profundo que desea cosas más poderosas y Dios, si nos deleitamos en El, lee las cartas que ese ser le envía y nos da esas cosas y después cuando las tenemos decimos: “Qué bueno que no me dieron lo que yo quería, me dieron lo que verdaderamente yo necesitaba y deseaba!” Porque nos deleitamos en el Señor, porque buscamos primeramente las cosas del Señor.

Hermanos, no hay nada que despierte el deseo de bendecir a alguien de parte de Dios, más que un corazón que lo ama por sobre todas las cosas.

Dice la palabra en otro pasaje que a mi me encanta que: “los ojos de Jehová recorren toda la tierra buscando para descubrir a aquellos que son de corazón perfecto para con El y mostrarse favorable para con ellos.”

Dios está continuamente buscando, buscando, un hombre o una mujer que lo ame de todo corazón para mostrarse fiel, bueno y favorable, a favor de esa persona. Por eso es que mi meta y nuestra meta, debe ser siempre, hermanos, depurar nuestro corazón de todo lo que no sea agradable al Señor. Hay personas en esta iglesia, y en otras iglesias que le dan al Señor cantidad de cosas pero uno discierne que su ofrenda no es agradable al Señor, porque hay una mancha en la ofrenda, porque hay un corazón, hay una mente y una sensibilidad que está dañada, que necesita ser sanada para que su ofrenda le sea agradable al Señor.

Somos como pordioseros sucios y malolientes que le damos un pedazo de pan a alguien queriendo agradarlo, y esa persona de sensibilidad sana lo quisiera tomar y comérselo pero no puede porque está dañado ese pan, con sudor, con suciedad, con mal olor. Y lo que tenemos que pedir es: “Señor, examíname”. Mira mi corazón, como dice el salmista David: “Examina, Dios mi corazón, pruébame y conoce mis pensamientos y ve si hay en mi camino de perversidad y guíame por el camino eterno.”

Tenemos que preguntarle al Señor: “Señor, cómo está el corazón con que yo te ofrezco mi ofrenda? Cómo está mi alma cuando yo extiendo mis manos hacia ti y te presento mi sacrificio? Porque si hay algo torcido en nosotros, eso va a afectar la calidad de nuestro sacrificio. Y por eso nuestra búsqueda debe ser siempre: Padre purifícame más y más cada día. Purifica mi afecto para contigo, Señor. Que lo que yo te de venga de un espíritu tratado, purificado por Dios para que yo pueda agradarte con lo que yo te doy.

Cuando Caín le dio su ofrenda al Señor, dice la Biblia que Dios no se agradó de la ofrenda de Caín. Y Caín después mostró por qué Dios no se agradó con su ofrenda, porque había en el algo que no le agradaba al Señor. Había en él un corazón torcido. La ofrenda no es nada. Dios no necesita una ofrenda. Dios no necesita una papeleta.

El dice: “Mira si yo tuviera hambre no te lo diría, porque mío es todo el universo. Yo no te necesito a ti”. Tu crees que Dios necesita los 10 dólares o los 50 dólares que tu le das de diezmo. Dios no necesita eso. Dios está buscando tu corazón y dado a través de eso. Y si tu le das esos 50 dólares al Señor por obligación o con desatención, o se lo das mecánicamente, o se lo das para sentirte contento, o se lo das para cumplir con un deber, o se lo das para que otros te vean, inmediatamente tu ofrenda deja de ser agradable al Señor. Guárdatela. Examínate primero y pregúntate cómo estoy yo dándole al Señor? Padre, ayúdame a cada día darte con amor, darte con alegría, darte con pasión porque eso es lo que a ti te agrada, Señor.

En ese mismo pasaje Abel dice que le dio al Señor de lo más gordo de sus ovejas y le dio los primogénitos, los más escogidos le dio Abel al Señor y ahí mostró la calidad de su corazón. Por eso el Señor se agradó. Caín, cuando le rechazaron su ofrenda se llenó de odio. El odio, la neurosis que tenía dentro de él, de su corazón torcido, la mente mala que tenía salió a la luz, el animal que le estaba dando la ofrenda al Señor salió enseguida y mostró por qué Dios no le agradaba.

Marta le estaba dando al Señor una ofrenda con afán, mecánicamente porque era lo que ella hacía todos los días. Marta era una personalidad que si hubiera estado Mussolini allí hubiera estado trabajando de igual manera. El Señor entendió eso y le dijo: “No, Marta, eso no es lo que me interesa. Me interesa la calidad de tu corazón.”


Hermanos, yo a veces me rompo la cabeza tratando de generar en ustedes y en mí mismo un corazón apasionado para con Dios. Creo que mi meta mayor como Pastor es esa para que cada uno de ustedes y yo seamos radicalmente amantes del Señor. Gente radicalmente comprometida con Dios. Gente que ame a Dios con desesperación. Gente que esté dispuesta a ir al infierno mismo, si tienen que ir, por amor al Señor. Ese es mi gran deseo. A mi no me importa ningún otra cosa porque yo se que si yo lograra eso, todo lo demás vendría por añadidura. No tendría que decirles que vengan a oración, no tendría que decirles que diezmen. No tendría que decirles que se apunten para servir en los diferentes ministerios porque usted naturalmente lo querría hacer, porque su corazón estaría allí.

La persona que ha resuelto el problema del corazón ya está lista para hacer cualquier cosa que Dios necesite que haga. Pero en muchos de nosotros, hermanos, nuestras prioridades están torcidas. Nuestro afecto está en otras cosas y por eso no gozamos de la paz que Dios quiere para nuestras vidas.

Venimos a la iglesia, le damos al Señor unas cuantas alabanzas. Lo hacemos a veces mientras pensamos: qué vamos a hacer después que salgamos de la iglesia. Estarán jugando los Red Socks hoy o no? Será Pedro el que picha o quién. Estamos pensando a qué restaurante voy a ir qué voy a pedir. Pediré el “chicken cordón bleue” o voy a pedir “los camarones al ajillo?” Mientras cantamos: “Acércame hoy a ti”.

Y el Señor está discerniendo nuestro corazón. Hermanos yo quisiera tener mucho más tiempo para desglosar esta enseñanza central. Tu quieres tener paz y gozo en tu corazón? Olvídate de ti mismo. Muere a tu necesidad de satisfacer tus necesidades y vive para el Señor. Toma tus bienes, véndelos, dáselo a los pobres y sigue al Señor, como le dijo el Señor al joven rico. Por qué le dijo el Señor eso al joven rico? Por qué cuando el joven rico vino lleno de carga espiritual le dijo: “Bueno, maestro, qué debo hacer para ser salvo?” y el Señor le dice: “Bueno, tu sabes los mandamientos, haz esto, haz lo otro.” Y el le dijo: “Señor yo ya he hecho todo eso desde mi juventud.” “Una sola cosa te falta, coge lo que más tu amas, que es tu dinero, vende todo lo que tienes, dáselo a los pobres, y entonces libre, sin nada, sígueme a mi. Tu vas a encontrar la paz que tu necesitas para tu corazón.”

Y qué dice la Biblia: que el joven se fue triste porque tenía muchas posesiones. Y ese es el problema central de la humanidad y de la iglesia: que muchos de nosotros venimos a la iglesia, como el joven rico. Somos hombres religiosos, con una vida respetable. Hacemos muchas cosas muy buenas y dignas de respeto y admiración, pero todavía no hemos hecho lo que Cristo quiere que es que lo amemos a El por sobre todas las cosas, y que le demos a El nuestro mejor afecto y que le hayamos dado una carta en blanco con nuestra firma al final de la página diciendo: “Señor, aquí está todo lo que yo tengo, todo lo que soy, todos mis sueños, todos mis anhelos más queridos, mi tiempo, mis afectos, mis planes, mis proyectos, mi esposa, mis hijas, mi dinero, mi cuenta de banco, mi descanso, todo, Señor, aquí lo tienes. Ahora has de eso lo que tu quieras y devuélveme lo que tu quieras porque yo voy a vivir solo para ti, y te voy a amar a ti por sobre todas las cosas.

Cuando tu hagas eso, cuando tu puedas llegar a ese acto heroico de crisis Dios comenzará entonces a mostrarse como verdaderamente El quiere ser visto por ti. El quiere ser conocido por ti. Pero no lo vas a poder engañar. Hasta que tu no le des al Señor lo que quiere. Una sola cosa es lo que El quiere. No le des a El la pasta con marinara ni ensalada. A El no le interesa eso, sino se la das desde un corazón que lo adora y que lo ama desesperadamente.

No le des un pedacito de tu tiempo. Dale todo tu tiempo. No le des una limosna. Dale la tarjeta del APM. No le des al Señor una hora y media de tu tiempo. Dale al Señor 24 horas de tu amor y de tu afecto. No le des al Señor un pedacito de tus hijos. Dale al Señor todos tus hijos.

Escúchame. Una sola cosa es necesaria, dice el Señor, y cuando tu llegas a ese momento, mi hermano, mi hermana, entonces todo cae en su lugar. Entonces tu puedes caminar con gozo, con soltura de espíritu, con liviandad de espíritu. Las cosas comienzan a funcionar en tu vida porque Dios va a estar a tu favor. Dios te va a bendecir. Dios te va a abrir puertas. Dios te va a asegurar de que tu vida emocional esté balanceada, de que llegues a la meta, de que tus problemas se resuelvan, de que no te falte la comida ni el vestido. Porque si El cuida de las aves, cómo no va a cuidar también de ti.

Oh! Dios mío. Si nosotros pudiéramos entender esto, hermanos, si nosotros pudiéramos olvidarnos de nosotros mismos y mirar solamente al Señor.

“Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.”

Si Pedro hubiera mantenido su mirada en Cristo cuando caminaba sobre las aguas, no se hubiera hundido.

Hay muchos de nosotros aquí, con amor se los digo, que necesitan ajustar sus prioridades. Necesitamos ajustar nuestras prioridades. Hay muchos aquí que no le hemos dado al Señor lo que el Señor quiere. Y el Señor en su misericordia, te ama, te bendice y te recibe, y recibe tu sacrificio pero no le es completamente agradable. Porque muchos no hemos llegado a ese punto de entregarle al Señor. Hemos transferido nuestra tarjeta de membresía de una iglesia a otra, de una religión a otra. Creemos que eso es todo y queremos seguir con la misma religiosidad y la misma mezquindad en que vivíamos antes de entrar al evangelio.

Eso no es aceptable. No es aceptable. Escúchame! Desde la persona que está allí atrás, en ese extremo y en el medio. No es aceptable. Una sola cosa hace falta: amar al Señor con todo nuestro corazón, toda nuestra mente, toda nuestra alma, todas nuestras fuerzas. Es amarlo a El con desesperación y haber muerto en El.

Cuando hacemos eso, entonces la vida cae en su lugar, y el Señor nos bendice, nos aprueba, se agrada de nuestra ofrenda, nos abre caminos. Muchos de nosotros nos preocupamos tanto por el descanso y por eso vivimos cansados. Nos preocupamos tanto por retener el dinero y por eso vivimos en pobreza. Nos preocupamos tanto por divertirnos y por eso vivimos aburridos. Nada nos da gozo: ni el DVD player, ni el CD player, ni el tape-player, ni ninguno de los players que tenemos.

