28 junio 2009

María

Evangelio según San Lucas, allí en el Capítulo 1 tenemos un pasaje que es bien conocido y en este época navideña cabe bien tomar momentos para recordar los eventos, recordar los detalles, recordar los aspectos del relato navideño.

En el versículo 26, Lucas, Capítulo 1, dice la palabra del Señor: “... al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazareth, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David, y el nombre de la virgen era María y entrando el ángel donde ella estaba dijo: “salve, muy favorecida, el Señor es contigo, bendita tu entre las mujeres”. Más ella cuando le vio se turbó por sus palabras y pensaba qué salutación sería esta. Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios y ahora concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, llamarás su nombre Jesús. Este será grande y será llamado hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre. Y reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin. Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto?, porque no conozco varón, respondiendo el ángel, le dijo: “El espíritu santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra, por lo cual también el santo ser que nacerá será llamado hijo de Dios y he aquí tu parienta, Elizabeth, ella también ha concebido hijo en su vejez, y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril, porque nada hay imposible para Dios. Entonces María dijo: “He aquí la sierva del Señor, hágase conmigo conforme a tu palabra”, y el ángel se fue de su presencia.” Señor bendiga su santa palabra.

Me propongo una meta sencilla en esta tarde y es recordarnos a todos, incluyéndome a mi mismo, los aspectos principales de lo que es la encarnación, la venida de Jesús al mundo, por qué las cosas fueron como fueron, por qué estos detalles que nos provee el escritor Lucas y qué significado tenían en términos del plan total que Dios tenía para con la humanidad. Lucas es uno de mis libros favoritos y de los 4 Evangelios yo diría que es el que más me llena, aunque cada uno de ellos tiene su belleza y tiene su mensaje especial, pero Lucas tiene una particularidad que fue escrito por un historiador, un hombre que le gustaba el estudio de la historia y que se propuso registrar los eventos del nacimiento de Jesús tal y como sucedieron a fin de que no se perdieran con el tiempo, y lo hizo con un propósito muy especial asimismo, de registrar eventos y detalles en una manera escueta y confiable. Y hay detalles que tienen el sabor de un relato histórico, pero más que historia Lucas es también un libro que declara los misterios de por qué sucedieron las cosas en las manera en que Dios las hizo suceder. No es solamente historia por el mero interés intelectual, sino que tiene también un significado profundamente espiritual para nosotros. Y en Navidad es importante que nosotros volvamos otra vez a recordarnos que navidad es sobre todo esos eventos espirituales, esos eventos que tratan de la relación entre Dios y el hombre, porque es tan fácil olvidarnos, en todo el ajetreo de comprarnos los regalos y de preparar la casa para las visitas de los familiares y todo esto, olvidarnos de que hay toda una trama espiritual muy profunda y que Dios estaba haciendo cosas misteriosísimas cuando hizo nacer a su hijo Jesucristo en el mundo.

Y este relato, aquí este pasaje que nosotros acabamos de leer, tiene muchos elementos que conviene estudiar para poder entender mejor, qué es lo que Dios estaba haciendo a través de esta situación y lo yo voy a ir atravesando así, línea por línea, o concepto por concepto.

Dice aquí que el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazareth a una virgen desposada con un varón que se llamaba José. Lo primero que me impacta es el nombre y el personaje que le trae a María la noticia de que va a tener un hijo, es Gabriel, y Gabriel es un personaje misterioso, es un ángel evidentemente, un arcángel más bien, de un alto rango y una alta dignidad en la jerarquía angelical.

La primera vez que Gabriel aparece en la Biblia lo vemos en el libro de Daniel hablándole a Daniel, y trayéndole revelación acerca de los eventos que han de suceder al final de los tiempos. Y luego vemos a Gabriel anunciándole a Elizabeth que va a tener un hijo también, que se va a llamar Juan y que va a ser un precursor de Jesús, va a ser un heraldo del Mesías que ha de venir. Y Gabriel se identifica allí, ante Elizabeth, como “yo soy Gabriel, el que está delante de Dios”, y evidentemente Gabriel está aludiendo de esa manera a su función muy especial, parece que Gabriel era un arcángel que tenía un privilegio especial, de estar ante la presencia del Señor y de ser usado para misiones muy grandes y muy poderosas y desde ese momento nosotros podemos entender que no estamos bregando con un relato más en la historia de las Escrituras, sino que se trata de algo muy especial y de gran envergadura que tiene que ver con el plan de Dios a través de la historia.

Vemos entonces a Gabriel con Daniel, hablándole de los tiempos finales de la humanidad, y ahora lo vemos aquí trayendo una noticia a María y a nosotros también del rol importante, excepcionalmente importante que iba a jugar ese ser misterioso del cual él está hablando a María. Es decir, ya por el anuncio solamente y el personaje que lo da, podemos entender que Jesús no era cualquier cosas. Jesús no es simplemente uno más entre una lista de personajes excepcionales en la historia. Jesús no es simplemente un hombre ilustrado y de gran destreza espiritual, o un espíritu muy exaltado, como algunos nos han hecho creer que es, sino que Jesús es, como dijo El, el camino, la verdad y la vida y que nadie viene al Padre si no es por El. Es decir algo excepcional, algo único. Jesús es único en todos los géneros de la existencia y por eso convenía que el anuncio lo hiciera un personaje tan importante como es el arcángel Gabriel. Y entonces Gabriel le dice a María que es una virgen desposada con un hombre que se llama José, que le va a nacer este ser misterioso.

Ahora, meditemos un momento acerca de esta idea. Dice que una virgen, ¿por qué una virgen? ¿Por qué no una mujer ya casada, con hijos, que simplemente le iba a nacer un personaje misterioso y nuevo, en este hecho de que era un virgen había algo bien, bien importante y trata de las transacciones y los tratos de Dios con la humanidad. María, en su virginidad, estaba jugando un papel clave, que Dios necesitaba una portadora, Dios necesitaba un envase para su hijo. Dios necesitaba un instrumento que le diera a este ser misteriosos que iba a nacer una naturaleza bien importante en el drama de la encarnación, y era la naturaleza humana. María le dio, podríamos decir que casi, como una mitad a la identidad del salvador, que era la mitad humana. Y por eso Jesús no podía nacer de la unión entre un hombre y una mujer, y que fuera una unión simplemente bendecida por Dios y que fuera uno más como fue Gedeón, o como fue alguno de los jueces o de uno de los grandes profetas que hubo en la tierra.

Dios estaba haciendo algo a través de esta encarnación y era que El estaba resolviendo un problema que El tenía, por así decirlo, con la humanidad. La humanidad había caído, Adán y Eva había pecado y desde ese tiempo el hombre y Dios habían estado divididos, y el hombre había sido merecedor de la muerte y de la condenación y no podía haber comunicación directa entre Dios y el hombre. Y entonces el hombre se encontraba en una estación de separación y Dios desde el principio de los tiempos había tenido toda la intención de que El iba a resolver ese problema, y había dicho allá en el huerto del Edén’ de que un hijo de una mujer iba a pisarle la cabeza a Satanás, a la serpiente. Y entonces Dios ideó este plan de que El mismo, Dios perfecto, Dios infinito, Dios de total e infinito valor, iba El a venir al mundo, iba a asumir forma de hombre y en representación de la humanidad Dios mismo iba a pagar el precio de todos los pecados, de todos los hombres y que desde ese tiempo en adelante, cualquiera que se acogiera a lo que Dios había hecho, muriendo por el hombre, pagando el precio del pecado del hombre, iba a recibir salvación, iba a recibir perdón e iba a recibir la posibilidad de comunicarse con Dios otra vez.

Y por eso es que el nacimiento de Jesús, no es un nacimiento neutral, no es como que Dios se estaba divirtiendo, haciendo algo misterioso, sino que era algo bien planificado por Dios. Dios estaba resolviendo una situación espiritual de envergadura cósmica, por así decirlo, y Dios estaba creando un ser que iba a ser capaz de darle a la humanidad lo que la humanidad necesitaba, de resolver el dilema de la humanidad. Y para eso se necesitaba una mujer que le diera su naturaleza humana al Señor, al Mesías, que le prestara, por así decirlo, su vientre a Dios y que entonces Dios pudiera entrar en esa parte humana y hacer una mezcla perfecta de lo humano y lo divino. Y de ahí iba a nacer el salvador de la humanidad, por eso era necesario que fuera una virgen, porque el ser que iba a nacer tenía que abrir matriz, tenía que ser algo...... Dios siempre habla de que las primeras ofrendas al Señor, en la Biblia está eso de que el varón que abría la matriz de la madre era consagrado al Señor.

Así que María tenía que ser virgen por dos razones: primero, que Dios al tener contacto con ella le impartiera su naturaleza divina a la naturaleza humana que ella iba a aportar, pero también para que fuera claro de que esto era algo que era consagrado al Señor, de que era ideado por Dios, de que iba a ser algo nuevo, algo único en la historia de la humanidad. Entonces Dios se une, espiritualmente se posa sobre María. María le pregunta: “pero ¿cómo va a ser esto, cómo es posible que yo vaya a dar a luz un hijo, pues soy virgen?”, y ángel Gabriel le dice: lo que va a pasar es que el espíritu santo va a descender sobre ti, se va a posar sobre ti, y Dios va a hacerte concebir un hijo. Es decir aquí no hay nada, entendamos hermanos, no hay nada sexual, no hay una unión como esas uniones que vemos en los mitos, entre la deidad y una doncella humana. En la historia de la humanidad hay tales cosas, hay relatos así, en los mitos de las religiones. Esto se trata de una unión santa donde Dios descendía en forma de espíritu santo, incubaba sobre María y gestaba en ella un ser que era una perfecta mezcla de humanidad y divinidad. Eran las dos cosas perfectas y entonces ese ser que había de salir, como dice aquí en el versículo 35 “el espíritu santo vendrá sobre ti, el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra, y por lo cual también el santo ser que nacerá será llamado hijo de Dios”. Esa es la mezcla preciosa que Dios quería traer a este momento, una mezcla de humanidad, de deidad y ese santo y misterioso ser que iba a caminar sobre la tierra, iba a incluir estas dos naturalezas. Cristo iba a caminar sobre la tierra, iba a vencer sobre la tentación, sobre los demonios, sobra la naturaleza, sobre la muerte, sobre las enfermedades, sobre la soledad, sobre las traiciones de los hombres, sobre todo tipo de cosa. Cristo en su naturaleza humana estaba viviendo la vida que se suponía que nosotros viviéramos, tanto en lo bueno como en lo malo.

En lo bueno vivió puramente, perfectamente negándose a toda tentación que vino a El, completó lo que se suponía que los hombres completaran cuando Dios los creó en el huerto del Edén. Lo hizo todo bien, lo hizo todo por el libro, llenó todos los requisitos que Dios requería de un ser humano, y como Dios, en su parte divina de Jesús, El pudo pagar el precio de nuestros pecados. Porque si hubiera sido solamente hombre, ningún hombre es lo suficientemente valioso como para poder salvar a toda la humanidad, quizás su sacrificio hubiera podido valer para él pero en su calidad divina, de Dios, El podía, al dar su vida y al soltar la vida que estaba dentro de El y asumir nuestros pecados, El podía pagar las deudas de todos nosotros. Y por eso hoy cuando nosotros miramos hacia Jesús, miramos hacia ese hombre Dios, históricamente hablando, y decimos Señor, yo creo que tu completaste eso en tu encarnación, tu pagaste el precio de mi pecado y ahora yo puedo tener libertad para venir ante el Padre Celestial, entonces tu puedes también ser salvo, tu puedes recibir comunicación con Dios, tu puedes recibir el perdón de tus pecados.

Así que cuando Gabriel le está anunciando esto a María, de que ella, una virgen, va a tener un hijo, está todo eso dando vueltas allí. El hecho de que Dios estaba resolviendo este problema de la humanidad y a través de ese nacimiento virginal El estaba dándole salvación a toda la humanidad. Y a mi siempre me conmueve, la reacción de María. María, cuando el ángel le dice que ella va a tener un hijo, María se estaba metiendo en un gran problema, porque María dice que era desposada, eso quiere decir que ella estaba comprometida con José. No estaba casada todavía, pero en la cultura hebrea, el estar comprometido era equivalente a un matrimonio.

En la cultura hebrea usted era amigo, podía de ser amigo de una muchacho si era una joven y una vez que esa amistad pasaba a algo más serio, inmediatamente tenía que ser formalizada con un compromiso. Y ese compromiso equivalía a matrimonio. Si esa mujer era encontrada en adulterio, aunque no estaba todavía casada formalmente pero era una ofensa como si hubiera sido casada, extremadamente sería. Y en la antigua cultura hebrea era ofensa digna de muerte. Entonces cuando el arcángel le dice a María: María, tu vas a tener un hijo y va a ser un nacimiento misterioso, virginal, Dios mismo lo va a hacer. María me imagino que pensó inmediatamente: Guau, en qué lío me he metido. Qué va a pensar mi familia. Imagínense que le preguntaran: “Pero, María ¿y cómo tuviste este hijo, si no estás casada todavía? Oh, el espíritu santo me lo hizo nacer. Nadie le iba a creer. María tenía que ponerse a riesgo, tenía que creer que Dios iba a resolver ese dilema de alguna manera, y eso nos recuerda, hermanos que la navidad es un tiempo también de hacer un propósito de vivir en fe, vivir por fe, vivir en obediencia a Dios. María es una mujer que representa fidelidad a Dios, que representa fe en el Señor, que representa el espíritu de servicio al Señor. María al final de ese relato dice: “He aquí la sierva del Señor. Hágase conmigo como Dios quiera”.

Y en navidad nosotros tenemos que pedirle al Señor, Padre, ayúdanos a aceptar y adoptar ese espíritu de obediencia a Dios, que aunque nos pida cosas que son terriblemente raras, amenazantes, que traen inseguridad a nuestra vida, que nosotros podamos decir: Señor, hágase tu voluntad. El Señor Jesucristo cuando tenía que ir a la cruz del calvario inseguro de lo que iba a pasar allí. El se imaginaba más o menos, pero lo único que sabía era que le esperaba un gran sufrimiento, dijo: Señor, si tu quieres pasa de mi esta copa, pero si Tu prefieres hacer otra cosa, pues hágase Tu voluntad en mi vida. Ese espíritu de entrega, que es lo que vemos a través de todo el relato de la carrera de Jesús, su madre lo recibe en obediencia, El viene en obediencia al Padre, y luego El se entrega en obediencia, de nuevo, al Padre, a la cruz y a los brazos de la muerte.

Y navidad es eso, acerca de entregarnos al Señor, en obediencia, de reanudar lazos de sujeción y de entrega al Señor, y de recordar a ese Dios que dice: mira, yo te quiero bendecir. Tu quizás no estás seguro de cómo yo lo voy a hacer, pero yo tengo un plan. No te preocupes de cómo será esto, yo se cómo hago las cosas y tu simplemente confía en mi y ponte en mis brazos. Quizás Dios quiere bendecirte en alguna manera en esta navidad. Quizás Dios quiere traer algo nuevo para ti en el año que viene, pero quizás Dios te está diciendo: confía en mi, da pasos de fe, haz un propósito de servirme mejor. Haz un propósito de darme tu tiempo, de buscar de mi más profundamente cada día, de consagrarte más a mi, de estudiar mejor mi palabra, de orar más, de pagar el precio adelante, porque muchas veces Dios antes de bendecirnos nos pide que seamos crucificados, humillando nuestro intelecto, humillando el cómo será esto, el cómo se va a dar, y qué pasa si no funciona la cosa. Dios continuamente nos dice: “Tírate al abismo y Yo voy a estar contigo, Yo te voy a sacar adelante, no te preocupes. Yo se lo que estoy haciendo.”

Así que eso es importante que veamos ahí ese hecho. Dios estaba resolviendo un gran problema, una situación tremenda de la humanidad y El tenía su plan y María era necesaria, y cada uno de nosotros muchas veces somos necesarios para que Dios pueda hacer algo en la humanidad y necesita nuestra obediencia, necesita un corazón abierto que le diga al Padre: Señor, haz de mi como tu quieras. Yo estoy dispuesto a hacerlo.

