30 agosto 2009

Isaías 40:27

En el versículo 27, Isaías 40:27, dice “¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tu Israel, mi camino está escondido de Jehová y de mi Dios pasó mi juicio? No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, El cual creó los confines de la tierra. El no desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas a quien no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen, pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas, como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.” Bendiga el Señor su santa palabra.

Esta mañana, en realidad el sábado por la mañana, como a las 4 de la mañana, mientras teníamos nuestro tiempo de vigilia aquí, un momento para yo compartir algo con los hermanos y estaba buscando allí una palabra fresca de parte del Señor y encontré este pasaje de Isaías, Capítulo 40, y mientras lo examinaba para ver si era apropiado para animar a nuestros hermanos, pensé: “en realidad es tan básico ese mensaje que quizás no se presta más que a una o dos oraciones rápidas, con frases rápida de comentario.” Porque mucho hemos recitado ese pasaje donde dice que los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen, pero los que esperan a Jehová..... etc, etc.

Pero siendo obediente a lo que sentía que era una palabra del Señor para el grupo, obedecí y la compartí con los hermanos y algunos me testificaron que fue de gran bendición, y mientras lo hacía sentía en realidad, la confirmación del Señor, y por eso, era un grupo pequeño ya a esa hora de la mañana, siento que Dios quiere darnos una palabra de ánimo. El viernes todo el fluir desde el comienzo mismo de la reunión fue del amor de Dios para con nosotros, la gracia de Dios que fluye sobre nuestras vidas, las buenas intenciones del Señor, el deseo que tiene el Señor de que nuestra vida espiritual no sea estéril, no sea rígida, no sea gravosa, sino que verdaderamente Dios tiene buenas intenciones para con nosotros, Dios quiere bendecirnos, Dios quiere afirmarnos y fortalecernos.

Y este pasaje habla precisamente a personas que quizás se sienten como que han llegado al final del camino. Quizás tu te sientes que tu carga te pesa demasiado, y llevas demasiado tiempo bregando con una situación difícil que no obedece a las oraciones, no obedece a las peticiones ni a los ayunos y tu ya estás quizás sintiéndote tentado a decir: ya no más, no voy a seguir intercediendo ni orando porque ya Dios se olvidó de mi y de mi camino. Esta mañana cuando entraba al servicio saludé una hermana que hacía un tiempecito que no la veía y me decía: Pastor, estoy aquí, estoy contenta pero llevo ya tres meses de lucha y de situaciones difíciles. Yo le dije, hermana usted está en el lugar correcto, aquí en la casa del Señor, aquí puede encontrar la esperanza que usted necesita, el gozo y la palabra que usted necesita. Y quizás como ella, yo sentí que eso fue una confirmación del Señor de que Dios quiere darnos ánimo para seguir en la batalla, seguir allí hasta que el Señor de lo que El tiene para nosotros.

El escritor Isaías, el profeta de Dios, comienza ahí en el versículo 27 con una pregunta, que es una pregunta retórica porque tiene su propia respuesta ya, la respuesta es obvia. ¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tu Israel, mi camino está escondido de Jehová y de mi Dios pasó mi juicio? En otras palabras, Isaías está refiriendo a Israel mismo, Jacob era otro nombre que se le daba a Israel, y le está diciendo: ¿Por qué piensas tu que Dios ya se olvidó de ti? Tenemos que entender el libro de Isaías, y el ministerio de Isaías. Isaías escribió a un pueblo derrotado, a un pueblo que estaba ya siendo exiliado, estaba pagando el fruto de su pecado de idolatría, de olvido de Dios, habían pecado contra Dios, estaban bebiendo las consecuencias de sus pecados, se sentían alejados de Dios, se sentía que no había esperanza para ellos. Un poderoso reino estaba en contra de ellos, no podían contar con el favor de Dios y Dios usó al profeta Isaías para escribir palabras, entre otras cosas, de ánimo para esa nación bajo juicio, esa nación desmoralizada.

Y por eso Isaías tiene pasajes maravillosos de consuelo, de parte del Señor, y por eso es que Isaías también contiene algunas de las profecías más bellas acerca del Mesías venidero. Porque el Señor quiso, no solamente bendecir a los judíos en exilio con palabra de promesa y de esperanza para ellos en el momento histórico que estaban viviendo, sino que también quiso bendecirlos con una visión a largo plazo, de un día en que Dios manifestaría su favor en una forma sin precedentes, final, y por eso hay estos pasajes también de promesa mesiánica, para el pueblo de Israel. Pero aquí específicamente le habla a los judíos y por extensión nos habla a nosotros, te habla a ti, y me habla a mi también. Porque Israel es el pueblo original de Dios pero la iglesia es esa continuación del favor de Dios entre los hombres. Nosotros somos el nuevo Israel. No que Dios haya terminado su propósito con Israel, pero esas promesas dadas a Israel, son promesas dadas a los hijos de Dios y nosotros también podemos tomarlas en el nombre del Señor. Amen. Están muy callados ustedes en esta mañana.

Pero Dios quiere también bendecirlos con esa promesa. Israel eres tu, Jacob eres tu y Dios te dice a ti. ¿Por qué tu dices que tu camino ha desaparecido de la vista del Señor? ¿Por qué te sientes tu como que ya Dios se olvidó de ti? Hermanos, el Señor, dice la palabra “nos tiene esculpidos en la palma de su mano”. Dios te conoce, Dios tiene conciencia de tu necesidad y a veces tu quizás te sientas como que tu has hecho cosas que ya te han quitado el favor de Dios, ya tu no tienes derecho a recibir nada de Dios. Quizás tu has cometido errores en tu vida y te has metido en situaciones serias, quizás hasta has negado a Dios en algún momento de tu vida, y tu quizás, como Israel, te sientas, ya mi oportunidad pasó, ya mi tiempo pasó. No hay esperanza para mi. O quizás es la primera vez que tu vienes a la iglesia y sientes que esos milagros que la Biblia dice que pueden suceder y esas respuestas son para aquellos que llevan mucho tiempo en el Evangelio o los que saben orar, o los que son expertos en la Biblia o los que saben hacer guerra espiritual. Yo quiero decirte que lo único que Dios necesita es un corazón que le crea, un corazón contrito y humillado. Un corazón que diga: Señor, para ti no hay nada imposible.

Cuando tu miras en la palabra, yo recordaba esta mañana, el caso del paralítico sentado allí al lado del estanque y dice la Biblia que cada cierto de número de meses o años venía un ángel misteriosamente, invisiblemente, removía el agua y la gente ya sabía que cuando veían esa agua removerse así, por una mano invisible, eso quería decir que el poder de Dios estaba allí y el primero que se lanzara al agua recibía la bendición y era sanado. Y ese hombre paralítico estaba allí y llevaba años sin poder recibir su milagro, porque había otros más ágiles que él que se lanzaban antes. Y quizás ese hombre se sintió como se sentía Israel, o quizás como te sientes tu. Ya mi esperanza ha pasado y no hay futuro para mi porque otros..... y así es que piensa el hombre, pero Cristo ha venido a traer una nueva forma de Dios relacionarse con los hombres. Ahora no es por el esfuerzo, ahora es por la gracia de Dios, esa gracia que nosotros no merecemos. No es por lo que tu haces, no es por la fuerza que tu tengas, no es por tus buenas obras, no es por el dinero que tu das a la iglesia, es simplemente por el favor y la gracia y la misericordia de Dios en tu vida.

Si tu tienes un corazón que desea ver la gloria de Dios y tu te estás humillando delante del Señor, y tu dices: “Padre, para ti no hay nada imposible”, ese milagro puede darse en tu vida también como se dio en la vida de ese paralítico. Porque el Señor Jesús se acercó a él y le dijo: “¿Cuál es tu problema, qué tu necesitas?”, él le explicó “cada vez que yo quiero tirarme al agua cuando se mueve siempre hay alguien que se viene delante de mi y yo pierdo la oportunidad”, y el Señor le dijo: “No te preocupes, yo te sano”. Y ese hombre salió con su camilla en el brazo como un símbolo de que con Cristo todo es posible, de que Cristo es la fuente de la gracia y de la misericordia.

Anoche mientras comenzábamos, o la noche anterior, mientras comenzábamos nuestro servicio, el Señor me hablaba en el Libro de Zacarías acerca, precisamente en la construcción del templo, en el Capítulo IV, en el Libro de Zacarías hay un llamado al pueblo de Israel a edificar el templo después del exilio, después de los tiempos de Isaías, precisamente. Dios invita al pueblo hebreo cuando han regresado del exilio a edificar su templo. Y los israelitas se sentían derrotados después del exilio, era un grupo pequeño el que había regresado a Israel. La tarea de construir un templo digno del Señor parecía muy grande, parecía muy difícil, no tenían recursos, no tenían dinero suficiente, no tenían suficientes albañiles y gente talentosa. Y el Señor quiso animarlos a que le construyeran el templo, porque el Señor quiere su templo construido, así como lo quiere aquí también en León de Judá, que le construyamos un templo. Se necesita gente esforzada que entiendan que Dios quiere que ese templo sea construido y que crean que Dios lo hace posible.

Entonces El le escribió a través de Zacarías al pueblo, y miren cómo le dice aquí en el versículo 6, 4:6, Zacarías. “...... entonces respondió y me habló diciendo: “esta es palabra de Jehová a Zorobabel”, es decir, Zorobabel era el que iba a construir ese templo, un gobernante de Israel, “..... que dice, no con ejército, ni con fuerza, sino con mi espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos. ¿quién eres tu, oh, gran monte, delante de Zorobabel serás reducido a llanura. El sacará la primera piedra con aclamaciones de ¡gracia, gracia! a ella.”

¿Y qué es lo que está diciendo aquí? Dios está animando a su pueblo diciendo: “miren, ustedes van a construir ese templo, parece difícil, pero mi templo no se va a construir necesariamente con el esfuerzo de los hombres sino con mi espíritu. Ven, las obras del Señor se hacen no con el talento, no con lo que nosotros podemos necesariamente hacer nosotros, sino es Dios usándonos. Y entonces Dios dice: “..... y entonces cuando ustedes pongan la primera piedra, en señal del comienzo de la obra, el pueblo va a decir ¡gracia, gracia! Es decir, ese templo va a ser construido no con sudor necesariamente y lágrimas y sufrimiento y padecimiento, sino con mi gracia, con mi favor, con mi bendición y ustedes lo van a levantar, y ese monte que parece inmenso, ustedes lo van a aplanar para que sobre el esté mi templo, y será reducido a un valle en un momento, porque mi gracia va a fluir a través de ustedes.

Hermanos, la idea es que quizás hay una tarea que Dios tiene en tu vida, hay una situación, hay un gran monte que está frente a ti, tu estás luchando con alguna situación difícil y Dios dice: “mira, en un momento ese gigante que parece invencible, Yo lo voy a reducir a nada, y tu vas a comenzar a ser bendecido, y tu vida va a ser edificada, y tu vas a oír aclamaciones de ¡gracia, gracia!. Cuando tu estés en dificultades, hermano, cuando tu estés en problemas, di ¡gracia, del Señor!. Envía la gracia de Dios contra tu problema. Envía la gracia del Señor contra tu necesidad y esa declaración del favor de Dios reduce los obstáculos a nada.

En vez de nosotros dejarnos atemorizar por los problemas y las dificultades de la vida, Dios nos llama más bien a confiar en su favor, en su bondad, en su misericordia, en su fidelidad. Y por eso aquí en el siguiente versículo dice en Isaías, Capítulo 40; “no has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra. El no desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance”. Miren la respuesta que le da Isaías a esa gente que está desmoralizada. No les dice “tu problema tiene solución, no te preocupes, Dios te va a contestar”. La contestación de Isaías es una invitación a mirar hacia Dios, a poner la mirada en el Señor, a enfocar los atributos de Dios, a pensar quién es Dios, y a meditar en sus obras maravillosas, en su carácter perfecto, en su poder, en su conocimiento, en su sabiduría. Isaías le dice a esa gente afligida: “miren a Dios, miren los atributos de Dios, miren quién es Dios. Dios conoce todas las cosas, El no desfallece”, es decir, Dios tiene conocimiento de todo y también tiene poder para resolverlo todo.