Porque todas esas cosas solo encajan cuando primero hemos resuelto el asunto de dónde está mi persona y a quién yo amo más. Cuando nosotros agradamos al Señor así, entonces todo lo demás viene. Aprende a deshacerte de ti para que te encuentres a ti mismo. Mientras tu estés preocupado por encontrarte a ti mismo y preservarte a ti mismo, se te escapará eso que estás buscando como se te escapa el agua cuando tu tratas de agarrarla con el puño, se te va por entre los dedos.

Pero cuando tu te olvidas de ese punto y te concentras en el Señor, y te concentras en agradarlo a El, en amarlo a El, entregarte a El, todas las demás cosas vienen por añadidura. Lo que tu estabas deseando tanto encontrar, Dios te lo va a dar.

“Si el grano de trigo no cae a tierra muere y queda solo, pero si no muere lleva muchos frutos”, dice el Señor.

Dice si Jehová no edifica la casa en vano trabajan los que la edifican. “Por demás es que trabajéis y os carguéis y os acostéis de madrugada”, dice el Señor,”porque a su amado dará Dios a el sueño”. Demás es que estés trabajando y matándote y ahorrando y no le estés dando al Señor lo que necesita, y todos tus esfuerzos serán como nada, porque no estás edificando sobre las rocas.

Descansa en el Señor. Descansa en el Señor. Ama al Señor por sobre todas las cosas. Pon tus prioridades en El y encontrarás descanso para tu alma. El Señor nos ayude.

Bajemos nuestras cabezas un momento. Examinemos nuestro corazón en esta mañana. Dios quiere que tu halles descanso para tu alma. Dios quiere que Roberto Miranda halle descanso para su alma. El me dice no te afanes tanto, no te preocupes tanto por qué comerás, qué beberás, a dónde irás, dónde vas a estar en diez años. Ni siquiera te preguntes tanto, ni siquiera te preguntes tanto si me estás agradando o no. No trates de resolver eso. Simplemente ámame por sobre todas las cosas. Ámame. Concéntrate en mi. Búscame a mi y yo entonces me voy a preocupar por ti. No vivas la vida lleno de cargas de conciencia y culpabilidad, siempre preocupándote si esto, si lo otro. Lo único que a mi me interesa es una sola cosa: que tu me ames por sobre todas las cosas y que me busques a mi primero y que te deleites en mi y que me des lo mejor de ti, tu mejor tiempo, tus mejores energías, tus mejores recursos. Que me prefieras a mi siempre y yo entonces voy a darte lo que tu necesitas.

Padre, nosotros determinamos esta mañana tratar de nuevo a amarte por sobre todas las cosas. Te necesitamos Señor. Perdónanos por ser afanosos y por dudar de tus promesas, por ponernos a nosotros mismos antes que a ti. Ayúdame a tener un corazón sencillo, contrito, humillado, como el de María, que te ame por sobre todas las cosas. En esta mañana, Padre, volvemos a hacer un esfuerzo por agradarte y examinamos nuestro corazón y te pedimos: Ilumínanos, si no te hemos dado todo lo que tenemos que darte, volvemos a pedirte. Que así sea hoy. Entrega tu vida, entrega todos tus afectos al Señor. Gracias, Jesús. Gracias, Jesús. Te adoramos, te bendecimos Señor. Aleluya, Aleluya. Dios les bendiga, hermanos.

17 mayo 2009

Adaptar una perspectiva sobrenatural (2 Reyes 6:24 - 7:20)

Adaptar una perspectiva sobrenatural (2 Reyes 6:24 - 7:20)
de Jehová, mañana a estas horas valdrá el seah de flor de harina un siclo y dos seahs de cebada, un siclo a la puerta de Samaria. Y un príncipe sobre cuyo brazo el rey se apoyaba respondió al varón de Dios, y dijo: “Si Jehová hiciese ahora ventanas en el cielo, sería esto así?” y él dijo: “he aquí tu lo verás con tus ojos, más no comerás de ello”. Había a la entrada de la puerta cuatro hombres leprosos, los cuales dijeron uno al otro: “Para qué nos estamos aquí hasta que muramos? Si trataremos de entrar en la ciudad, por el hambre que hay en la ciudad, moriremos en ella, y si nos quedamos aquí también moriremos. Vamos, pues, ahora y pasemos al campamento de los sirios, si ellos nos dieren la vida, viviremos; y si nos dieren la muerte moriremos. Se levantaron pues al anochecer para ir al campamento de los sirios, y llegando a la entrada del campamento de los sirios no había allí nadie. Porque Jehová había hecho que en el campamento de los sirios se oyese estruendo de carros, ruido de caballos y estrépito de gran ejército. Y se dijeron unos a otros: “He aquí, el rey de Israel ha tomado a sueldo contra nosotros a los reyes de los heteos y a los reyes de los egipcios para que vengan contra nosotros. Y así se levantaron, y huyeron al anochecer, abandonando sus tiendas, sus caballos, sus asnos y el campamento como estaba, y habían huido para salvar sus vidas.”

Versículo 9. “Luego se dijeron el uno al otro: No estamos haciendo bien, hoy es día de buena nueva y nosotros callamos, y si esperamos hasta el amanecer nos alcanzará nuestra maldad. Vamos pues ahora, entremos y demos la nueva en casa del rey”.

Padre bendecimos tu nombre y pedimos que tu palabra descienda sobre nosotros con poder y aclare cualquier cosas que tu quieras aclarar en nuestras vidas, en el nombre de Jesús. Amen.

Hermanos, este pasaje es una continuación del pasaje que estudiamos hace un par de domingos atrás, donde vimos al Rey de Siria que estaba continuamente atacando al pueblo de Israel. Y vimos como el profeta Eliseo iluminado por Dios, obró un milagro de manera que el ejército Sirio fue derrotado y regresado a su patria avergonzado. El profeta Eliseo pidió que su criado pudiera ver la gloria de Dios, y al criado se le abrieron los ojos y vio que estaban cercados ellos de ángeles y de carros de fuego para defenderlos. El ejército sirio fue cegado y confundido mentalmente y llevado al centro mismo de la ciudad de Samaria. Allí el rey les dio de comer y luego los envió de regreso a su patria, derrotados y humillados.

Quien hubiera pensado que después de este gran favor que le hicieron al ejército sirio, ellos hubieran dicho: ‘bueno, nos derrotaron y fueron bondadosos con nosotros, vamos a dejarlo allí y nunca más volvamos a atacarlos.’ Sin embargo, qué sucede? Vemos otra vez que el ejército sirio vuelve a la carga y una vez más sitian a Samaria, la ciudad capital, y proceden a atacar al pueblo de Israel. Y esta vez el cerco es mucho más fuerte que nunca. La crisis llega a la ciudad en una manera terrible, y se nos da una ilustración de cuán terrible es el estado de crisis de la ciudad. Dos jóvenes mujeres con sus niños hacen un trato de que una le va a dar de comer a las dos a su hijo y que cuando se acabe esa comida, la otra va a entregar a su hijo para que también ella lo comparta, tal era el hambre que había en la ciudad. Y la segunda mujer no se avergüenza de ir ante el rey y pedir que el rey “haga justicia” obligando a la otra mujer a que entregue a su hijo para comérselo. Y el rey escandalizado, y abrumado por el estado de crisis en que ha llegado su gente, se desploma prácticamente, y la gente puede ver cuando el camina por la ciudad todo desalentado que está cubierta su piel por dentro de silicio en señal de luto delante de Dios. Y en esa primera parte del relato vemos varias cosas:

1. Yo dije la última vez que comentamos sobre estos pasajes que Siria y el rey de Siria en su odio contra Israel persistente, es un tipo de Satanás en su odio contra el pueblo de Dios. Satanás siempre maquinando y buscando formas de destruir a los hijos de Dios. El elemento del mal siempre tratando de hacer daño en nuestras vidas, buscando diferentes estrategias, poniendo trampas y tratando siempre de destruir el estado de bien de la gente de Dios. Y vemos esto, que Satanás nunca se da por vencido. Fue derrotado una vez, pasa un tiempecito pero luego vuelve una vez más a la carga. Y ahí tenemos una primera lección espiritual para nuestras vidas: nunca podemos bajar la guardia con respecto a nuestra vida espiritual. El pueblo de Dios, y me refiero a ti y a mi, siempre estamos en un estado de guerra espiritual.

Aún mientras nos movemos en el mundo secular del tiempo y del espacio, tenemos que entender que siempre está esa dimensión de la cual hablamos el domingo pasado, esa dimensión espiritual donde se mueven los poderes del diablo y de Dios. Aún mientras vivimos en el siglo XXI, el siglo de la psiquiatría y el siglo de la ciencia, tenemos que entender que esas reglas no han cambiado. Esa insistencia de Satanás la vemos, por ejemplo, en la tentación de Jesús en el desierto. Cuando el Señor fue tentado por Satanás en el desierto, Jesús lo venció varias veces y finalmente dice la Escritura que cuando el Señor finalmente le dijo: “Vete de aquí Satanás, apártate” dice que Satanás se fue y lo dejó por un tiempo. En otras palabras, en muchas otras ocasiones el Señor tuvo que confrontar los esfuerzos del enemigo por desestabilizar y destruir su ministerio.

El apóstol Pablo nos dice que seamos sobrios y velemos porque nuestro adversario, el diablo, como león rugiente anda alrededor y eso es una imagen de insistencia y consistencia, anda alrededor buscando a quién devorar. Y la Biblia también dice que nuestra lucha no es contra sangre y carne sino contra estados y potestades. Por lo tanto tenemos que vestirnos con toda la armadura de Dios. De hecho yo creo que esa es una de las perspectivas o una de las actitudes más importantes del pueblo de Dios que se identifica con una mentalidad sobrenatural. Y recuerden que yo les he dicho muchas veces, que nos ayude como iglesia a adoptar esa mentalidad sobrenatural. Esa mentalidad tiene diferentes componentes y uno de ellos es el componente de la guerra espiritual.

Hay muchos miembros de nuestro Señor Jesucristo y muchas buenas iglesias que a pesar de su buena teología, no tienen en el lugar adecuado, ese concepto de guerra espiritual en la cual se encuentra el pueblo de Dios continuamente. Y eso no quiere decir que le demos mas lugar o más importancia al diablo de la que merece, es simplemente entender que el elemento de la lucha espiritual es algo de gran importancia en la vida del creyente, junto con otras enseñanzas. Tenemos que tener un balance, en otras palabras. Y ese concepto tan importante de guerra espiritual continua nos lleva a un segundo concepto que es parte de la mentalidad sobrenatural también.

2. Y ese es el concepto del poder, de la unción. Ahora el concepto de la guerra espiritual nos lleva a este concepto de tener poder sobrenatural sobre nuestras vidas. El pueblo Pentecostal, el pueblo que se suscribe a una mentalidad sobrenatural por eso insiste tanto en la importancia del poder espiritual también. Por qué? Porque si uno está en guerra, la guerra requiere poder. Por eso es que el apóstol Pablo dice en Efesios 6 que nuestra guerra, es decir nuestra lucha es contra poderes espirituales.