Entonces, dice en el versículo 28 que cuando el ángel entró donde ella estaba le dijo a María: “Salve, muy favorecida, el Señor es contigo, bendita tu entre las mujeres”. A mi me gusta ese pasaje, esa parte de este relato. Y es importante que no lo pasemos por alto, porque aquí tenemos una clave a quién es María verdaderamente y cuál es la importancia que debemos darle a ella. Sabemos que esto ha sido razón de controversia a través de muchos años sobretodo entre de la iglesia católica y la iglesia evangélica, acerca de cuál es el papel de María, cuál es la importancia verdadera de María y cuál es el nivel de respeto que se le debe dar a María.

Yo encuentro aquí en estos versículos bastante información para resolver ese dilema. Nosotros como cristianos evangélicos que amamos a María, respetamos a María y veneramos a María porque María fue una mujer que Dios usó para un rol especial, único en la humanidad y quiero que si algún hermano católico nos visita en esta tarde sepa, que en nuestro corazón nosotros no animamos ningún tipo de irreverencia, los cristianos evangélicos le damos a María un lugar muy especial en la economía espiritual. Dios ha escogido a María porque era una mujer de gran carácter, era una doncella respetable, era una mujer que yo me imagino que si la conociéramos hoy, podríamos decir: esta mujer tiene el fruto del espíritu santo en ella. No escogió a María porque fuera altamente educada, no la escogió porque fuera miembro de una familia exclusiva y de alta alcurnia. La escogió por su carácter, la escogió por su belleza interior.

Así como escogió a David de la manada de ovejas, allá metido tan lejos que ni su papá pensaba que David jamás podría ser el rey de Israel. Cuando Samuel vino a buscar al próximo rey a la casa de Isaí, porque Dios le dijo: mira, ahí en esa casa es donde está el próximo rey que va a sustituir a Saúl. Samuel fue ahí sin saber quién era y el papá de David, le presentó a todos sus hermanos, uno tras otro y cada uno era bien prometedor, bien fuerte, bien apuesto, alto, musculoso y cada vez Samuel veía a uno de ellos decía: Oh, este debe ser...., y Dios decía: no, ese no es, ese no es. Pasaron todos los hermanos de David y no llegaba la aprobación de Dios.

Y Samuel finalmente le pregunta a Isaí: oye, eso es todo, no tienes un hijo más? Isaí, dice: ah, si, allá atrás hay otro en la cocina, que se llama..... pero ese no puede ser porque es demasiado chiquito y es demasiado joven. Pues, ese era el que Dios quería. ¿Por qué? Porque David tenía un corazón como el de Dios. David tenía una personalidad que a Dios le agradaba. David era tierno para con Dios. Dios busca simplemente el corazón del hombre. No busca necesariamente la alta alcurnia, ni siquiera a veces busca las grandes obras que tu hayas hecho, pero Dios busca un corazón tierno, y yo creo que eso era lo que tenía María. María tenía una personalidad que a Dios le agradó. Era una mujer virginal, no solamente en su cuerpo, sino en sus pensamientos, en su corazón y los ojos de Dios recorrieron todo Israel, y fue al palacio y allí había muchas princesas, que hubieran sido ideales para Dios, que estuvieran a la altura de su hijo. Pero Dios dijo: no, no esa no es, y llegó a esa cocina humilde, allí estaba esa doncella de corazón sencillo y entregado a Dios y Dios dijo: esta es la que yo voy a usar. Y escogió a María por eso.

Es decir, nosotros por eso respetamos a María y siempre le daremos a María un lugar especial en nuestros corazones. Pero, habiendo dicho eso, nosotros también entendemos que María no es ese ser que a veces le hemos asignado como una importancia casi igual a la Jesucristo y es más, en la sensibilidad de algunos cristianos en Latinoamérica y en otras partes del mundo, María está casi a veces en su corazón y en su afecto como por encima de Jesús. Y le oran más a María que a Jesús, y María es como una mediatriz y hoy en día hay la idea en ciertos círculos teológicos católicos, de que María es mediatriz, entre Dios y los hombres y eso vuela en contra de todo lo que dice la palabra, porque la Biblia dice claramente que hay un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.

El único que puede ocupar ese papel de mediador entre Dios y los hombres es Jesús. Por eso fue que Dios hizo todo este rollo de venir al mundo, de despojarse de su gloria. Imagínense si hubiera necesitado algo más, ¿para qué tanto trabajo? Usted no cree que Dios era suficiente, que si El iba a venir al mundo y asumir su rol de mediador ¿para qué necesitamos ángeles, santos u otras cosas? Dios es suficiente en hombre, en la forma de Jesús. El dice: yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre si no es por mi. El que entra por la puerta que yo soy, puede entrar al redil.

Entonces Cristo no necesitaba más nadie. Dios hizo todo ese plan alrededor de su hijo Jesús. María es un instrumento y como todos los actores de un drama, cuando su rol ha terminado. ¿Qué hacen los actores cuando termina su rol? Se van del escenario para que venga otro y así vemos en las páginas de la Escritura, cuando el Señor sube al cielo, en su ascensión, María desaparece de las páginas de la Biblia. El último momento en que la vemos es en aposento acto con los Apóstoles, con otros Apóstoles, pero eso es todo. Porque, claro era la madre de Jesús y necesitaba cierto reconocimiento, ella ocupaba un lugar importante pero eso es todo y aquí en este relato podemos ver eso expuesto en una manera bien natural y por lo implícita que es el rol de María, para mi es todavía más convincente y más importante, porque cuando el ángel entra a donde ella está, él le dice: saludos, Salve, muy favorecida.

¿Qué palabra vemos ahí en favorecida? Favor. En el griego original la palabra que el ángel usa quecaritomene, que quiere decir tu has sido objeto de la gracia de Dios, caritas, de la caridad de Dios. Tu has tenido la bendición de que Dios ha encontrado en ti algo que lo ha agradado. Lo que está diciendo es que María se pegó la lotería por así decirlo, Dios la escogió a ella. Dios le dio la gana de que ella fuera, no fue porque María hiciera algo extraordinario o porque ella tuviera algún derecho inherente de ser la madre de Jesús, sino porque Dios escogió favorecerla a ella. Cuando usted favorece a alguien porque sale de usted, no porque la persona se lo demanda o se lo exige, o lo obliga, sino porque sale de su corazón. Salió del corazón de Dios que María fuera escogida. Ella no tenía en si nada, era una doncella, Dios siempre escoge, dice la Biblia, lo humilde, lo que los hombres desechan, lo que no tiene tanto atractivo, eso es lo que Dios escoge. Muchas veces Dios nos escoge, no tanto porque merezcamos que nos escoja sino porque precisamente no merecemos que El nos escoja.

Entonces él le dice, muy favorecida entre todas las mujeres, y también le dice: el Señor es contigo, bendita. Eulogemene, que quiere decir también de nuevo, Dios ha decidido llamarte bendecida. Dios te ha elogiado a ti con su favor, entre todas las mujeres Dios te ha escogido a ti. Ahora, ¿cuál es la reacción de María en todo esto? María se turba, María se confunde, pero qué tipo de saludo es este que me está dando, yo no soy nadie, yo soy simplemente una doncella de una aldea pequeña, yo no tengo nada. ¿Cómo es que yo voy a ser bendecida entre todas las mujeres si yo no pertenezco a un grupo de realeza, yo no tengo ninguna alcurnia académica, yo no tengo dinero? Ella se turba, se confunde pensando qué tipo de saludo será este. Y el ángel le tiene que volver a aclarar a ella, entonces: María, no temas porque has hallado gracia delante de Dios. En otras palabras a Dios le ha placido, a Dios le ha placido decirte a ti que tu vas a ser la portadora de tu hijo.

Entonces lo que vemos en todo este proceso es que es un proceso de gracia inmerecida, de favor de Dios, el amor de Dios, la preferencia de Dios por esta humilde muchacha. No hay nada aquí como de que María sea algo extraordinario, o que Dios no tuviera otra opción. Dios escogió a esta mujer y María entonces recibe el favor que se le hace, pero, de nuevo, nosotros tenemos que darle a María ese lugar, ese espacio. Inclusive el decir que María es una virgen perpetua va en contra de lo que dice la palabra, porque no se si es en este pasaje, pero en otro caso dice que Jesús fue su primogénito. Jesús fue el primogénito de María, queriendo decir que fue el primero, pero no el único, no fue el último. María tuvo otros hijos. María asumió su vida normal de mujer casada, y tuvo una relación natural y normal con su esposo, José. Y la Biblia es bien clara de que tuvo otros hijos también.

Podemos danzar alrededor de lo que dice la Biblia, pero es bien claro, que no, que María tuvo una relación, después de su rol, ella continuó su vida normal y aún cuando el ángel le dijo todas estas cosas, y más adelante vemos que Jesús nace y vienen pastores y le dicen a María y a José de que vieron ángeles que les dijeron que este es el salvador de la humanidad y todas estas cosas grandiosas, dice la Biblia, que María meditaba esas cosas en su corazón. Ella misma no comprendía completamente, cabalmente lo que eso significaba. Era una muchacha humilde, de poco entendimiento teológico y la verdad es que cualquiera de nosotros por más que le dijeran que esto era algo excepcional, y que Dios iba a hacer esto, esto y lo otro, el evento era tan grande, tan excepcional que ella lo único que podía hacer era meditar en eso y preguntarse ¿qué será?.

De hecho la Biblia nos dice que los hermanos de Jesús, su madre, como que nunca comprendieron completamente esto de que El era el salvador de la humanidad. En ocasiones pensaron de que quizás podría estar un poquito loco, el Señor Jesucristo, y María era parte de ese drama. Ella era simplemente un instrumento que Dios estaba usando para un propósito específico, pero era todo. No era ni más ni menos que eso.

Y finalmente quiero dirigir su mirada hacia el versículo 31 donde el ángel le dice a María: ahora concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo y llamarás su nombre Jesús. Este será grande y será llamado hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Aquí hay dos cosas, déjenme poner la segunda primero y la primera por último. El ángel le dice a María, este ser maravilloso que va a nacer, a él le va a ser dado el trono de David, su padre. La Biblia es bien clara que Jesús nace del linaje de David. Si leemos en el libro de Mateo, Mateo traza la genealogía, es decir la descendencia de Jesús, a través del linaje de José. José en términos humanos era el padre adoptivo de Jesús, porque el padre verdadero de Jesús era evidentemente Dios, en términos divinos, espirituales, pero en términos humanos, legales, José era el papá de Jesús. Entonces José le dio a Jesús su linaje davídico, porque en la Escritura, en las profecías antiguas estaba la predicción de que el Mesías había de venir a través del linaje de David. Dios le dio una promesa al rey David y le dijo: Yo voy a hacer que tu trono sea un trono eterno, un trono permanente. Nunca va a faltar un descendiente de tu casa y finalmente yo voy a traer un descendiente que va a reinar para siempre, como es Jesús.

Entonces cuando el ángel le está diciendo aquí a María que él reinará sobre la casa de Jacob y Dios le dará el trono de David, su padre, y reinará para siempre y su reino no tendrá fin, está aludiendo a todas estas cosas, el Mesías, su reino iba a ser eterno y su reino estaba vinculado al reino de David, porque Dios había prometido a David que su descendencia heredaría la tierra y que sus hijos serían permanentemente reyes sobre Israel y que vendría ese ser misterioso que reinaría para siempre en su lugar. Entonces, todo esto estaba siendo desplegado aquí en este relato.

Y finalmente dice: y su nombre se llamará Jesús, queriendo decir ..... el nombre Jesús quiere decir Dios es salvación. Aludiendo al rol especial, al rol único que ese ser iba a jugar. La esencia misma de Jesús es que era el salvador de la humanidad, por eso toda la historia navideña gira alrededor del rol salvador de Cristo Jesús. La única razón por la cual Dios viene a la tierra es para salvarnos, para sanarnos, para traer vida y salvación a nuestras vidas, y por eso es que esta navidad nosotros tenemos que dirigir nuestra mente, nuestro espíritu a ese hecho singular de que la navidad es sobre todo el relato de los tratos de Dios con el hombre para sanarnos. Jesús ha venido al mundo para salvarte a ti, para salvarme a mi y si nosotros queremos que la navidad tenga verdadero significado tenemos que haber hecho ese trato directo con Jesús, haber entregado nuestras vidas al Señor Jesucristo y haberlo invitado, como dice ese himno, a nuestro corazón para que reine en nuestra vida.

Si tu conoces a Jesús en cualquier otra manera, excepto en su rol especial y específico de salvador, no lo conoces verdaderamente porque la misma palabra, el mismo nombre que se le dio, que no fue un nombre escogido por hombres sino por Dios mismo, alude a la naturaleza santifica, salvadora de Cristo Jesús.

Yo voy a invitar a los músicos que pasen por acá un momento y quiero arroparlo todo en ese hecho. Todo este relato, todos estos detalles que vemos aquí y podríamos estar más tiempo todavía, exponiendo diferentes aspectos de la narrativa de la encarnación, pero todo está orientado, una cosa, otra, todos los detalles, giran alrededor de ese hecho, de que Dios estaba encaminando el nacimiento de su hijo hacia la salvación de la humanidad, hacia traer reconciliación entre Dios y el hombre. Y es la única forma de nosotros entender la navidad en este año y todos los años. Yo les animo, mis hermanos, a poner a un lado todas las demás cosas, es bueno comprar los regalos, es bueno hacer la comida, es bueno invitar a los familiares y los amigos, pero como cristianos nosotros tenemos que valorar por sobre todas las cosas el elemento de la salvación que Dios estaba trayendo a la historia de la humanidad. Y nosotros tenemos que asegurarnos de que tengamos una relación personal con Jesucristo.

Esta navidad, si tu no has dado ese paso de fe, de abrir tu corazón a Jesús, invitarlo entrar a tu vida, yo quiero invitarte a que ni no lo has hecho antes, aproveches esta oportunidad para decirle al Señor Jesucristo : Señor, yo quisiera que tu entraras a mi corazón y yo quisiera recibirte y yo quisiera que tu fueras mi Dios y mi salvador y que esta navidad tuviera un significado especial porque Tu hayas entrado a mi vida.

Yo le invito a bajar su cabeza un momentito en señal de oración al Señor y de recogimiento. Medite un momento en estos aspectos del relato de la navidad. El ángel magnífico enviado a la casa de una humilde doncella para decirle que ella ha sido escogida para ser la portadora de un ser misterioso, diseñado y elaborado, en su naturaleza divina, humana, para traer salvación y redención a la humanidad y con eso Dios también estaba cumpliendo una promesa que le hizo a un ser, humilde como María también, cientos de años antes, de que su trono iba a permanecer para siempre y estaba elaborando un ser maravilloso cuya función esencial era la de ser salvador. Y Jesús todavía está en el asunto de salvar, de salvar a aquellos que se entregan a El, que abren sus corazones a El y que le dicen: entra a mi vida, Señor. Yo quiero que Tu seas mi salvador personal.

Yo quisiera invitarte en esta tarde si no lo has hecho todavía, si no has invitado a Jesús a entrar a tu vida todavía, a ser tu salvador personal, a que lo hagas en esta tarde y voy a pedirte que levantes tu mano si tu quieres recibir a Cristo, que levantes tu mano o pases por aquí por delante, como tu quieras, y que invites a Jesús a entrar. ¿Habrá alguien? Yo veo una mano allá detrás que invita a Jesús. Gloria a Dios. ¿Habrá alguien más que le diga: Señor, te invito a mi corazón aquí enfrente de mi?, ahí detrás otra mano. ¿Habrá alguien más? Este ha sido un mensaje bien sencillo. Dios te bendiga joven, no tiene nada de espectacular, ni de llamativo, es simplemente relato escueto, navideño, de las cosas como fueron. Yo invito a esos hermanos que han levantado sus manos a pasar por aquí un momento. Venga, queremos orar por usted. Pase aquí, que te acompañe esa persona. No tengan vergüenza de venir un momento aquí y presentarse ante el Señor y decir: Padre, yo recibo a Jesús como mi Señor y salvador. Todavía, si no has levantado tu mano y quieres hacerlo, quieres pasar aquí al frente, te invito. Lo único que vamos a hacer es orar por ti y pedirle al Señor Jesús que figurativamente nazca en tu corazón, nazca en tu vida.

