10 mayo 2009

Mantenerse firme (Daniel 1:8)

Daniel 1:8 dice: “Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del Rey ni con el vino que el bebía y pidió por tanto al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse.

Y puso Dios a Daniel en gracia y en buena voluntad con el jefe de los eunucos. Y dijo el jefe de los eunucos a Daniel “temo a mi señor el rey que señaló vuestra comida y vuestra bebida pues luego que el vea vuestro rostro más pálido que el de los muchachos que son semejantes a vosotros, condenareis para con el rey mi cabeza”

Entonces dijo Daniel a Melzar que estaba puesto por el jefe de los eunucos sobre Daniel, Hananías, Mishael y Azarías, “te ruego que hagas la prueba con tus siervos por 10 días y nos den legumbres a comer y agua a beber. Compara luego nuestros rostros con los rostros de los muchachos que comen de la ración de la comida del rey y has después con tus siervos según veas.”

Consintió pues con ellos en esto y probó con ellos diez días, y al cabo de los diez días pareció el rostro de ellos mejor y más robusto que el de los otros muchachos que comían de la porción de la comida del rey.”

Hermanos, yo quiero compartir con ustedes uno de los personajes más ejemplares en la escritura, se trata del profeta Daniel. Daniel representa a alguno de los valores más hermosos de la escritura, y es un ejemplo para nosotros en este tiempo en que vivimos. La imagen de Daniel me vino mientras yo buscaba un tema apropiado para este tiempo en el que estamos viviendo en el estado de Massachussets.

Al mirar esta grafica ilustración que se está dando a través del matrimonio homosexual, cuán lejos la cultura norteamericana se ha apartado de los valores de la palabra de Dios.

Yo le decía a un reportero que me estuvo entrevistando ayer precisamente sobre cual era la postura nuestra con respecto al matrimonio homosexual, que nosotros no tenemos nada, como que hemos aislado la homosexualidad como pecado imperdonable. Sino que cuando vemos en la escritura Dios ha tratado la homosexualidad, o mejor dicho la escritura mira la homosexualidad como simplemente una ilustración del nivel de alejamiento al cual puede llegar la humanidad de Dios.

Si a mi me hubieran dicho hace cinco años que Massachussets estaría hoy preparándose para celebrar matrimonios homosexuales, yo, probablemente, aún sabiendo el corazón del hombre hubiera tenido dudas acerca de ello. Sin embargo hoy ese hecho, ese elemento es una realidad.

Y Daniel vivió en un contexto parecido al nuestro. Era un joven temeroso de Dios, judío que fue llevado a una nación que se revelaba contra todos los principios divinos.

Babilonia practicaba todos los pecados habidos y por haber. Babilonia se ve en la Biblia como la fuente de muchas abominaciones, ocultismo y astrología, adoración de dioses paganos, opresión de naciones y a un alejamiento general de los principios de Dios.

Y Daniel fue llevado a vivir en ese contexto. Y en un sentido el ilustra el estado de vivir insertado en un ambiente que es hostil a los valores que nosotros abrazamos. Y por eso es que para nosotros la figura de Daniel es importante en esta etapa que estamos viviendo.

Y para que entendamos que esto que nosotros estamos pasando no es nada extraño en la historia. La Iglesia siempre ha vivido insertada en un contexto de oposición a los valores del mundo.

Lo que nos dice la Palabra, una y otra vez, es que si nosotros nos mantenemos fieles a los principios del Señor siempre saldremos victoriosos.

Así que yo quiero que en esta tarde nosotros no solamente obtengamos un llamado a mantener firme nuestra fe sino que también nos veamos animados a seguir adelante manteniendo la mirada sobre el Señor.

¿Qué vemos en la figura de Daniel? ¿Qué tipo de hombre era Daniel? Primero, Daniel era un hombre de integridad. Integridad en el sentido de que se mantenía fiel a sus valores no importaba qué situación pudiera estar confrontando.

En el famoso pasaje del Foso de los Leones, cuando quisieron obligarlo a arrodillarse ante la estatua del rey, Daniel dijo “yo no adoro a ningún hombre y por lo tanto no puedo hacerlo.”