Y entonces concluye: “por tanto vestios de toda armadura de Dios. Ahí está el concepto de poder. Y por eso es que el pueblo de Dios siempre debe estar deseoso y hambriento de encontrar esa fuente de poder. Y eso nos lleva a que como necesitamos poder, ese poder viene del espíritu santo, una vida de intimidad con el espíritu santo, de compenetración del poder que está en Dios por medio de la oración, del ayuno, de la lectura de la Palabra.

No es suficiente venir a la iglesia, o dar diezmo o leer ni siquiera la Biblia. No es suficiente tener mucha información acerca de teología, o digamos acerca de historia de la Biblia o cosas por el estilo. No es suficiente simplemente identificarse como miembros de una religión cristiana. Se necesita siempre estar hambriento y siempre estar buscando esa fuente de poder, esa intimidad con Dios, esa es la clave para una vida victoriosa.

Es decir, esos son dos principios, hay muchos otros, en la vida sobrenatural pero esos dos son muy importantes y tenemos que entenderlos. Y aquí en este pasaje se hace muy obvio ese juego de estos dos principios, donde el rey con todos sus principios y sus buenas intenciones se encuentra impotente para lidiar con este ejército que está insistentemente atacando su nación. Este rey evidentemente está sensitivo al sufrimiento de su gente, pero lo único que puede hacer es lamentarse y ponerse silicio en su cuerpo y adoptar una postura religiosa pero no efectiva contra el enemigo que asedia a su pueblo. Mientras tanto el enemigo va ahogando y estrangulando más y más a la capital de Israel y a toda la nación.

Una de las cosas que me motivó a meditar en este pasaje es que nosotros estamos en un tiempo en que Satanás ha establecido un cerco muy cerrado sobre esta nación y su cultura, vemos que como en el tiempo de este rey la gente ha llegado a un punto de deterioro espiritual máximo como estas dos mujeres lo reflejan. Pero también en este tiempo es lo mismo, es la comparación, vemos que en este tiempo hemos llegado a un deterioro espiritual igual, donde el enemigo se ha apoderado y no hay nada que lo pueda resistir. Aún la iglesia está reducida hasta un simple contemplar esto que está sucediendo y nos estrujamos las manos desesperados sin saber qué es lo que vamos a hacer. Es decir, los organismos oficiales ven el deterioro, y ni la iglesia oficial ni el gobierno oficial tienen en realidad poder para poder cambiar la situación que se presenta.

Este rey saca su frustración sobre por la iglesia poderosa, verdadera, representada por Eliseo. El rey parece que tiene resentimiento contra el profeta a quien identifica con lo que está sucediendo. Por eso el rey dice más adelante: “así me haga Dios y me añada, si la cabeza de Eliseo, hijo de Saphat queda sobre él hoy”. Me recuerda cuando Jesabel hizo una amenaza bastante parecida con el profeta que es anterior a Eliseo que es el profeta Elías.

Cuando Dios envía su juicio sobre las naciones y sobre los gobiernos que se han apartado de Dios muchas veces esos gobiernos reaccionan contra la iglesia persiguiéndola e identificándola hasta cierto punto con el deterioro que está experimentando la sociedad. Y sin embargo vemos aquí que la única esperanza para esa nación cercada por el enemigo es precisamente la iglesia de Dios representada por el profeta Eliseo. El profeta Eliseo decide reaccionar ante la frustración del rey y fíjense aquí la misericordia de Dios, que en vez de Dios enviar su juicio contra este rey confundido y hostil decide intervenir a favor de la nación y salvarla de su situación de aprieto.

Eliseo se acerca a este rey y viene a él con una profecía completamente extraordinaria y fuera de serie. Eliseo le dice al rey: “mañana a estas horas valdrá el seah de flor de harina un siclo y dos seahs de cebada un siclo a la puerta de Samaria”. Es como si dijéramos que hay un hambre grande en este país y dijéramos que una libra de arroz cuesta 50 dólares y un pote de aceite de 12 onzas cuesta 75 dólares, y todos los sistemas económicos indican que es imposible que haya un cambio por muchos, muchos años. En ese momento se levanta una voz profética y dice: mañana a esta misma hora, digamos las 10.40 de mañana, esa libra de arroz que valía 50 dólares va a valer 25 centavos y ese pote de aceite que valía 75 dólares va a valer 40 centavos. Imagínese la gente diría, imposible, eso no puede suceder!

Cuántos saben que para Dios nada es imposible. Dios muchas veces espera que las cosas lleguen a su punto de máxima maldad y crisis para entonces intervenir. Lo hemos visto continuamente. En nuestra vida asimismo en nuestras vidas las cosas pueden llegar a su punto de mayor dificultad y desesperación y es el momento que Dios está esperando para entonces entrar con su poder bondadoso y hacer la obra de restauración. Por qué? Porque Dios siempre quiere manifestar su gloria.

Muchas veces El artificialmente establece las cosas de manera que sea claro de que el hombre no tiene la respuesta, y que si se da alguna respuesta tiene que ser por El y no por nadie más. Ese es uno de los temas más constantes a través de toda la Escritura.

Lo vemos en el Libro del Éxodo cuando el ejército egipcio está cercando al pueblo de Israel y el mar está enfrente y no hay nada qué hacer, y el mismo Moisés se desespera y Dios entra y sale con una solución espectacular abriendo el Mar Rojo.

Lo vemos con Gedeón con sus 300 hombres contra un ejército de miles. Lo vemos con David peleando contra Goliat. Lo vemos con Lázaro hediendo durante 4 días en la tumba y el Señor esperando hasta que llegue ese momento para entonces obrar una resurrección. Dios se toma su tiempo.

Y yo pienso, hermanos, que en este tiempo cuando la maldad del hombre parece estar llegando a su máxima expresión es el tiempo precisamente en que Dios quiere intervenir con un poder poderoso de su espíritu, este es el tiempo. Y se necesita una iglesia como lo que representa el profeta Eliseo, con una mentalidad sobrenatural que sea como una antena que pueda recibir el poder de Dios y canalizarlo entonces hacia la sociedad. Una iglesia que esté buscando más y más del poder de Dios, menos del espectáculo y más de la intimidad con Dios.

Esta mañana cuando comenzamos nuestro tiempo de oración, ustedes recordarán, yo les confieso que mi deseo es que un día de domingo ni siquiera hiciéramos más nada que estar todo un servicio en oración. Y pídanle al Señor que me de suficiente valor como pastor para hacer eso, porque a veces uno como pastor está pensando: “bueno, y qué de los visitantes que puedan venir y qué de aquellos que no les gusta orar mucho y se aburran, y me dejo acobardar por eso, lo confieso.”

Pero muchas veces Dios quiere que su iglesia asuma esa mentalidad sobrenatural de no venir solamente al show sino que cada persona que viene, entienda que venimos aquí como guerreros espirituales para buscar la bendición de Dios en nuestra vida. Yo le pido al Señor que todos ustedes y yo podamos crecer en cambiar de formato y de percepción de lo que es verdaderamente venir a la casa de Dios. A qué venimos y qué venimos a buscar? Y que según vayamos nosotros madurando más en el espíritu, se haga posible soltarnos más al fluir de Dios, como Dios quiere en nuestras reuniones y nuestras vidas. Porque es la única manera, yo creo, en que Dios va a hacer la obra que El tiene que hacer en esta sociedad. La situación está demasiado desesperada para que se pueda solucionar con estrategias de hombres.

Como en el caso de Jericó, otra situación desesperante, el muro de la ciudad, el muro de los enemigos de Dios está cerrado, bien cerrado y el pueblo de Dios con su propia fuerza no tiene la capacidad para derribar y romper ese muro y derrotar al enemigo. Solamente por una revelación de la estrategia divina podrá el pueblo de Dios hacer caer ese muro y entrar y derrotar al enemigo. Y así será con nuestras vidas también, porque cada uno de nosotros tiene su propio ejército sirio cercando nuestra vida matrimonial, nuestra vida de salud, nuestra vida emocional, nuestra vida con nuestros hijos, de trabajo, financiera y necesitamos de la estrategia divina, del poder poderoso de Dios para romper ese cerco del enemigo. Y necesitamos usar las armaduras de la fe, por eso es que de nuevo el apóstol Pablo dice “vestios de toda la armadura de Dios”.

Esa es la iglesia que Dios quiere, una iglesia con una mentalidad de poder. Yo me dirijo a todos esos hermanos nuevos en la fe que están viniendo a nuestra iglesia. Yo les suplico que desde el principio se comprometan a adoptar esa mentalidad sobrenatural en sus vidas. No se formen en una mentalidad religiosa institucional. No coman de ese pan viejo que no tiene ningún nutriente dentro de el. Tenemos que beber de ese vino nuevo de la revelación del poder de Dios.

Eliseo sale con un arma totalmente inadecuada por los principios de la razón, digamos. Simplemente una palabra, una pronunciación de una palabra profética. Eliseo declara algo que va a suceder para el otro día, es algo tan revolucionario y tan escandaloso que uno de los nobles del rey se ríe y expresa su escepticismo y dice que eso es imposible aún si Dios interviniera, eso no se podría dar. De nuevo este oficial del rey es símbolo del establecimiento, es decir el ala oficial de la sociedad que no puede pensar en términos espirituales, que siempre está pensando en términos de la razón y conforme a los patrones del hombre y no de Dios. Y qué le dice Eliseo: “He aquí, tu lo verás mañana con tus ojos pero no comerás de ello”.

Por qué, hermanos? Porque cuando uno no tiene fe, nunca va a experimentar en su propia vida los milagros de Dios. Podrás ver a Dios obrar en otros pero tu no podrás experimentar la saciedad, la satisfacción de ver a Dios intervenir en tu propia vida, porque es solo por fe. Por eso es que otro de los conceptos de la mentalidad sobrenatural es la necesidad de fe. Y la fe es el resultado de toda una serie de prácticas en nuestras vidas, que van aumentando. Es como la salud espiritual del creyente, la fe. Como un niño que crece saludable porque se alimenta bien, tiene una buena vida familiar, recibe amor, hace ejercicio y todas estas cosas contribuyen a su vigor espiritual.

Asimismo el creyente de fe llega a esa postura de fe porque ha comido de esa palabra, porque se ha mantenido en oración, porque se mantiene en comunión con otros hombres y mujeres de fe, porque participa de todas esas cosas que van contribuyendo para su fortalecimiento espiritual. La fe es el hilo, el conductor del poder de Dios. Sin eso no podemos recibir la gloria de Dios en nuestra vida.