El Señor, dice en su palabra, que El está a la puerta de nuestro corazón y El llama y si alguien escucha su voz y abre la puerta, El entra y tiene intimidad contigo. Es interesante que uno de los relatos dice que no se encontró para Jesús lugar en el hotel donde María y José se querían quedar, no había espacio. Y yo creo que Dios, de nuevo todos los detalles del nacimiento tienen algo que ver con el plan de Dios, Dios escogió eso porque El quería como dejar claro que no se, Jesús siempre está como buscando un lugar donde quedarse, y el único lugar donde Cristo quiere reposar es en tu corazón. El tiene ya su lugar allá en el cielo, pero aquí en la tierra a El le gusta habitar entre nosotros, le gusta habitar en nuestros corazones y El se está ofreciendo siempre y dice: hey, me gustaría que tu me dieras posada en tu vida y que yo pudiera comer contigo y tu conmigo, que podamos tener intimidad. Esa es la historia de la navidad, hermanos, no es meternos a una religión a ser evangélicos o católicos o lo que sea, es a invitar a Jesús a entrar en nuestro corazón y hacerlo nuestro Señor y nuestro salvador.

Yo quisiera que repitieran conmigo así bajito, ahí quedo en su propia intimidad personal. Dile a Jesús la siguientes palabra: Señor Jesucristo, te invito a entrar a mi corazón, te abro las puertas de mi casa, se mi Señor y se mi salvador. Me arrepiento de mis pecados y creo que en tu sangre, en tu muerte, en tu resurrección yo tengo vida eterna. Gracias por asumir la forma de un hombre, siendo tu Dios mismo y pagar el precio de mis pecados. Recibo tu sacrificio y te declaro dueño de mi vida, salvador de mi alma. Reina en mi para siempre en tu nombre, Jesús. Amen. Amen.

Yo te puedo decir, mi hermano, mi hermana, tu eres hecho hijo de Dios. La palabra dice que a todos los que le recibieron les dio poder para ser llamados, para ser hechos hijos de Dios, así que ese es le mejor regalo que tu le puedes dar al Señor Jesucristo en este día, es el mejor regalo que te puedes dar a ti mismo y a tus seres queridos, el hecho de que tu tienes una nueva naturaleza por medio de la posada de Jesús en tu vida. Amen. Te felicito, yo doy gracias al Señor por cada uno de ustedes. Denle un aplauso al Señor en esta tarde. Amen. Gloria a Dios. Amen. Amen. Gracias al Señor. Vamos a ponernos de pie hermanos, vamos a cantar de nuevo ese himno, Tu dejaste tu trono y corona por mi. En navidad hay que cantar de vez en cuando los buenos himnos navideños, eso es lindo. Y ahora entendiendo un poco más del relato navideño vamos a cantar ese himno con intencionalidad y con sabiduría espiritual mientras elaboramos la historia navideña.

21 junio 2009

José

En el libro del Evangelista Mateo, el Capítulo 1, versículos 18 al 25, un relato ejemplar, yo llamo a este texto de Mateo 1:18. El domingo pasado estuvimos mirando el anuncio del ángel Gabriel a María acerca del nacimiento de Jesús. Hoy vamos a analizar el anuncio, la aclaración que le hace un ángel a José, en un sueño y que nos dice muchas cosas acerca de los valores que nosotros debemos abrazar como cristianos en el Reino de Dios.

Mateo 1:18 dice: “... el nacimiento de Jesucristo fue así”, digan todos “así”. “.... estando desposada María, su madre, con José antes que se juntasen, se halló que había concebido el espíritu santo. José, su marido, como era justo y no quería infamarla quiso dejarla secretamente y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María, tu mujer, porque lo que en ella es engendrado del espíritu santo es. Y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor, por medio del profeta cuando dijo: he aquí una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emmanuel, que traducido es “Dios con nosotros”, y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado y recibió a su mujer, pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito y le puso por nombre Jesús.”

Vamos a orar hermanos, pidan que el Señor me bendiga al exponer su palabra en esta tarde, que sea la palabra que Dios quiere para tu vida. Señor, usa este momento, no subestimamos su importancia, es tiempo tuyo en que tu pueblo viene, Padre, y hay unos minutos para ser nosotros impregnados con tu palabra y con tu revelación, queremos aprovecharlos bien, Padre. Ponemos nuestro espíritu en alerta, nuestra mente, Señor, todo nuestro ser para que tu hables lo que tu quieras a nuestras vidas, Señor, pues queremos hacer tu voluntad. Prepara este momento, Padre y dirígelo en el nombre de Jesús lo pedimos. Amen y amen.

Como decía una de las cosas que podemos aprovechar el tiempo navideño para hacer es, recordar los eventos del nacimiento de Jesús, las cosas que acompañaron esa época tan especial. Para que nosotros podamos llenarnos de ese espíritu correcto, para celebrar esta época tan extraordinaria. El mundo celebra la navidad en maneras como ellos quieren, pero nosotros los hijos de Dios queremos capturar el verdadero sentido de esta época. Y el Señor quiere que nosotros celebremos este tiempo conforme a su preferencia y por eso El ha dejado establecido en su palabra estos relatos para que nosotros podamos navegar por ellos y dirigir nuestras acciones y nuestras celebraciones, conforme a su voluntad. Y por eso este texto comienza diciendo “el nacimiento de Jesucristo fue así”, no fue de otra manera. La palabra de Dios es certera, es confiable. Nosotros podemos apostar a ella. Dios quiere compartir con nosotros sus misterios. El quiere que nosotros entendamos que El es un Dios que obra, un Dios de detalles. Dios nos toma en cuenta. El quiere que nosotros sepamos cómo sucedieron las cosas.

Lo primero que yo veo en todo este pasaje que fue algo sobrenatural. Fue alto totalmente dirigido por Dios, de naturaleza divina. Dios irrumpiendo en el mundo para anunciar su propósito, para dejar saber que El estaba todavía actuando entre los hombres. En la navidad, hermanos, el mundo trata de impartirle su propia interpretación a este evento, a esta época navideña. El mundo entra en este tiempo y pues vienen las fiestas, viene el comercialismo, los comerciantes se dan vida en este tiempo metiéndonos todo tipo de juguetes y de cosas para sacarnos todo el dinero. Viene el tiempo de las borracheras y de comer demasiado, etc., etc. y terminar uno desgastado y cansado y deseando ya que vuelvan otra vez los días normales porque estamos pelados, sin un centavo. Dios quiere que nosotros entendamos que navidad es otra cosa. Los hombres hoy en día, lo dijimos el domingo pasado, quieren inclusive sacar todo lo sagrado de la navidad y dejar simplemente una fiesta. Happy Holidays. Le han quitado hasta el ‘Holy days’ y queremos entonces simplemente como extraerles, sorberle su esencia divina, su esencia espiritual. Y Dios dice: no, no es así. Yo vine con un plan, vine con un propósito, actué de cierta manera.

Hermanos, nosotros los cristianos tenemos que aferrarnos a las cosas como Dios las ha determinado. Tenemos que fluir. Los días que Dios ha señalado como los hebreos antiguos, nosotros también tenemos que ser fieles y celebrarlos como Dios quiere. El día de descanso es un día de descanso, por ejemplo, y no es un tiempo solamente para uno solamente quedarse en la casa viendo televisión o comer. No, el día del Señor es para venir a la iglesia, celebrar a Dios, vernos con nuestros hermanos, darle al Señor lo que El se merece. Ese reconocimiento de que ese es su día, de que en un día como ese en la historia del cosmos Dios lo tomó para descansar de sus labores. Y nosotros hacemos lo mismo, y le damos al sábado o el domingo, que es en este caso lo que celebramos, su verdadero significado. Así tiene que ser con la navidad también. Nosotros tenemos que tener siempre el significado preciso de la navidad. Dios quiere que nosotros conozcamos la verdadera versión de la navidad que es su versión, esa es la que nosotros debemos honrar, guardar y practicar siempre.

Y aquí hay unos relatos, unas ideas, unos detalles. Y a mi lo que más me gusta de este pasaje, yo diría, es el carácter de José. Cómo José obra y como él se refleja como un hombre tremendamente ejemplar y comienza con unos detalles. Dice que él estaba desposado con María, la madre de Jesús, y antes de que ellos dos se juntasen, queriendo decir, antes de que ellos entrasen a convivir ya como esposo y esposa. Les recuerdo que el domingo pasado hablamos que en el matrimonio judío había simplemente amistad entre un varón y una mujer y después de eso, si querían entrar en algunos detalles adicionales, tenían que comprometerse. Nada de eso de dating, de tomarse de las manitos, ir al cine. Era eso rápido, vamos a lo que vinimos, si te vas a poner en serio con mi hija, te comprometes y ya, la próxima vez que se vean va a ser allá arriba casándose.

No le dan gracias a Dios ustedes de que las cosas han cambiado un poquito en este tiempo. A veces quizás se han ido demasiado del otro lado ¿verdad? Pero los judíos eran gente bien, bien seria y así era la cosa, usted se comprometía y ya era casi como un casamiento. Era un compromiso firme, ya era una palabra que se había dado ante la comunidad y equivalía casi a un compromiso legal. No había allí nada de que..... bueno, no.... vamos a dejar esto porque ya...... no, era algo bien serio, y la mujer y el hombre suponían que eran fieles ya uno al otro como si hubiera sido un matrimonio.

Entonces dice aquí...... y esta mañana yo compartía con los hermanos del servicio de las 9 que no le había puesto atención a esa expresión. Estando ya desposado, antes de juntarse se halló que había concebido el espíritu santo y José malinterpretó lo que había sucedido. Fíjese eso, ¿qué quiere decir eso que se halló? Si usted se pone a meditar en esa expresión, quiere decir como que se supo, se descubrió, esa es la idea ¿no? Porque quién usa una expresión impersonal, pero lo que sugiere es que como que hubo un poquito de revuelo en el ambiente. Yo no se si fue en el vecindario, si fue en la aldea, si fue en la familia, pero de alguna manera la gente se dio cuenta, alguien se dio cuenta, algunos se dieron cuenta, que María, esta joven que estaba comprometida, que no se suponía estuviera haciendo nada indebido, había quedado encinta. Y eso le llegó a José de alguna manera. Es decir, mire eso por un momentito la angustia que debe haber habido en el seno de la familia de María, en su propio corazón de María, como ciertamente lo hubo en el corazón de José que había pensado que su novia era una mujer leal, idónea, pura, fiel, su carácter impecable, y de momento se encuentra que está encinta. Y hubo definitivamente algún tipo de inquietud seria, hubo, en algún nivel de la vida de esa familia. Y nadie, los que estaban allá en la periferia de todo esto, imagino que comenzaron a hacer su juicio. Yo lo que pienso es, hermanos, lo que costó desde el principio mismo el nacimiento de Jesús. Ya había inquietud. Ya había, como dijera yo, había cierta división.

Y la palabra lo que dice es que el Señor iba a traer división, iba a traer inquietud. Ahora, nosotros sabemos ya, con 2000 años de ventaja y teniendo la Escritura lo que estaba pasando interiormente. Hemos podido leer el final de la película o ver el final de la película. Pero José no sabía esto. María debe haber pasado por una angustia tremenda. Lo que eso me hace pensar es el precio que tuvieron que pagar estos dos personas para que naciera Jesucristo y en realidad las inquietudes que hubo, las preguntas, el cuestionamiento, sin la gente saber que detrás de todo eso quién estaba obrando el espíritu santo, Dios mismo, llevando a cabo un plan que El tenía.

Y yo pensaba esta mañana después de hacer esa reflexión que, qué importante es, hermanos, que en las comunidades, como es por ejemplo esta iglesia León de Judá, que haya sabiduría para uno relacionarse con cosas que uno no está seguro completamente de su significado, cuando hay eventos en la iglesia, situaciones que usted conoce algo de alguien. Usted ve, la iglesia evangélica, por lo general son como una familia, la gente se conoce, se tratan, participan en ministerio junto, se visitan unos a otros, van a la casa a comer unos con los otros, a veces se jalan los moños unos a otros ahí en las situaciones que tienen, y es como una familia. Y a veces pueden pasar cosas que usted las está mirando desde lejos y usted no sabe todos los detalles de por qué está sucediendo.

Hay veces que usted ve que alguien está en crisis, un matrimonio está en crisis, alguien hizo algo indebido. ¡Qué importante es, hermanos, que nosotros seamos muy cuidados en cómo nos relacionamos unos con los otros! Y que le demos espacio a la gente para que se puedan vivir los procesos que a veces vienen a las vidas de las personas, que seamos gente discreta.....¡qué cosa! Algunas personas las chismosas del vecindario imagina que ya estaban por ahí haciendo todo tipo de conjeturas acerca de la pobre María, llamándose por el teléfono, enviándose correos electrónicos. Oye es necesario que oremos por María porque mmmm..., la por y parece que está un poquito gordita, no se qué querrá decir eso, etc., etc. ¿no? Qué importante, hermanos, es que nuestra iglesia, yo les digo eso como su pastor, que nuestra iglesia sea una iglesia discreta, una iglesia donde nosotros no andemos por allí a veces chismoteando, ni metiéndonos más en los asuntos de la gente de lo que debemos. Estemos, como dicen por ahí, juntos pero no revueltos.

Yo creo que las familias que más armonía tienen son las familias que se ven, se tratan bien, se aman y todo, pero, mire ..... si esos dos recién casados están peleando, pues, que tengan su pelea y que se las arreglen para que aprendan a ser pareja, pero no estar ahí metiéndose y hablando y dando y mandando, etc, todo el tiempo. Que en la iglesia por igual, si hay una familia que está pasando una crisis, si hay una persona que ha caído en alguna situación indebida o algo así, mire, entre usted con pies sagrados, con temor y temblor para bendecir, para orar, para guardar discreción, porque usted no sabe lo que Dios puede estar haciendo en una vida y por qué esa vida está pasando por lo que está pasando. Y tenemos que esperar, tenemos que ser humildes y tenemos que amarnos unos a otros para preservar la armonía en una familia como esta. ¿usted entiende? Que nos tratemos bien, que no andemos por allí con chismes, murmuraciones unos de los otros, porque eso destruye las familias, destruye las amistades, destruye.....



Como dice Pablo en un caso, mira quién eres tu para que te metas en la vida del siervo ajeno, para su señor cae o está de pie, dice Pablo. Así que no estés haciendo demasiadas conjeturas porque tu no sabes lo que Dios puede estar trabajando en una vida, con un evento que tu solo vez la primera parte pero no sabes cuál es el final de ella. Y por eso tenemos que ser discretos y hacer un pacto como iglesia de Jesucristo de tratarnos con mucho cuidado, y de saber de cada uno de nosotros es propiedad del Señor y darnos espacio unos a otros para que Dios cumpla los propósitos que El tiene en nuestra vida. Un Santo no se crea de la noche a la mañana, se toma tiempo, y las personas necesitan tiempo y espacio para crecer. Y necesitan una iglesia sabia que les de tiempo para crecer también. Y si rompen un plato aquí y allí, pues, dele gracias y ore por ellos y esté allí dispuesto a ayudarlos en todo lo que pueda. Eso preservará la buena calidad de nuestra vida como iglesia siempre. ¡Qué bueno que José y María tuvieron espacio para resolver su situación en la cual Dios estaba lidiando!

Y a mi me encanta lo que dice acerca de José y su comportamiento y por eso es que yo creo es que ahí podemos ver por qué Dios escogió a María, por su carácter y su belleza espiritual, escogió a este hombre también para que tuviera el privilegio de ser el padre adoptivo de su hijo y darle al Señor Jesús su paternidad. Y es porque José era un hombre de carácter. Dice la palabra que era justo, como era justo. Esa palabra en el griego original es dicaios. Digan todos ‘dicaios’. Dígale a su compañero, José era dicaios. Usted parecerá un experto en el griego original. Dicaios es una palabra en el griego y se usa mucho en el Nuevo Testamento.