Y en este caso, en el que se le pedía que comiera una comida, probablemente sacrificada a ídolos, impura, conforme a las leyes hebreas, el prefirió no obedecer y comer simplemente legumbres.

Y eso es la integridad, la integridad es mantenernos fieles a los principios que sabemos que son verdaderos, no importa qué. Y si en algún momento nos salimos de esos principios, en vez de disfrazar nuestra acción en una manera que justifique lo que estamos haciendo, nuestra integridad nos vuelve a alinear con el propósito de la Palabra de Dios.

Y eso es lo que yo le decía a otra persona, que me entrevistaba este viernes pasado, me preguntaba si nosotros pensábamos que éramos mejor que las personas a quien estábamos criticando. Yo le decía, los Cristianos estamos concientes que todos estamos necesitados de la Gracia de Dios. La diferencia está en que cuando experimentamos los pecados y las tentaciones en vez de llamarlos otra cosa, los llamamos por lo que son y tratamos de mejorar nuestra vida.

El hombre se adicta, y experimenta ciertos pecados, y entonces pretende cambiar el nombre y mover la normas y decir no es pecado, pero Dios sabe que es todo lo contrario. Integridad quiere decir, adherirnos a una norma y mantenernos pegados a ella no importa qué pueda suceder. Daniel era un hombre de integridad, nos da lecciones de integridad.

Lo segundo que yo veo en la vida de Daniel, es que Daniel estuvo dispuesto a asumir posturas que no eran populares. En este mismo caso, por ejemplo, cuando Daniel y sus amigos dijeron “no vamos a comer de la comida del rey” Daniel corría el riesgo de que la gente pensara que este hombre no sabe jugar en equipo. Es un individualista, se cree mejor que nosotros. Está cuestionando nuestros valores.

Y yo creo también que podía ocurrir que eso afectara su carrera en el futuro porque él estaba siendo entrenado para ocupar un posición de alto nivel en el gobierno Babilónico. Y como en un ejército en donde algún soldado se muestra como reacio a seguir las normas y los valores de su ejército, Daniel corría el peligro de enajenar y ser señalado como una persona que no obedecía completamente, que era rebelde en su corazón. Pero Daniel entendió que el tenía que asumir esa postura porque su entendimiento de la ley de Dios lo demandaba. Y aunque no era popular, de todas maneras mantuvo su postura.

Y, hermanos, en este tiempo en que nosotros vivimos, nosotros tenemos que estar dispuestos a asumir posturas que no son populares. Nosotros vamos a ser un elemento de inquietud, vamos a ser un aguijón en la sensibilidad de la cultura moderna y particularmente en este estado.

Déjenme decirles que, en ese caso, estaremos en muy buena compañía, porque el Señor Jesucristo fue el primero que se mostró inquietante ante la cultura en la cual él vivió. Por eso entre muchas razones lo mataron.

Y tú, en tu escuela si eres un joven universitario o de high school, o si tu trabajas en una agencia social o eres maestro en una escuela, o profesor de universidad, o eres un médico que quizá no estés de acuerdo con el aborto u otras doctrinas que están predicando en este tiempo. Tu vas a tener que preguntarte a ti mismo: ¿voy a seguir la corriente o voy a mantenerme firme en lo que Dios me ha enseñado?

Yo aplaudo a esos seis juez de paz, no se si habrá más, que prefirieron entregar sus licencias antes que celebrar matrimonios homosexuales en Massachussets. Y aquí tenemos presente a uno de ellos, que es nuestra hermana Mary Santiago, que entregó su licencia de juez de paz antes de que se celebrara. Eso, quizá, no es popular pero, hermanos, nosotros tenemos que preguntarnos si vamos a ir con el fluir de la cultura o nos vamos a parar firmemente en la palabra de Dios.

La Palabra de Dios dice “resistid al diablo y huirá de vosotros.” Lo que la Iglesia siempre ha hecho a través de la historia, es pararse en su posición hasta que pase el día malo. Y habiendo pasado el día malo estar firme, eso es lo que dice la Palabra

Estás tú dispuesto a sufrir por Cristo en tu trabajo o dondequiera que sea? Joven universitario o de high school ¿estas tu dispuesto a comerte tu almuerzo solo en una esquinita de tu salón de almuerzos porque tus amigos te rechazan porque tienes una postura no popular?