Inmediatamente después de esta declaración del profeta Eliseo el escenario cambia inmediatamente. Y se nos presenta a 4 hombre leprosos parados en frente de la ciudad, y estos 4 hombres representan algo muy interesante y es el tipo de personas que Dios quiere usar en este tiempo para revelar lo que el va a hacer y está haciendo ya. Estos hombres son representativos de otro elemento constante en toda la escritura. El Dios que usa a las personas que nadie más quiere usar. El Dios que usa a los de abajo y a los de afuera. No había nadie más despreciado en esos tiempos del antiguo Testamento y del Nuevo también, que una persona leprosa. Se les tenía miedo por el temor al contagio, primeramente. Se les tenía miedo también por las deformaciones físicas que causaba la lepra, y se les tenía miedo también porque religiosamente eran impuros y cualquier contacto con ellos también hacía que la otra persona quedara impura delante de Dios, supuestamente. Y por eso los encontramos a ellos en la entrada de la puerta, es decir en las afueras de la ciudad. Y eso representa que Dios quiere usar a los pequeños de esta tierra.

Yo creo, y con esto no quiere echar a nadie al lado, que Dios quiere usar a las iglesias humildes y a veces a las iglesias étnicas de esta nación para traer un avivamiento a esta nación. Las iglesias pobres, a las que nadie está poniendo mucha atención porque no están en los lugares estratégicos, ni tienen el dinero, ni tienen la posición social, pero que son humildes y están deseando, y creen en el poder de Dios. Estos hombres también tienen algo interesante y es que se encuentran en un estado de desesperación, no les importa vivir o morir. No tienen nada que perder, son leprosos, ya están fuera al margen de la sociedad. Su posición física se refiere también a su posición social, espiritual, en todo sentido de la palabra. Yo creo que irónicamente, el hecho de estar afuera es lo que les permite pensar en una forma diferente a los que están adentro, el rey, sus nobles y toda la gente que está en el poder.

Miren lo que dice el versículo 3: “Había en la entrada de la puerta 4 hombres leprosos los que dijeron uno a otro: ‘Para qué nos estamos aquí hasta que muramos? Si tratáramos de entrar a la ciudad, por el hambre que hay en la ciudad moriremos en ella y si nos quedamos aquí también moriremos. Vamos pues ahora y pasemos al campamento de los sirios, si ellos nos dieran la vida viviremos y si nos dieran la muerte, moriremos.”

Están pensando en una forma muy cuerda. Han llegado al punto de la desesperación. No les importa si viven o mueren, de cualquier manera vamos a morir entonces vamos a entrar en acción.

Hermanos yo creo que los individuos que aprenden a pensar fuera de la caja, fuera de lo oficial, fuera de lo religioso, fuera de lo institucional, esas son las personas a quienes Dios les va a dar la estrategia para llevar a cabo su obra en este tiempo. Aquellos de nosotros que estemos dispuestos a adoptar una actitud de que si vivimos, vivimos y si morimos, morimos.

Esa fue la actitud de Ester, “si perezco, que perezca” pero yo voy a hacer algo, recuerdan. Saben qué hermanos, Dios no te puede usar hasta que tu no entregas tu vida, hasta que tu no adoptes una actitud de muerto aquí en la tierra. El Señor Jesucristo dijo “Si el grano de trigo no cae a tierra y muere, queda solo, es decir no da fruto” recuerdan? “Pero si muere lleva muchos frutos”.

Hasta que tu no entregas todo, tu no puedes recibir el todo de Dios y hasta que nosotros no nos hacemos pobres en nuestra humanidad orgullosa y autosuficiente, Dios no puede entrar con su nueva revelación, con su nuevo vino y llenarnos. Hay que vaciarse para recibir la unción de Dios en tu vida.

El Señor Jesús le dijo al joven rico: “Si tu quieres experimentar la paz de Dios, toma tus bienes y véndelos, toma el dinero dáselo a los pobres y entonces despojado de todo, ven y sígueme:” Pero conocemos la historia, el joven rico no pudo deshacerse de su autosuficiencia, de su posición social y por lo tanto se fue triste y decepcionado.

Yo creo que las iglesias están llenas de personas que están en la iglesia pero que la iglesia no está dentro de nosotros. Que no nos hemos vaciado de nuestro amor al mundo, a nuestro yo, a nuestra comodidad, o a nuestras posesiones materiales. Y todavía estamos como el grano de trigo, entero. Le decimos a Cristo, quebrántame pero estamos cerrados a la obra de Dios en la vida. Y hay todavía mucha gente que dice, ‘no mi tiempo es mío’, ‘mi dinero es mío’, mi familia es mía, mi profesión es mía, mi descanso es mío, mi novela es mía, mi televisor es mío, y cuando el Señor viene y nos pide estas cosas para entrarnos en una dimensión más profunda de su gloria le decimos: “no Señor, ahí tu no puedes entrar porque eso es demasiado precioso para mi”, y hasta que nosotros no llegamos al punto en que le hemos dado todos los títulos de propiedad a Dios y El es quien los tiene en su Reino, no podemos ver la gloria de Dios en nuestra vida. Hasta que no llegamos a la posición de estos leprosos que no tenían nada que dar, no tenían nada que perder, no tenían nada que defender porque lo habían perdido todo ya. Hasta que Dios no nos ha quebrantado, hermanos, hasta que no nos haya llevado a un punto donde no deseamos más que su gloria en nuestras vidas y no tener nada de nosotros sino todo vendido todo a Dios, no podremos ver la gloria de Dios. Por eso es que estos leprosos están en esa posición estratégica en ser los primeros que detectan que la situación ha cambiado radicalmente.

Hay muchas mas cosas que decir pero quizás más adelante continuaremos con este pasaje. En realidad lo que más me interesó a mi de este pasaje es lo siguiente, la situación ha cambiado y nadie se da cuenta. Los sirios habían sido derrotados, habían huido. El pueblo estaba libre para moverse y sin embargo todo el mundo en Samaria estaba con una perspectiva de que todavía estaban cercados y estaban asediados por el rey de Siria. La realidad ha cambiado pero no hay discernimiento para entender ese cambio radical en el pueblo.

La impresión mas grande en este último tiempo en mi vida es que la realidad de esta nación ha cambiado. En medio de una situación que parece terrible allá afuera y no nos damos cuenta de que Dios nos ha entregado al enemigo en nuestras manos y tenemos que darnos cuenta de eso.

En mayo 17, 2004 los homosexuales comenzarán a casarse aquí en Massachussets y sin embargo yo insisto en que este es el tiempo en que Dios ha declarado un cambio en la realidad espiritual de esta nación. Y que ya el pueblo de Dios tiene que comenzar a moverse asumiendo que el enemigo ha sido derrotado y que la tierra está en nuestras manos para poseerla. Que nosotros tenemos que obrar ahora para ir y despojar, como hicieron los hebreos, que llegaron al campamento y se aprovisionaron de todo lo que pertenecía al enemigo y lo usaron para tener una gran celebración y una gran fiesta.

Hermanos, yo no tengo una justificación racional ni siquiera circunstancial para expresar esto pero yo siento en mi espíritu que yo tengo que declararlo verbalmente porque cuando declaramos las cosas como Eliseo, entonces se hacen reales en nuestras vidas. En mi mente yo me digo, Roberto tu estás loco en decir esto en este tiempo, sin embargo yo entiendo que nosotros tenemos que obrar por medio de la palabra profética que declaramos en el nombre del Señor y en fe. Esa es la acción que yo estoy tomando en lo personal en este tiempo. Estoy tomando un gran riesgo al decir esto, pero yo siento que cuando sentimos que Dios nos habla en el espíritu tenemos que hablar por fe aunque nada nos justifique en el mundo exterior.

Yo le digo a este pueblo, hermanos atrevámonos a predicar el evangelio a nuestros amigos, a nuestros vecinos, a nuestros familiares porque la unción de Dios está en nosotros para traer a la gente a la iglesia. Dios quiere que tu te atrevas a hacer cosas raras y atrevidas en tu vida creyendo que Dios las va a honrar y las va a bendecir, cada uno de ustedes, hermanos.

Comience a orar por la gente para sanidad. Comience a atreverse a evangelizar a otros e invitarlos a la iglesia. Comience a dar atrevidamente creyendo de que Dios le va a bendecir y le va a honrar. Comience a hablar en fe de que Dios va a cambiar su situación familiar, o emocional o financiera, o de empleo o de vivienda. Inmigración Dios puede cambiar todas esas cosas. Comience a obrar, a hablar y a moverse con fe en el espíritu y crea que Dios va a respaldar su vida y va a llenar de su unción su vida, porque Dios ha derrotado al enemigo como hizo con el ejército sirio y dios nos ha entregado toda la tierra que pise la planta de nuestros pies. En este tiempo nosotros vamos a ver la gloria de Dios manifestada, la vamos a ver como nunca antes en la historia. Y Dios nos dice preparemos nuestros corazones y nuestras vidas porque El va a hacer cosas que van a llamar la atención de todo el mundo. No miremos a las circunstancias, comencemos a discernir la realidad como Dios la ve no como la ve la gente corriente. Llenémonos del espíritu santo. Adoptemos la perspectiva bíblica espiritual y movámonos creyendo que Dios va a honrar nuestra fe. Adoptemos una mentalidad desesperada, violenta como la de los leprosos y tomemos acción diciendo “bueno, si morimos, que muramos” pero vamos a hacer algo. Despojémonos de todo interés personal de comodidad o de defensa de nuestros propios intereses y entreguémoselo todo al Señor y entonces veremos como El nos devuelve todo con creces, bendecidos.

Vamos a ponenernos de pie y vamos a pedirle al Señor que haga descender sobre nosotros ese espíritu sobrenatural, esa mentalidad. Atrévete en el nombre del Señor. Atrévete a pronunciar. Hermanos por favor, vamos a pedir que el Señor nos devuelva su poder, vamos a decirle al Señor: “Señor cambia mi corazón, cambia mi mente. Te pedimos en el nombre de Jesús, que nos visites con tu poder y que cambies nuestra mente incrédula. Te damos gracias Señor, porque tu has cambiado la realidad alrededor de nosotros.

La actitud de una vencedora (Marcos 7:24)

Es Dios grande para ustedes? Es verdaderamente grande? No los oigo. De verdad es grande? Es un gusto estar en medio del pueblo de Dios.

Es un tiempo agradable. Jesucristo bien dijo: “Donde están dos o tres reunidos en mi nombre, ahí estoy yo en medio”. Yo creo que cuando nos juntamos en el nombre de Jesús se construye la presencia de Jesús de una manera especial, porque a Jesucristo le gusta estar en medio de su pueblo y tiene grandes cosas para cada uno de nosotros.

Cada vez que Jesucristo está en un lugar siempre ocurren cosas maravillosas porque siempre tiene algo bueno para su pueblo. Su voluntad es buena, agradable y perfecta. Es grato estar en la presencia del Señor. En este día yo he gozado con todos ustedes.

Anteriormente habíamos hablado con su pastor de que me gustaría visitar esta congregación y se dio alguna manera interesante porque vinimos a dar una serie de conferencias. No estaba programado con mucha anticipación pero ocurrió en este iglesia y ha sido un gusto estar en medio de ustedes.

El ambiente se siente agradable y cuando nosotros vamos a un determinado lugar podemos sentir el ambiente. Es bonito ver los adornos, es bonito ver el orden, las luces, la instrumentación, pero también hay otro ambiente que se maneja y es el espíritu del ambiente. Es el ambiente que da la bienvenida del Señor.