Tengo entendido que se usa unas 75 veces. Yo las conté esta mañana. Estoy mintiendo, pero el caso es que esa palabra quiere decir que era un hombre de carácter, era un hombre de un caminar ejemplar, era una persona virtuosa. En el Evangelio esa palabra se usa para una persona así, virtuosa. Se habla también de Simeón que era justo y piadoso. Era una persona que tenía un trato apropiado con los demás. Yo diría era un hombre admirable, lo que quiere decir la palabra. Como era justo y yo diría qué lindo que es eso que Dios escogió tanto a José, un humilde carpintero, como a María, una humilde doncella de una aldea pequeñita. No los escogió porque fueran gente de mucho dinero. No nos dice que María era una mujer de belleza deslumbrante necesariamente. No se nos dice que tuvieran un posición importante, probablemente no la tenían. No, Dios los escogió por su corazón. El profeta Samuel recibió una palabra de Jehová cuando fue a escoger a David y le dijo: Samuel, no mires el atractivo o la apariencia física de los demás hijos de Isaí, porque Dios no mira lo que miran los hombres. Dios mira el corazón.

Hermano, hermana, asegúrate de que tu carácter, tu carácter glorifique a Dios. Miren, es bueno ser ungido, es bueno hablar en lenguas, es bueno recibir profecía, es bueno tener todos los dones, pero si no tenemos carácter cristiano hermanos, no te vistas que no vas. De nada sirve. Lo más importante es tener el carácter de Cristo Jesús en nuestras vidas. Yo le pido al Señor, Padre ayúdame a mi y ayúdanos porque yo se que me falta mucho por crecer y a cada uno de nosotros, pero a poner la mirada en eso. Que Dios forme la persona de Cristo en nosotros, hermanos. Eso es lo que va a garantizar nuestro bienestar. La gente no cae y no son destruidos por falta de unción, muchas veces es por falta de carácter que caemos. Por eso es que Señor ayúdanos a ser gente que refleje los valores del Evangelio y si nosotros ponemos nuestra mirada en eso, en que Dios forme un hombre, una mujer, que la gente pueda decir: mira, yo creo en el Evangelio porque esa persona que está allí refleja a Cristo Jesús. Y no es que pongamos la mirada en la gente. Todos fallamos, pero asimismo si vivimos en una manera inapropiada vamos a desprestigiar el Evangelio de Jesucristo. Y muchas veces la gente va a decir, mira, no puedo creer en tu don porque tu comportamiento es un tropiezo para mi. Es importante que cultivemos las dos cosas. Yo no estoy hablando en contra del don, pero si estoy hablando a favor del carácter.

Y si usted una y otra vez Dios señala el carácter del hombre y de la mujer, por eso Dios escoge a su gente. Cuando el ángel se le aparece a Gedeón, le dice: Dios está contigo, varón esforzado y valiente y aquí señala que José era justo. Y en el caso de Simeón dice que era justo y piadoso. En el caso de Ana dice que pasaba todo el tiempo buscando de Dios y anhelaba ver la consolación de Israel. Ana se debe haber comportado como una mujer recta toda su vida, aunque había enviudado jovencita. Entonces, una y otra vez vemos eso, que los personajes de la Escritura, Dios busca ese corazón fiel al Señor. No busca que sean perfectos, pero si busca que sean gente que sean obedientes al Señor y que estén dispuesto a agradarlo. Entonces dice que como era justo, señalando su carácter, y José es un buen ejemplo para todos nosotros. Señor, haznos hombres y mujeres que la gente pueda decir, esa persona aunque no es perfecta, tiene la justicia de Dios sobre el, tiene el carácter, tiene el caminar de una persona que ha sido tocada por el Señor.

Mire que interesante, dice como era justo y no quería infamarla quiso dejarla secretamente. Ahí me parece como que, si fuera yo quien hubiera estado escribiendo este relato, yo hubiera dicho algo diferente: como era justo cuando supo creyendo que María lo había traicionado, fue inmediatamente al periódico Boston Globe y puso un anuncio diciendo: esta mujer es una sinvergüenza, me ha traicionado, y la avergonzó porque era su derecho hacerlo, porque un hombre justo que es violado de esa manera, pues tiene derecho a vengarse y pagar ojo por ojo y diente por diente. Uno pensaría, o mucha gente piensa que justicia es darle a la gente lo que se merece. ¿saben qué? En el Reino de Dios es diferente. Dios, gracias a El, no nos ha dado lo que nosotros nos merecíamos, ¿saben? Porque si nos mereciéramos algo era el infierno y sin embargo Dios dice, con su gracia, cuando estábamos sumidos en pecado, ¿qué paso?, Cristo murió por nosotros.

Hermanos, la gracia..... dice la Biblia que entre el juicio y la gracia siempre triunfa. Dios es un Dios justo y es un Dios de gracia y es como que Dios tiende como a tener una preferencia, un poquitito se inclina siempre como hacia la gracia, el amor y la misericordia. La gracia triunfa sobre el juicio. Y José siendo un hombre justo e íntegro, pensó más bien, esta muchacha ha metido las patas, y se merece que yo haga algo, pero ¿saben qué? La pobre ya tiene su propio castigo y yo lo que voy a hacer es que me voy a separar y no voy a hacer las cosas peor. Me voy a ir por mi camino y que Dios la ayude a ella. Quiso dejarla secretamente.

Eso me dice mucho también del carácter de José. Era un hombre de misericordia, era un hombre de gracia, era un hombre generoso, era un hombre tolerante y perdonador. Y me imagino que era un hombre que relativamente seguro de si mismo, porque se toma pantalones para usted, en algo así, decir simplemente, mira, mejor me retiro calladamente, y no hacerle daño. ¿Cuántos de nosotros, verdaderamente si lo pensamos, tendríamos ese valor? Haríamos alguna notita aunque sea en algún momento yo me vengo de ella, y usted comienza por ahí a secretear y a decirle a dos o tres o cuatro, pero eso no fue el pensamiento de José. José quiso separarse de ella y dejarla simplemente, bueno, hizo lo que hizo, amen. Allá ella, yo voy a seguir mi vida.

Y eso me recuerda, hermanos, de nuevo lo importante es que nosotros seamos gente de gracia. Yo siempre he dicho, hermano, si tu quieres ser una persona feliz y emocionalmente sana, practica gracia en tu vida. Se una persona generosa, proponte perdonar mucho, ignorar muchas cosas, dejar el agua correr, hacerte de cuenta que no oyes muchas cosas, porque el que se pone a escuchar todo lo que se dice de uno, olvídese que vas a tener enemigos por donde quieras. Es más, el escritor de Eclesiastés dice no estés muy atento a lo que murmuran de ti porque recuerda que tu muchas veces también hiciste lo mismo. Hay que, uno tiene que tolerar mucho, uno tiene que ser paciente, uno tiene que perdonar muchas deudas, uno tiene que ser generoso con las demás personas.

Hace poco de hecho, en dos ocasiones en estos últimos días Meche y yo hemos comentado, en 20 años, hermanos, 21 años de ministerio, mire a ver si no hay muchas ocasiones para tener pugna y conflicto con la gente. Y así ha pasado a través de los años, hemos tenido situaciones de dificultades con personas y esto y lo otro, y siempre para gloria del Señor, Dios nos ha dado la gracia de siempre perdonar, no guardar contiendas con la gente y en estos últimos días hemos tenido ocasión de celebrar tiempos de amistad y de compañerismo con personas que quizás en otro tiempo, no hubiéramos podido tener esa bendición, esa transparencia. Y nos hemos alegrado y al final de esos tiempos hemos dicho: qué bueno que hubo sanidad, que bueno que hubo perdón y hubo tolerancia y dejamos que el Señor arreglara las cosas, porque hoy los vemos con un amor tan grande como si nada hubiera pasado y ellos también a nosotros. ¡qué lindo eso!

Y hermanos, yo creo que así es como uno tiene que vivir la vida. El carácter cristiano es eso, es de perdonar, es de tener gracia uno con los otros. No estar allí como un miserable contando moneditas: me hicieron esto, pues yo le voy a hacer lo otro. No me mandaron tarjeta este año, pues el año que viene no les mando. Me regalaron una cosita ahí barata, pues la próxima vez se lo descuento del otro regalo que le voy a dar. Y vivimos allí continuamente así, el que nos la hace, nos la paga y vivimos criticando a los demás, viendo lo malo en los demás. Vemos siempre el vaso medio vacío en vez de verlo medio lleno. Y yo digo, hermanos, nosotros tenemos que cultivar gracia, tenemos que ser gente generosa con los demás, tenemos que perdonar las ofensas, como dice la palabra del Señor. Así como Dios es tolerante con nosotros, también nosotros tenemos que ser tolerantes con los demás.

Mira, perdona hermano, perdona mucho y sana muchas deudas que la gente te tiene, cancélalas continuamente y ¿saben qué? Dice la Biblia que el que perdona será perdonado, el que tiene misericordia recibirá misericordia. Un día quizás seas tu que vas a necesitar misericordia y como has tenido misericordia la vas a recibir. Hay que tener gracia, hermanos con los demás, en tu matrimonio, ten gracia, con tus hijos, ten gracia, con tus amistades, ten gracia, con las personas que trabajan contigo, ten gracia; en la iglesia, ten gracia con los demás; si te pisan los cayos, búscate unas botas bien duras y fuertes, pero no les des una patada en las canillas. Bendice al que te maldice, dice el Señor, porque ¿saben qué? Tu tienes un padre rico que te va a bendecir y te va a dar. Mientras tu más les des a los demás, más tu vas a recibir. Sabe lo que le permite a uno a veces tener gracia con los demás, es saber que mi Padre me va a bendecir porque yo estoy imitando el carácter de su hijo, y que si yo pierdo un poquito ahora, Dios me lo va a reponer con creces.

Yo no tengo que estarle arrancándole a la gente las cosas de la mano porque mi papá es poderoso para dármelas. Yo no tengo que estar continuamente mirándome las espaldas y peleando yo por mis derechos. Mi Dios es suficiente para conmigo. El Señor, cuando ve a un hombre, a una mujer, de corazón generoso, se le monta encima para bendecirlo y para darle más y lo poquito que pierde enfrente, Dios se lo repone con creces más adelante. Recibe eso, se generoso, no estés dañando la reputación de nadie. No estés haciéndole daño a las personas que te ofenden ni nada por el estilo, sino deja que el Señor te bendiga y que El se encargue de las cosas. ¡ Que bueno que mi hermano José nos dio ejemplo de eso con su esposa María!, y quiso dejarla secretamente. No estuvo publicando las cosas por allí, sino que simplemente quiso hacer lo que tenía que hacer pero que no fuera de daño a su reputación.

Y dice que pensando él en esto, estaba meditando el hombre, aún antes de dejarla secretamente, dice que quiso dejarla secretamente y pensando en esto. Fíjese, el estaba meditando cómo hacer esto y le dio un tiempo a las cosas antes de dispararse y tomar la decisión. Ese momento de pensar, meditar, reflexionar, le abrió un espacio al Señor para que enviara su revelación a su vida y que le mostrara que lo que parecía una tragedia y una maldición, era la bendición más grande que hubiera recibido jamás en su vida. Dios pudo entonces revelarle a José la verdadera naturaleza de lo que estaba pasando en su vida.



Hermanos, cuántas veces hemos estado en situaciones que parecen de maldición, que parece que no hay nada que las pueda redimir y después descubrimos que era el Señor mismo trabajando en nuestra vida para bendecirnos. Por qué es importante que seamos pacientes con el Señor y que esperemos a que El complete sus propósitos y sus trabajos en nuestras vidas. Quizás hace diez años hubo una tragedia en tu vida y tu todavía la estás mirando negativamente y quizás Dios quiere que tu digas: mira, voy a esperar un ratito más para que Dios me muestre verdaderamente qué es lo que tenía en mente.

José esperó, sabe Dios cuantos años, fue vendido por sus hermanos, llevado a Egipto, metido en la cárcel, acusado ilegítimamente y después, años y años después cuando él ve a sus hermanos que lo metieron a él en esclavitud, que los hermanos creen que les va a cortar la cabeza, ahora que es el segundo en mando en Egipto, José les dice: mire señores, no se preocupen. Ustedes quisieron hacerme daño y me metieron en la tragedia más grande de mi vida pero ¿saben qué? Dios usó esto, ahora yo lo veo para preservación de vida, así que yo no les puedo guardar rencor. Esa fue la bendición más grande que me vino a mi vida.

Hermano, quizás tu estás pasando por procesos en tu vida, dale tiempo al Señor para que complete sus procesos. Dios se toma tiempo para llevar las cosas a sus terminaciones. Si algo yo he visto acerca de Dios es que El no está de prisa. A veces yo me impaciento con El porque quisiera ya que me diera lo que me prometió o que resolviera el asunto que yo le pedí o que me contestara la oración que yo le pedí hace años, y Dios se toma su tiempo. El no está de prisa porque El tiene toda la eternidad. El sabe el fin y el principio de la película y El sabe el momento preciso para intervenir. Y es importante que nosotros cultivemos esa mirada a largo plazo. Sabe lo que la palabra que se traduce paciencia en el griego quiere decir ‘ser de larga mecha’, es como cuando usted..... viste en esas películas con un muñequito que hay una bomba bien grande y tiene una mecha larguísima y usted ve el hilito corriendo, nosotros tenemos que ser, tener una mecha larga, antes de explotar, antes de tirar la toalla, antes de desesperarnos, tenemos que darle tiempo al Señor para que El hable en nuestras vida y buscar la oración y así son los procesos humanos. Muchas veces, mira, cuando tu tengas una pugna con alguien o tu creas que alguien te hizo algo indebido o tu veas a alguien haciendo algo indebido, en vez de tu entrar de una vez con un machete o una de esas sierras eléctricas, tipo Tony Krugger, yo no se cómo se llama la película esa, nunca la he visto por si acaso.... pero antes de tu venir a cortar cabeza, hermano, piénsalo, dale tiempo a las cosas.

Yo he aprendido como pastor, mire, yo.... me dicen muchas cosas, yo aprendo muchas cosas, yo veo muchas cosas, pero he aprendido que hay que tomarse tiempo y orar antes de meter mano e intervenir en las cosas, y descubro que cuando yo espero un poquito, ¿saben qué? Dios entonces obra y ya yo no tengo ni siquiera que disparar un tiro. Cuando yo llego ya está todo listo, el gigante lo han descabezado, y yo nada más tengo que pasar por encima de él y seguir mi camino y no tuve que meterme en líos, en problemas ni nada. Yo he aprendido que Dios es real y que por eso tenemos que dar tiempo a las cosas, en nuestros matrimonios, a veces hay que esperar; con nuestros hijos hay que esperar y remitir nuestra causa al Señor, en las peleas sociales, y las pugnas y las cosas, si nosotros quitáramos más nuestra manos y dejáramos que Dios obrara, cuántas cosas Dios podría hacer, además cosas que pensamos que eran ofensas, luego terminan siendo de bendición para nuestras vidas y descubrimos que en vez de tener un enemigo tenemos un aliado más bien, hermanos. Démosle tiempo al Señor.

Y qué bueno que José esperó y en esa espera se le aparece un ángel en sueños y le dice: José no te preocupes, hombre, no tengas miedo de recibir, esa mujer es todo lo que tu pensabas que ella era, y ¿sabes qué?, un poquito más, porque hay en ella un ser santo que ha de nacer que es concebido del espíritu santo. Y tu te has pegado la lotería, van a hablar de ti buenamente a través de todas las generaciones, como estamos haciendo nosotros en el año 2005, para entrar al 2006. Y lo que ella ha concebido es del espíritu santo y te va a nacer un hijo y vas a llamar su nombre Jesús, que quiere decir ‘Dios es salvación’. Así que José pudo entender entonces todo el plan de Dios. Dios le dijo: no te apures José, Yo estoy a cargo de esa situación. Lo que en ella es, es engendrado del espíritu santo, aludiendo a la naturaleza divina de Jesús, lo cual discutimos el domingo pasado, y El salvará a su pueblo de sus pecados.