Y si usted mira todo ese Capítulo 40, sobretodo el versículo 12 en adelante, es una gran alabanza y un gran señalamiento de quién es Dios, del poder que El tiene, lo invencible que Dios es. Y en realidad lo que tenemos aquí en el versículo 27, aunque yo comencé con el 27 es más bien la culminación de esos versículos anteriores, porque es simplemente una aplicación práctica de todo lo que antecede a esa pregunta retórica. Si usted mira en el versículo 12, Isaías dice “¿quién midió las aguas con el hueco de su mano, y los cielos con su palmo, con 3 dedos juntó el polvo de la tierra y pesó los montes con balanza y con pesas los collados? ¿Quién enseñó al espíritu de Jehová o le aconsejó enseñándole? ¿A quién pidió consejo para ser avisado?

Versículo 15 “he aquí que las naciones le son como gota de agua que cae del cubo y como menudo polvo en las balanzas le son estimadas. He aquí que El hace desaparecer las islas como polvo, ni el Líbano bastará para el fuego, ni todos sus animales para el sacrificio, como nada son todas las naciones delante de El y en su comparación serán estimadas en menos que nada y que lo que no es”. ¿Tu entiendes?

La clave al poder del cristiano está en enfocar a Dios, no enfocar las crisis, no enfocar los problemas, no enfocar las situaciones difíciles por las cuales estamos pasando, ni siquiera enfocarnos a nosotros mismos y nuestras limitaciones personales, sino poner la mirada en el Dios poderoso que nosotros tenemos. Ese es el secreto, hermanos, de una vida llena de poder. Esa es una de las armas más efectivas que nosotros tenemos para vivir una vida exitosa. Es mantener la mirada puesta en nuestro Dios, llenarnos tanto de la conciencia de quién es Dios que al nosotros mirar por nuestros ojos, estemos mirando por los ojos de Dios y sintamos el mismo poder y la misma confianza que Dios tiene para remover cualquier obstáculo, para vencer cualquier situación.

Usted recuerdan el pasaje cuando Josué y Caleb son enviados con los 12 espías a la tierra prometida, y cuando ellos regresan de la tierra prometida, 10 de los espías dieron un reporte muy negativo. Los espías no miraron y vieron esa tierra que fluía leche y miel, no vieron los grandes racimos de uva, señal de una fertilidad muy grande en la tierra, sino que vieron a esas tribus que eran dueñas de esas tierras que Dios les había entregado a ellos, y vieron sus grandes cuerpos y su fuerza y vieron sus ejércitos bien desarrollados, y vieron sus armaduras y sus armamentos muy bien preparados y ellos se miraron a sí mismos, habiendo estado años y años en el desierto, quizás no tan nutridos como ellos, ni tan bien entrenados en la guerra y se enfocaron en las dificultades, se enfocaron en las amenazas que había, pero Josué y Caleb, dice la Biblia, que “en ellos había un espíritu diferente a los otros 10” y Josué y Caleb miraron donde tenían que mirar.

Si usted busca en Números, Capítulo 13, después de todas las diferentes quejas del pueblo, dice que Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés y dijo: “subamos luego y tomemos posesión de ellas porque más podremos nosotros que ellos”, y entonces dice más abajo, “los israelitas mirando, dice en el versículo 33 decían, y éramos nosotros a nuestro parecer como langostas”, es decir se estaban mirando a ellos mismos. Pero Josué y Caleb estaban mirando al Señor.

Si usted busca también en el Deuteronomio, Capítulo 1, en el versículo 28 dice “¿a dónde subiremos? Nuestros hermanos han atemorizado nuestro corazón diciendo “este pueblo es mayor y más alto que nosotros, la ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo, y también vimos allí a los hijos de Anac, entonces os dije: “No temáis, ni tengáis miedo de ellos. Jehová, vuestro Dios, el cual va delante de vosotros, El peleará por vosotros, conforme a todas las cosas que hizo por vosotros en Egipto, delante de vuestros ojos.”

En otras palabras, los judíos, los 10 espías estaban mirando las cosas negativamente, miraron la grandeza de los gigantes, miraron los ejércitos, se miraron a sí mismos y se vieron como insectos ante la grandeza del enemigo, pero Josué y Caleb dicen: “pero Dios está con nosotros.” Ellos miraron a Dios, ellos miraron al Señor que había prometido acompañarlo, y dijo “no temamos, nosotros vamos a destruir, nosotros vamos a vencer”, y por eso, hermano, cuando tu encuentres en una situación difícil, no te enfoques sobre el problema. Enfócate sobre Dios que es fiel. Dios que es bondadoso, Dios que es misericordioso. Al tu enfocar tu mirada en El, al tu empaparte con su presencia, el poder de Dios va a entrar a tu vida, la confianza del Señor te van infundir ánimo para tu confrontar cualquier situación que tu te puedas encontrar. Lo importante, hermanos, para el creyente es precisamente estar siempre enfocado en la persona del Señor.

¿Por qué nosotros tomamos tiempo para ayunar, tomamos tiempo para estar en una vigilia? A algunos le puede parecer quizás una vigilia..... yo he hablado con Meche acerca de esto en años anteriores y aún en este año, y decíamos: “la verdad es que una inversión bastante grande de tiempo, son 12 horas en este caso, como hicimos este viernes, más después todo el tiempo de recuperación. Alguno se puede preguntar ¿valdrá la pena esto? Y yo creo que el provecho de uno pasar tiempo así delante del Señor es que nosotros vamos almacenando el poder y la gloria del Señor. Cuando estamos ante la presencia de Dios, cuando pasamos tiempo meditando en el Señor, orando, clamando, nos convertimos en esponjas que van atesorando y amontonando el poder y la gracia de Dios dentro de nosotros. Nuestra conciencia va siendo renovada y entonces podemos con más fuerza, con más ánimo, salir y confrontar los problemas.

¿Por qué venimos a la casa de Dios? Una buena parte es adorar al Señor, rendirle gloria y honor pero también es renovar nuestra conciencia del Dios Todopoderoso al cual servimos, es recordarnos que somos miembros del reino de la eternidad, que somos espíritu, que las batallas se ganan con el espíritu del Señor, que por más que nosotros trabajemos, por más que nos esforcemos, si Jehová no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican. Pero si Jehová edifica la casa, entonces sabemos que la casa va a permanecer y nosotros entonces buscamos esa renovación de la conciencia del poder de Dios en nuestra vida.

Cuando estés pasando por situaciones difíciles, de dificultad, de reto en tu vida, mira hacia tu Dios. No te concentres en el problema. No te concentres en esa situación persistente de tu vida. No te concentres en los fracasos del pasado. No te concentres en lo grande del enemigo, sino piensa: “mi Dios es mucho más grande, y Dios está conmigo y yo venceré en su nombre.”

Cuando el Apóstol Pedro era un mero pescador se encontró en una gran tormenta con los demás discípulos y clamaron al Señor y vieron al Señor caminando sobre las aguas en señal de su señorío, de su poder. Y Pedro, como siempre se había adelantado, le dijo: Señor, si eres tu has que yo camine hacia ti. Y el Señor le dijo: “Pues, adelante, Pedro”. Y dice la palabra que mientras Pedro caminó en fe, él caminó sobre las aguas pero en una parte del relato dice que cuando él comenzó a ver la tormenta que rugía alrededor de él, comenzó a hundirse. Quitó la mirada del Señor, se concentró en el problema, se concentró en lo racional. El comenzó a pensar: es imposible, ¿cómo puedo yo estar caminando sobre las aguas con esta tormenta tan grande, con estas olas tan inestables? Nadie ha hecho eso jamás, el Señor quizás lo pueda hacer, pero yo no. Y al comenzar a mirar la situación, las circunstancias, perdió su poder y tuvo que clamar de nuevo al Señor y el Señor le tendió la mano y lo sacó para que él pudiera caminar efectivamente sobre las aguas.

No podemos mirar al problema. No podemos estar mirando lo difícil que parece la visión, quizás Dios ha puesto algo en tu vida, un deseo de seguir adelante y de superarte en algún aspecto de tu vida. No pienses: es demasiado grande, es demasiado difícil. Si Dios está contigo, tu puedes hacer cualquier cosa. El Apóstol Pablo dice que todo lo podemos en Cristo Jesús. No mires lo grande de la dificultad, mira lo grande del Dios que dice “yo estoy contigo”. El Señor Jesucristo dice: “He aquí, yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”. Yo he visto a muchos de ustedes hacer cosas maravillosas, el mismo Mark, que Dios lo está usando allí en Honduras, he visto su persistencia a través de todos estos años. Ha habido momentos en que ha habido contratiempos y cosas que pensamos que se iban a dar, no se dieron, pero este hombre ha persistido y ha sido fiel a una visión y se ha mantenido allí, y vemos como Dios lo está levantando, lo está bendiciendo, está dando lo que se necesita para un ministerio exitoso.

Ayer mismo hablaba con una hermana de la congregación, la conozco hace muchos años y he visto como esta hermana que tiene sus limitaciones con el inglés, y ya con dos hijos crecidos y con un trabajo a tiempo completo, y con cantidad de dificultades, cómo Dios la motivó a comenzar sus estudios, hace muchos años atrás. Y esta mujer ayer me decía: “Pastor, ya estoy escribiendo mi tesis para mi maestría”, escuchen, para su maestría. Y yo le decía: “Hermana, yo quiero ir un día también a tu graduación de tu doctorado. La tesis que tu vas a escribir al final va a ser la tesis del doctorado.” Y yo lo creo, los hombres quizás dirían imposible, pero con Dios no hay nada imposible, hermanos. Lo importante es que la gente mantenga la mirada puesta en la grandeza del Señor, no en las dificultades, no en los problemas. Al Señor le encantan los problemas, porque son oportunidades para El mostrar su gloria. Y muchas veces más Dios va a reducir nuestra capacidad humana para que cuando El haga el milagro, sea evidente que El lo hizo y que nuestra fe pueda ser aumentada.

Mientras decía esto, miré a...... mientras hablaba de esto precisamente no porque ni siquiera había mirado en esa dirección, aquí hay otra mujer, no se por qué todas son mujeres, porque hay hombres que también hacen cosas grandes y que Dios los bendice también, esta mañana alguien oraba por mi, de hecho aquí, un varón de Dios, que llegó aquí a la iglesia hace unos tres, cuatro años, no recuerdo. Llegó con un brazo en un sling, como en una...... se había roto el brazo y estaba sostenido el brazo con algo aquí, el caso es que este hombre, recién llegado a la iglesia, oramos por él. Yo sentí al Señor decir: “tu eres un guerrero y Dios te va a levantar, y Dios va a hacer cosas grandes para ti. Es el hermano Francisco, de hecho. En ese tiempo su esposa no quería venir a la iglesia, le dijo a él: “si tu crees que tu me vas a ver en esa iglesia, tu vas a esperar hasta tu muerte porque yo nunca voy a ir a la iglesia.” Esa mujer ahora está llena del espíritu santo, es una guerrera de Dios, viene él, vienen sus hijos aquí a la iglesia, estuvimos en Israel juntos, esta mañana oró por mi. Yo sentí la bendición, intercedió por mi vida, profetizó sobre mi vida, y me fue de gran bendición porque a Dios le encanta levantar, lo que parece pequeño Dios lo pone grande y Dios lo pone a bendecir a otros porque lo importante es, hermanos, que nosotros pongamos nuestra mirada sobre El.

Esta persona de quien les decía hace un momento hace poco fui a su oficina profesional y me enseñó su tarjeta de wellfare. Hoy es una persona que trabaja en el mundo de la medicina, no voy a decir mucho más que eso. Tiene su consultorio, tiene una casa muy bonita en uno de los barrios más selectos de la ciudad de Boston y Dios la está bendiciendo y está siendo prosperada. Y yo la conozco desde que comenzó a ir a la universidad para sacar su grado profesional. Ese es el Dios que bendice a su pueblo, hermanos. Ese es el Dios para el cual no hay nada imposible. Dios puede hacer. Dios le encanta sacar del anonimato a la persona que nunca ha hecho nada grande. Dios quiere obrar en tu vida.

Si tu tienes un sueño, si tu tienes una visión, o si tienes un problema no te enfoques en lo grande de la dificultad, enfócate en el Dios Todopoderoso que dice: “mientras tu más mires hacia mi más poder va a correr a través de ti y más grande van a ser las cosas que tu vas a hacer, porque a mi me gusta manifestar mi poder a través de los que me buscan”. No mires, esa es la palabra de Dios para tu vida en este día. No mires las dificultades, ni mires lo crónico, lo persistente de tu problema. Mantén tu mirada enfocada en mi y deja que al tu estar en comunión conmigo, mi poder pueda correr a través de tu vida.