Daniel asumió una postura no popular y recordó, mejor dicho, anticipó lo que dice la Palabra “no os conforméis a este siglo, sino transformaos mediante la renovación de vuestro entendimiento”. Daniel asumió posturas no populares.

Y a riesgo de mantenerme demasiado sobre este punto, se me ocurre algo que quiero señalar también. A menos que nosotros no estemos dispuestos a asumir posturas no populares, el poder de convencimiento del enemigo es más fuerte que nunca en la historia.

La humanidad tiene recursos como nunca antes para fortalecerse en sus motivaciones perversas. Solamente tenemos que ver los recursos tecnológicos que tienen los medios de comunicación a su disposición. Solo tenemos que ver los colores y los recursos técnicos que pueden usarse en las películas y la gran astucia que tienen los medios de comunicación para ir poco a poco cambiando el sentimiento de la cultura.

Y entonces, a menos que nosotros no estemos decididos y dispuestos a asumir posturas no populares, podemos caer en tantas trampas que han caído otras generaciones antes que nosotros en hacer cosas que no son de Dios.

Esta semana yo leía un libro, mi hija Abigail está haciendo un reporte sobre los jóvenes nazis, los "Hitler Youth" como se llamaban. Cuando usted mira cómo este país de Alemania, en un período de unos quince años, más o menos, fue totalmente hipnotizado por la figura demoníaca de un hombre y de un movimiento social. Y llevada a cometer atrocidades que hoy, sesenta años después, nos preguntamos cómo fue eso posible, los mismos alemanes se hacen la misma pregunta. Y cómo esta gente, uno de los pueblos más civilizados de la historia y más refinados en su sensibilidad, fueron llevados a hornear y a matar de hambre y a experimentar con millones y millones de seres humanos. Y uno se pregunta ¿cómo es posible que una sociedad perdiera la mente en esa manera?

Cuando miramos las atrocidades de la Inquisición española, cometidas en nombre de Jesucristo en el siglo XVI. Y cuando miramos las atrocidades cometidas por Japón durante la Segunda Guerra Mundial, y cómo esa nación también se metió en esa misma hipnosis maligna de destrucción y violencia. Entonces podemos entender, hermanos, que la mente humana es la cosa más maleable y más impresionable que existe.

El hombre, la sociedad pueden ser llevados a adoptar cualquier perversión concebidle si los estímulos correctos son aplicados en una forma sistemática y persistentes. Y, a menos que nosotros no resistamos esa influencia, poco a poco, vamos a ir desensibilizándonos y adoptando esas posturas. Porque la misma tendencia nuestra va a ser hacia buscar la comodidad.

Al hombre no le gusta estar en la posición de aislamiento, necesitamos el sentido de pertenencia, es uno de los instintos más poderosos que hay en la psiquis humana. Y, poco a poco, esa tendencia va a ser de abandonar, bajar las manos, de acomodarnos, de entrar en el fluir general, porque ahí hay más comodidad y más seguridad. Y, si no nos cuidamos comenzaremos a cuestionar la misma Palabra de Dios, como ya lo han hecho tantos Evangélicos con buenas intenciones pero dirigidos por el mal.

Así que, Daniel es un ejemplo para nosotros y nos dice: Está dispuesto a asumir posturas no populares porque se van a hacer muy populares en las filas del enemigo.

Y lo último que yo veo es que Daniel estuvo dispuesto a asumir grandes riesgos, a correr grandes riesgos y a sacrificar cosas importantes para él. Ya hemos señalado, estuvo dispuesto a sacrificar relaciones que el amaba y que eran importantes para él. Cuando el rey Nabucodonosor, que lo apreciaba muchísimo, y lo había puesto en una posición de altura, lo quería obligar a adorar su estatua, Daniel dijo: "Rey, no lo puedo hacer. Y Dios es poderoso para librarme del horno de fuego, y si no me libera, pues, 'Too bad'. Si tengo que sacrificar mi relación contigo, lo siento mucho". Vimos que Daniel estuvo dispuesto a sacrificar su carrera también por los valores del Reino de Dios. Y estuvo dispuesto a sacrificar aún la vida misma en el caso del Foso de los Leones y del Horno de Fuego.