Dice el versículo 22 que todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta. ¿saben qué? El Señor Jesucristo vivió toda su vida cumpliendo las profecías y aún ya hacia el final de su vida dijo para que se cumpla la profecía. Cuando lo iban a crucificar se acordó de que había una profecía que decía que el hijo de Dios iba a ser contado con los pecadores y de una vez buscó una forma de realizar una profecía, y le dijo a sus discípulos: alguien tiene por allí una espada, no se suponía que cargaran una espada. Era un arma ilegítima para una persona que no fuera soldado. Si, por allí sacaron ellos unos cuchillitos de cocina todo herrumbrosos. Bueno, aquí tenemos un par de espadas todas desvencijadas. Eso es suficiente para que se cumpla la Escrituras de que será contado con los malhechores. Y así el Señor cumplió..... fueron docenas, docenas y docenas de profecías que se cumplieron con la persona de Jesús, y una de ellas era esa profecía de que una virgen iba a dar a luz un hijo y que su nombre sería Emmanuel. Todo lo que estaba pasando cumplimiento de lo que Dios había prometido cientos y cientos de años atrás. Le había prometido a David que tendría un descendiente cuyo reino sería eterno, y ¿saben cuántos años habían pasado desde que Dios le dio esa profecía a David? Más de mil años, más de mil años y los judíos habían estado prediciendo la venida del Mesías y nada se cumplía, pero un día Dios dijo: este es mi tiempo, ahora se cumple lo que Yo he prometido. Y se cumplió al pie de la letra. Exactamente como Dios dijo. Dios cumplió su promesa.

A mi se me ocurre que hoy nosotros estamos esperando la segunda venida del Mesías. ¿Cuántos creen que Cristo vendrá como dice la palabra? Yo creo que así será, y yo creo que, como dice la palabra que vendrá en una nube y todo ojo le verá y los que lo crucificaron tendrán que admitir que ese ciertamente era el hijos de Dios. Creemos que un día el pueblo judío se le van a abrir los ojos y van a entender que ese ser que ellos consideraron criminal, era y es su Mesías prometido. Porque Dios está en el asunto de cumplir su promesa, hermano.

Si Dios te ha dicho algo en tu corazón, tu estás esperando el cumplimiento de una promesa de Dios, no decaigas. Dios es fiel, continua firme, créele al Señor, porque Dios es bueno. El ha dicho por ejemplo serás salvo tu y tu casa. Si tus hijos todavía no se han salvado, créele al Señor porque el Dios que lo prometió, El lo va a cumplir. Dios es fiel. Dios cumple lo que ha prometido. El prometió a sus profetas que vendría un hijo, nacería de la raíz de David, nacería de una virgen, nacería en Belén y se cumplió al pie de la letra, porque Dios es fiel. Para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta. He aquí una virgen concebirá y dará a luz un hijo y llamará su nombre Emmanuel, que traducido es ¿qué? ‘Dios con nosotros’.

Eso es muy importante, hermanos, que en esta época nosotros recordemos algo que puede parecer un detallito, pero que no es un detalle, es bien importante. Jesucristo es Dios. En su nombre ya lo llevaba, así como Jesús quiere decir ‘Dios es salvación’ y Jesús encarnaba en su persona la función salvífica a la humanidad, dice ‘Dios con nosotros’, es decir, Dios mismo vino a habitar entre los hombres. Es pasajes como estos que han llevado a los teólogos a la conclusión, difícil de entender, de que Jesús es Dios mismo, habitando en forma corporal entre los hombres. Y tiene una lógica perfecta cuando miramos en términos de su inmenso valor, que era el único que podía salvar a la humanidad, ningún hombre tenía el valor intrínseco de al dar su vida, poder cubrir todos los pecados de la humanidad, quizás podría cubrir sus propios pecados, pero solamente Dios era lo suficientemente valioso, lo infinitamente valioso para cubrir todos los pecados y la ofensa contra si mismo, tomando forma de siervo. Jesucristo es Dios.

Y el profeta Isaías lo había dicho ya en Isaías, Capítulo 9 versículo 6, dice: porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombre y se llamará su nombre admirable, consejero, ¿qué más?, Dios fuerte. Digan todos ‘Dios fuerte’ y también dice, padre eterno, príncipe de paz. Miren eso: Dios fuerte y Padre eterno. Si Jesucristo hubiera sido creado, ¿saben qué?, no podría ser eterno porque tenía principio. Lo eterno es aquello que no tiene principio ni fin. Usted no le puede encontrar ni el comienzo ni el final, porque si tiene un dato de donde comienza no es eterno. Vive muchísimo tiempo, pero no es eterno. Eternidad es aquello que está afuera del tiempo. Jesucristo no fue creado. El que asumió forma de hombre, Jesús, fue engendrado por el espíritu santo, pero dice la palabra que el Verbo ya existía para con Dios en toda la eternidad. El escritor de Coloseses, el Apóstol Pablo, dice lo mismo también en Coloseses Capítulo 1, dice: El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación porque en El fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, dominios, principados, potestades, todo fue creado por El por medio de El y para El, y El es antes de todas las cosas y todas las cosas en El subsisten. ¿Usted entiende? Ese lenguaje no se usa de un mero hombre o de una criatura exaltada solamente se puede usar para referirse a Dios mismo. Dios con nosotros, Jesucristo es Dios con nosotros, Dios adelgazándose en la forma de un hombre y habitando entre nosotros, y ¿saben qué? Lo maravilloso es que hoy en día no solamente puede habitar en la humanidad, sino que puede habitar en tu corazón, si tu lo recibes como tu salvador personal.

Dice la palabra que si, el Señor dice que si tu abres la puerta Yo entraré y cenaré contigo y tu conmigo. Así de personal es. Nosotros tenemos un Dios que si usted lo compara con el Dios del budismo, del hinduismo de todos esos dioses de las grandes religiones de la humanidad en nuestro Dios, es un Dios personal. Eso es lo que distingue a nuestro Dios, es un Dios que dialoga con los hombres. A Dios le gusta comunicarse. A Dios le gusta que hablemos con El. A Dios le gusta tener compañía con sus criaturas. Dios es un Dios personal, es un Dios gregario, un Dios sociable.

Por eso es que dice: hijo nos es nacido, hijo nos es dado. ¿Entiende? Nos..... ha nacido en el seno de la familia. Celebramos esas criaturas lindísimas aquí, a Gabriel y a Gabriela, esos niños le nacieron a una familia. ¿saben qué? Cristo le nació a la familia humana, a la iglesia de Jesucristo. Nosotros tenemos un Dios personal. Dios con nosotros y por nosotros también.

Una última idea que se ofrece en este pasaje, la encontramos aquí, dice que “despertando José del sueño hizo como el ángel del Señor le había mandado y recibió a su mujer”. José fue obediente. José obedeció y dijo: bueno, voy a poner a un lado mis dudas, voy a recibir a mi esposa. La recibió. José era un hombre obediente como nosotros tenemos que ser obedientes. Recibió a María y dice que no la conoció, es decir, no tuvo relaciones matrimoniales con ella hasta ¿qué? Hasta que tuvo a su hijo primogénito. Un detallito interesante aquí es ese, ¿no?. Dice que no la conoció ‘hasta que’ ¿qué quiere decir eso?, que después gozó de sus privilegios matrimoniales como él bien tenía derecho a disfrutar. Es decir, José esperó, fue obediente al Señor pero cuando ya se cumplió la función misteriosa de María de portar al hijo de Dios, entonces ellos dos entraron en una vida matrimonial común y corriente, sana, dentro de la bendición de Dios en sus vidas. Y años después la gente decía, ¿no es este Jesús, el hijo del carpintero? ¿Y no son sus hermanos fulanito y fulanito, y sus hermanas que también las conocemos? Es decir, hubo otros hijos que nacieron de ese matrimonio, pero esa relación especial de Jesús con su madre, eso no fue tocado en ningún momento, sino que María portó ese engendramiento sagrado de Dios y salió este ser maravilloso que nosotros llamamos Jesús y que celebramos en este día. El nacimiento de nuestro Señor Jesucristo fue así, hermanos, y nosotros celebramos eso. Amen. Le damos gloria al Señor de que Dios se tomó la molestia de enseñarnos cómo el hijo de Dios vino al mundo. Y qué bello es saber que gente muy especial, seres humanos extraordinariamente admirables fueron parte de ese drama.

Dios hubiera podido, no se, quizás crearse algo por si mismo, simplemente aparecer aquí en paracaídas en el mundo, pero no lo hizo así. Quiso enseñarnos que El cuando obra con la humanidad, obra en intimidad con ellos y se hizo y se metió en el vientre de una mujer y lo maravilloso es que Cristo ha experimentado todo lo que nosotros experimentamos, hermanos, la soledad, el frío, el hambre, el abandono de los demás, la tentación, y todo eso lo bateó de jonrón fuera del campo. Santo, perfectamente santo. Caminó sobre la tierra y se impuso sobre la muerte, la enfermedad, los demonios, las tormentas, la naturaleza y mantuvo un record impecable y perfecto y por eso hoy El puede ser tu salvador, mi salvador. Esa es la navidad, hermanos, eso es lo que nosotros celebramos en esta tarde. Gloria a Dios. Amen. Somos un pueblo bendecido. Somos un pueblo especial porque Cristo ha venido a nuestros corazones. Amen.

Vamos a bajar nuestras cabezas un segundito, y yo quiero asegurarme de que todos los que estamos aquí hemos recibido a ese Señor ejemplar. Amen. Y si ya lo has hecho, Gloria a Dios. Vamos a correr ahora por aquí, vamos a peinar esta congregación, vamos a asegurarnos de que nadie se vaya de aquí sin tener ocasión de expresar su amor y su lealtad por Cristo Jesús, y yo quiero invitarte, mi hermano, mi hermana, si nos visitas en esta tarde, y si nunca tu has dado ese paso de apropiarte para ti mismo de ese relato navideño de Jesús, el hijo de Dios, salvador del mundo, el redentor de la humanidad, y tu quieres decir: Señor, yo quiero que tu seas mi redentor, que tu seas mi salvador. Si no lo has hecho antes, yo quiero darte una oportunidad en esta tarde para que lo hagas. Qué día más idóneo para hacerlo que el día de navidad en que Cristo puede nacer en tu corazón. Si no lo has hecho antes y quieres levantar tu mano en esta tarde, yo quisiera orar por ti antes de que te vayas. ¿Habrá alguien que no lo haya hecho antes, puede ser en el balcón, puede ser por aquí? Veo una mano que se levanta allí detrás. Amen. Amen. ¿Habrá alguien más? Vamos a peinar esto con un peine bien finito. Allí detrás también este joven levanta su mano. Vamos a asegurarnos de que todos los que estén aquí tengan ocasión..... amen, Dios te bendiga joven, allí..... tengan ocasión de decir: Señor, yo quiero que tu entres a mi corazón. ¿Habrá alguien más quizás una jovencita, un jovencito por allí que quiera invitar a Jesús a entrar a su vida? hay una mano allí que se levanta. Gloria a Dios. Amen. Amen.

14 junio 2009

Unción y gozo

Vaya conmigo al Libro de Joel. Quiero compartir con ustedes unos pensamientos que Dios ha puesto a través de las últimas semanas en mi corazón y quiero plantar esto en su espíritu como una semilla de fe y de confianza en el Señor.

Yo creo que Dios tiene esta palabra para nosotros como iglesia, como pueblo de Dios. Al comenzar este años 2006 que vemos que Dios tiene buenos propósitos para nosotros, que Dios quiere levantar este pueblo y hacerlo cada día más efectivo en medio de esta ciudad. Dios quiere de se cumpla lo que El ha dicho de que nosotros somos sal de la tierra, somos luz del mundo, somos una presencia activa. No estamos en la ciudad simplemente para adornar o para ser un elemento más, sino que la palabra del Señor dice que nosotros vamos a ser cabeza de las naciones, vamos a ser cabezas de las ciudades donde nos encontramos. Dice que nuestra descendencia va a edificar los muros caídos, va a levantar las ruinas que han permanecido durante muchos años y esa es la palabra que Dios tiene para congregación León de Judá en esta noche y en este año y Dios quiere fortalecer tu vida y que tu seas parte de ese milagro que El quiere llevar a cabo aquí, en esta ciudad.

En el Libro de Joel, en el Capítulo 2 comenzando con el versículo 21, sigue conmigo esta palabra. Dice allí el Señor: “tierra no temas, alégrate y gózate porque Jehová hará grandes cosas”. Digan conmigo ‘Jehová hará grandes cosas’ ‘Jehová hará grandes cosas’ ‘Jehová hará grandes cosas’. Amen. Deja que esa promesa penetre en tu espíritu.

Dice “animales del campo, no temáis, porque los pastos del desierto reverdecerán, porque los árboles llevarán su fruto, la higuera y la vid darán sus frutos. Vosotros también, hijos de Sión, alegraos y gozaos en Jehová, vuestro Dios porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio. Las eras se llenarán de trigo y los lagares rebosarán de vino y aceite.”

Repitamos todos ‘vino y aceite’, dos elementos claves que yo quiero que tu poses tu atención sobre ello en esta noche. Dice la palabra “.... y os restituiré los años que comió la oruga, el salmón, el revoltón y la langosta, mi gran ejercito que envié contra vosotros. Comeréis hasta saciaros y alabaréis el nombre de Jehová vuestro Dios, El cual hizo maravillas con vosotros. Nunca jamás será mi pueblo avergonzado. Y conoceréis que en medio de Israel estoy Yo y que yo soy Jehová, vuestro Dios, y no hay otro y mi pueblo jamás será avergonzado. Y después de esto derramaré mi espíritu sobre toda carne y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas, vuestros ancianos soñarán sueños y vuestros jóvenes verán visiones y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi espíritu en aquellos días y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, fuego y columnas de humo. El sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová y todo aquél que invocare el nombre de Jehová será salvo, porque en el monte Sión y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová y entre el remanente el cual El habrá llamado.”

Hermanos, póngase de pie un momento. Yo quiero que tu hagas conciencia en esta noche de que tu no estás aquí para un mero evento social, yo se que casi todos aquí, pero si no estamos claro en eso, yo quiero que tomemos un momento para reconocer eso. Tu no estás simplemente bueno, porque es el fin del año y como una costumbre religiosa tu vienes a despedir el año a la iglesia. No estamos aquí en automático, simplemente llevando a cabo un cometido social religioso. Estamos aquí cada uno de nosotros porque somos gente de fe, gente que creemos que Dios le habla a su pueblo, gente que está viva en el espíritu. Yo te pido en el nombre de Jesús que le pidas al Señor que si no te sientes así ahora mismo, que avive el fuego de su don que está en ti porque Cristo está en ti esta noche.

Vamos a tomar un momento para clamar al Señor. Levante su voz ahora, levante su voz. Vamos a agitar el espíritu en esta noche antes de traer la palabra del Señor, porque esta es una palabra fuerte para nosotros. Y yo quisiera que nadie se quedara en esta noche sin clamar al Señor un momento. Vamos a levantar nuestras voces al Señor. Comienza a mover tu espíritu, vamos a ver, vamos a escuchar ese fuego del espíritu de Dios. Vamos a suscitar y a levantar el espíritu en esta noche. Clama a Dios. Pídele al espíritu santo que te llene. Esos jóvenes allá arriba. Yo quiero que se pongan también en acción, pónganse en el espíritu. No estemos mirando alrededor, póngase en el espíritu y vamos a clamarle al Señor en esta noche, que somos un pueblo que estamos aquí porque creemos que el espíritu santo nos quiere hablar. Quiero a todo el mundo atento en lo que estamos haciendo en este momento, estamos haciendo guerra espiritual. Levante su voz al Señor.

Padre te adoramos, te bendecimos. Espíritu santo llena tu pueblo, Señor. ¡Aleluya!. Te adoramos, Padre. Vamos a clamar al Señor, hermanos. Vamos a clamar al Señor, vamos a levantar la presencia de Dios en este lugar. Gracias Jesús, tu pueblo te alaba, Señor. Tu pueblo se llena de Ti. Abrimos nuestra boca, Padre, y bebemos cántaros de aguas espirituales, Señor, en esta noche. Te proclamamos Rey y Señor en esta ciudad. El año 2006, Padre, proclamamos que es un año de milagros, es un año de bendición, es un año de guerra, es un año de unción para tu pueblo, Padre. Te adoramos. Que se oiga esa alabanza del pueblo de Dios. Vamos a ver, no se canse de levantar su oración al Señor. Levante su oración a Dios. Crea que Dios escucha la oración de un pueblo apasionado para con El. Gracias, Jesús. Gracias, Jesús. Te adoramos, te adoramos. Levanta esa temperatura espiritual ahora. Levanta esa temperatura espiritual. Te bendecimos, Señor.