El Señor es un Dios que siempre se revela. El revela su amor de una forma especial, como un padre hacia sus hijos. Jesucristo revela su gracia en una manera especial. En la cruz, El nos reveló que nos amaba a través de un acto en la historia de la humanidad. En el Espíritu Santo se revela a nosotros como una consolación, como alguien que da poder.

En el día de hoy el Señor trae una palabra para todos nosotros y se encuentra en Marcos Capítulo VII. Estaremos leyendo empezando con el versículo 24. Dice la palabra del Señor en ese día:

Levantándose de allí se fue a la región de Tiro y Sidón y entrando en una casa no quiso que nadie lo supiese, pero no pudo esconderse porque una mujer que oyó de El vino y se posó a sus pies. La mujer era griega y fenicia de nación y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio. Pero Jesús le dijo: “Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perríos.” Respondió ella: “Sí, Señor, pero aún los perríos debajo de la mesa comen de las migajas de los hijos.” Entonces le dijo: “Por estas palabras el demonio ha salido de tu hija.” Y cuando llegó ella a su casa halló que el demonio había salido y a la hija acostada en la cama.

Vamos a orar por un instante. Señor te damos a ti la honra y la gloria en este día. Reconocemos tu presencia en este lugar. Reconocemos tu presencia en este lugar. Sabemos que tu tienes el control de todas las cosasY sabemos que tu corazón es un corazón que desea bendecirnos; desea revelarse a nosotros y sobre todas las cosas formar en nosotros una actitud especial que pueda hacer de nosotros el pueblo tuyo, el pueblo capaz de vivir a la altura de tu propósito.

Tu tienes un propósito en cada uno de nosotros, un propósito individual, un propósito para nuestra familias, un propósito en esta congregación, un propósito en esta ciudad. Tu tienes un propósito en este estado. Tu tienes un propósito en esta nación. Señor, hoy nos sometemos a tu propósito y recibimos esta palabra, Señor, este desafío a nuestra vida. Desde ya te decimos, sí, Señor, lo queremos. Anhelamos que nos hables. Deseamos que te manifiestes entre nosotros.

Recibimos lo que tienes. Estamos dispuestos Señor a abandonar cualquier cosa equivocada. Estamos dispuestos, Señor, a extender nuestra tienda. Estamos dispuestos a salir de la zona del confort; porque somos tu pueblo, porque Tu nos has redimido, porque tu tienes un propósito para nosotros.

Señor, hoy te decimos ‘Sí’. Aceptamos tu palabra y rechazamos toda oposición espiritual, toda cosa que impida que tu palabra fluya en nuestra vida. Desde ya le decimos al enemigo de nuestras almas, a ti Satanás, que no tienes arte ni parte en nosotros. Jesucristo es nuestro Señor y que El es el dueño de mi voluntad. Es en el nombre de Jesús que oramos. Amen y Amen.

Este día queremos hablar de un tema que yo he titulado “La actitud del vencedor”. Dígale a la persona que está a su lado: yo quiere tener la actitud del vencedor.

Siempre que yo pongo a hacer ejercicios a las personas me gusta observar cómo lo hacen. Me gusta leer la actitud de las personas. Al principio suena chistoso. Lo estoy haciendo porque me lo están diciendo, pero yo soy tímido. Cuando yo vengo a la iglesia me gusta concentrarme en lo que me están diciendo.

Pero la conquista tuya representa la victoria de tu hermano. La victoria de esta iglesia representa la victoria del vecindario. Cuando los vecindarios conquistan representa también la victoria de la ciudad. Y cuando las ciudades son ciudades conquistadoras podemos también conquistar estados.

Yo se que ustedes tienen luchas. Yo se que ustedes tienen desafíos. Y es posible que este mensaje el Señor lo esté trayendo para ustedes. Los mira con ojos especiales. Los está viendo como personas capaces, como personas que tienen potencial, como personas que pueden hacer una diferencia. No solamente como personas que están escuchando algo sino que están escuchando con un propósito.

Porque Dios está formando en ustedes una actitud. Así es que les quiero mostrar que le diga a la persona que está a su lado con convicción: ‘Dios está formando una actitud de vencedor en mi’ Mírele a los ojos: ‘Dios está formando una actitud vencedora en mí.’ Cuantos dicen Aleluya, cuantos dicen Amen. Cuántos dicen: yo soy un vencedor. Yo soy un vencedor. Yo soy un vencedor en el nombre de Jesús.

La actitud comienza a través de la fe. Cuando soy capaz de creer estoy en el camino a una actitud. Es interesante como aprendemos de una manera clara y concisa de esta mujer. Posiblemente de los pasajes que yo he leído este es en el que más claramente se nota una actitud un tanto áspera de parte de Jesús hacia el ser humano.

Muchas personas que hablan de este pasaje se preguntan cómo es posible que Jesús le haya hablado a esta mujer de esta manera. Cómo es possible que siendo Jesús un ser tan compasivo reaccionó de esta forma con esta mujer?

Y algunas veces nosotros podemos perder el sentido de lo que Dios está haciendo cuando nos enfocamos en un detalle. Porque Dios tiene la gran imagen. Nuestro Dios es un Dios de procesos. Aunque el trabaja en pequeños detalles, aunque a el le gustan pequeños pasos, El está en rumbo hacia algo grande y nos está llevando a nosotros a algo grande.

El tiene cosas grandes para nosotros. El tiene cosas grandes para mi. Esas cosas grandes se conquistan a través de pequeños pasos. Pero si nos concentramos solamente en ese pequeño paso y se nos olvida que tenemos una trayectoria podemos perder el sentido de propósito. Así es que este pasaje debe ser leído. A través del propósito de Dios en el cual el Señor ayuda a una mujer a desarrollar, a formar una actitud que la iba a llevar más allá de sencillamente pedir que el demonio saliera de su hija.

Algunos de nosotros venimos a las iglesias cristianas para que nos solucionen una pequeña cosita en nuestra vida. “Pastor yo necesito que usted ore por mis finanzas. Yo necesito un trabajo. Yo lo necesito urgentemente. Yo se que tengo tiempos de no estar en las cosas del Señor. Pero yo necesito ir, así que allí le caigo el domingo. Fíjese que se me enfermó mi hija. Así es que yo necesito ayuda. Así es que ahí le caigo el domingo. Mire, yo estoy teniendo problemas con mi esposa. Ya no me quiere cocinar. Ya cuando le estoy pidiendo comida me enseña la olla. Entonces yo ya tengo hasta temor de pedirle comida. Yo necesito que me la cambie. Así que voy a la iglesia para llevarla.”

Y muchos de nosotros venimos a las iglesias para que nos solucionen un área de mi vida. Y lo que ocurre es que algunas veces el Señor sí nos ayuda a solucionar ese área. Y de ahí nosotros nos acomodamos hasta que se desarrolla otro problema más. Y eso nos estimula a volver a buscar al Señor.

Esto es lo que Dios quiere evitar. Porque eso no es tener la actitud de un vencedor. La actitud de un vencedor se caracteriza por algunos pasos que da algunas características son claras en la actitud de una persona vencedora.

Vea usted conmigo este pasaje, verso 25: “Porque una mujer, dice, cuya hija tenía un espíritu inmundo. Luego que oyó acerca de El vino y se postró ante sus pies.” La primer cosa que vemos de una persona que tiene una actitud vencedora es que no se conforma, no permite que el problema la neutralice.

Una persona con una actitud de vencedor es una persona que el problema la mueve a hacer algo, es una persona que no permite que ese problema sea mayor que el deseo que ella tiene de vencerlo. El deseo es mayor, el anhelo de salir adelante es mayor que cualquier depresión, que cualquier enfermedad, que cualquier crisis, que cualquier problema matrimonial, que cualquier cosa que esté quitando el propósito de Dios. Los problemas lo mueven. Los problemas lo sacan del lugar donde está. Es la primer cosa que debemos saber acerca de las personas que son vencedoras.

La segunda característica de la persona vencedora es que se rodean de personas superiores a ellos, Veamos lo que hizo esta mujer. Fue y buscó a Jesús. Qué fue lo que hizo? Qué es lo que usted tiene que hacer cuando usted tiene un problema? Tiene que buscar a quién? A quién tiene que buscar? Aleluya! Usted y yo tenemos que buscar a Jesus.

Jesús es el ser superior a todos nosotros. Ella se rodeó de personas superiores. Jesús estaba supuesta de vacaciones en este pasaje. El estaba tratando de estar en privado, tratando de recuperar fuerzas. Nosotros también debemos esforzarnos para que también podamos tener un momento para recuperarnos.

Pero esta mujer tenía una necesidad y esa necesidad apuntaba a alguien que podia ayudarla y ese nombre era: Jesus. El es el único que puede ayudarnos en muchas situaciones de nuestra vida. Así que tu estás en el lugar correcto. Este es el tiempo correcto. Este es el ambiente correcto. Es el lugar correcto para nosotros.

Así es que esta mujer va y busca a Jesús quien supuestamente estaba, dice aquí, en el verso 25, dice que se estaba prácticamente escondiendo o sea estaba tratando de tener un tiempo en privado. Eso revela un detalle interesante acerca del carácter de Dios . Cuando hay una necesidad Dios no puede esconderse. Dios está disponible para una necesidad. Cristo estaba allí para ella y ella lo buscó hasta encontrarlo.

Cuál es su actitud frente a una dificultad en su vida? Empiezan a buscar un poquito y dicen: bueno voy a ir a la iglesia. Si me hablan algo que me ayuda regreso si no me voy. Porque yo no tengo mucho tiempo. Yo se que tengo problemas. Yo se que tengo dificultades. Yo se que llevo una vida caracterizada por muchas crisis. Pero yo no tengo tiempo de andar buscando en la iglesia.

Esta mujer persistió, persistió y persistió - hasta encontrar a Jesús. Ahora ocurre algo interesante. Vean ustedes las barreras que ella tiene que sobrepasar. Una vez que encontró a Jesús y nosotros vemos la palabra un tanto áspera que dice: “primero tengo que darle a los hijos.” Antes que a cualquiera, a los hijos.

Y mencionó la palabra que nosotros traducimos al español “perríos”. Es una palabra que se utilizaba culturalmente en aquel entonces y que significaba aquellas personas que no pertenecían al grupo cultural de los judíos. Y entonces Jesucristo la utilizó. Pero algo interesante ocurrió con esa mujer porque ella tuvo que vencer algunas barreras. En primer lugar ella era griega de nacimiento. Su nacionalidad iba en contra de la práctica de este Rabí. Jesucristo había venido a los suyos. Era el Rabí de los judíos y ella va hacia El. Sabiendo que los maestros judíos no iban típicamente a aceptarla a ella.

La segunda barrera que tuvo que vencer era la ley judía. No solamente era la nacionalidad, sino el sistema legal judío. Porque precisamente en ese sistema que evitaba el relacionamiento y el servicio hacia los no judíos.