Por eso yo digo, hermanos saquen tiempo para buscar del Señor, saquen tiempo para llenarse del espíritu santo. La salvación es gratis pero el poder de Dios requiere hombres y mujeres valientes, esforzados. Dios ama a la gente que se esfuerza y que están buscando como mineros el oro escondido para que Dios los use para gloria de El y para bendición de otros. Dios quiere levantar un pueblo poderoso que tenga suficiente provisión para todo lo que ellos necesitan en su vida, para su vida familiar, para su vida emocional, para su vida relacional, para su vida financiera, para su vida de trabajo y que entonces tengan suficiente extra para darle a otro para ser de bendición a otros.

La viuda de Sarepta cuando llegó Elías a pedirle comida, le dijo: “Mira, lo único que yo tengo es un poquitito de harina y un poquitito de aceite y ya íbamos a hacer una torta para comérnosla yo y mi hijo para morir porque no nos queda más nada.” Elías le dijo: “No te preocupes, mira, dame a mi primero y no te va a faltar a ti”. La mujer obedeció y dice la palabra de Dios que hubo suficiente comida para Elías, para ella y para su hijo en todos los días que hubo hambre en la tierra. Porque cuando Dios da, Dios da en abundancia, porque no importa que parezca imposible. Lo importante es que tu mires a Dios. Dios te da para que tu comas tu en todas la áreas de tu vida y para que tengas suficiente para otros también. Porque cuando Dios bendice, Dios da en gran cantidad. No mires al problema, mira al Dios que está sobre el problema.



El Señor le dijo a Pedro: “Pedro, echa tu red para pescar”, y Pedro dijo: “Pero, Señor toda la noche hemos estado pescando y no hemos sacado un solo pez, pero en tu nombre, en tu palabra yo echaré la red.” Y dice la palabra que cuando Pedro echó la red en el nombre de Jesús, esa red cogió tantos peces que tuvieron que llamar a otros barcos porque el barco de ellos se estaba hundiendo de tantos peces que tomaron. Porque cuando Dios da, Dios da en abundancia. Porque cuando Cristo te dice “echa la red”, aunque no hayas cogido peces antes, esta vez la vas a coger porque Cristo es quien está dando la palabra. Cuando Cristo te dice, mírame a Mi, concéntrate en Mi, llénate de Mi, llénate de Mi poder y deja entonces que Yo obre a través de ti. Si nosotros pasáramos más tiempo buscando el poder de Dios y llenándonos de la unción de Dios, tendríamos que pasar menos tiempo trabajando y entonces podríamos levantar el edificio con palabras de “gracia, gracia”, en vez de sufrimiento y padecimiento. Atrévete a pasar más tiempo buscando de Dios, buscando el poder, buscando la unción de Dios. Y tu vas a ver cuanto más fácil se hacen las cosas que ahora te cuestan tanto trabajo.

Yo les digo a mis hijas, sobre todo a Sonia, mi hija mayor que está en Harvard haciendo sus estudios, le digo: “Sonia, no mires las dificultades académicas, no mires en lo difícil que es el reto tan grande. Asegúrate de llenarte del poder de Dios primeramente. Asegúrate de poner tu mirada en Cristo Jesús. Asegúrate de estar lo suficientemente fuerte espiritualmente. Porque yo les digo, hermanos, cuando usted tiene el poder de Dios en su vida, no hay nada que se haga difícil. Dios hace las cosas, se hacen como por arte de magia. Otros están allí sudando y luchando y peleando y tu vas suave porque Dios está contigo, Dios te bendice, y si estás esforzándote, Dios renueva tus fuerzas en el mismo acto de trabajar, Dios te bendice y te da más fuerzas para que sigas adelante.

Por eso aquí dice que el Señor da fuerzas al que no tiene ninguna y multiplica las fuerzas de los demás. En otras palabras, aún cuando hay cosas que requieren esfuerzo, el Señor te va a renovar. Yo cada día veo más y más eso. A veces la gente dice: “te vas a quemar, estás trabajando demasiado, esto y lo otro”. Mire, yo le digo “yo me siento más contento ahora que hace 15 años cuando tenía mucho menos trabajo. Me siento con más energía, más fuerza, más ánimo para servir al Señor porque estoy buscando más de la unción de Dios en mi vida. Y cuando nosotros hacemos eso, hay que trabajar menos, Dios nos renueva en el acto. Somos como esos aviones que vuelan y no tienen ni siquiera que parar para llenarse de gasolina, en el aire mismo y pueden seguir el viaje. Dios quiere renovar tu vida. Dios quiere bendecirte y darte más y más. Tu puedes trabajar, puedes esforzarte, puedes hacer muchas cosas. Si tu tienes una mentalidad pequeña y temes y dudas, ahí viene el sufrimiento, ahí viene el fracaso, ahí viene la quemazón, ahí viene la esterilidad. Pero si tu te mantienes con el Señor corriendo a través de tu vida, si tu vas otra vez y bebes el agua cristalina de la presencia de Dios, tu te vas a renovar, vas a seguir adelante, vas a tener más fuerzas. Asegúrate de primero buscar el Reino de Dios, y su justicia y todas las demás cosas te vendrán como por añadidura.

Oh, hermanos, si nosotros entendiéramos, si pudiéramos poner la mirada en el Señor antes que cualquier otra cosa. Si pudiéramos llenarnos de la presencia de Dios, cuán fácil serían las cosas.

Les dejo con este versículo de Segunda de Corintios, Capítulo 3, versículo 17 y 18. Dice allí “.... porque el Señor es el espíritu y donde está el espíritu del Señor allí hay libertad, por tanto nosotros todos mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen como por el espíritu de Dios.”

Usted ve, donde está el espíritu de Dios, donde está la presencia del Señor, donde está la compañía del espíritu, allí viene la libertad, allí viene el éxito, allí viene la respuesta al problema. Pero entonces dice “.... por tanto nosotros mirando cara a cara el rostro del Señor, somos transformados y la gloria del Señor viene a ser parte de nuestra gloria”. Eso es lo que está diciendo aquí, y yo creo que el escritor de Segunda de Corintios, el Apóstol Pablo, está yo creo que haciendo una leve referencia a cuando Moisés subió al monte y dice la Biblia que estuvo 40 días ante la presencia del Señor. ¿Y qué pasó cuando Moisés bajó del monte? Dice que su cara reflejaba la gloria del Señor, su cara reflejaba el brillo de la gloria de Dios ante el cual había estado durante 40 días. Y era tan grande la gloria de Dios sobre el rostro de Moisés, que tuvo que ponerse un saco porque le inspiraba miedo, era terrible, la presencia de la cual él se había empapado, estando en cercanía, en intimidad con Dios durante 40 días y 40 noches.

Porque eso es lo que pasa cuando tu estás en la presencia de Dios, cuando tu estás mirando la gloria de Dios continuamente, cuando tu estás renovando periódicamente tu conciencia eterna, espiritual, ultra mundo. Cuando tu estás recordándote a ti mismo que tu eres un hijo de Dios, que tu no corres con gasolina meramente humana, tu verdadera comida no es la comida física, material, sino que tu verdadera comida como dijo Jesucristo es que tu hagas la voluntad de tu Padre, que tu estés en comunión con tu Padre. Cuando tu entiendes esto, ¿saben qué? La gloria de Dios comienza a llenar tu vida misteriosamente.

Hermanos, cada día más y más yo entiendo bien claro que el crecimiento del creyente no se da por medio de enseñanza, aunque yo creo en la enseñanza, no se da leyendo buenos libros, aunque creo y soy un ávido lector de buenos libros, no se escuchando sermones como este, aunque creo que tienen su utilidad, se da cuando tu vas directamente y comes y bebes de la mesa del Señor directamente.

Cuando tu buscas la presencia de Dios en tu vida, cuando tu te renuevas en la presencia de Dios porque lo que pasa muchas veces es que la vida con sus ajetreos y sus dolores y sus cansancios y su desasosiego te va minando, te va debilitando, y cada día que pasa tu te haces más y más un prisionero del tiempo del espacio de tu dimensión humana y como que vas mirando más y más hacia abajo y a tu alrededor y tu conciencia se vuelve una conciencia horizontal, humana, carnal, terrenal, teológica. Y entonces tu tienes que periódicamente ir y sanarte, curarte de esa mentalidad cotidiana, temporal.

Y el único lugar a donde puedes ir es a la presencia del Señor para que El tome su paño y te quite toda esa costra, todo ese polvo humano, temporal, lave tu rostro con su palabra, con su presencia y tu lo puedas mirar otra vez, y recuerda que El está contigo, que tu eres una hija de Dios, que tu eres un hijo de Dios, que tu no perteneces a esta ciudad, que hay una ciudad no construida de manos de hombres que te espera y que tu destino es un destino eterno, y que tu energía tiene que ser una energía del espíritu, no la energía de los hombres, que tus batallas tu las ganas con el poder de Dios, no con tu propia fuerza, y que es en el poder de Cristo corriendo a través de ti que tu puedes levantar alas como las águilas, y surcar los aires y vencer a los gigantes que están en tu vida.

Es el poder de Dios corriendo a través de tu vida mientras tu tomas tu mano y la extiendes hacia El y te pegas hacia El y la electricidad de Cristo corre a través de ti y destruye el yugo, destruye la opresión, destruye la sequía, destruye la enfermedad, y la gloria de Dios puede fluir para sanar tu vida. Es a través de esa cercanía, esa intimidad. Tienes que buscar esa intimidad con Dios. Tienes que sacar tiempo. Tienes que tener el valor espiritual para quitar tu mirada del problema con el cual estás bregando, que mientras más lo tratas de manejar tu, más te metes como un carro enchivado en el lodo, y tienes que dejar un momento, apartarte del problema e ir a donde tu Dios para que tu Dios bregue con el problema por ti y contigo. Esa es la respuesta a toda necesidad.

El Señor Jesucristo dice “permaneced en mi y yo en vosotros y llevaréis muchos frutos, porque sin mi nada podéis hacer.” Cuando tu permaneces en Cristo, cuando miras a lo glorioso de tu Dios, mira lo poderoso de tu Dios, mira lo fiel de tu Dios, mira lo bondadoso que Dios es. Recuerda que cuando tu te viste en un gran aprieto una vez, y no parecía que nadie podía resolverlo, el Señor hizo el milagro. ¿Si o no? ¿Cuántos de nosotros podemos decir eso? ¿Cuantos de nosotros podemos decir pacientemente esperé a Jehová y se inclinó y escuchó mi clamor y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso, puso mis pies sobre peña, enderezó mis pasos, y puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios? ¿Cuántos podemos decir eso? ¿A cuántos nos ha sacado Dios del desierto? ¿A cuántos nos ha sacado Dios de dificultades y el que lo hizo una vez lo vuelve a hacer. Pon la mirada en el Señor. Pon la mirada en el Señor. Pon tu esperanza en el Señor. Renueva tu conciencia de la proximidad de Dios. Renueva tu conciencia de tu identidad. Tu no estás solo, tu no eres un producto de una coincidencia. Tu no eres un producto del azar, del tiempo, Dios te creó en el vientre de tu madre y te ha sacado con un propósito, con un destino, y Dios quiere bendecir tu vida y Dios quiere llevarte a la otra orilla porque comenzó la buena obra, será fiel para terminarla.

El Señor está hablando de gracia, gracia, gracia, a su pueblo, hermanos. Es el tiempo de la celebración porque el esposo viene pronto y no es tiempo para estar en esterilidades y en sequías, sino para celebrar y decir: Padre, gracias porque tu vienes pronto y podemos vivir una vida de esperanza.

Esta mañana cuando yo llegué al servicio de las 12 había una jovencita distribuyendo rosas, están por ahí, ustedes las tienen. Eso yo no se lo pedí, esto no era parte de un programa sino que ella sintió en su corazón distribuirles rosas a los hermanos y en eso yo vi una palabra profética de Dios para nosotros. Ustedes recuerdan que hace 2 domingos o 3 domingos, hacia el final del servicio había aquí un hermoso florero con cantidad de flores y en un momento de gran celebración y de entusiasmo, Dios me motivó a coger flores y tirárselas y yo lo hice porque sentí del Señor que era una palabra que iba muy bien con la predicadora había anunciado a nosotros del Dios que nos liberta, el Dios que nos bendice, el Dios que está contento con nosotros, el Dios que quiere llevarnos al lugar de delicados pastos y que quiere aderezar mesa delante de nosotros para que comamos y gocemos en presencia de nuestros enemigos. El Dios que tiene grandes y buenos propósitos para cada uno de nosotros.