Usted no tiene que ser un experto, un veterano de las cosas de Dios. Puede ser esta la primera noche que usted venga aquí. Dios quiere oír su oración. Gracias, Jesús. Fluye Señor en medio de nosotros en esta noche. Padre, reprendemos, reprendemos la mediocridad espiritual. Reprendemos la pasividad espiritual, Señor. Reprendemos el simplemente vivir en neutra y pedimos, oh Dios, que tu pongas tu dirección en nosotros, Padre, que seas tu la fuerza motriz de nuestras vidas. Espíritu santo reclamamos tu unción en esta noche, Señor. Como tu pueblo, Padre, no estamos aquí simplemente para adorno, Padre, estamos aquí porque tenemos ansias de tener más de Ti. Te adoramos, Señor. Levanta tu espíritu, Padre, en esta noche en medio de nosotros. Oh Jehová cava hondo en nosotros, cava hondo en nosotros. Llénanos, llénanos, llénanos, más y más. Queremos más de ti, Señor. Queremos más de tu gloria. Queremos más de tu unción, Padre. Exáltate Señor en medio de tu pueblo. Fluye Señor. Fluye Señor, no te canses de clamar al Señor. No te canses de levantar tu voz al Señor. Necesitamos bendecir esta ciudad de Boston, hermanos. Necesitamos derribar los principados y las potestades. Tenemos que hacer huir los poderes del diablo que quieren poseer esta ciudad y esta nación. Necesitamos pararnos en la brecha y clamar al Señor y decirle: ‘diablo, tu no va a poseer esta ciudad’. Esta ciudad la reclamamos para Cristo en el año 2006. En esta ciudad declaramos que sucederán cosas en nombre de Jesús, que las huestes del infierno serán ahuyentadas y serán obligadas a retroceder en el nombre de Jesús. Oh Señor y veremos tu fuego, y veremos tus señales, y veremos tus prodigios, Padre, y se hablará de lo que sucedió en esta ciudad. Y vendrán de muchas naciones, vendrán con su leña apagada y fría para coger el fuego que habrá en esta ciudad. ¡Aleluya! Y vendrán aquí para aprender, para llevarse tu palabra, llevarse tu enseñanza, llevarse tu unción profética a otros lugares.

Nosotros declaramos que esta ciudad de Boston será lugar de avivamiento, Señor. Será llamada ciudad ejemplar, oh Dios. Será llamada de nuevo ciudad fundamento, ¡Aleluya! Será llamada de nuevo pozo que Dios ha abierto para que fluya el agua que una vez fluyó. Oh santo, santo, santo. Y el pueblo de Dios se para en la brecha y te dice: Satanás, tu no pasarás por este lugar. Te derrotamos en el nombre de Jesús.

Y Padre, reclamamos en el nombre de Cristo, una familia poderosa, un pueblo lleno del espíritu santo, un pueblo que sepa hacer guerra por su Dios. Oh santo, renovamos nuestra mente, Señor, en ti. Renovamos nuestro espíritu en ti en esta noche. Padre, reprendemos el espíritu de mediocridad. Reprendemos el espíritu religioso. Señor, reprendemos el espíritu ritualista. Reprendemos el espíritu mediocre, Señor, en esta noche. Oh, Jehová. Reprendemos la mente ausente, Padre, de tus cosas. Y declaramos tu fuego, Señor, en esta ciudad de Boston. Declaramos que los aires son aclarados, son abiertos para que vaya tu unción y para que suban las alabanzas y el clamor del pueblo de Dios.

Padre, declaramos que los niños harán huir a los demonios. Declaramos que los ancianos serán renovados y que soñarán sueños para tu gloria, Señor. Que los jóvenes indiferentes, Padre, van a ser calcinados por Dios y quemados por el ardor del fuego de tu pasión, Padre. ¡Aleluya! Reclamamos un pueblo entendido, Señor. Te adoramos, Señor. Declaramos, declaramos tu fuego sobre la ciudad de Boston, que llueva el fuego sobre la ciudad de Boston, Señor. Oh te adoramos Dios. Te bendecimos, Señor. Oh, tu eres Dios poderoso. Tu renuevas la familia, Padre, en esta noche. Tu renuevas el fuego de tu pueblo, Padre. Oh, Señor ayúdanos a verte Dios en tu gloria, a verte sentado en tu trono, Padre. A ver esos ancianos, Señor, que te adoran y dicen: santo, santo, santo, santo, santo, santo.

Tu eres Jehová de los ejércitos. Tu eres el Dios guerrero. Oh, Padre, tu eres el Dios que cumple sus promesas. Tu eres el Dios que nunca ha sido derrotado y nunca será derrotado, Padre. Te alabamos y te bendecimos, Señor. Unción de Dios desciende. Unción de Dios desciende sobre la ciudad de Boston. Unción de Dios aclara el entendimiento, Señor. Reprendemos en esta noche, Padre, la ceguera espiritual. Reprendemos en esta noche, las cargas artificiales que el diablo pone sobre los hombros de tus hijos, Señor. Reprendemos, Padre, los ojos enceguecidos y los lavamos con colirio del espíritu, Señor. ¡Aleluya!

Te adoramos, Señor y te bendecimos en esta noche. Te damos gracia, Padre por tu poder renovador en medio de nosotros. Gracias, Señor. Dale gracias al Señor. Dale gracias a Dios. Dale gracias al Señor. Porque su presencia está con nosotros, recuerda eso. ¡Aleluya!. Dios nos ha llamado a ser un pueblo guerrero. Dios nos llamado a ser un pueblo que esté siempre ardiendo en el espíritu, hermanos. Recuerda eso. Dios no te ha llamado simplemente a ser iglesia, a ser religión. Yo pido que el Señor en este año 2006 haga una unificación de nuestro pueblo, de manera que todos estemos en el mismo espíritu, la misma unidad del espíritu, hermanos, un pueblo pentecostal. Amen. Digan todos ‘pentecostal’ ‘pentecostal’. Un pueblo lleno del espíritu santo, un pueblo que se mueva en los dones del espíritu, un pueblo de autoridad, hermanos. Esto es lo que Dios quiere. Dios está cansado de la tibieza espiritual, escúchame. Dios está cansado, todos debemos estar cansados de la tibieza espiritual. Dios quiere que estemos ardiendo en fuego por El. Que lo amemos por sobre todas las cosas. Esa es la palabra del Señor en esta noche. Toma asiento, pero toma asiento solamente físicamente, en tu espíritu y en tu mente, mantente de pie escuchando la palabra del Señor.

Hermanos, Dios me ha dicho que este es un año en que El va a hacer morar y habitar entre nosotros, dos elementos. Hay dos elementos que Dios quiere que nosotros hagamos céntricos en nuestra vida. Estas son las dos cosas que deben fundamentar el caminar del creyente. Hace unas semanas tuvimos un tiempo de vigilia aquí en la iglesia, y al comienzo del servicio el Señor puso en mi corazón y en mi mente dos elementos que en realidad, hablamos de ellos, los hemos meditado pero nunca los había visto en unidad, así el uno al lado del otro, en la manera en que Dios quiere que esos dos elementos se muevan en medio de nosotros.

Esos dos elementos son la unción de Dios y el gozo de Dios. Y Dios me puso, a través de dos símbolos que me vinieron a la mente antes de comenzar ese tiempo de vigilia, y fue.... yo le pedí a Meche que me trajera de la casa vasijas donde pudiéramos poner aceite y vino. Y esos dos elementos, yo he estado pensando en ellos a través de estas semanas. El aceite y el vino que representan el aceite, la unción de Dios y el vino representa el gozo de Dios. Y estos son dos elementos que Dios quiere que habiten en nuestros corazones y en nuestras vidas y que nosotros llenemos nuestras vidas de estas dos cosas.

Estas son las dos cosas, hermanos, que derrotan al diablo. Estas son las dos cosas que permiten que nosotros podamos vivir en la vida victoriosa que Cristo nos ha llamado a vivir. Y si usted busca en una concordancia como yo hice recientemente, usted va a ver esa compañía mutua que se hacen el aceite y el vino. Varias veces en la Biblia se mencionan el aceite y el vino en conjunto, como dos elementos que son claves para nuestro caminar.

Si usted mira aquí mismo en Joel, Capítulo 2, usted va a ver, hay una promesa para el pueblo de Dios en estos versículos, y ahí en el versículo 22 al final dice “... los árboles llevarán su fruto, la higuera y la vid darán sus frutos.” Y usted puede comenzar a ver allí esa combinación en la higuera y en la vid de la higuera que produce el aceite y la vid que produce el vino y esa..... hay aquí en la Biblia como esa consonancia, ese continuo repetir de esos dos elementos que tienen una función física, pero también tienen una función espiritual porque hay algo en esos dos elementos que están unidos intrínsecamente que son parte de la vida del creyente. Si usted busca en el salmo 104, en el versículo 14 dice que ‘Dios hace producir el heno para las bestias y la hierba para el servicio del hombre sacando el pan de la tierra, y dice que hace producir también el vino, que alegra el corazón del hombre, estoy en el versículo 15, el vino que alegra el corazón del hombre y el aceite que hace brillar el rostro. El vino que alegra el corazón y el aceite que brillar el rostro.

Si usted va al Evangelio según San Lucas, en el Capítulo 10, en la famosa parábola del buen samaritano, allí de nuevo surge eso. Ustedes recordarán que cuando el samaritano lleva a este hombre que ha sido herido y golpeado por los ladrones, que son símbolos de todos esos elementos negativos en nuestra vida, que nos roban la fortaleza, que nos roban la bendición, nos apartan de la trayectoria que llevamos. Esos ladrones son símbolo del elemento demoníaco en nuestra vida, la maldad satánica, demoníaca, que trae enfermedad a nuestra vida, que trae pobreza, que trae decaimiento, que trae depresión, que trae ansiedad, que trae ataduras emocionales y mentales que continuamente nos están recordando de aquellos elementos negativos de nuestra vida del pasado y que nos mantienen atados y victimizados. Y dice la parábola que cuando el samaritano llevó a este hombre al mesón y antes de eso dice “....que acercándose vio a este hombre, fue movido a misericordia y acercándose vendó sus heridas, (eso es lo que hace el Señor Jesucristo, eso es lo que hace Dios en nuestras vidas, cuando nosotros entramos en el Evangelio, el Señor nos rescata, se acerca a nosotros, venda nuestras heridas), dice.... echándoles aceite y vino.” Estos dos elementos están allí continuamente, yo imagino que el aceite, en este caso de las heridas, representaba algo que suaviza, algo que lubrica, algo que adormece quizás, y que trae como un poco de descanso al dolor por su capacidad simplemente para calentar y para suavizar; y el vino es algo cáustico, que por su contenido de alcohol, me imagino, hablando puramente en lo físico, sana y mata infecciones y mata gérmenes, y mata cosas contaminantes.

Entonces esos dos elementos vino y aceite, como que en la sanidad de las heridas, hacen una combinación muy hermosa complementaria, uno suaviza y calma y lubrica y lo otro penetra hondo y quema y hace arder y con su calor destruye cosas negativas. Y yo creo que ese es un buen ejemplo de lo que hace la unción de Dios combinada con el gozo de Dios en nuestras vidas.



Hermanos, nosotros estamos llamados, como pueblo de Dios a movernos a el ámbito sobre natural, en el ámbito de los misterios del espíritu. Dios no quiere que seamos gente simplemente consumiendo información. Yo veo muchos cristianos que vienen a la iglesia y permanecen siempre atorados en el mismo nivel espiritual y no progresan, siempre permanecen niños, y usted lo ve año tras año, la misma actitud religiosa, el mismo atolladero espiritual, porque no han entrado en esa dimensión sobrenatural donde los misterios de Dios tienen oportunidad para manifestarse en nuestras vidas. Y nosotros tenemos que ser un pueblo sabio y entendido en las cosas del espíritu. Y estas cosas de la unción y del gozo para mi son elementos espirituales que no se pueden entender si no moramos en esa dimensión del espíritu, sino simplemente serán metáforas bonitas, serán simplemente imágenes poéticas que usaremos de vez en cuando en la alabanza y en la predicación, pero no tendrán vigencia en nuestras vidas hasta que no adoptemos una mentalidad sobrenatural. Diga amen, aunque no entienda lo que estoy diciendo.

Hermanos, Dios quiere que tu comiences a pedirle a El que derrame entendimiento espiritual sobre tu vida, que tu comiences a moverte en ese ámbito espiritual donde El pueda hacer factible el entendimiento de estos misterios a los cuales yo estoy refiriéndome en esta noche. Porque la unción de Dios en última instancia no tiene explicación. La unción de Dios no hay forma que tu, teológicamente o racionalmente, puedas explicarle a alguien lo que es la unción. La unción de Dios es algo va directamente de Dios y que llena y toca tu vida. Es un combustible espiritual, es gasolina espiritual, que tu abres tu ser interior, abres tu mente, abres tu boca espiritual y esa llenura del espíritu santo baja sobre tu vida. es como el aceite, por eso es que yo creo que se compara con el aceite, en el sentido de que se te aplica, se te aplica a tu vida y penetra a los poros de tu vida, abre los poros de tu vida, y entra el poder de Dios en ti. Y lo que tu antes no podías hacer, lo que tu antes no podías entender, lo que antes no podías procesar, ahora tu lo puedes hacer, porque la unción de Dios, ha entrado en tu vida y te ha capacitado para tu procesar las cosas y los misterios de Dios. Y eso es lo que Dios quiere que tu tengas en tu vida.

Por eso es que cuando el Señor Jesucristo le habló a sus discípulos en el Libro de los Hechos, y les dijo acerca de que no se movieran de Jerusalén hasta que no fueran llenos del espíritu santo, hasta que no recibieran la unción de Dios. Porque hasta entonces ellos eran simplemente hombres, hasta cierto punto, comunes y corrientes que se estaban moviendo solamente en su propia fuerza. Tenían el conocimiento que Cristo le había dado, tenían las experiencias que El les había deparado, habían hecho ciertos ejercicios espirituales, pero todavía les faltaba ese elemento que pudiera prender todo lo que ellos habían recibido y que pudiera comunicarle vida y la capacidad para ellos actuar sobre ello. Eso es la unción que tu necesitas y que yo necesito para nuestra vida.

Muchos de nosotros entramos al Evangelio y pensamos que el simplemente ser evangélico, que el simplemente venir a la iglesia, que simplemente hacer unas mociones espirituales y religiosas, que eso de alguna manera es como que va a tener un efecto en nuestras vidas y nos va a transformar. A lo máximo lo que eso puede hacer es hacer una reforma, y puede ayudarte porque tu vas a aprender ciertos principio que si se aplican si da resultados. Pero, hermanos, Dios quiere llevarte a otro nivel de vida y a otro nivel de efectividad donde tu puedas recibir algo diferente, algo que acelere tu proceso de crecimiento. Y esa es la unción del Señor. Es el poder del espíritu santo que llene tu vida. Es esa búsqueda que tu necesitas.

Por eso es que yo entiendo como es que es posible..... a veces los evangélicos decimos bueno, yo recibí a Cristo y yo tengo a Jesús, y la Biblia dice que si yo tengo a Cristo y yo tengo el espíritu santo y por lo tanto ya no necesito buscar nada más. Bueno, eso suena muy bonito, pero eso no es lo que dice la Biblia que yo tengo y eso no es lo que yo veo a través de toda la Escritura. Yo veo que hay una experiencia que se tiene que se llama, recibir a Cristo como Señor y salvador, lo cual nos hace salvos y ciertamente nos hace aceptos ante el Padre, pero yo creo que la Biblia una y otra vez nos también de que tenemos que ir algo más allá donde entramos en una intimidad con Dios y donde Dios comienza a capacitarnos y Dios comienza a llenarnos con su unción y con su espíritu. Y entonces eso activa las verdades que nosotros estamos recibiendo. Eso le da cuerpo a las experiencias que nosotros estamos teniendo en nuestra vida. Y eso requiere, una experiencia adicional, por eso es que es bien claro, uno sin hacer juicios, digamos excesivos, hay algo que tiene la persona que tiene esa experiencia del espíritu santo, no es que sean perfectos, es más yo diría que hay veces, hermanos, que hay personas que tienen la unción de Dios y son mucho más imperfectos en su carácter y en su trato con los demás que aquellas personas que no tienen la unción. Sin embargo en esas personas, que tienen ese toque del espíritu santo hay una convicción, hay una pasión, hay una efectividad a cierto nivel de vida que uno puede identificar esa presencia del espíritu de Dios en ellos.