Un tercer elemento es Jesucristo mismo en su capacidad de Rabí del maestro de la ley. Representaba como una especie de patrulla fronteriza. Tenía que reforzar la ley, Así es que ella conocía bien sus barreras. Ella sabía a lo que se enfrentaba. Esta es una característica de una persona vencedora. Tiene que conocer la naturaleza de las cosas. De qué se trata este problema? Por qué estoy pasando por este problema?

Si nosotros queremos salir adelante en nuestra vida tenemos que aprender a analizar las situaciones de nuestra vida. Tenemos que penetrar y conocer a través de cada crisis. Es interesante que uno de los deportistas más sobresalientes del mundo es uno de mis deportistas favoritos. Es Lance Amstrong.

Yo soy ciclista. Entonces tenemos algo en común. El se hizo realmente famoso después de recuperarse del cáncer y ganar 5 Tours de Francia. En ciertas frases de su último libro “Cada Segundo cuenta” el dice: “si me dieran a escoger entre el cáncer y ganar el Tour de France me quedo con el cáncer” Déjenme explicar lo que quiere decir.

El cáncer le enseñó a el cuáles eran las verdaderas prioridades de su vida, cuál era el valor de la vida, cuál era el futuro que le podía deparar, que el tenía que dedicarse a una vida de servicio a la humanidad. El tenía que aprender a apreciar ciertos personas y a ciertos familiares. El tenía que apreciar el regalo del cuerpo físico. El aprendió mucho, principalmente en la actitud que la victoria no se encuentra en el confort.

El pudo recuperarse. Estaba un 40% de que iba a vivir y un 60% de que iba a morir. Así es que el empezó a tomar una actitud. Empezó a leer acerca del cáncer. Agarró los mejores doctores. Los mejores doctores para el no eran los que simplemente le decían: “tu tienes cáncer” sino aquellos doctores que conocían bien el problema del cáncer, que miraban la posibilidad de vencerlo. El se rodeo de esas personas y empezó a conocer cuáles son todos los detalles del cáncer. Y empezó a creer que el podía vencerlo y cada día el se levantaba. Y después de una sesión de quimioterapia el se sentía mal pero en vez de concentrarse en el sentimiento el se concentraba en que eso era necesario para el para salir adelante

Y empezó a ver eso tan doloroso como una posibilidad para salir de ahí más fuerte. Así es que el pudo vencer al fin y al cabo. Y cuando el regresa a competir algo milagroso ocurre. Su condición física después del cáncer era más fuerte que antes del cáncer. Hasta el día ha ganado 5 Tours de France. En el mes de julio va a competir por el sexto. Nunca nadie ha ganado 6 y jamás nadie, sobreviviente del cáncer, ha ganado un Tour de France.

Es importante conocer su problema. Es importante rodearnos con personas positivas. Es importante buscar la ayuda correcta. Esta mujer entendía eso.

Otra cosa que nosotros vemos es que una persona con una actitud de vencedora. Es irracionalmente insistente. Aunque las cosas le digan: ‘no es posible’, aunque las barreras le dicen: ‘No, no va a ocurrir’ la persona cree: ‘Tengo que hacer que esto ocurra. Va a ocurrir, voy a salir adelante. Mi matrimonio no tiene solución. No tiene más salidas. Tiene que haber una manera de cómo conquistarlo.”

Eso es creer en el Señor. Eso es saber que Dios está al lado tuyo. Y esta mujer estaba aprendiendo a tener esa actitud correcta.

Otra cosa que me llama la atención de esta mujer es que ella aprendió un nuevo lenguaje en su vida. Yo le llamo el “lenguaje del éxito”. Vea usted cómo conmigo este lenguaje, Este mensaje en el verso 26 dice: “La mujer era griega y fenicia de nacionalidad y le rogaba”. En el verso 28, después que Jesucristo le dijo prácticamente que no ella respondió: “Sí Señor pero aún los perríos debajo de la mesa comen de las migajas de los hijos.”

Y este es el lenguaje del éxito que aprende a poner ‘peros’ aquellos que te dicen: no es posible. Pero ella dijo: pero aún hay posibilidad. Y peleó con Jesús. Y peleó con la situación. Y la conquistó.

Jesucristo le dice: “Por esta palabra eso va a realizarse en tu vida”, por esa palabra que tu has dicho, por ese lenguaje que tu tienes, por esa mentalidad que tu tienes esto se va a realizar en tu vida. Yo te quiero decir algo, hermano. El cristianismo es acerca de un lenguaje; es el lenguaje de la fe y el lenguaje del éxito. No es un lenguaje que tiene una ausencia de problema y una ausencia de sufrimiento. Es un lenguaje que aprende a desafiar cualquier problema y cualquier situación.

Y le dice: Pero yo tengo un Dios más grande, un Dios más poderoso. Yo tengo un Dios sanador. Yo tengo un Dios transformador. Mi Dios es más grande que mi problema. Y ella lo conquistó. Ella logró esos resultados. Eso es lo que el Señor quiere

Cuál es tu necesidad? Cuál es tu problema? Dios no te tiene aquí para que resuelvas solo un problema. Te tiene para darte una actitud. El quiere darte la capacidad (digan conmigo: capacidad) de conquistar y vencer.

Cuál es tu necesidad? Cuál es tu desafío? Qué es aquello que tu necesitas vencer en este día? Eso es algo que queremos nosotros orar. Esta es la palabra que Dios trae con El. Tu tienes algo ahí que tu necesitas conquistar porque tu puedes hacer mejor de lo que tu ya eres.

Como iglesia ustedes tienen cosas grandes que aceptar.Estamos escuchando las noticias de un evento político que va a comenzar. Cuál va a ser su actitud? Ah, yo sabía que tarde o temprano . O te vas a parar y decir: no. Pero aún podemos vencer. Pero aún tenemos poder. En el nombre de Jesús vamos a hacer la diferencia. La historia todavía se está escribiendo. Hay una posibilidad para vencer porque Dios es el Dios que controla todo. Ahí es donde yo quiero hacer una oración.

Quiero que te imagines en este momento con esa situación que tu tienes cuál es esa necesidad que, si tu tuvieras a Cristo aquí de carne y hueso, le dirías: Señor, yo necesito esto en mi vida. Señor, yo necesito que trabajes en mi casa. Mi relación con mis hijos no está bien. Mi relación con mi esposa no está bien. Yo no estoy conforme. Señor, mi situación financiera cada vez va de mal en peor. Señor yo no estoy conforme con mi vida. Señor a mi me gustaría lograr tener una mejor educación. Me siento frustrado porque yo siempre tuve sueños y no los he podido realizar. Señor, mi situación legal también está mal. Señor, yo necesito tu ayuda. Señor, yo quisiera que en este estado de Massachussets que podamos tener Señor un estado mas saludable. Señor, yo quisiera que tu no pasaras estas penas. Qué tengo que hacer? Yo no me conformo con esta situación

Será que tu puedes ver a Jesús en ese momento? Que te dice: trabajemos. Yo voy a crear en ti una actitud y tu vas a crear una diferencia. Déjame trabajar en tu actitud y tu vas a crear el cambio. Me quiero unir contigo en esta situación y te quiero hacer una vencedora. Quiero ayudarte no solamente a que resuelvas un problema sino que seas un resolvedor de problemas; una persona que sea capaz de enfrentar cualquier situación y traspasar a través de la crisis y salir al otro lado y decir: he vencido! Porque Dios, porque Jesús, me ha ayudado.

Quiero orar por ti ahora ahí donde tu estás. Yo quisiera que levantaras tu mano. Manten apenas ahi. Yo quisiera en este momento, encomendarle la tarea de orar por este pueblo. Yo creo mucho en vuestro Pastor. El ora por ustedes. El los ama. Yo confío en la oración de un pastor que ama a su pueblo. Ahí donde tu estás, ponte de pie, sencillamente allí donde tu estés. Vuestro Pastor va a estar orando, yo voy a estar intercediendo por el.

Vamos a orar hermanos. Padre, no somos nosotros quienes resolvemos nuestros problemas - eres Tu en nosotros.

Es tu Espíritu Santo que como decía el sermón es un consolador y un fortalecedor. Así que Padre, en esta mañana nosotros nos plantamos en tu promesa y en tu fidelidad y decimos: fortalécenos. Nosotros ponemos a un lado las actitudes negativas, toda actitud de derrota, Señor, en el nombre de Jesús. Rehusamos conformarnos a nuestra situación y declaramos que todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Tu palabra dice que no hay nada imposible para Dios. Oh Señor nos revestimos de esa actitud.

Señor tu palabra dice que antes que estas cosas, somos más que vencedores. Aleluya. Más que vencedores, Señor. Padre nos enfocamos esta mañana en ese aspecto de tu palabra que dice que somos más que vencedores por medio de lo que Cristo ha hecho en la cruz del calvario.

Así que fuera toda actitud de derrota, fuera todo temor. Padre nos vestimos con la vestidura de la esperanza, del gozo, Señor, de la alabanza. Y te adoramos a ti Señor. Damos gracias al Señor. Tu fidelidad es grande.

10 mayo 2009

Mantenerse firme (Daniel 1:8)

Daniel 1:8 dice: “Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del Rey ni con el vino que el bebía y pidió por tanto al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse.

Y puso Dios a Daniel en gracia y en buena voluntad con el jefe de los eunucos. Y dijo el jefe de los eunucos a Daniel “temo a mi señor el rey que señaló vuestra comida y vuestra bebida pues luego que el vea vuestro rostro más pálido que el de los muchachos que son semejantes a vosotros, condenareis para con el rey mi cabeza”

Entonces dijo Daniel a Melzar que estaba puesto por el jefe de los eunucos sobre Daniel, Hananías, Mishael y Azarías, “te ruego que hagas la prueba con tus siervos por 10 días y nos den legumbres a comer y agua a beber. Compara luego nuestros rostros con los rostros de los muchachos que comen de la ración de la comida del rey y has después con tus siervos según veas.”

Consintió pues con ellos en esto y probó con ellos diez días, y al cabo de los diez días pareció el rostro de ellos mejor y más robusto que el de los otros muchachos que comían de la porción de la comida del rey.”

Hermanos, yo quiero compartir con ustedes uno de los personajes más ejemplares en la escritura, se trata del profeta Daniel. Daniel representa a alguno de los valores más hermosos de la escritura, y es un ejemplo para nosotros en este tiempo en que vivimos. La imagen de Daniel me vino mientras yo buscaba un tema apropiado para este tiempo en el que estamos viviendo en el estado de Massachussets.

Al mirar esta grafica ilustración que se está dando a través del matrimonio homosexual, cuán lejos la cultura norteamericana se ha apartado de los valores de la palabra de Dios.

Yo le decía a un reportero que me estuvo entrevistando ayer precisamente sobre cual era la postura nuestra con respecto al matrimonio homosexual, que nosotros no tenemos nada, como que hemos aislado la homosexualidad como pecado imperdonable. Sino que cuando vemos en la escritura Dios ha tratado la homosexualidad, o mejor dicho la escritura mira la homosexualidad como simplemente una ilustración del nivel de alejamiento al cual puede llegar la humanidad de Dios.