Y en esta mañana yo creo que en ese regalo de esas flores, Dios está diciéndote: “mira, yo quiero bendecir tu vida, Yo quiero llenar tu vida de esperanza. Yo estoy contento contigo. Yo no te quiero destruir, todo lo contrario, quiero darte vida y una vida con bendición y con futuro.” No tienes que temer a la vejez. No tienes que temer que no tienes un buen plan de retiro. No tienes que temer que te vas a quedar solo. No tienes que temer que no estás casada. Confía en tu Señor que dice “Yo estoy contigo todos los días hasta el fin del mundo, no te preocupes acerca del futuro, no te preocupes acerca de lo grande del problema. Esas flores son señales del favor de Dios. Dios dice gracia para mi pueblo, bendición para mi pueblo, buenos propósitos para mi pueblo. No mires tus dificultades, no mires tus luchas, mírame a Mi. Yo soy fiel, yo estoy contigo. Yo te bendigo. Yo te levanto. Yo te doy victoria. Yo no dejaré que tu seas avergonzada. Todas las batallas que tu emprendas en mi nombre, Yo te daré la victoria, dice el Señor. Mantente pegado a tu Dios, mantén la mirada puesta en El. Confía en el Señor. Llénate del poder de Dios.

Alguien ha dicho “no maldigas la oscuridad, prende una luz”. Es tiempo ya de que el pueblo de Dios deje de estar peleando contra lo negativo. Llénate de lo positivo, y lo positivo anulará lo negativo. Cuando uno prende una luz la oscuridad se va, porque la oscuridad no tiene vida propia. La oscuridad es simplemente la ausencia de la luz. Cuando hay luz la oscuridad cede automáticamente. Cuando hay unción, cuando la ¿? del espíritu santo está en tu vida, cuando la presencia de Dios está en tu vida plena, los gigantes son derribados, los demonios huyen, las tinieblas ceden, las cortinas del infierno son descorridas y la presencia de Dios puede hacer valer su poder en tu vida. Llénate del poder de Dios. Llena tu mente de..... pon la mirada en Dios, no te preocupes de los fracasos del pasado, dice el Señor. No te preocupes de los errores, las caídas del pasado, no te preocupes de las derrotas del pasado. No te preocupes de los diagnósticos del pasado. Cree en el favor, la misericordia, la bondad, el poder, la conciencia de Dios de tu vida, y no te atrevas a decir “ya mi camino está desconocido para Dios. Ya pasó de Dios mi causa.” Dios todavía está en el asunto. Dios todavía quiere darte tu milagro. Dios todavía quiere darte la victoria que tu necesitas.

Levántate y ponte de pie y levanta esa flor y si alguien no tiene, favor a los demás, y algunos quizás puedan venir aquí..... Se generoso y comparte esas flores con otros, si no la tienen, compártanla con alguien más. Si usted tiene más de una, yo le invito en el nombre del Señor, a hacerlo también como un acto de generosidad. ¿Sabe por qué? Porque mientras más damos, más somos bendecidos. Lo que tenemos no es solamente para nosotros sino para otros. Compártanlo. Compártanlo en el nombre del Señor. Atrévase a compartir y levante eso, porque ese es el favor de Dios para su pueblo, esa es la bendición de Dios para nosotros. Allá arriba también, nosotros decimos “nuestro Dios tiene buenas cosas para nosotros, nuestro Dios tiene buenos propósitos para nosotros. Lo mejor todavía está por venir. El mejor vino todavía está por ser servido, hermanos. El mejor manjar, Dios lo tiene reservado para nosotros todavía. ¡Aleluya! Todavía falta la mayor visitación de Dios en todos los tiempos. Yo lo creo, aquí en Massachussets donde el diablo parece que se está paseando por encima de los cristianos, aquí mismo el Señor lo va a humillar, y aquí vamos a ver la gloria de Dios manifestada. Porque no es lo grande del gigante, es lo grande del Dios al cual nosotros servimos. ¡Aleluya!.

Y Dios no permitirá que su pueblo sea avergonzado. A veces Dios permite precisamente que el enemigo parezca grande y que el león parezca que nos va comer y que nos va a derribar y que nos va a triturar, para que cuando salga el poder de Dios sea manifiesto. Nada puede permanecer contra Dios. Las puertas del infierno no prevalecerán contra la iglesia, dice el Señor. Créelo en esta tarde el Señor te está animando, el Señor te está bendiciendo, el Señor te está ungiendo, y ahí está el favor de Dios para tu vida, para esta congregación, para cada familia aquí representada, para cada hogar aquí representado, para cada problema que el diablo quiere avergonzarnos con ello. Nosotros decimos “gracia”.

Digan todos “gracia, gracia, gracia, gracia de Dios. Gracia en mi vida. Gracia en mi comunidad. Gracia en mi ciudad. Gracia en mi familia. Gracia con mis hijos. Gracia con mi vida. Gracia con mis finanzas. Gracia con mi salud. ¡Aleluya!. Gracia con mi espíritu. Gracia al pueblo de Dios dice ¡Aleluya! Es con la gracia de Dios manifiesta en nuestras vidas, esa conciencia de Dios en nuestra vida. Te damos gloria Señor. Ponemos la mirada en ti, Padre en esta tarde. Celebramos quién tu eres. No nos miramos a nosotros mismos, no miramos a los hombres, no miramos, Señor, a los grande del problema, no miramos a las amenazas que se mueven alrededor de nuestra cabeza, miramos a nuestro Dios. Te miramos a ti, Dios eterno. Padre misericordioso. Dios de amor y de bondad. Dios que siempre has amado a tus hijos. Dios que enviaste a Jesús para que tuviéramos vida y para que la tuviéramos en abundancia. Dios que enviaste a Jesús para que rescatara lo que se había perdido, para que tomara lo vil y lo sanara y lo limpiara, para que derramara sangre preciosa para que nadie pudiera acusarnos porque tu eres el que nos ha justificado por medio de la sangre de tu hijo.

Te adoramos y te bendecimos, Señor. Perdona nuestra incredulidad. Perdona nuestra falta de fe. Perdona los escenarios de mal que a veces permitimos que el diablo arroje sobre nuestra conciencia. Neutralizamos todo eso, Señor y nos pegamos a ti, nos llenamos de tu gloria, miramos a ti, te consideramos a ti, Jesús. Te consideramos a ti solamente Señor. Tu has dicho “yo he vencido al mundo” y nosotros podemos vencer también porque tu has vencido y vencerás a través de nosotros. ¡Aleluya! Gracias Jesús. Te adoramos y te bendecimos Señor. Celebramos eso.

23 agosto 2009

Jueces 7:7 Otra visión

Ayer usé una Biblia en inglés ya que el servicio iba a ser transmitido por la radio y le dimos un poco más de énfasis al inglés. Ahora por lo menos tengo un poquito más de libertad para hacerlo directamente al español y en Libro de los Jueces, Capítulo 7, vamos a ir a los versículos 9 al 23.

Dice allí “entonces Jehová dijo a Gedeón: “con estos 300 hombres que lamieron el agua os salvaré y entregaré a los madianitas en tus manos y váyase toda la demás gente cada uno a su lugar. Y habiendo tomando provisiones para el pueblo y sus trompetas, envió a todos los israelitas cada uno a su tienda y retuvo a aquellos 300 hombres y tenía el campamento de Madián abajo, en el valle. Aconteció que aquella noche Jehová le dijo: Levántate y desciende al campamento porque Yo lo he entregado en tus manos, y si tienes temor de descender, baja tu con Fura, tu criado, al campamento y oirás lo que hablan y entonces tus manos se esforzarán y descenderás al campamento.

Y él descendió con Fura, su criado, hasta los puestos avanzados de la gente armada que estaba en el campamento y los madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente, estaban tendidos en el valle como langostas en multitud, y sus camellos eran innumerables, como la arena que está a la ribera del mar en multitud. Cuando llegó Gedeón he aquí que un hombre estaba contando a su compañero un sueño, diciendo: he aquí yo soñé un sueño. Veía un pan de cebada que rodaba hasta el campamento de Madián y llegó a la tienda, es decir a la tienda principal del general, y la golpeó de tal manera que cayó y la trastornó de arriba abajo, y la tienda cayó.

Y su compañero respondió y dijo: esto no es otra cosa sino la espada de Gedeón, hijo de Joás, varón de Israel. Dios ha entregado en sus manos a los madianitas con todo el campamento. Cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación adoró y vuelto al campamento de Israel dijo: Levantaos porque Jehová ha entregado el campamento de Madián en vuestras manos. Y repartiendo los 300 hombres en tres escuadrones, dio a todos ellos trompetas en sus manos y cántaros vacíos con teas, es decir antorchas, ardiendo dentro de los cántaros, y les dijo: miradme a mi, y haced como hago yo. He aquí que cuando yo llegue al extremo del campamento, haréis vosotros como hago yo. Yo tocaré la trompeta y todos los que estarán conmigo, y vosotros tocaréis entonces las trompetas alrededor de todo el campamento y diréis: por Jehová y por Gedeón.

Llegaron pues Gedeón y los 100 hombres que llevaba consigo al extremo del campamento, al principio de la guardia de la medianoche, cuando acababan de renovar los centinelas y tocaron las trompetas, y quebraron los cántaros que llevaban en sus manos y los 3 escuadrones tocaron las trompetas y quebrando los cántaros, tomaron en la mano izquierda las teas y en las derecha las trompetas con que tocaban y gritaron: “por la espada de Jehová y de Gedeón”, y se estuvieron firmes cada uno en su puesto en derredor del campamento. Entonces todo el ejército echó a correr, dando gritos y huyendo y los 300 tocaban las trompetas, y Jehová puso la espada de cada uno contra su compañero en todo el campamento y el ejército huyó hasta Betsita, en dirección de Zerera y hasta la frontera de Abelmehola en Tabat, y juntándose los de Israel de Neftalí de Aser y de todo Manasés siguieron a los madianitas.” Bendiga el Señor su santa palabra.

Yo espero que si usted no tenía su Biblia pudo seguir la cronología de este relato. Es un relato fascinante de guerra. Yo no se por que no se ha hecho una buena película con Gedeón como personaje principal, porque la verdad es que es una figura tremendamente interesante y se presta mucho toda su biografía a muchas cosas bien dramáticas. Y es como una destilación, una condensación de muchos temas que vemos a través de la Escritura.

A mi me encanta este pasaje y he predicado anteriormente sobre la vida de Gedeón porque Dios, como ustedes saben, registra en la Escritura estos relatos históricos porque no solamente para que queden allí registrados para el interés del historiador, sino sobre todo para un propósito práctico y usted sabe cuál es ¿verdad? Es que usted al leer estos pasajes, pueda entender cómo Dios ha obrado en tiempos antiguos porque El obra de la misma manera a través de toda la historia, lo cual quiere decir que así como obró en aquel tiempo, también puede obrar hoy en tu vida. No solamente eso, sino que también Dios quiere que tu al estudiar estos pasajes puedas extraer de ellos los principios espirituales que tu necesitas para poder desencadenar el poder de Dios a favor de tu propia vida, y lo que vemos aquí es una escena de gran desventaja y de gran crisis.

Israel, si usted lee todos los Capítulos anteriores, ha estado bajo el poder y el dominio de un ejército muy poderoso, una nación que cuando le da la gana, entra, saquea la nación, se lleva todo lo que quiere llevarse y los deja pobres y vuelve después unos años más adelante y vuelve y hace lo mismo con total impunidad, porque los judíos son demasiado débiles para hacer nada al respecto. Dice la palabra que el pueblo de Dios se había prostituido detrás de la idolatría, habían pecada sistemática, repetitivamente contra el Señor y Dios suelta esta plaga militar contra ellos para advertirles y confrontarles acerca de sus caminos, la manera en que están obrando con El. A través de toda la historia Dios hizo lo mismo con Israel. Siglo tras siglo, los judíos se pervertía y Dios enviaba juicio sobre ellos y entonces los judíos se arrepentían porque sufrían y veían el fuego que estaba cayendo sobre ellos, se arrepentían, clamaban a Dios, Dios enviaba profetas que los confrontaban y entonces enviaba a alguien que los liberaba. Venía un tiempo de prosperidad y de libertad y volvía otra vez el mismo ciclo y se repetía cada vez, y esto es lo que está pasando en este momento.

Dios ha enviado a los amalecitas, a los madianitas y a otros grupos de tribus para atacar a Israel y mantenerlo débil, porque muchas veces Dios envía juicio y envía castigo, no porque a Dios le guste el castigo sino porque nos ama y quiere a través de la prueba nosotros recapacitemos y busquemos de Dios y nos arrepintamos. Y como esta nación, hoy en día está en algo parecido, y la iglesia de Jesucristo que Israel es un tipo de la iglesia, mejor dicho, lo que fue cierto para Israel, es cierto para los hijos de Dios también. Y nosotros leemos estos pasajes porque aquí hay lecciones de vida espiritual para nosotros también.