Ahora, lo importante es que Dios quiere que usemos ese espíritu para romper imperfecciones de carácter, para pedirle al Señor que nos de el fruto del espíritu santo, para entrar en otro nivel de efectividad también en nuestras relaciones humanas y otras cosas, pero es importante, hermanos, que nosotros le pidamos al Señor ‘Padre, envía esa unción de tu espíritu a mi vida’.

Y Dios quiere que León de Judá en este año 2006 se mueva más profundamente en esa llenura del espíritu santo, en esa unción del espíritu santo. Si tu no has recibido ese toque del espíritu santo, yo quiero animarte a que busques y en esta noche, al final de este tiempo, yo les voy a pedir a los que quieran que oremos por usted en esta noche. Vamos a orar para que usted reciba un toque del espíritu santo. Amen. Vamos a pedirle al Señor que nos bautice con su espíritu porque esa unción es algo maravilloso, esa unción es algo que nosotros necesitamos.

Mire cómo habla el evangelista Juan acerca de la unción. Vaya a Primera de Juan en el versículo 20 del Capítulo 2, dice aquí en el versículo 20 “... pero vosotros tenéis la unción del santo y conocéis todas las cosas”. Vosotros tenéis la unción del santo y conocéis todas las cosas. Una de las cosas que hace la presencia de la unción de Dios en nuestra vida es precisamente que entendemos las cosas espirituales, entendemos los asuntos del espíritu, a un nivel que ya una vez que nosotros tenemos ese sello del espíritu santo, hermanos, es imposible que nos vengan a dar, como dicen, gato por liebre. Eso es un sello que tiene, la persona que tiene la unción de Dios por más imperfecciones que tenga, por más tumbones que de en la vida, hay un lazo que lo ata al Reino de Dios y no puede salirse porque ya ha tenido una experiencia real con el espíritu santo y eso te sella, eso te quema en tu mente y en tu corazón y aunque tu trates de salirte de eso, esa experiencia de la presencia de Dios en tu vida, y de que tu sabes que Jesucristo es el Señor, que Jesucristo es el hijo de Dios, que no hay nada fuera del Reino de Dios, eso te va a mantener y van a venir pruebas a tu vida, y van a venir dificultades, van a venir tentaciones, van a venir caídas, pero tu vas a saber que tu sabes que Jesucristo es tu Señor y es tu Dios y eso te va a mantener pegado al Reino de Dios.

Por eso tenemos que pedirle al Señor “Padre, permite que yo tenga esa unción y que mis hijos tengan esa experiencia de fuego del espíritu santo, porque cuando ese fuego del Señor cae en la vida de un joven, de un adulto, hermanos, esa persona está ya atada irrevocablemente al Reino de Dios y esa persona va a saber que ha sido sellada con el sello del espíritu santo. Y eso es algo misterioso, hermanos, eso no tiene explicación. A eso no se llega a través de un proceso de aprendizaje, eso es simplemente algo que desciendo sobre tu vida. Es un misterio de Dios, pero tu y yo lo necesitamos.

León de Judá va a llegar a su destino espiritual en esta ciudad, como le ha sido profetizado tantas veces, y gloria a Dios que nosotros hemos desarrollado cierto nivel de ministerio en esta ciudad, pero Dios quiere algo cualitativamente superior. Es un salto como en las películas de Star Trek que está la nave en momentos así y puf..... desaparece porque entró en workdrive, como dicen en inglés. Esa es la diferencia. Tu puedes estar viajando bien rápido en las cosas del espíritu, pero cuando la llenura del espíritu santo se hace una realidad en tu vida, tu entras en otra velocidad y puedes pasar a otra dimensión en un instante. Eso te pone en comunicación con el Señor. No te hace, como te digo, perfecto, ni te hace un teólogo pero te da dientes y uñas espirituales, te permite tener peso en el área del espíritu, te puede hacer agresivo y militante y convencido y cuando tu hablas habrá una autoridad misteriosa en tu palabra, habrá un gozo cuando tu testifiques del Señor, habrá una pasión por Dios. Dios quiere que nosotros desarrollamos necesidad del aceite de Dios.

Mi hermano, yo te pido en el nombre de Jesús no seas orgulloso, no seas resistente, sino sujétate a esa doctrina espiritual que lleva siglos y siglos y siglos del pueblo de Dios, hay buscar esa unción, hay que desarrollar pasión por la unción para que el Señor pueda hacer la obra que quiere en nuestras vidas. Hay ataduras en tu vida, hay problemas en tu vida, hay dificultades en tu vida que solo van a someterse cuando tu tengas la unción de Dios corriendo dentro de ti. Y tu vas a descubrir, hermano, que el caminar espiritual, el caminar la jornada cristiana se hace mucho más fácil, más llevadera, cuando tu te mueves en la unción del Señor. Lo que te tomaba mucho esfuerzo, lo que te tomaba tanto trabajo, lo que parecía resistente a tus esfuerzos y a tus oraciones, Dios te va a mostrar que eso va a caer en un instante, que va a ser derribado en un momento y que tu vas a poder moverte con facilidad en las cosas del espíritu.

Cuando los Apóstoles recibieron el bautismo del espíritu santo, vemos que esos hombres y mujeres que estaban acobardados y que dudaron inmediatamente del Cristo que habían visto hacer milagros y grandes cosas porque no se estaban moviendo en la unción del espíritu santo. Es decir, veían cosas aún participaban en ellas, pero lo hacían como meros testigos, que estaban como simplemente mirándose en una película pero que no eran parte del proceso mismo. Pero cuando vino la unción del espíritu santo sobre ellos, dice la Biblia que en un momento Pedro, el Pedro que había negado a Jesús tres veces acobardado, se paró ante una multitud y en un instante miles de personas creyeron en Jesucristo.¿por qué? Porque era el antes y el después de esa experiencia espiritual. No podemos emprender la vida del espíritu, hermanos, hasta que nosotros no nos aseguremos de tener esa unción de Dios, por eso es que yo te animo en el nombre del Señor, te digo como dice la palabra del Señor, despiértate tu que duermes y te alumbrará Cristo. Quiero ser bien directo, hermanos. Necesitamos, de una vez por todas, que el Señor rompa la matriz para que pueda salir el bebé espiritual que Dios quiere que salga de nuestras vidas. Que se rompa esa telaraña que impide que demos fruto a la vida de Dios en nuestras vidas.

Hermanos, vivimos tiempos peligrosos, vivimos tiempos en que no se puede vivir como se vive en tiempos de paz. Estamos en tiempos que, como dice la Biblia, Dios va a tener que acortar los tiempos porque si no, ni aún los selectos sobrevivirían las tentaciones que van a venir. ¿Usted sabe que la palabra de Dios dice eso? Que los tiempos van a tener que ser acortados porque el poder demoníaco para engañar, para arropar, para atar va a ser tan grande que si el pueblo de Dios fuera expuesto demasiado tiempo a ese tipo de tentación, posiblemente caería. Eso es un misterio para mi. Pero el Señor Jesucristo lo dijo, no lo está diciendo un teólogo, una persona secular, lo dice la palabra del Señor. Una de las cosas que yo entiendo claramente por qué es tan importante que el pueblo de Dios en este tiempo sea un pueblo militante y feroz en el espíritu, y agresivo en el espíritu, es porque no estamos viviendo en tiempos comunes, entiéndame.

Yo diría que la mediocridad espiritual pasaría, posiblemente, en otra época donde no hubiera los conflictos y los peligros que hay en este tiempo. Pero cuando usted mira la televisión y cuando usted camina por las calles y cuando usted ve las cosas que están pasando a nivel del gobierno, de las artes, de la educación, la creciente secularización del hombre, toda la fuerza poderosa del diablo para enviar imágenes candentes y llenas de colorido y de sonidos y de vibraciones misteriosas a nuestra psiquis y a nuestro espíritu, la persona que no esté clara, la persona que no está sobreabundando en la llenura del espíritu santo, va a ser arrollada por el poder demoníaco que se está desatando en este tiempo.

Habrá tiempos en que posiblemente las iglesias podrían darse el lujo de predicar el Evangelio en una manera tibia y, como dijera yo, que no retara a nadie, que no confrontara, como hay tantas iglesias aún aquí en la ciudad de Boston que no se atreven a predicar el Evangelio completo, porque no quiere escandalizar a las personas que vienen, pero, hermanos, en este tiempo que nosotros estamos viviendo, eso no es posible. Si hubiera sido posible en otro tiempo, no se, pero yo se una cosa, que en este tiempo la iglesia de Jesucristo tiene que ser más militante que nunca, tiene que ser más clara que nunca y tiene que ser más llena del espíritu santo que nunca. Y si tu quieres que tu vida tenga la efectividad que Dios quiere que tu tengas, si tu quieres que tus hijos puedan permanecer y que tu puedas comunicarle a tus hijos la sana doctrina, y que tus hijos tengan su mente y su espíritu abierto para que pueden sobrevivir esa onda maligna que el diablo ha derramado sobre la tierra y que Dios ha permitido que él derrame, la única manera va a ser, llenándote tu, padre o madre, del espíritu santo y asegurándote de que tus hijos tengan esa experiencia del espíritu santo también y viviendo en la unción de Dios, la llenura de Dios. Esa llenura sobre abundante que te permita entonces ser un testigo poderoso del Evangelio. Que tu puedas vivir, hermano, de victoria en victoria. ¡Aleluya!

Por eso tenemos que decirle ‘Padre, envía tu unción a mi vida. Yo no entiendo qué es la unción, no se por qué, pero tu palabra lo dice y yo la quiero’, y entonces paga el precio para que esa unción se haga una realidad en tu vida, porque hay que pagar un precio. Hay que vivir como un sacerdote, una sacerdotisa del Señor, hay que abstenerse de ciertas cosas, hermanos. Hay que vivir como un atleta del espíritu, hay volver a tiempo de los nazareos. Los nazareos son simplemente un símbolo de una vida de entrega al Señor. Los nazareos no se cortaban el pelo, no bebían vino, estaban consagrados en una manera profunda al Señor, quizás esas cosas no eran necesarias para el ciudadano común, pero el nazareo estaba comprometido con su Dios a una vida de entrega y de ahí venía su poder, ¿entiende?

Sansón, Dios le dijo, ‘no te vas a cortar el pelo nunca’, no era tanto el que se cortara el pelo o no, pero Dios le había puesto eso como una señal en su vida, como una señal de apartarse y la unción de Dios requiere que nosotros vivamos vidas anormales. ¿saben qué? Dios me ha dicho ‘tu, no esperes vivir una vida normal’. Ya yo me resigné al hecho de que mi vida, yo no la voy a vivir normalmente, hermanos, y el hijo de Dios, la persona que sirve al Señor tiene que acostumbrarse a la idea de que tu le tienes que decir adiós a la normalidad. Quizás la gente, allá afuera en el mundo, puede vivir, quizás haya otros que Dios le permita. Pero yo creo que la persona que quiere vivir en la unción de Dios tienen que vivir una vida anormal, una vida de entrega al Señor, una vida donde la gente te vea y entienda que hay algo anormal en tu vida. Tu tienes que vivir como un símbolo, tu tienes que vivir como un interrogante ante los demás, que la gente te mire y diga: ‘hay algo extraño en esa persona’.



Usted sabe lo que nos mata, hermanos, en la vida cristiana, ese deseo de ser normales. Ese deseo de entretenernos como se entretienen las demás gente, ese deseo de vivir la comodidad que tienen las demás personas, ese deseo de dormir el mismo número de horas que duerme la gente que no tiene más nada que hacer, simplemente trabajar, comer, divertirse y eso es todo. Pero el pueblo de Dios vive con otros valores, ¿entienden? Nosotros somos vasijas que queremos contener la unción del santo y esa unción necesita una vasija lo mejor, lo más pura posible, lo más consagrada. Tenemos que pagar el precio de la unción. Tenemos que ser gente que se levante un poco más temprano para buscar el rostro del Señor, ¿entienden?

Hermanos, eso no es fácil. Yo les digo, como dice el Apóstol Pablo, yo cada día muero, cada vez que me tengo que levantar por la mañana y sentarme a buscar la unción de Dios en mi vida, pero ¿saben qué?, que cuando yo me siento y entro en la presencia de Dios, se me olvida todo el sueño que tenía antes de levantarme. Y eso me prepara, eso formatea tu mente y la prepara para vivir tu día en el espíritu. Muchos de nosotros nos levantamos, metemos el radio de una vez y nos ponemos a hacer esto y lo otro y a correr de aquí para allá, y de allá para acá, nos montamos en el carro todos corriendo para ir al trabajo y no nos detenemos un momento para almacenar la unción de Dios en nuestras vidas.

No se puede vivir así, hermanos, tenemos que vivir. Hay que pagar el precio. No puedes vivir una vida normal. La vida normal la vivirás cuando llegues al Reino de Dios allá en la eternidad. Entonces todos los placeres y los descansos que no te diste aquí te los puedes dar allá arriba en el Señor, en la eternidad. Las vacaciones que no te tomaste aquí, te vas a tomar diez mil años de vacaciones y podrás viajar por las galaxias y visitar todos los lugares que te de la gana, pero aquí en la tierra, tu eres llamado a ser un nazareo, una persona entregada, una persona que tenga apetito de la unción de Dios.

Hermano, despiértate. Tu no estás llamado a vivir una vida normal. Dios te ha llamado a ser un anormal en Cristo Jesús, poderoso, lleno del espíritu santo, victorioso, lleno del gozo del Señor. ¡Aleluya!, entendiendo las cosas que los hombres en la naturaleza no entienden. Hay un precio que pagar. Hay un precio que pagar. Dios no quiere gente de clase media en el Reino de Dios, Dios quiere obreros. Dios quiere gente que trabaje, Dios quiere gente con fuego en los ojos, hermanos, entregados al Señor, de pie y cabeza, zambullidos en el agua del Señor. Tu no te perteneces a ti mismo ya, lo siento mucho, esos tiempos pasaron. Dios no te quiere viviendo una vida común y corriente. Dios te quiere siendo usado por el Señor, apasionado por el Señor. Dios te quiere almacenando la unción para distribuirla cada día. Dios te quiere descabezando demonios e infundiéndole temor a las huestes del diablo.

Cuando Dios tenga un pueblo lleno del espíritu santo, lleno de la unción de Dios, cosas van a suceder. Tu vas a descubrir que tu vida va a marchar en una manera diferente, los milagros se van a dar en tu vida. No vas a tener que estar allí mirando los anhelados en la televisión, sino que van a suceder en tu vida y tu vas a ser el protagonista de esos milagros, porque la unción de Dios va a estar corriendo en tu vida, el espíritu santo va a estar corriendo.

Tenemos que pedirle al Señor, ‘Padre, ayúdanos a levantar una iglesia, iglesias, familias, llenas de la unción de Dios porque esa unción es la que hace la diferencia.’

Dice el versículo 27 de Primera de Juan “... pero la unción que vosotros recibisteis de El permanece en vosotros y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe. Así como la unción misma os enseña todas las cosas, si es verdadera y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en El.”