Si a mi me hubieran dicho hace cinco años que Massachussets estaría hoy preparándose para celebrar matrimonios homosexuales, yo, probablemente, aún sabiendo el corazón del hombre hubiera tenido dudas acerca de ello. Sin embargo hoy ese hecho, ese elemento es una realidad.

Y Daniel vivió en un contexto parecido al nuestro. Era un joven temeroso de Dios, judío que fue llevado a una nación que se revelaba contra todos los principios divinos.

Babilonia practicaba todos los pecados habidos y por haber. Babilonia se ve en la Biblia como la fuente de muchas abominaciones, ocultismo y astrología, adoración de dioses paganos, opresión de naciones y a un alejamiento general de los principios de Dios.

Y Daniel fue llevado a vivir en ese contexto. Y en un sentido el ilustra el estado de vivir insertado en un ambiente que es hostil a los valores que nosotros abrazamos. Y por eso es que para nosotros la figura de Daniel es importante en esta etapa que estamos viviendo.

Y para que entendamos que esto que nosotros estamos pasando no es nada extraño en la historia. La Iglesia siempre ha vivido insertada en un contexto de oposición a los valores del mundo.

Lo que nos dice la Palabra, una y otra vez, es que si nosotros nos mantenemos fieles a los principios del Señor siempre saldremos victoriosos.

Así que yo quiero que en esta tarde nosotros no solamente obtengamos un llamado a mantener firme nuestra fe sino que también nos veamos animados a seguir adelante manteniendo la mirada sobre el Señor.

¿Qué vemos en la figura de Daniel? ¿Qué tipo de hombre era Daniel? Primero, Daniel era un hombre de integridad. Integridad en el sentido de que se mantenía fiel a sus valores no importaba qué situación pudiera estar confrontando.

En el famoso pasaje del Foso de los Leones, cuando quisieron obligarlo a arrodillarse ante la estatua del rey, Daniel dijo “yo no adoro a ningún hombre y por lo tanto no puedo hacerlo.”

Y en este caso, en el que se le pedía que comiera una comida, probablemente sacrificada a ídolos, impura, conforme a las leyes hebreas, el prefirió no obedecer y comer simplemente legumbres.

Y eso es la integridad, la integridad es mantenernos fieles a los principios que sabemos que son verdaderos, no importa qué. Y si en algún momento nos salimos de esos principios, en vez de disfrazar nuestra acción en una manera que justifique lo que estamos haciendo, nuestra integridad nos vuelve a alinear con el propósito de la Palabra de Dios.

Y eso es lo que yo le decía a otra persona, que me entrevistaba este viernes pasado, me preguntaba si nosotros pensábamos que éramos mejor que las personas a quien estábamos criticando. Yo le decía, los Cristianos estamos concientes que todos estamos necesitados de la Gracia de Dios. La diferencia está en que cuando experimentamos los pecados y las tentaciones en vez de llamarlos otra cosa, los llamamos por lo que son y tratamos de mejorar nuestra vida.

El hombre se adicta, y experimenta ciertos pecados, y entonces pretende cambiar el nombre y mover la normas y decir no es pecado, pero Dios sabe que es todo lo contrario. Integridad quiere decir, adherirnos a una norma y mantenernos pegados a ella no importa qué pueda suceder. Daniel era un hombre de integridad, nos da lecciones de integridad.

Lo segundo que yo veo en la vida de Daniel, es que Daniel estuvo dispuesto a asumir posturas que no eran populares. En este mismo caso, por ejemplo, cuando Daniel y sus amigos dijeron “no vamos a comer de la comida del rey” Daniel corría el riesgo de que la gente pensara que este hombre no sabe jugar en equipo. Es un individualista, se cree mejor que nosotros. Está cuestionando nuestros valores.

Y yo creo también que podía ocurrir que eso afectara su carrera en el futuro porque él estaba siendo entrenado para ocupar un posición de alto nivel en el gobierno Babilónico. Y como en un ejército en donde algún soldado se muestra como reacio a seguir las normas y los valores de su ejército, Daniel corría el peligro de enajenar y ser señalado como una persona que no obedecía completamente, que era rebelde en su corazón. Pero Daniel entendió que el tenía que asumir esa postura porque su entendimiento de la ley de Dios lo demandaba. Y aunque no era popular, de todas maneras mantuvo su postura.

Y, hermanos, en este tiempo en que nosotros vivimos, nosotros tenemos que estar dispuestos a asumir posturas que no son populares. Nosotros vamos a ser un elemento de inquietud, vamos a ser un aguijón en la sensibilidad de la cultura moderna y particularmente en este estado.

Déjenme decirles que, en ese caso, estaremos en muy buena compañía, porque el Señor Jesucristo fue el primero que se mostró inquietante ante la cultura en la cual él vivió. Por eso entre muchas razones lo mataron.

Y tú, en tu escuela si eres un joven universitario o de high school, o si tu trabajas en una agencia social o eres maestro en una escuela, o profesor de universidad, o eres un médico que quizá no estés de acuerdo con el aborto u otras doctrinas que están predicando en este tiempo. Tu vas a tener que preguntarte a ti mismo: ¿voy a seguir la corriente o voy a mantenerme firme en lo que Dios me ha enseñado?

Yo aplaudo a esos seis juez de paz, no se si habrá más, que prefirieron entregar sus licencias antes que celebrar matrimonios homosexuales en Massachussets. Y aquí tenemos presente a uno de ellos, que es nuestra hermana Mary Santiago, que entregó su licencia de juez de paz antes de que se celebrara. Eso, quizá, no es popular pero, hermanos, nosotros tenemos que preguntarnos si vamos a ir con el fluir de la cultura o nos vamos a parar firmemente en la palabra de Dios.

La Palabra de Dios dice “resistid al diablo y huirá de vosotros.” Lo que la Iglesia siempre ha hecho a través de la historia, es pararse en su posición hasta que pase el día malo. Y habiendo pasado el día malo estar firme, eso es lo que dice la Palabra

Estás tú dispuesto a sufrir por Cristo en tu trabajo o dondequiera que sea? Joven universitario o de high school ¿estas tu dispuesto a comerte tu almuerzo solo en una esquinita de tu salón de almuerzos porque tus amigos te rechazan porque tienes una postura no popular?

Daniel asumió una postura no popular y recordó, mejor dicho, anticipó lo que dice la Palabra “no os conforméis a este siglo, sino transformaos mediante la renovación de vuestro entendimiento”. Daniel asumió posturas no populares.

Y a riesgo de mantenerme demasiado sobre este punto, se me ocurre algo que quiero señalar también. A menos que nosotros no estemos dispuestos a asumir posturas no populares, el poder de convencimiento del enemigo es más fuerte que nunca en la historia.

La humanidad tiene recursos como nunca antes para fortalecerse en sus motivaciones perversas. Solamente tenemos que ver los recursos tecnológicos que tienen los medios de comunicación a su disposición. Solo tenemos que ver los colores y los recursos técnicos que pueden usarse en las películas y la gran astucia que tienen los medios de comunicación para ir poco a poco cambiando el sentimiento de la cultura.

Y entonces, a menos que nosotros no estemos decididos y dispuestos a asumir posturas no populares, podemos caer en tantas trampas que han caído otras generaciones antes que nosotros en hacer cosas que no son de Dios.

Esta semana yo leía un libro, mi hija Abigail está haciendo un reporte sobre los jóvenes nazis, los "Hitler Youth" como se llamaban. Cuando usted mira cómo este país de Alemania, en un período de unos quince años, más o menos, fue totalmente hipnotizado por la figura demoníaca de un hombre y de un movimiento social. Y llevada a cometer atrocidades que hoy, sesenta años después, nos preguntamos cómo fue eso posible, los mismos alemanes se hacen la misma pregunta. Y cómo esta gente, uno de los pueblos más civilizados de la historia y más refinados en su sensibilidad, fueron llevados a hornear y a matar de hambre y a experimentar con millones y millones de seres humanos. Y uno se pregunta ¿cómo es posible que una sociedad perdiera la mente en esa manera?

Cuando miramos las atrocidades de la Inquisición española, cometidas en nombre de Jesucristo en el siglo XVI. Y cuando miramos las atrocidades cometidas por Japón durante la Segunda Guerra Mundial, y cómo esa nación también se metió en esa misma hipnosis maligna de destrucción y violencia. Entonces podemos entender, hermanos, que la mente humana es la cosa más maleable y más impresionable que existe.

El hombre, la sociedad pueden ser llevados a adoptar cualquier perversión concebidle si los estímulos correctos son aplicados en una forma sistemática y persistentes. Y, a menos que nosotros no resistamos esa influencia, poco a poco, vamos a ir desensibilizándonos y adoptando esas posturas. Porque la misma tendencia nuestra va a ser hacia buscar la comodidad.

Al hombre no le gusta estar en la posición de aislamiento, necesitamos el sentido de pertenencia, es uno de los instintos más poderosos que hay en la psiquis humana. Y, poco a poco, esa tendencia va a ser de abandonar, bajar las manos, de acomodarnos, de entrar en el fluir general, porque ahí hay más comodidad y más seguridad. Y, si no nos cuidamos comenzaremos a cuestionar la misma Palabra de Dios, como ya lo han hecho tantos Evangélicos con buenas intenciones pero dirigidos por el mal.

Así que, Daniel es un ejemplo para nosotros y nos dice: Está dispuesto a asumir posturas no populares porque se van a hacer muy populares en las filas del enemigo.

Y lo último que yo veo es que Daniel estuvo dispuesto a asumir grandes riesgos, a correr grandes riesgos y a sacrificar cosas importantes para él. Ya hemos señalado, estuvo dispuesto a sacrificar relaciones que el amaba y que eran importantes para él. Cuando el rey Nabucodonosor, que lo apreciaba muchísimo, y lo había puesto en una posición de altura, lo quería obligar a adorar su estatua, Daniel dijo: "Rey, no lo puedo hacer. Y Dios es poderoso para librarme del horno de fuego, y si no me libera, pues, 'Too bad'. Si tengo que sacrificar mi relación contigo, lo siento mucho". Vimos que Daniel estuvo dispuesto a sacrificar su carrera también por los valores del Reino de Dios. Y estuvo dispuesto a sacrificar aún la vida misma en el caso del Foso de los Leones y del Horno de Fuego.

¿Estamos dispuestos, nosotros, a sacrificar grandes cosas por el Señor, para honrar a Dios? ¿Estás tu dispuesto a perder tu vida por el Señor? ¿Estás tu dispuesto a perder tu trabajo por el Señor? ¿Estás tu dispuesto a perder una relación romántica por el Señor? ¿Estás tu dispuesto a sacrificar tu sentido de comodidad y tus sueños de éxito por los valores del Reino de Dios? Porque, con el paso del tiempo, eso va a ser menos teoría y más realidad en la vida de los hijos de Dios. Entones vemos esto, Daniel es un hombre ejemplar, un modelo que debemos seguir.

Ahora vamos a ver algunas cosas por las cuales Daniel es, además de eso, un modelo para hoy, para este tiempo específicamente en que estamos viviendo. Ya yo lo he dicho, vivimos en una cultura que es contraria a los valores del Reino de Dios. Y que las consecuencias de resistir esa cultura son serias. Como Daniel, estamos sujetos a gran presión para conformarnos a esa cultura.