Y vemos aquí lo siguiente, que hay una situación de gran desventaja entonces. Israel está rodeado por el enemigo y ha enviado a este hombre inexperto en la guerra para que libere a su pueblo. Y yo trazo un paralelo a lo que está pasando hoy en día aquí en EEUU, y no solamente en EEUU, sino en todo el mundo occidental, con respecto a la iglesia de Jesucristo. En la misma manera nosotros, la iglesia de Jesucristo en este tiempo, en esta nación se encuentra en una posición de desventaja. Nosotros también, hermanos, estamos rodeados por poderes, por corrientes políticas, culturales que son contrarias a los intereses de la iglesia y del Reino de Dios. La iglesia cristiana en EEUU está débil así como también lo está en todos los países de Europa, en Australia, en Canadá. El Evangelio está perdiendo terreno. Cada día la palabra de Cristo es menos escuchada. Iglesias se mueren a diestra y a siniestra en Massachussets, cierran sus puertas. Hay muchos pastores desanimados, con congregaciones mínimas, pequeñas. El promedio del tamaño de una iglesia en Massachussets creo que es como de 50 personas a lo máximo. Hay un debilidad tremenda. La gente mira al cristianismo con gran escepticismo y muchas veces con hostilidad.

Los pastores son vistos en una forma negativa. El Evangelio cada día quieren relegarlo más y más al salón más remoto de la cultura. Y hoy en día el Evangelio, cuando no es contrariado y recibido con oposición, es simplemente visto en una forma ridícula y como si simplemente no importara. Vemos aquí en Massachussets todas las corrientes que hay ahora mismo en función que muestran que la iglesia como que ha perdido su poder y todo sugiere que en los próximos 15, 20 años, si no hay una intervención poderosa de Dios, las cosas continuarán yendo de peor en peor. Y eso se repite en todo el mundo occidental donde la industrialización, la tecnología, la razón, la cultura ha penetrado en los valores de una sociedad tremendamente secular, gobernada por los valores de la ciencia y no del espíritu, cada día se aleja más y más de los valores que Dios ha declarado a lo largo de su palabra.

Hoy en día la gente dice: bueno, si tu quieres ser cristiano, eso es asunto tuyo. Vive tu vida cristiana en tu mundo privado pero no pretendas que los valores de tu cristianismo penetren en el ámbito general de la sociedad, digamos, en las artes, o en el gobierno, o en el mundo de los negocios, o en el mundo de la ciencia o del conocimiento. Se supone que en esos lugares la iglesia simplemente se quede callada. Y cada día nosotros nos vemos como más y más cercados alrededor por una fuerza que no podemos entender que va como reduciendo la vitalidad del pueblo de Dios.

Por eso es muy fácil que la iglesia se sienta como se sintió Gedeón cuando vino el ángel y se le apareció mientras él estaba tratando de cultivar el trigo y prepararlo para el uso que se le quería dar, escondido para el enemigo no lo viera, para que no vinieran a robárselo, y el ángel se le aparece y le dice: Dios está contigo, varón esforzado y valiente. Y Gedeón dice: bueno, pero si está con nosotros, ¿por qué estamos en esta condición tan terrible? ¿por qué estamos tan aislados, y qué pudo yo hacer si yo soy el más pequeñito de una tribu pequeña en una nación que está bajo opresión. Gedeón ha sido tan abatido por la fuerza del enemigo que él no puede creer que Dios pueda estar con él o que pueda estar con su nación para librarla del yugo. Y así yo creo, que nos sentimos muchas veces aquí. ¿cuántos si examinan verdaderamente su subconscientes, cristianos, es decir, no se sienten que están en un mundo que cada día se va más y más alejado de la fe, nos sentimos como asediados, como que estamos en un castillo y alrededor escuchamos los gritos de un gran ejército que quiere destruir y meterse por las puertas y comernos vivos. Nos sentimos en oposición, cercados, en lucha, contra poderes más grandes que nosotros.

Bueno, hermanos, yo quiero decirles que Dios tiene buenas noticias para nosotros y que Dios tiene bendición para su pueblo. Dios quiere enseñarnos cómo hacer la guerra, y por eso es que yo salté a este punto aquí donde ya Gedeón está listo para entrar en la batalla. Y lo que vemos aquí es que Dios le da a Gedeón unos principios que él puede usar para hacerle la guerra al enemigo y esos principios nosotros también los debemos que usar en nuestro tiempo.

Yo quiero compartir, así rápidamente, cinco elementos que compartí esta mañana que nosotros debemos usar como cristianos para llevar la batalla al enemigo. Y no solamente eso, yo diría hermanos que aún para cualquier situación en tu vida hay algo que Dios puede hacer a través de esta enseñanza. Es una enseñanza más bien dirigida a la iglesia de Jesucristo, al ejército que Dios quiere levantar. Dios quiere traer avivamiento a nuestra comunidad. Ahora mismo mientras yo miro, yo veo este lugar completamente lleno y gloria a Dios por eso, pero ¿saben qué, hermanos? Yo miro multitudes, yo miro este escenario multiplicado 5, 10, 15 veces. Eso es lo que a mi me interesa, hermanos. Y ¿saben qué? No es porque yo quiera ver un grupo grande de gente, sin que eso me de algún tipo de masaje a mi ego, es porque yo se que cuando el Evangelio entra a las vidas y a las familias, transformaciones suceden, cadenas son rotas, las familias son bendecidas, matrimonios son sanados, asperezas son suavizadas, hijos son reconciliados con sus padres. Hay esperanza que surge para una comunidad, hay sanidad y por eso es que no podemos permitir que los valores del Evangelio sean aislados y metidos en un cajón para ser olvidados, porque esa es la única esperanza para esta sociedad, hermanos.

Los científicos, los sociólogos, los educadores, los intelectuales tienen algo que decir, pero yo les digo, hermanos que la solución a los problemas de nuestras ciudades, nuestras comunidades solamente está en los valores del Reino de Dios. En esa palabra que está allí cuando es aplicada en una forma verdadera, y por eso es que es importante que nosotros aprendamos a usar estos principios y que se los transmitamos a otros, porque Dios quiere darnos una tremenda cosecha para el Evangelio.

Hermanos, me salgo un poquito del hilo, pero tengo un gran sentido de urgencia para que Dios nos permita construir nuestro nuevo templo. Hace meses que no he mencionado mucho de eso porque estamos haciendo algunas negociaciones y todo eso, oren, una de las cosa que necesitamos es la confirmación del préstamo que necesitamos para hacer este templo que va a costar bastante y ahora mismo los arquitectos, los ingenieros están diseñando los planos. Nuestro gran deseo es que el año que viene, hacia el final del año a más tardar, nosotros estemos comenzando a construir nuestro templo, porque yo se que necesitamos un lugar más grande, porque la cosecha que viene es inmensa. La cosas que Dios quiere hacer en este tempo son tremendas. Ahora mismo nosotros estamos en el borde de un avivamiento. Dios quiere traer una visitación bien grande y una cosecha de almas sin precedentes y tenemos que estarnos prepararndo.

Dios está preparando esta congregación. Dios está removiendo las aguas. Usted siente una intensidad mayor en la adoración. Usted siente vida que estás siendo tocadas, y yo quiero que todos ustedes sean parte de un gran milagro que Dios quiere traer a Massachussets. Dios va a usar a los pobres, Dios va a usar a los que no hablan inglés, Dios va a usar a las amas de casa, Dios va a usar a los ignorantes, Dios va a usar a los que no tienen grandes finanzas y El se va a glorificar con instrumentos que van a poner en vergüenza a los grandes y a los poderosos de la tierra. Pero lo que tenemos que hacer es aprender las técnicas de la guerra, aprender cómo llevar la batalla al enemigo, cómo presentar un Evangelio poderoso, un Evangelio lleno de vida, un Evangelio que es esperanza, un Evangelio que es gozo.

Tenemos que decirle al Señor; Padre, lléname a mi primero. Sáname a mi primero. Sana mi hogar primero. Pon tu vitalidad, pon tu gozo en mi, pon tu conocimiento en mi, para que cuando la gente me mire diga: yo quiero eso que esa persona tiene. Primero tenemos que pedirle al Señor, sana nuestros hijos, sana nuestras familias, sana nuestra mente, sana nuestras emociones, sana nuestras relaciones, entra, Señor en las estructuras de mi vida, de mi familia, de mi casa y hazme entonces una muestra de la vida abundante que Cristo puede darme. Yo miro a muchos de ustedes y yo se lo que está pasando en sus vidas, en términos de que Dios les está reclamando, Dios les está visitando, Dios está metiéndose en los cubículos de su alma y está limpiando y sanando sus vidas y preparándote para ser instrumento de Dios. Yo les pido que se dejen tratar, que sean gente apasionada para con Dios. Inviertan, hermanos, inviertan porque la cosecha es grande.

Si a ti te dijeran, mira si tu trabajas arduamente y te esfuerzas vas a colectar un millón de dólares dentro de 3 años, ¿no te bajarías tu a trabajar con todo lo que tu pudieras? ¿verdad que si? Pues ¿saben qué? El Señor Jesucristo dice que el reino de los cielos es como un hombre que encontró una gran perla, una perla preciosa y fue a su casa y vendió todo lo que tenía para comprar esa perla, y dice el Señor también que es también como un hombre que descubrió un tesoro en un lugar escondido, enterrado y fue por todas las partes, vendió todo lo que tenía, consiguió suficiente dinero, compró la tierra, para poder poseer el tesoro. ¿saben qué, hermanos? Dios quiere darte en tus manos una cosecha de almas. Dios quiere usarte como instrumento. Dios quiere ennoblecer tu alma como hizo con Pedro que lo convirtió de pescador de peces malolientes a un pescador de hombres. Dios quiere hacerte a ti un instrumento de su gracia en esta ciudad, pero necesitas invertir en el Reino de Dios, necesitas, trabajar, estudiar la palabra, orar, ayunar, venir a la iglesia, llenarte del espíritu santo, interactuar con el espíritu de Dios para que pueda usarte a ti y ennoblecerte y levantarte y hacerte un consejero, un evangelista, un predicador, una maestra, una rescatadora de vidas jóvenes, pero tienes que meterte a hacer guerra por tu herencia. Dios quiere hacerlo en tu vida. ¿no te gustaría a ti ser uno de sus grandes hombres o mujeres que Dios use?

El Señor en el espíritu, ponte de pie ahora mismo, si tu quieres ser uno de esos, no lo hagas por cortesía, hazlo porque tu quieres verdaderamente hacerlo y vamos a pedirle al Señor que nos transmita. Vamos a tomarnos un momentito aquí para hacer eso. Si tu quieres, sólo si sientes que Dios te llama, no lo hagas por cortesía, porque no se trata de cortesía a todos, se trata de querer realmente el espíritu de Dios para hacer que en un poderoso instrumento para su gloria.

Tu has un pacto con Dios ahora mismo. Dile al Padre: Señor, yo quiero los últimos años de mi vida que me queden, ver una persona avanzada en edad o los muchos años que tengas, si eres joven, o mi profesión la quiero dedicar a ti. Yo quiero que tu me uses. Y ahora mismo yo pacto contigo, Señor, de echarlo todo a un lado, como ese hombre que lo vendió todo para comprar una perla preciosa. Yo te lo doy todo para ser usado por ti. Yo te entrego todo para ser un instrumento en tus manos. Sáname y purifícame.

Sólo pido al Señor, Padre, haz de mí un instrumento de tu gloria, estoy dispuesto a pagar el precio y eso es algo muy importante que decir.

Pero úsanos, Padre. Mira este pueblo, Señor. Queremos ser usados por ti. Queremos que tu gloria invada, Señor a esta comunidad. Glorifícate en tus hijos, Padre. Yo los bendigo en el nombre de Jesús, declaro tus dones. Declaro tu unción sobre sus vidas, Padre. Comienza conmigo, Señor,. Llénanos, llena nuestras copas hasta que reboce con tu espíritu, con tu unción, con tu aceite, Padre. Queremos gente apasionada, Señor. Queremos gente que no te ponga trabas. Queremos gente que no te ponga límites de tiempo. Queremos gente apetitosa por las cosas del espíritu. Envía tu poder, Señor. Envía tu gracia a estos jóvenes allá arriba, Señor. Conviértelos en guerreros, conviértelos en gente feroz, para ti, Señor. Mira a los nuevos que están aquí quizás por primera vez, los consagro a ti, Padre. Consagro sus vidas, consagro sus familias, sus emociones. Sana, sana en el nombre de Jesús. Rompe, quebranta, Señor. Ahora mismo quebrantamos yugos del diablo. Quebrantamos ataduras espirituales. Quebrantamos cascos de acero alrededor de las mentes de tus hijos. Quebrantamos pesos, Señor, y fardos que el diablo tiene sobre vidas, ahora en el nombre de Jesús, quebranto maldiciones en el nombre de Cristo. Padre, declaro familias libres, Señor.