¿Estamos dispuestos, nosotros, a sacrificar grandes cosas por el Señor, para honrar a Dios? ¿Estás tu dispuesto a perder tu vida por el Señor? ¿Estás tu dispuesto a perder tu trabajo por el Señor? ¿Estás tu dispuesto a perder una relación romántica por el Señor? ¿Estás tu dispuesto a sacrificar tu sentido de comodidad y tus sueños de éxito por los valores del Reino de Dios? Porque, con el paso del tiempo, eso va a ser menos teoría y más realidad en la vida de los hijos de Dios. Entones vemos esto, Daniel es un hombre ejemplar, un modelo que debemos seguir.

Ahora vamos a ver algunas cosas por las cuales Daniel es, además de eso, un modelo para hoy, para este tiempo específicamente en que estamos viviendo. Ya yo lo he dicho, vivimos en una cultura que es contraria a los valores del Reino de Dios. Y que las consecuencias de resistir esa cultura son serias. Como Daniel, estamos sujetos a gran presión para conformarnos a esa cultura.

Y tengo una palabra para los jóvenes también con respecto a esto. Jóvenes, ¿saben ustedes que el movimiento homosexual está muy confiado de que a la larga la victoria es de ellos? Y que las razones porque ellos piensan es que... Se han hecho encuestas que muestran que el 60% de los jóvenes hoy en día, incluye muchos jóvenes cristianos, piensan que la homosexualidad no es un problema, mientras que el 60% de los adultos y los ancianos piensan que la homosexualidad no es de Dios. Entonces, ellos no son tontos, y piensan que en 10 o 15 años, cuando ya nosotros estemos seis pies bajo tierra, ustedes van a tener control del gobierno y de la sociedad, y ellos no tienen nada de que preocuparse.

Jóvenes, yo quiero que en el nombre de Jesús, ustedes le prometan al Señor, ahora mismo, que ustedes se van a mantener firmes en su posición. Prométanle al Señor ahora mismo.

¿Qué le permitió a Daniel ejercer ese tipo de integridad?

Miren, numero uno: Daniel determinó honrar a Dios y mantenerse puro. Dice aquí en el versículo 8: "Daniel propuso en su corazón...". Eso esta hablando de una decisión previa, una decisión deliberada. Estamos diciendo que Daniel midió el pro y el contra y reflexionó sobre el asunto que le concernía. Daniel pensó "¿por qué comer?" o "¿por qué no comer de la comida del rey?". El midió las posibles consecuencias de un curso de acción o otro. Y entonces hizo una determinación moral, espiritual, emocional y dijo, "no lo voy a hacer".

Hermanos, nosotros tenemos que hacer una determinación previa. Nosotros tenemos que dejar de vivir la vida Cristiana por inercia. Dios aborrece la religiosidad genérica. Estos son tiempos para decidir si creemos o no creemos.

Estos son tiempos para adoptar una postura radical concerniente al Reino de Dios. Es tiempo para decir, como dijo Esther "Si perezco, que perezca". Es tiempo para nosotros decidir cómo vamos a vivir la vida Cristiana. Si tu estás apenas visitando la iglesia, o si llevas años y estás indeciso o indefinido, es tiempo que llegues a una postura de crisis y digas "no, yo voy a vivir la vida Cristiana al rojo vivo. Yo voy a honrar al Señor no importa qué. Yo voy a resistir las presiones del mundo. Yo voy a honrar al Señor con mi vida. Y voy a vivir una vida de excelencia espiritual“.

Porque si tu dejas que el mundo defina tus valores, incluyendo los valores espirituales el mundo va estar muy deseoso de hacerlo, a menos que tu previamente no hayas determinado qué tu quieres que llene esos espacios morales.

Joven, si tu no te defines, el mundo te va a definir. Cristiano, si tu no determinas cual es la visión que va a guiar tu vida, el mundo va a definir esa visión. Tenemos que decidirnos y entonces ir firmemente guiados por esa visión que hemos establecido en el nombre del Señor.