Dice que la unción que recibisteis permanece en vosotros y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe. Cuando tu tienes la unción de Dios, tu no tienes que vivir una vida artificial a través de otra persona. Hay mucha gente que depende del pastor, depende del familiar que lo trajo a la iglesia o está dependiendo de la iglesia, y si algo pasa en la iglesia que no es bonito, se desploma. Si alguien los miró mal ya perdieron el gozo del Señor. Si el pastor dijo algo y piensan que se lo estaban tirando a ellos, ya se quieren ir del Evangelio y dudan de su salvación y necesitan ir de lugar en lugar para coger algo, para que le den algo y viven de predicador en predicador, como que están buscando algo artificial que le enseñen, que le den. Y el Señor dice ‘no, es la unción mía que tiene que estar dentro de ti y eso hará que tu no necesites que otros de estén dando, enseñando artificialmente.’ Yo creo que es bueno ir, recibir, y escuchar, pero mejor todavía es que tenga una experiencia auténtica con la llenura de Dios en tu vida. entonces lo demás será simplemente pequeños adornos y complementos y toques que Dios va a poner en tu vida, pero la esencia de tu experiencia con Dios ya tu la tendrás. Y esa unción de Dios va a permanecer en tu vida, hermanos. Entonces cuando tu puedes vivir en esa unción, que está haciendo cosas en tu vida, se hace posible el gozo del Señor.

Ve cuando el aceite está fluyendo en tu vida, entonces ese aceite lleva al vino, esa unción lleva al gozo del Señor. ¿Por qué? ¿Sabe usted lo que nos quita el gozo de la vida? ¿sabe usted lo que nos hace vivir en ansiedad y en temor? Es la falta de unción. Es la falta del poder del espíritu santo. ¿Por qué? Porque estamos como Marta, afanados y angustiados. Estamos sirviendo al Señor, pero lo estamos haciendo en la carne. Estamos sirviendo al Señor pero estamos haciendo con fuerza humana, lo estamos haciendo con fuerza emocional, lo estamos por un acto de la voluntad, lo estamos haciendo lúcidamente, porque algo nos dice ‘tienes que hacer esto’. Somos gente moral, somos gente ética que hace las cosas por deber y porque tenemos que hacer esto, tenemos que hacer lo otro, tengo que ir a la iglesia, tengo que servir, tengo que diezmar, y sufrimos con todo lo que hacemos y no estamos en el gozo del Señor, porque estamos cansados, estamos gastados, estamos nerviosos. Estamos como una máquina que ya no tiene aceite y que simplemente está trabajando de la reserva y el metal se está chocando con el metal porque no hay lubricantes. Y una persona así, hermanos, no puede experimentar el gozo del Señor.

Y Dios me dice que les transmita a ustedes esta llamada. ¿Saben, hermanos, lo que va a destruir a Satanás en esta ciudad y en esta nación? Cuando los creyentes cultivemos el gozo del Señor como un arma de fuego contra el diablo. Cuando la unción de Dios llene nuestras vidas, esa unción va a abrir otra tubería, que se llama el gozo del Señor, y ¿qué dice la palabra? Que el gozo del Señor es ¿qué?, nuestra fortaleza. Se me ha hecho tan y tan claro, como nunca antes, hermanos, que el gozo del Señor es un arma de guerra espiritual para el creyente, pero solo cuando tu has recibido la unción de Dios tu puedes entrar en el gozo de Dios.

Yo ahora le voy a pedir que usted levante su mano, pero yo le puedo decir, hermanos, que aquí como en todas las demás iglesias, hay mucha gente que tiene que entrar en esa dimensión del gozo del Señor.

Oh hermano necesitamos, necesitamos entender lo que es el gozo de Dios,. Si tuviéramos ese gozo del Señor, la depresión no podría tener asidero en nuestras vidas. Podría quizás llegar un momentito, pero ¿saben qué? Que cuando cae en el vino del Señor es disuelta inmediatamente. Quizás por un instante puede venir un pensamiento negativo a tu vida pero inmediatamente el gozo del Señor lo quema, lo destruye, porque ese gozo está fluyendo dentro de ti. Por eso el Señor Jesucristo dijo: ‘los que creen en mi, los que me reciben ríos de agua viva correrán de su interior’.

Hermano, yo tengo que preguntarte, ese gozo, ese río de agua viva, en realidad corre en tu vida? el Apóstol Pablo dice que gran cosa es la piedad acompañada de ¿qué? , de contentamiento, ¿por qué?, ¿por qué dice él eso?, porque hay mucha gente, incluyendo en nuestra iglesia que tiene piedad, pero no tiene contentamiento. No tenemos, tenemos piedad que quiere decir que tenemos buenos sentimientos, tenemos sanos deseos de servir a Dios, tenemos deseos de ser gente que se comporte bien, tenemos deseos de ir a la iglesia y de honrar a Dios con nuestros bienes materiales, pero ¿saben hermanos? Somos como los fariseos, en este sentido, de que tenemos la letra, tenemos la experiencia externa, pero no tenemos la esencia que permite que ese calor de Dios se mueva en nuestra vida, que ese gozo del Señor esté allí.

Hermanos, yo les puedo decir en una forma categórica que Dios le está diciendo a León de Judá ‘pueblo mío, Yo quiero bendecirte y Yo quiero que tu vivas en mi gozo’.

Hermano, póngase de pie un momentito y escuche esto que yo le quiero decir en el nombre del Señor. Dios te lo está diciendo claramente y quiero profetizar a tu vida en esta noche, quiero profetizar a tu vida en esta noche. Póngase de pie y reciba esta palabra del Señor. El Señor te dice ‘Yo quiero que tu te muevas en mi gozo. Yo no quiero que tu vivas del plato de la mano a la boca. Yo no quiero que tu vivas comiendo cucharaditas de mi bien. Yo quiero que tu abras la boca, que tu recibas directamente comida hasta que sobreabunde. Yo quiero bendecirte. Yo no quiero que tu vivas tu vida como un pordiosero. Yo no quiero que tu vivas tu vida como un miserable. Yo no quiero que tu vivas tu vida corriendo siempre al lado del abismo, temiendo que en cualquier momento si te descuidas, te vas a caer. Yo no te he llamado para que vivas simplemente en lo mínimo. Yo te he llamado para que vivas en lo máximo, dice el Señor ‘Yo te he llamado para que tu bebas de mi agua a cántaros. Mi gozo Yo no lo doy por medida, por más gozo que tu recibas el mío no se va a agotar, no va a disminuir. Yo tengo gozo para ti. Yo quiero bendecirte. Yo quiero llenarte de mi bien. Oh Yo quiero bendecirte a ti en tu vida familiar. Yo quiero bendecir a tus hijos’, te dice el Señor. Yo quiero que tu te muevas en mi suficiencia. Yo quiero que tu dejes de mirar hacia tus espaldas pensando que el diablo está detrás de ti, que en cualquier momento te va a meter una zancadilla. Mi llamado es para bendecirte. Mi llamado es para que tu vivas en suficiencias, te dice el Señor. Yo te amo, dice el Señor, y Yo estoy contento contigo y Yo quiero que tu celebres, que tu celebres el hecho de que perteneces a mi familia. Yo te he adoptado, tu no lo merecías, tu no te lo ganaste, pero yo te extendí mi gracia, Yo te extendí mi cetro y te dije ‘halla gracia en mi, no porque tu lo merecieras sino porque me plugo, me dio la gana de extenderte mi cetro de gracia, así que recibe mi gracia, muévete en mi gracia, muévete en mi gozo, llénate de mi gozo. Celebra, canta un cántico nuevo. Levanta voces, aprende a usar mi gozo como un arma espiritual. Aprende a usar mi gozo como un proyectil que tu le dirijas al diablo mismo al infierno. Aprende a celebrar por fe lo que Yo he dado, ese gozo está en ti pero Yo requiero que tu lo muevas, que tu lo hagas saltar dentro de ti, que tu lo confieses por fe aunque no lo sientas, que tu levantes canción aunque no sientas el deseo de levantar canción, que tu me alabes aunque no sientas el deseo de alabarme, que tu declares victoria aunque no sientas que la victoria está en tu vida. ¡Aleluya!

Hermanos, eso es lo que Dios quiere para ti. Usa el gozo del Señor. Cultiva el gozo del Señor. Pídele al Señor que haga del gozo una agua en la cual tu puedas nadar.

En Isaías 54, el Señor le dice a su pueblo ‘regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz, levanta canción y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto, porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho Jehová’.

Hermanos, miren a quien le está hablando Dios aquí. Le está hablando a una mujer estéril, a una mujer desamparada. En el Antiguo Testamento y en el mundo judío una mujer estéril se consideraba como una persona que estaba en desgracia en un sentido. Una mujer estéril se sentía avergonzada porque había esta idea de lo único que justificaba la vida de una mujer era dar a luz hijos y ser madre de hijos. Y a ese símbolo de esterilidad Dios dirige su llamado y le dice: ‘mira, levanta canción, da voces de júbilo’. Fíjense que no se lo está diciendo a esa mujer después que ha dado a luz, sino se lo dice mientras está todavía en su esterilidad.

Y yo he aprendido, hermanos, que cuando uno está pasando por sequías y cuando uno se siente pequeño, y cuando uno se siente que está viviendo una vida inefectiva es cuando uno tiene que por fe levantar canción al Señor y declarar el gozo del Señor y llenar su vida de alabanza y de adoración y buscar de Dios y venir a la iglesia y darle al Señor y servir a los demás. No esperes a tu estar lleno de gozo y que todo te vaya bien en la vida para comenzar a servir y para vivir una vida abundante en el Señor. Vive mecánicamente por fe, externamente y en fe la vida del gozo, y el gozo será una realidad dentro de ti. Porque al tu moverte por fe en el gozo, estarás profetizándole a lo exterior y diciéndole ‘yo creo que el gozo que el Señor ha declarado es una realidad en mi’, y tu vas a ver cómo se destapan las tuberías entumecidas y tapadas y comienza a fluir el gozo del Señor en tu vida.

Yo te propongo un programa de vida en este año, para el resto de tu vida. Cultiva el gozo del Señor. Entiende que el gozo del Señor es un concepto espiritual, como te decía. Así como tu no puedes entender lo que hace la unción, así tampoco tu puedes entender lo que hace el gozo, pero el gozo es casi una sustancia que tu puedes tocar. Es un arma espiritual que Dios ha dado, por eso es que la venida de Cristo al mundo siempre se asocia con el gozo y la alegría.

En Isaías 9 usted ve que dice que el pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz. Dice que los que estaban en tristeza, Dios los llama a que den voces de gozo, de alegría. Cuando Cristo viene al mundo los ángeles, hay luz, hay cántico, porque las tinieblas huyen y viene el gozo del Señor, viene la esperanza a la humanidad. No es posible que vivamos en cadenas, deprimidos y tristes porque Cristo nos ha hecho libres ya. Tenemos entonces que entender esto y ver el gozo del Señor como algo físico casi y decir ‘yo quiero eso. Yo me voy a mover en el gozo. Yo voy a hacer en mi vida una búsqueda y un cultivo continuo del gozo del Señor. Yo aprendí eso hace años atrás. Yo tengo que, a veces me venían esas nubes que me cubrían la mente y a veces viene esa depresión en la noche y cuando las cosas se están físicamente oscuras allá afuera, como que nos viene una neblina que cubre nuestra vida y nos entra esa nostalgia y esa melancolía y yo me propuse muy temprano, sobre todo porque entré en el ministerio. Dije ‘yo no puedo vivir en el ministerio, viviendo con esa neblina en mi vida. Yo voy a cultivar el gozo del Señor y he hecho un programa en mi vida. yo no puedo permitir que nada por mucho tiempo me quite el gozo del Señor. Ese gozo no es una cuestión física, no es que uno está siempre riéndose a carcajadas, es algo que está dentro de ti, es un morar en la presencia de Dios y tu saber que todo está bien porque Dios está contigo y que si no está bien en el momento, va a estar bien en dos minutos o en tres minutos. Ese es el gozo que Dios quiere para nosotros ¿saben? Y cuando el mundo vea ese gozo en nosotros, cuando el mundo vea esa vida abundante en ti, el mundo va a querer eso y va a preguntarte ¿cómo es que tu logras vivir de esa manera? Y tu te vas a hacer una persona contagiosa. ¿Por qué más personas no creen en el Señor Jesucristo? Porque los cristianos no ejemplificamos esa vida victoriosa, esa vida gozosa del Señor. Y el gozo, cuando nosotros cultivemos el gozo, hermanos, eso va a ser una acción profética que va a hacer huir los poderes del diablo en nuestra vida. Cuando levantemos canción al Señor eso va a pudrir el yugo, eso va hacer espantarse esas aves del mal agüero que quieren volar sobre nuestras cabezas continuamente. No vamos a tener que estar persiguiendo al diablo.

Muchos de nosotros estamos continuamente atacando a Satanás y orando contra esto y contra lo otro y contra aquello. Eso es bueno, pero tiene su momento. Dios me dice ‘miren, olvídense de estar atacando el mal y exalten el bien en sus vidas. Asegúrese de llenarse de mi gozo, y cuando mi gozo esté abundando en ustedes, el diablo simplemente va a ser destruido por si mismo. Las huestes del infierno van a ser derrotadas. Ellas mismas se van a derrotar unas a otras porque el gozo en ustedes va a generar mi poder, y va a generar mi unción y todas las demás cosas van a ser destruidas sin que ustedes tengan que tirar un solo tiro. Cultiva el gozo del Señor. Cultiva la unción de Dios en tu vida.

Yo le pido al Señor que este año que todos los que trabajan en esta iglesia, los líderes, los músicos, los adoradores, se llenen del espíritu de Dios, se llenen de la unción de Dios, se llenen del gozo del Señor. Cuando ese gozo se esté moviendo en nuestras vidas, hermanos, vamos a ver cosas grandes. Nuestro liderazgo va a ser diferente. Lo que te costaba tanto trabajo Dios lo va a hacer en un momento. Las piedras terribles Dios las va a levantar para poder establecer su templo, como dice la palabra, con aclamaciones de gracia, gracia a ella. Lo que parece una labor terriblemente difícil se va a hacer relativamente fácil porque lo que va a levantar el peso va a ser la unción de Dios en tu vida.

Vamos a ponernos de pie y vamos a pedirle al Señor que haga esa palabra cobrar vida dentro de ti en esta noche. Yo quiero que hagamos un pacto en el Señor, yo quiero invitarte a pasar aquí al frente, sobretodo a aquellos que sienten que necesitan esa unción de Dios en sus vidas, esa llenura del espíritu santo, ese toque del espíritu santo en tu vida. Pasa por acá porque queremos por ti, queremos orar contigo en esta noche. Queremos invocar. Yo no sé cómo está el tiempo pero me van a disculpar si algo no cabe en lo que teníamos en el programa pero usted entiende es que lo que el Señor quiere eso tiene que darse en esta noche, hermanos. Pasen bien adelante aquí, porque Dios quiere hacer una obra aquí en tu vida. pase bien adelante y dele espacio a los demás. Yo quiero que todos nos pongamos, póngase agresivo en esta noche, póngase agresivo en el espíritu. Sienta que hay un león dentro de usted que está rugiendo dentro de usted. Amen. Visualice agresividad espiritual. Venga acá. Acerquémonos aquí, vamos a hacer un poco de desorden en esta noche. Oh gloria, glorifica al Señor. Yo siento la presencia de Dios. Dale gloria a Dios. ¡Aleluya! Porque Dios está aquí y ponte, ponte a actuar ahora en el espíritu. Vamos a ver, el Señor te va a dirigir, no te preocupes si no tienes experiencia, la unción del santo te va dirigir lo que tu tienes que decirle al Señor en esta noche, pero comienza a pedirle al espíritu santo que haga una obra en tu vida. dile al Señor ‘Me muero por tu unción. Necesito tu unción. Quiero más de ti. Quiero que tu rompas las ataduras. Quiero que tu derritas la telaraña. Quiero tu hagas derribar los muros en mi vida. Oh gloria al Señor. Que se mueva tu boca, que se mueva tu boca. No es tiempo para ser piadoso ni místico, sino es tiempo para ser áspero en las cosas del espíritu. Clama al Señor. Clama al Señor. Clama al Señor. El Señor dice ‘abre tu boca que yo la llenaré’, no quiere decir solamente de palabras, sino de mi unción. Oh necesitamos de ti, Padre. Necesitamos de ti, Señor. Clama, clama, clama, clama al Señor. Oh, Padre necesito de ti. Quiero más de ti Señor.