Declaro con corazones anchados y vaciados de toda impureza para que tu gloria, tu aceite quepa en ellos, en nombre de Jesús. Di amen. Di amen. Recibe en el nombre de Jesús. Padre, declaramos tu gloria, Señor. Declaramos tu gloria en esta mañana. Levántate un pueblo feroz, Padre. Levántate un pueblo que uno traiga a 100, oh Señor, a la casa de Dios. Que cien traigan a un millón, Padre, a la casa de Dios, en el nombre de Jesús haznos radioactivos, Señor en las cosas del espíritu. Haznos magnéticos, Señor, que cuando esta comunidad testifique de ti, abra la boca, Padre, cosas sucedan. Señor, milagros sucedan, vidas sean tocadas, Señor, que tengan una estampa de autenticidad en su boca. Que cuando abran la boca, Señor, sea el espíritu santo hablando a través de ellos. En el nombre de Jesús soltamos un fluir de tu espíritu, soltamos, Señor ondas que son terremotos, Padre, para remover los cimientos de esta ciudad, de esta iglesia, Padre. En el nombre de Jesús que tu ungüento, Señor corra, que tu unción corra, Padre, que todo miedo huya, Señor amado, toda timidez huya, Padre. Toda actitud conservadora y timorata, Señor amado, toda pequeñez de ánimo ceda en el nombre de Jesús reemplazada por pasión por ti. Gracias, Señor. Lo recibimos, lo recibimos, lo recibimos. Recíbelo ahí en tu corazón. ¡Aleluya! ¡Aleluya! En el nombre de Jesús, gracias, Señor, gracias, Cristo. Amen y amen. Denle un gran aplauso al Señor porque Dios lo hace.

Tome asiento. No es el final del sermón pero le prometo que voy a hacer bien, bien rápido. Cinco cosas que nosotros necesitamos tener para poseer la tierra y para derrotar al enemigo. Se las voy a enlistar una por una.

Necesitamos confrontar al enemigo. Necesitamos confrontar al enemigo. Necesitamos la unción, tiene que haber confrontación, tiene que haber unción de Dios en nuestras vidas. Tiene que haber discernimiento profético en nuestras vidas y en la iglesia de Jesucristo. Tiene que haber una visibilidad del pueblo de Dios y tiene que haber una proclamación de la completa palabra de Dios en medio de la ciudad.

Confrontación, unción, discernimiento profético, visibilidad y proclamación. Estas son las 5 cosas, entre muchas otras quizás, que necesitamos usar para contrarrestar lo que está pasando en nuestra cultura. Y quiero aclarar algo para nuestros visitantes y personas que quizás no están acostumbradas a este vocabulario que yo estoy usando. Yo hablo de enemigo, hablo de guerra, hablo de confrontación, hablo de violencia espiritual. Hermanos, déjenme decirles algo, yo estoy claro en una cosa y es que nosotros somos un pueblo que tenemos que tener el amor de Cristo en nuestros corazones. Yo no estoy hablando de demonizar a nadie allá afuera. Lo que yo veo allá afuera es más bien gente confundida que no saben como dice el Señor, le dice a Jonás: “no saben discernir su mano derecha de su mano izquierda” porque no les ha llegado la palabra de Dios o porque el enemigo, como dice el Apóstol Pablo, ha cegado en entendimiento de ellos para que no les resplandezca el Evangelio de Jesucristo.

Cuando yo hablo de enemigo lo estoy diciendo en ese sentido. Para mi el verdadero enemigo es Satanás, el enemigo de las almas, que solo sabe matar, robar y destruir. Los enemigos no son los homosexuales, los enemigos no son los intelectuales que están simplemente engañados por Satanás, el enemigo no son los políticos que están tratando de cerrarle la puerta a la iglesia. El Señor Jesucristo dijo a través del Apóstol Pablo que nuestra lucha no es contra sangre y carne sino contra principados y potestades. Yo hablo de una guerra al nivel espiritual sobretodo. Yo hablo de que el pueblo de Dios tiene que ser militante al nivel espiritual. Yo hablo de que nosotros tenemos que estar seguros de que Dios nos ha dado una revelación diferente a la que le ha dado a cualquier otra religión o a cualquier otro movimiento espiritual. Nosotros tenemos una revelación que viene directamente de la boca de Dios. Esto no quiere decir que faltamos el respeto a nadie ni consideramos a nadie un enemigo. Nosotros amamos al contrario, cada día, yo lo que me mueve más es el amor que yo tengo a las almas que se pierden allá afuera, incluyendo a aquellos que hablan en contra de nosotros y que están simplemente poseídos por un engaño de su mente y de su espíritu y nosotros lo que queremos hacer es meter y saquear la casa del ladrón de sus almas y traerlos a conocimiento de Jesucristo, pero no podemos ser tímidos acerca de eso. Tenemos que confrontar, tiene que haber una confrontación.

Gedeón en algún momento decide ir en contra de los madianitas y lo vemos aquí en este pasaje listo para meterse en la confrontación con el enemigo. Asimismo la iglesia de Jesucristo tiene que confrontar. Nosotros somos, estamos aquí, hermanos, en el mundo para hacer un movimiento contra cultural. La iglesia siempre ha estado contraria al mundo. La iglesia siempre ha sido un ejército que está tratando de quitarle el poder a un enemigo que ilegítimamente está poseyendo la tierra. Satanás es el príncipe de este mundo y Cristo bajó a la iglesia en paracaídas y les dijo: tomen ese territorio que me pertenece a mi. Y por eso es que la iglesia tiene que verse a si misma como un ejército, y tiene que tener la misma actitud militante, confrontadora pero con armas de amor. Es una agresividad que paradójicamente no excluye el amor y la mansedumbre y la humildad y el sentido de necesidad propia de la redención de Dios, pero nosotros tenemos que confrontar a la sociedad.

Si nosotros nos quedamos callados y tomamos nuestro Evangelio y lo metemos debajo de una silla, como dice Jesucristo: una luz no se pone debajo de una cama, sino que se pone en un lugar alto para que alumbre. Y nosotros tenemos que confrontar a esta sociedad con una palabra de que no todo está bien, de que hay pecados que Dios los aborrece, de que hay comportamientos que tienen que ser cambiados, de que hay leyes y hay principios morales que están haciendo daño a la misma raíz de nuestra comunidad, de nuestra sociedad y que esas cosas tienen que ser abandonadas si queremos tener sociedades productivas y bendecidas por Dios.

Entonces la iglesia tiene que confrontar, la iglesia tiene que identificar al enemigo y tiene que decirle: nosotros le decimos una palabra de Dios y es que hay que tener arrepentimiento. Muchas iglesias se han dejado sobornar emocionalmente y hoy en día, están calladas y no hablan en una forma clara el Evangelio y están simplemente cada una allí tratando de agradar a todo el mundo y de decir las cosas que la gente quiere. Y yo mismo hermanos, cada vez que yo me paro aquí un domingo, yo miro y veo gente nueva que está visitando, algunos de ellos bien vestiditos y que se ve que son personas bien estudiadas y que quizás no comparte con nosotros lo que nosotros entendemos del Evangelio, muchas veces me siento tentado a suavizar algunas de las cosas que digo para no escandalizar y no hacer daño. Pero, hermanos, Dios me ha dicho claramente, tengo que predicar la totalidad del Evangelio. Esa es la única esperanza para esta sociedad y nosotros tenemos que confrontar, tenemos que hablar claramente al mundo y tenemos que identificar estos poderes de racionalismo, de humanismo, de rebeldía, de posesión de lujuria y de desenfreno sexual, de tratar de definir lo que es la humanidad y de rebelarse contra lo que Dios ha dictado que es el hombre.

Hermanos, Dios nos hizo. Dios nos programó, Dios tejió, dice la palabra, en su vientre, en el vientre de nuestra madre cada cosa que nosotros somos. Nosotros tenemos escrito en nuestro ser el código moral, espiritual que Dios declaró sobre nosotros. Nosotros podemos cambiar nuestra contextura espiritual de la misma manera que podemos cambiar nuestra contextura biológica. No se puede. Lo que tenemos que hacer es entrar en lo que Dios ha declarado a la humanidad y la iglesia tiene que anunciarle a la sociedad cuál es el programa de Dios para nosotros, cuál es el programa que Dios ha escrito en el ser del hombre. Cuando el hombre trata de rebelarse contra la programación divina, lo que hace es que se mete en grandes problemas.

Es más, la misma naturaleza se rebela porque todo en el universo está conectado, lo biológico con lo psicológico, con lo espiritual, con lo geológico, todo. Yo sinceramente creo que por esta razón el hombre está experimentando tantos desastres al nivel geológico, al nivel de la naturaleza, aún en esta nación, porque..... y esto no lo digo yo solamente, algunos psicólogos que se han metido más hondo, como Karl Jung, habla acerca de cómo la energía mental también penetra muchas veces en el mundo físico. Yo creo que la naturaleza se rebela contra todo tipo de rebeldía contra Dios. Cuando la naciones practican cosas que son aborrecibles ante lo que Dios como Dios ha estructurado el universo, el universo mismo se remueve en sus fundamentos y hay movimientos tectónicos también porque hay resistencia a la energía divina que quiere pasar libremente a través de las estructuras rebeldes y resistentes que los hombres ponen, entonces vienen las conmociones, vienen los grandes desastres, vienen las guerras. Porque es que el espíritu del hombre y de la sociedad está en desenfreno, está en quietud y lo siente la naturaleza y hace hechos proféticos de lo que está pasando a nivel de las estructuras sociales.

Y por eso es que la iglesia, la iglesia es la sal de la tierra, la iglesia es la luz del mundo, la iglesia es la autoridad espiritual, la iglesia es la madre que le dice a los adolescentes rebeldes; pónganse en orden con lo que dice su padre. En los últimos tiempos Dios enviará profetas que dice reconciliarán el corazón de los hijos con el corazón de los padres. La iglesia es ese poder reconciliador. Qué dice la sociedad, nos confrontamos porque les amamos, porque el Padre quiere reconciliación con ustedes. Papá no está allí con una escopeta de dos cartuchos queriendo dispararle a ustedes. El papá dice: vengan, vengan, yo quiero reconciliarme con ustedes, quiero paz pero necesito que ustedes me respeten, que ustedes se ciñan a mis valores. Pero si la iglesia abandona su voz confrontadora en amor, pierde su sal, pierde su sabor, entonces no sirve para nada. Hay que confrontar en el amor de Jesucristo. Tenemos que ser gente confrontadora en nuestras escuelas, en nuestros trabajos, en nuestros hogares, donde sea, en el amor de Cristo tenemos que decir: no, eso no se puede hacer porque Dios lo prohíbe. En nuestras vidas nosotros también tenemos que confrontarnos a nosotros mismos y pedirle al Señor que nos purifique cada día más y más, que nos limpie cuando en nosotros se levantan estructuras que son rebeldes contra la voluntad de Dios también. La confrontación tiene que ir en todas las dimensiones. Gedeón confrontó al enemigo.

En segundo lugar, la iglesia necesita la unción de Dios. Gedeón era un hombre ungido, el ángel tuvo un encuentro con Gedeón, le dio una mirada de capacitación, lo llenó del espíritu y al otro día Gedeón se movió y destruyó el ídolo de Asherah y la gente vino inmediatamente y se pusieron alrededor de Gedeón y Gedeón hizo un llamado y vinieron 32.000 hombres, ¿por qué? Porque Dios le había dado el poder de la convocación. Cuando Dios unge a una persona, a una iglesia, un ministerio, le da un poder, un atractivo porque se necesita para poder hacer lo que Dios quiere que haga. La iglesia necesita, nosotros necesitamos, por eso hicimos este momento de ponernos de pie, porque tenemos que pedirle al Señor: Señor, úngenos, llénanos con tu espíritu.