En segundo lugar, Daniel conocía la voluntad de Dios. Porque, para él saber que comer de esa comida era contrario a la voluntad de Dios, él primero conocía lo que decía la Palabra de Dios. El sabía que las Escrituras prohibían comer de comidas sacrificadas a ídolos. Si él no hubiera conocido las Escrituras se hubiera dejado arrastrar por simplemente el contexto en que él estaba.

Es decir, hermanos, nosotros tenemos que conocer la Palabra de Dios. Aún hay gente que se llama Cristiana, hoy en día, que está predicando doctrina del demonios. Hay gente que usted va a respetar y admirar, que le van a enseñar cosas que van a estar en contra de la Palabra del Señor. Y a menos que usted no se tome tiempo para investigar la Palabra de Dios por su cuenta, a menos que usted no se compenetre con el Espíritu de la Escritura, a menos que la visión, la cosmovisión de la Palabra no se meta en todos los poros de su vida de manera que usted pueda, instantánea e instintivamente, determinar lo que es de Dios y lo que no es de Dios, usted no podrá resistir muchas veces las sutiles adoctrinaciones y artimañas del enemigo.

El tiempo está llegando en que el Cristiano necesita casi discernir la Palabra de Dios por oído y no tanto por razón. Es decir que la Palabra de Dios se haya compenetrado tanto con nuestro ser, que nuestro espíritu mismo se ponga a tono con el Espíritu de Dios para ayudarnos a navegar los sutiles engaños que el Diablo ha establecido en este tiempo tan racional. Por eso es necesario conocer la Palabra de Dios, estudie la Palabra de Dios, conozca la Palabra de Dios.

Lo tercero, Daniel confió en la fidelidad de su Dios. Confió en las promesas del Señor. Tomo riesgos y puso a Dios a prueba. El eunuco que lo dirigía pensaba, "bueno, si este hombre no come de la comida del rey, se va a desnutrir y me van a cortar la cabeza a mi, porque soy responsable." Daniel dijo "ponnos a prueba, vamos a ver que pasa en 10 días", porque el confiaba que Dios era poderoso para nutrirlos sobrenaturalmente.

Una y otra vez, Daniel tomó grandes riesgos en su vida, confiando que Dios era poderoso para compensar cualquier deficiencia en la cual el cayera por servir y honrar al Señor.

Y mire, hermano, si tuviéramos tiempo, para mi es una de las lecciones más poderosas de toda la escritura.

Estamos nosotros dispuestos a ponernos en desventaja en nuestra vida una y otra vez, para honrar al señor?

Cuando tu llegas cansado del trabajo, un miércoles en la tarde, y afuera hace frió y ya son las cuatro de la tarde y está oscuro afuera, y tu Iglesia te está convocando para que vengas a la casa del Señor y lo adores en un servicio de mitad de semana. Y tu estas pensando que mañana por la mañana te tiene que levantar a las seis de la mañana y salir otra vez a esa calle fría. Tu tienes que hacer una decisión en ese momento. Tu tienes que preguntarte, ¿es Dios poderoso para compensar esa pérdida de descanso en la cual yo voy a caer, y mañana darme la fortaleza y el gozo para que yo pueda ni siquiera sentir la diferencia entre una cosa y la otra?.

Sabes lo que me guía muchas veces a hacer cosas que no están en mi descripción de trabajo, es el ejemplo de gente como Daniel, que me dice que si yo invierto mirando, que el Señor me va a honrar, yo se que El me va a dar las peticiones de mi corazón y va a compensar por cualquier falta.

Cuando tu le das al señor ese 10% de tu dinero, que te hace falta para pagar esto o para pagar lo otro, pero tu dices, "no, me voy a poner en desventaja, y yo se que Dios es poderoso para cumplir con su promesa”.

Cuando tu decides dejar a ese novio que tu sabes en tu corazón que es contrario a los valores del Reino de Dios y tu dices, "bueno, ¿y qué pasa si me quedo soltera toda la vida, y pierdo mi última oportunidad?", pero tu decides honrar al Señor de todas maneras, y tu confías en que el Señor es fiel para proveerte.