Y tengo una palabra para los jóvenes también con respecto a esto. Jóvenes, ¿saben ustedes que el movimiento homosexual está muy confiado de que a la larga la victoria es de ellos? Y que las razones porque ellos piensan es que... Se han hecho encuestas que muestran que el 60% de los jóvenes hoy en día, incluye muchos jóvenes cristianos, piensan que la homosexualidad no es un problema, mientras que el 60% de los adultos y los ancianos piensan que la homosexualidad no es de Dios. Entonces, ellos no son tontos, y piensan que en 10 o 15 años, cuando ya nosotros estemos seis pies bajo tierra, ustedes van a tener control del gobierno y de la sociedad, y ellos no tienen nada de que preocuparse.

Jóvenes, yo quiero que en el nombre de Jesús, ustedes le prometan al Señor, ahora mismo, que ustedes se van a mantener firmes en su posición. Prométanle al Señor ahora mismo.

¿Qué le permitió a Daniel ejercer ese tipo de integridad?

Miren, numero uno: Daniel determinó honrar a Dios y mantenerse puro. Dice aquí en el versículo 8: "Daniel propuso en su corazón...". Eso esta hablando de una decisión previa, una decisión deliberada. Estamos diciendo que Daniel midió el pro y el contra y reflexionó sobre el asunto que le concernía. Daniel pensó "¿por qué comer?" o "¿por qué no comer de la comida del rey?". El midió las posibles consecuencias de un curso de acción o otro. Y entonces hizo una determinación moral, espiritual, emocional y dijo, "no lo voy a hacer".

Hermanos, nosotros tenemos que hacer una determinación previa. Nosotros tenemos que dejar de vivir la vida Cristiana por inercia. Dios aborrece la religiosidad genérica. Estos son tiempos para decidir si creemos o no creemos.

Estos son tiempos para adoptar una postura radical concerniente al Reino de Dios. Es tiempo para decir, como dijo Esther "Si perezco, que perezca". Es tiempo para nosotros decidir cómo vamos a vivir la vida Cristiana. Si tu estás apenas visitando la iglesia, o si llevas años y estás indeciso o indefinido, es tiempo que llegues a una postura de crisis y digas "no, yo voy a vivir la vida Cristiana al rojo vivo. Yo voy a honrar al Señor no importa qué. Yo voy a resistir las presiones del mundo. Yo voy a honrar al Señor con mi vida. Y voy a vivir una vida de excelencia espiritual“.

Porque si tu dejas que el mundo defina tus valores, incluyendo los valores espirituales el mundo va estar muy deseoso de hacerlo, a menos que tu previamente no hayas determinado qué tu quieres que llene esos espacios morales.

Joven, si tu no te defines, el mundo te va a definir. Cristiano, si tu no determinas cual es la visión que va a guiar tu vida, el mundo va a definir esa visión. Tenemos que decidirnos y entonces ir firmemente guiados por esa visión que hemos establecido en el nombre del Señor.

En segundo lugar, Daniel conocía la voluntad de Dios. Porque, para él saber que comer de esa comida era contrario a la voluntad de Dios, él primero conocía lo que decía la Palabra de Dios. El sabía que las Escrituras prohibían comer de comidas sacrificadas a ídolos. Si él no hubiera conocido las Escrituras se hubiera dejado arrastrar por simplemente el contexto en que él estaba.

Es decir, hermanos, nosotros tenemos que conocer la Palabra de Dios. Aún hay gente que se llama Cristiana, hoy en día, que está predicando doctrina del demonios. Hay gente que usted va a respetar y admirar, que le van a enseñar cosas que van a estar en contra de la Palabra del Señor. Y a menos que usted no se tome tiempo para investigar la Palabra de Dios por su cuenta, a menos que usted no se compenetre con el Espíritu de la Escritura, a menos que la visión, la cosmovisión de la Palabra no se meta en todos los poros de su vida de manera que usted pueda, instantánea e instintivamente, determinar lo que es de Dios y lo que no es de Dios, usted no podrá resistir muchas veces las sutiles adoctrinaciones y artimañas del enemigo.

El tiempo está llegando en que el Cristiano necesita casi discernir la Palabra de Dios por oído y no tanto por razón. Es decir que la Palabra de Dios se haya compenetrado tanto con nuestro ser, que nuestro espíritu mismo se ponga a tono con el Espíritu de Dios para ayudarnos a navegar los sutiles engaños que el Diablo ha establecido en este tiempo tan racional. Por eso es necesario conocer la Palabra de Dios, estudie la Palabra de Dios, conozca la Palabra de Dios.

Lo tercero, Daniel confió en la fidelidad de su Dios. Confió en las promesas del Señor. Tomo riesgos y puso a Dios a prueba. El eunuco que lo dirigía pensaba, "bueno, si este hombre no come de la comida del rey, se va a desnutrir y me van a cortar la cabeza a mi, porque soy responsable." Daniel dijo "ponnos a prueba, vamos a ver que pasa en 10 días", porque el confiaba que Dios era poderoso para nutrirlos sobrenaturalmente.

Una y otra vez, Daniel tomó grandes riesgos en su vida, confiando que Dios era poderoso para compensar cualquier deficiencia en la cual el cayera por servir y honrar al Señor.

Y mire, hermano, si tuviéramos tiempo, para mi es una de las lecciones más poderosas de toda la escritura.

Estamos nosotros dispuestos a ponernos en desventaja en nuestra vida una y otra vez, para honrar al señor?

Cuando tu llegas cansado del trabajo, un miércoles en la tarde, y afuera hace frió y ya son las cuatro de la tarde y está oscuro afuera, y tu Iglesia te está convocando para que vengas a la casa del Señor y lo adores en un servicio de mitad de semana. Y tu estas pensando que mañana por la mañana te tiene que levantar a las seis de la mañana y salir otra vez a esa calle fría. Tu tienes que hacer una decisión en ese momento. Tu tienes que preguntarte, ¿es Dios poderoso para compensar esa pérdida de descanso en la cual yo voy a caer, y mañana darme la fortaleza y el gozo para que yo pueda ni siquiera sentir la diferencia entre una cosa y la otra?.

Sabes lo que me guía muchas veces a hacer cosas que no están en mi descripción de trabajo, es el ejemplo de gente como Daniel, que me dice que si yo invierto mirando, que el Señor me va a honrar, yo se que El me va a dar las peticiones de mi corazón y va a compensar por cualquier falta.

Cuando tu le das al señor ese 10% de tu dinero, que te hace falta para pagar esto o para pagar lo otro, pero tu dices, "no, me voy a poner en desventaja, y yo se que Dios es poderoso para cumplir con su promesa”.

Cuando tu decides dejar a ese novio que tu sabes en tu corazón que es contrario a los valores del Reino de Dios y tu dices, "bueno, ¿y qué pasa si me quedo soltera toda la vida, y pierdo mi última oportunidad?", pero tu decides honrar al Señor de todas maneras, y tu confías en que el Señor es fiel para proveerte.

¡Oh! hermano, no estamos hablando de imágenes poéticas, estamos hablando de cosas que tienen impacto cada día, cada momento en decisiones que hacemos 24 horas al día en nuestra vida. Ese es el principio que dice que si yo me pongo en desventaja mi Dios es poderoso para compensar cualquier falta en mi vida. Si yo busco primeramente el Reino de Dios, las demás cosas me serán añadidas. Y ese principio de tomar grandes riesgos en el nombre del Señor, ponerlo en prueba y saber que Dios va a salir adelante.

Lo último que Daniel hizo, fue que se asoció con otros que creían como el. Buscó la afirmación que viene de vivir en comunidad con otros creyentes. Hubo otros amigos de el que tomaron la misma decisión porque se fortalecieron juntos en el propósito de ser fieles al señor. Ese es el principio detrás de la Iglesia. Para nosotros poder vivir los valores del Reino de Dios, tenemos que permanecer juntos, ¿entienden?

Una braza sola se enfría y se apaga en un instante. Pero una braza unida a cientos de otras brazas se calientan mutuamente y mantienen la energía o el nivel de temperatura bien alto y pueden mantenerse ardiendo por mucho tiempo. Nosotros, unidos en el espíritu y en fe, y gozando de comunión unos con los otros, podemos mantenernos firmes en el propósito de ser fieles al Señor en medio de la adversidad. Tu y yo nos necesitamos. Necesitamos la Iglesia de Jesucristo.

Tu no puedes ser fiel al Señor, en este tiempo, viviendo como un llanero solitario, viendo programas de televisión mientras comes cereal, viendo a un evangelista de televisión. Tu necesitas el calor, y el estímulo, y el respaldo de tus hermanos.

Por eso te digo, sigue buscando al Señor en el contexto de una comunidad espiritual. Busca dos o tres hombres y mujeres como tu, que están deseando vivir una vida de excelencia para el Señor. Mantente pegado al Cuerpo de Jesucristo porque eso te va a dar ánimo en medio de la dificultad. Y no quiere decir que nos aislemos, y que no tengamos contacto con el mundo, entiéndanme. Porque necesitamos ser sal, y la sal tiene que estar insertada en el cuerpo que va a salar. Pero lo que estamos diciendo es que nuestros mejores afectos, y nuestra relaciones más intimas deben ser con gente que tenga los mismos valores y la misma fe que nosotros. El contexto de donde derivemos nuestras satisfacciones y nuestros goces, debe ser uno que comparta los valores del Reino de Dios. No dejemos de congregarnos.

Entonces, hermanos, ahí tenemos Daniel, es un hombre ejemplar para nosotros. Tomó riesgos, puso a Dios a prueba. Confió en la fidelidad del Señor, y buscó a otros que lo animaran en su fe y en su búsqueda. No tubo temor de asumir posturas no populares. Y determinó en su corazón ser fiel al señor.

¿Te gustaría a ti hacer un propósito en este día, de vivir en ese nivel de excelencia?

En el Nombre del Señor. Si tu quieres vivir conforme a esos valores, si quieres adoptar esos valores, y vamos a determinar vivir a ese nivel de excelencia.

Gracias Señor, Gracias Señor, te adoramos, te adoramos. Toma un momento para medir el costo.

Y vamos a pedirle perdón al Señor por nuestra indiferencia y nuestra mediocridad. Y determinemos vivir una vida de excelencia y de firmeza. Gracias señor.

Padre nosotros creemos que tu nos llamas a vivir a la altura de un Hombre como Daniel. En esta tarde, Señor, nosotros abrazamos esa visión de excelencia. Y pedimos perdón porque muchas veces no hemos vivido a ese nivel. Pero hoy, Señor, determinamos de nuevo honrarte a ti antes que a los hombres. Danos el poder. Derrama el Espíritu Santo sobre nosotros. Y déjanos ser luminarias. Ayúdanos a alumbrar este mundo cada día más sumido en las tinieblas.

Y declaramos Señor, que tu eres fiel. Tu honrarás a los que te honran. Gracias Padre, estamos firmes en ti Señor, gracias Jesús.