Dice la palabra “no es con espada, no es con ejército, es con mi espíritu”, dice Jehová, el Señor. La batallas se ganan en el poder del espíritu, pero necesitamos una iglesia unida. El domingo pasado hablábamos de que tenemos que llenarnos de Dios. Tenemos que dejar de mirar afuera y mirar al Dios que nos capacita. Tenemos que pegarnos de Dios, enchufarnos a Dios para que el poder de Dios corra a través de nosotros y entonces se manifieste hacia fuera. Tenemos que pedirle al Señor: Padre, capacítame. (No se apure que eso es música de fondo allí para alguien que está, ojalá y hubieran escogido una musiquita un poquito más suave, pero está bien, por lo menos.....). la idea es, hermanos, necesitamos unción. La iglesia tiene que estar ungida. Hay muchas iglesias que lo que tienen es mucho aparato. Tenemos muchos edificios bonitos, dinero en el banco, grandes sistemas de sonido, pedigríes educativos para todos los líderes, pero si no tenemos el poder de Dios en nuestra vida, la iglesia no va a poder hacer nada. Por eso es tan bueno cuando nosotros nos tomamos tiempo para adorar al Señor.

Usted ve cuando usted está 40 minutos, 50 minutos adorando.... tenemos que entender lo que pasa allí, no es simplemente cantando cumbayá y teniendo un momento romanticón, unos con los otros, es cuando nosotros estamos adorando al Señor, y la atmósfera se está cargando de energía espiritual, usted se convierte como en una de esas baterías que está recibiendo fuerza. La adoración, la unción de Dios, la energía que se está desatando en el aire es como un vapor que está penetrando por los poros y los está suavizando, los está abriendo en su interior, en su mente, en sus emociones, ustedes se están llenando de la presencia de Dios. Usted está siendo masajeado por el espíritu santo. Su mente está comenzando a pensar en formas diferentes. Quizás hay llanto, quizás hay risa de liberación, cosas se desprenden de usted. No es simplemente cantar, porque sería tremendamente monótono y aburrido, es entrar en esa nube de la presencia de Dios y recibir la unción de Dios y entonces salir a la calle para servir al Señor.

Y la iglesia tiene que aprender más y más. Dios necesita iglesias unidas, Dios necesita gente unida. No es solamente gente evangélica, no es solamente gente protestante, no es solamente gente que vengan a la iglesia, no, es gente que lleve a la iglesia dentro de ellos 24 horas al día, es gente que sepa como moverse en la unción de Dios, es gente que haya sido capacitada por un encuentro con el espíritu santo. Tenemos que pedirle al Señor cada día: Señor, haznos cada día más y más una iglesia pentecostal, una iglesia que sepa moverse en la unción tuya, en el poder para que podamos hacer las obras que tu quieres hacer.

Dios le dijo a los Apóstoles, no se vayan. Jesús les dijo: No se vayan de Jerusalén hasta que no seáis investidos con poder de lo alto. Porque El sabía que para poder hacer la tarea de evangelizar el mundo, necesitaban algo diferente. Entiende, hermanos, la predicación no te da eso. La lectura de la Biblia no te da eso. El estudio de los discipulados no te da eso. diezmar no te da eso. El cantar no te da eso. Tiene que ser un encuentro directamente con la unción de Dios. Recibir una impartición de poder en tu vida, llenarte del espíritu santo, moverte en esa unción en tu vida y eso te dará autoridad para vencer a los gigantes que hay en tu vida, sea de matrimonio, sea una adicción a droga, sea un problema mental, sea depresión, sea un problema físico, financiero, lo que sea, la unción de Dios es la que pudre el yugo, la que hace posible que vengan las demás cosas.

Hay tanta gente que conoce de Dios y conocen de religión, aún en los púlpitos, aún en el servicio de Dios, pero todavía están en derrota porque todavía no han podido enchufarse a ese poder misterioso del espíritu santo, hermanos. Eso es lo que necesitamos más y más en nuestra vida cada día, esa unción. Y Gedeón la tenía porque la recibió de Dios y se vio la diferencia inmediatamente en su comportamiento cuando se encontró con el ángel y después Dios se la dio en otras maneras. Nosotros necesitamos eso también.

Hemos hablado de la tercera cosas, discernimiento profético.¿Qué quiero yo decir con eso? me refiero, hermanos a que Gedeón escuchaba de Dios continuamente, tuvo un encuentro con el ángel, después le dijeron: ve y destruye el ídolo de Asherah. El hizo eso, después Dios le pidió él a Dios que le diera una señal de su favor y Dios se lo dio a través del vellón que estaba lleno de agua, sereno, después de eso también se lo dio mojando el terreno alrededor de él pero dejando el vellón seco, y después de eso le dijo: mira, ve ahora y escucha lo que está pasando en el campamento, Yo te voy a demostrar que yo estoy contigo allí, todas maneras en que Gedeón estaba en continuo diálogo con Dios, estaba recibiendo palabra, estaba recibiendo revelación de parte de Dios. Dios le decía qué es lo que tenía que hacer, cómo moverse, le dio la estrategia de esta ateas ardiendo y estos vasos vacíos y estas trompetas, ¿por qué? Porque cuando Dios nos llama El nos quiere dar estrategia. Dios quiere hablar a tu vida cada día.

Quizás tu tienes, por ejemplo, un hijo adolescente rebelde y no sabe cómo tratar con él y no has encontrado la clave para entrar a su alma. Tienes que ir a Dios, tienes que decirle; Padre, háblame, enséñame, ¿cómo tu quieres que yo trate a mi hijo? Quizás tu tienes un problema matrimonial y no sabes cómo resolverlo, estás quizás distanciado emocionalmente de tu esposa, hay problemas en ti, en tu carácter, en tu trato, y tu necesitas liberación de esas actitudes. Tienes que ir en oración, tienes que ayunar y pedirle al Padre consejo específico ¿cómo puedo yo romper este problema, Señor? Quizás hay actitudes en tu vida, quizás hay un problema financiero, la iglesia necesita poder fluir en el discernimiento profético de Dios. Necesitamos palabra ahora. Dios quiere hablar a sus hijos. Dios quiere hablarte a ti. Dios quiere tener diálogos personales contigo. Dios quiere cada día en el trabajo, en el tren, en el carro donde vas, El quiere traer cosas a tu espíritu. Dios nos está hablando en este tiempo proféticamente.

Esta mañana vino el pastor Basil Yarde aquí y nos dio una palabra profética preciosa. Dios nos está hablando de que... a mi me dice proféticamente de que este es el tiempo ya, estamos al borde de entrar en un gran avivamiento. Por eso yo siento esta gran urgencia, Dios me está hablando acerca de eso. Dios me está hablando de que Dios está haciendo cosas nuevas en esta congregación. Dios me está hablando de que cuando yo fui a Israel y regresé Dios hizo algo en mi vida y lo está transmitiendo a ustedes. Dios nos está hablando de que hay algo nuevo en los aires de que Dios quiere que tratemos con El en una manera diferente. Dios nos está hablando de que necesitamos arreglar los patrones de nuestra vida, poner las cosas en orden, prepararnos para la cosecha, dejar de estar jugando al Evangelio y entrar serios ya de una vez por todas, para que Dios pueda hacer lo que El quiere. Dios me está hablando en mi ministerio y en mi vida, acerca de cosas que yo tengo que hacer en mi propia vida y arreglar con Dios y poner en orden para que Dios pueda usarme como El quiere usarme.

Y Dios quiere amar a tu vida también de la misma manera, para hacer cosas en ti, para que tu puedas vivir esa vida victoriosa que El quiere que tu vivas. ¿Cómo lo vas a conseguir? Tienes que apartar tiempo para buscar de Dios. Tienes que apartar tiempo para orar, para ayunar, para leer la palabra, y cuando tu abras la palabra dile: Padre, háblame. No la leas rutinariamente, Dios te va a hablar a través de palabras escritas y El va a activar pasajes de la Escritura que va a ser como si ese pasaje, de momento se pusiera en relieve y te estuviera hablando a ti solamente. Y cuando tu vayas al tiempo de oración personal, ve esperando escuchar que Dios te va a decir algo específicamente a ti a través de ese tiempo de oración, y pon tus oídos alerta. Pero se necesita una iglesia que fluya en los dones del espíritu santo, lo cual incluye la palabra profética, los sueños, las revelaciones, las impresiones del espíritu, las imágenes que vendrán a nuestra mente. Se necesita eso para poder rescatar a esta sociedad porque este mundo en que vivimos está demasiado atado con ataduras racionales, intelectuales, culturales.

Hoy en día el hombre ha sido capacitado para producir cosas en las artes y en todas las dimensiones de la existencia humana que lo apartan más y más de Dios. La dureza de corazón del hombre hoy es mayor que nunca antes en toda la historia y por lo tanto la iglesia necesita nuevas herramientas que tienen que venir de Dios y van a ser herramientas ridículas, como estas. ¿Cómo podía uno derrotar un ejército que era más numeroso que dice como las arenas del mar, con unas teas ardiendo y unas vasijas vacías? Porque eso era lo que Dios quería. Y cuando Dios está en una revelación específica tu puedes coger una espada de goma y con eso tu puedes derrotar a un monstruo porque la espada está ungida con el espíritu de Dios, pero tienes que saber que eso es lo que Dios quiere. En las manos de una David ungido que recibía palabra profética de Dios una honda fue todo lo que se necesitó para derribar a un gigante que todo un ejército israelita no lo pudo hacer. Si nosotros fluimos en la revelación específica de Dios, Dios nos va a dar estrategia y herramienta que en un momento destruirán al enemigo, pero tenemos que estar atentos a esas cosas. Quizás todos los años de lucha que tu has tenido, peleando con algo en tu vida, Dios lo va a derrotar en un instante, pero necesitas saber qué es lo que Dios quiere de ti y cómo El quiere usarte en esa manera.

Confrontación, unción, discernimiento profético, la cuarta cosa, visibilidad. Tenemos que ser visibles, hermanos. Ahora mismo aquí nosotros somos visibles unos para con los otros, pero allá afuera el mundo no sabe que aquí hay cientos de personas en este lugar adorando al Señor. ¿Cómo lo van a saber? Cuando tu salgas a la calle. Mañana muchos de ustedes van a estar en una fábrica, en una oficina, en un aula escolar, en la calle manejando, tomando un autobús, la iglesia de Cristo tiene que hacerse visible. No podemos refugiarnos en las cuatro paredes. Tenemos que estar allá afuera, dejándole saber al mundo que somos una presencia. Yo le doy gracias al Señor, lo que ha pasado en este tiempo con toda la cuestión del matrimonio y todo eso, yo creo que Dios está permitiendo todo eso simplemente para obligar a la iglesia a hacerse presente. Hemos estado demasiado escondidos, mientras tanto el enemigo se sirve con la cuchara grande y hace esto y hace lo otro y solamente cuando nos despertamos y nos damos cuenta de cómo se ha posesionado de todo, entonces nos ponemos las manos en la cabeza y decimos: ¡qué desastre!, y comenzamos a apagar el fuego.

Pero Dios quiere que la iglesia sea activa, que sea presente, que sea visible, que ensanche su tienda como le dice en Isaías 54: ensancha el sitio de tu tienda, alarga tus cortinas, afirma tus estacas, alarga las cuerdas de tus cortinas, porque yo te voy a extender al norte y al sur, al este y al oeste. Le dice: no seas tímido porque te extenderás, darás a luz, poseerás las naciones, poseerás la vida de tus hijos.

Eso es lo que Dios le está diciendo a la iglesia, hombres. Donde quiera que tu estés, se una presencia visible. A los jóvenes les digo, no se dejen intimidar por sus profesores, Dios les va a dar sabiduría para hablar con autoridad. No se dejen intimidar por sus compañeros de clase que están hablando de esto o de lo otro y repitiendo como el papagayo las teorías anticristianas y antinaturales y antidivinas. Usted sea una presencia inquietante donde quiera que usted esté. Dígale a la gente: yo soy cristiano ¿y qué? ¿usted entiende? Seamos claros en nuestra fe. No nos dejemos intimidar porque nosotros tenemos el poder de Dios con nosotros. Dice la palabra: con ellos está el brazo de carne, pero que con nosotros está Jehová de los ejércitos. Dios nos ha dado la palabra.

Hermanos, si nosotros fluimos en esa palabra y hablamos con autoridad y nos paramos y decimos aquí yo estoy, como un príncipe de Jehová, como un representante del Reino de Dios. Abre tu boca y Dios te va a dar palabra de autoridad, pero tenemos que ser visibles, tenemos que ser presente, tenemos que ser una iglesia que esté allá en la calle, tenemos que invitar a otros a venir a la iglesia. Tenemos que testificar en nuestros vecindarios. Tenemos que abogar por los valores del Reino de Dios. No pidamos disculpas por lo que nosotros creemos. El enemigo quiere que nosotros cojamos miedo y nos dice: ah, tu odios a los homosexuales, tu estás lleno de odio, tu estás lleno de tu propia justicia, estás criticando continuamente. Todas esas acusaciones que son lanzadas contra nosotros, como maldiciones para intimidarnos y hacer que nosotros aceptemos la visión del Evangelio que nos esta siendo transmitida por el enemigo.