¡Oh! hermano, no estamos hablando de imágenes poéticas, estamos hablando de cosas que tienen impacto cada día, cada momento en decisiones que hacemos 24 horas al día en nuestra vida. Ese es el principio que dice que si yo me pongo en desventaja mi Dios es poderoso para compensar cualquier falta en mi vida. Si yo busco primeramente el Reino de Dios, las demás cosas me serán añadidas. Y ese principio de tomar grandes riesgos en el nombre del Señor, ponerlo en prueba y saber que Dios va a salir adelante.

Lo último que Daniel hizo, fue que se asoció con otros que creían como el. Buscó la afirmación que viene de vivir en comunidad con otros creyentes. Hubo otros amigos de el que tomaron la misma decisión porque se fortalecieron juntos en el propósito de ser fieles al señor. Ese es el principio detrás de la Iglesia. Para nosotros poder vivir los valores del Reino de Dios, tenemos que permanecer juntos, ¿entienden?

Una braza sola se enfría y se apaga en un instante. Pero una braza unida a cientos de otras brazas se calientan mutuamente y mantienen la energía o el nivel de temperatura bien alto y pueden mantenerse ardiendo por mucho tiempo. Nosotros, unidos en el espíritu y en fe, y gozando de comunión unos con los otros, podemos mantenernos firmes en el propósito de ser fieles al Señor en medio de la adversidad. Tu y yo nos necesitamos. Necesitamos la Iglesia de Jesucristo.

Tu no puedes ser fiel al Señor, en este tiempo, viviendo como un llanero solitario, viendo programas de televisión mientras comes cereal, viendo a un evangelista de televisión. Tu necesitas el calor, y el estímulo, y el respaldo de tus hermanos.

Por eso te digo, sigue buscando al Señor en el contexto de una comunidad espiritual. Busca dos o tres hombres y mujeres como tu, que están deseando vivir una vida de excelencia para el Señor. Mantente pegado al Cuerpo de Jesucristo porque eso te va a dar ánimo en medio de la dificultad. Y no quiere decir que nos aislemos, y que no tengamos contacto con el mundo, entiéndanme. Porque necesitamos ser sal, y la sal tiene que estar insertada en el cuerpo que va a salar. Pero lo que estamos diciendo es que nuestros mejores afectos, y nuestra relaciones más intimas deben ser con gente que tenga los mismos valores y la misma fe que nosotros. El contexto de donde derivemos nuestras satisfacciones y nuestros goces, debe ser uno que comparta los valores del Reino de Dios. No dejemos de congregarnos.

Entonces, hermanos, ahí tenemos Daniel, es un hombre ejemplar para nosotros. Tomó riesgos, puso a Dios a prueba. Confió en la fidelidad del Señor, y buscó a otros que lo animaran en su fe y en su búsqueda. No tubo temor de asumir posturas no populares. Y determinó en su corazón ser fiel al señor.

¿Te gustaría a ti hacer un propósito en este día, de vivir en ese nivel de excelencia?

En el Nombre del Señor. Si tu quieres vivir conforme a esos valores, si quieres adoptar esos valores, y vamos a determinar vivir a ese nivel de excelencia.

Gracias Señor, Gracias Señor, te adoramos, te adoramos. Toma un momento para medir el costo.

Y vamos a pedirle perdón al Señor por nuestra indiferencia y nuestra mediocridad. Y determinemos vivir una vida de excelencia y de firmeza. Gracias señor.

Padre nosotros creemos que tu nos llamas a vivir a la altura de un Hombre como Daniel. En esta tarde, Señor, nosotros abrazamos esa visión de excelencia. Y pedimos perdón porque muchas veces no hemos vivido a ese nivel. Pero hoy, Señor, determinamos de nuevo honrarte a ti antes que a los hombres. Danos el poder. Derrama el Espíritu Santo sobre nosotros. Y déjanos ser luminarias. Ayúdanos a alumbrar este mundo cada día más sumido en las tinieblas.

Y declaramos Señor, que tu eres fiel. Tu honrarás a los que te honran. Gracias Padre, estamos firmes en ti Señor, gracias Jesús.

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