Y nosotros tenemos que decir: que el Señor te reprenda, yo no recibo eso. yo soy un hijo de Dios. Yo tengo amor en mi, yo amo a la humanidad, yo te amo a ti. Yo tengo la verdad de Dios en mi vida, yo tengo una revelación una vez dada a los hombres por todos los siglos. Yo tengo la verdad de Dios que creó el universo y que fundó los cimientos de los planetas. Yo tengo una fe que habla tanto a nivel microcósmico como al macrocósmico. Yo puedo hablar tanto de las cosas que tienen que ver con la naturaleza y también por las cosas que tienen que ver con el espíritu. Yo puedo hablar de lo temporal y de lo eterno. Puedo hablar de lo científico y puedo hablar de lo moral. Puedo hablar de lo individual y puedo hablar de lo colectivo, puedo hablar de lo político y puedo hablar de lo artístico porque tengo la sabiduría, la mente de Cristo. Esa es la palabra que nosotros tenemos que estar diciéndole al mundo hoy en día. No pidamos disculpas por lo que Dios le ha rebelado a su iglesia. Si el mundo no se ha desmoronado y se ha partido en cincuenta mil pedazos es porque la iglesia de Jesucristo todavía está presente para preservarlo. No nos amedrentemos, hermanos. No tengamos temor. Levantemos la voz. Toquemos las trompetas. Quebremos las teas. Dejemos que nuestra luz de nuestra antorcha brille y que el mundo vea un hombre, una mujer llenos de la revelación de Dios. Seamos visibles.

Yo les compartí a los hermanos, una última ilustración con respecto a este punto y ya me queda uno más. Estos últimos días el alcalde de la ciudad de Boston a quien nosotros apreciamos, porque es un hombre decente, y algunas autoridades de la ciudad quisieron quitarle el nombre del árbol navideño a un árbol que siempre se ha puesto en la Boystron Street, cada año para celebrar la navidad. Pero como usted sabe en esta sociedad hay un espíritu de anticristo, en inglés navidad es Christmas, que viene de la palabra Christ, Cristo, entonces yo se, hoy en día, hermanos, la palabra Cristo escandaliza. Usted menciona la palabra Cristo y hay un movimiento espiritual en el aire.

Yo he estado en reuniones sociales de gente decente y que tiene buenas intenciones y muy profesional y cuando se menciona algo que es muy puro del Evangelio usted siente la incomodidad en el aire. ¿Por qué? Porque hay energías espirituales que resienten la mención del nombre de Jesús. Ese es el espíritu de anticristo que hay en la sociedad y aún personas bien intencionadas y decentes están poseídas por ese espíritu de anticristo hoy en día, por eso es que la iglesia no puede sujetarse a eso. El caso fue que quisieron quitarle el nombre de árbol navideño, Christmas Tree, y ponerle simplemente árbol festivo porque no querían ofender, supuestamente a las personas que no compartan la fe cristiana. Aunque ese árbol lleva 50, 60 años que se está enviando siempre de Nueva Escocia, en Canadá en agradecimiento a la ciudad de Boston por un acto de ayuda que le dio Boston a Nueva Escocia y hoy en día usted ve eso más y más. Dondequiera se quiere extirpar cualquier señal de cristianismo de los recintos y de los lugares públicos de esta nación, porque el diablo sabe que cuando una nación quita la persona, el nombre, la sangre de Jesús, de sus dinteles está abierta a toda penetración demoníaca posible.

Yo les puedo decir que lo único que hace temblar al diablo es el nombre de Jesús. Y yo he tenido mucha oportunidad a través de los años de ver una persona endemoniada o infectada por demonios, cómo los demonios aborrecen el nombre de Jesús y la sangre de Jesús, porque hay poder en esa sangre. El nombre de Jesús es una llave mágica que abre puertas y cierra puertas. La figura de Jesús es un talismán sagrado, cuando usted lo tira cosas explotan y estallan, los demonios huyen. Hay poder en la sangre de Cristo, hay poder misterioso, no nos podemos avergonzar de decir la sangre de Jesús, el nombre de Jesús. El caso fue que el alcalde quiso quitar eso y estas autoridades de la ciudad en su deseo de ser políticamente correctos, gracias al Señor que un grupo de cristianos que siempre están vigilando precisamente ese tipo de acción, le escribieron a la ciudad y les dijeron: si ustedes hacen eso, les vamos a meter una demanda y los vamos a llevar a la corte. El alcalde y las demás personas se retiraron y hoy todavía se llama árbol navideño.

Las encuestas dicen que esta nación, el noventa y pico, yo mismo me quedé sorprendido, el noventa y pico por mucho de la gente se identifica como de extracción cristiana aunque no practiquen el cristianismo, y hay una cantidad mayoritaria de gente que dice que va a la iglesia cristiana todos los domingos, aún en esta nación, escuchen. El porcentaje de personas que se identifican como budistas, hinduistas, y otras religiones es como un 5 ó un 7% de toda la nación, ¿por qué el noventa y pico por ciento de esta nación va a dejarse, que por no ofender sensibilidades demasiado desarrolladas, que se extirpen las señales del Evangelio en todas partes de esta nación. No estamos diciendo que se excluyan, que se pisoteen los demás. Estamos diciendo que la mayoría tiene derecho también a celebrar sus raíces y sus símbolos y sus creencias.

Gracias al Señor, hermanos que hay gente que todavía militante están defendiendo, no pidamos disculpas. Está orgulloso del Evangelio que te ha sido dado y celébralo y seamos una presencia visible en las naciones y en las ciudades y en los estados. Dios está esperando, hermanos que la iglesia se ponga de pie y diga: aquí estamos. Cuando la iglesia haga sentir su presencia, Dios entrará en acción.

Cuando Gedeón se paró, rodeó el campamento enemigo y quebraron las vasijas y salieron esas antorchas a encenderse en el medio de la medianoche de esa oscuridad, de ese campo, donde estaba ese enemigo, y comenzaron a tocar sus trompetas, y comenzaron a gritar por Jehová y por Gedeón, el espíritu de Dios cayó en esa declaración y puso la espada de uno contra el otro. Porque cuando la iglesia se hace presente, visible se convierte en un instrumento, en un canal presente. Ahí es donde el poder de Dios entra en el hospital, en la escuela, en la oficina, en la calle, en el hogar, en el vecindario. Dios hace su obra, pero si nosotros estamos escondiendo nuestra luz debajo del almud y estamos calladitos y temerosos, y no queremos que nadie sepa, usted no sabe cuánta gente por lo general que yo conozco, que los he conocido durante tiempo y solo después de mucho tiempo descubro que son cristianos, son cristianos encubiertos.

Necesitan salir del closet también, hay otros que están saliendo del closet pues salgamos nosotros del closet también, hermanos. Joven no pidas disculpas por tu fe. Trabajador, obrero, profesional, ama de casa, no pidas disculpas porque has recibido una revelación única, excepcional para todos los tiempos. Vamos a ser visibles. Cuando tu camines di: conmigo camina el Reino de Dios. Dondequiera que tu vayas, Dios te ha entregado toda la tierra que pise la planta de tus pies. No temas de ser visible, atrévete en el nombre de Jesús. Atrévete en el nombre de Jesús. Dios necesita iglesias visibles, iglesias presentes, iglesias “in your face” como dicen en inglés, ahí, que anuncien el Evangelio a tiempo y fuera de tiempo, sino quieren aceptarlo eso es asunto de ellos, pero tu descarga tu responsabilidad delante de Dios.

Lo último, y digan todos Gloria a Dios. Proclamación. Esto va a ser bien breve. Proclamación. Ya yo lo he dicho en un sentido. Necesitamos proclamar el Evangelio completo de Jesucristo. ¿Cómo vemos la proclamación? En ese alardeo, esa algarabía que hubo cuando Gedeón y sus hombres gritan y tocan las trompetas y brillan sus antorchas y rompen los cántaros, en ese momento vemos que en esa proclamación de alabanza y de adoración, la presencia de Dios comienza a moverse y suceden cosas.

La iglesia tiene que proclamar la verdad del Evangelio. Para que ustedes vean que estoy en serio, y a invitarlos a los músicos a que pasen por acá y que suban y que comiencen ya a cerrarnos en esto.

El enemigo quiere robarnos el Evangelio. El enemigo quiere que nosotros editemos el Evangelio para que la gente no se moleste. Hay muchas iglesias, y lo digo respetuosamente sobretodo en el mundo anglosajón, que hoy en día bajo el deseo de no escandalizar a la gente, no confrontar, no ofender, están sacando una cantidad de verdades del Evangelio y las están metiendo debajo de la alfombra, porque supuestamente son demasiado confrontativas y son desagradables para la gente. ¿Por qué? Porque la gente viene de afuera llenos de este espíritu secular, racional, rebelde contra Dios y llegan y cuando la palabra se anuncia en toda su plenitud, hay un choque de poder, pero a menos que nosotros no estemos dispuestos a que haya ese choque y a ofender a la gente, pero ¿saben qué?, que muchas veces al ofenderlos, removemos los cimientos de su espíritu y entonces permite que Dios pueda entrar. Quizás se van echando chispas y maldiciéndote pero después llegan a sus casas y ya el germen del espíritu está en su corazón y entonces Dios puede comenzar a obrar en sus vidas. Pero si tu estás más interesado en agradarlos a ellos que agradar al Dios que te envió, vas a perder esa oportunidad de ser un elemento regenerador en la cultura en que estamos.

Si la iglesia pierde su sabor, no sirve más que para ser botada. Si la sal pierde su sabor, ¿para qué servimos? Nosotros no vamos a perder nuestro sabor, vamos a proclamar, vamos a adorar, vamos a buscar una plenitud de vida, vamos a anunciar el Evangelio completo que Dios nos ha dado. No vamos a rehuir de anunciar, como dice Pablo, el Evangelio, la verdad de Dios a los que Dios nos ha encomendado. Tiene que haber proclamación. Lo hacemos al adorar al Señor con libertad, lo hacemos al predicar la palabra. Yo no solamente predico para ustedes hermanos, predico a los demonios también que están alrededor escuchando, predico a los ángeles de Dios para adorarlos, predico al Padre para decirle: yo creo lo que tu dices. Predico a los aires para enviar ondas que penetren en el mundo espiritual. Hay que proclamar, hay que anunciar, hay que declarar y entonces que cada uno se encargue de hacer lo que quiera con la palabra, eso es asunto de ellos. Nosotros descargamos nuestra responsabilidad.

Unción, visibilidad, discernimiento profético, proclamación, confrontación. Estos son los elementos que tenemos que usar en la batalla, tanto en nuestras vidas individuales como en nuestras vidas colectivas.

Pongámonos de pie, démosle gracias al Señor y vamos a decirle: Padre, nos entregamos a ti como iglesia en esta mañana, nos entregamos como iglesia. Hermanos, les doy gracias por su tiempo pero esto es el tiempo de Dios. Entra esa palabra en su vida, Dios quiere hacer grandes cosas con su pueblo. Este es el tiempo de la guerra, es el tiempo de la guerra amorosa. Nuestras armas no son carnales, dice la palabra, son poderosas en Dios para la destrucción de fortaleza. No son armas de oscuridad son armas de luz, son armas de amor, armas de verdad, armas de justicia, armas de transparencia, armas de reconocimiento personal de nuestra necesidad de Dios. Y al nosotros humillarnos y reconocer que nosotros somos los primeros necesitados, entonces podemos extender manos de misericordia a otros también. Que Dios nos bendiga y que su gracia repose sobre nosotros en esta tarde.

Padre, bendigo a tu pueblo, los libero de aquí para servir, Señor. Oh, que tu unción vaya con nosotros, Padre, en esta tarde. Que estas palabras que han sido declaradas, no caigan a tierra. Yo creo que harán todo aquello para lo cual tu las enviaste, Señor. Las atesoramos en nuestros corazones. Bendigo a tu pueblo. Ayúdanos a ser testigos fieles y verdaderos, auténticos e íntegros del Evangelio precioso que tu nos has confiado. Gracias Señor en el nombre poderoso de Jesús. Amen y amen. Hermanos, que la gracia del Señor siga con ustedes. Amen. Amen.