Hola, hermanos, antes que nada quiero darte un saludo. Nos tenemos que acostumbrar a saludarnos. Se que hay gente que me está leyendo desde muchos lugares del mundo, así que les mando un saludo y una gran bendición. Le mando un saludo muy especial a mi Iglesia, a mis Papas Espirituales y a mis Hermanos, quienes son fuente constante de inspiración en las cosas que el Señor me indica que transmita, ya que no quiero ser una persona que hable bien de cosas ideales. Quiero tratar de transmitir cosas desde la realidad que se vive y nada mejor que relatar las cosas que suceden desde una perspectiva espiritual basada en las Escrituras.
Hermanos, todos nosotros sabemos y también hemos escuchado por todos lados, que este año 2010 ha comenzado con un gran llamado que el Señor nos ha puesto como iglesia y como creyentes. Dios nos ha dado un llamado a nosotros como individuos, como hombres, como mujeres, como jóvenes, como niños.
Dios nos ha hecho a nosotros un llamado para ser una iglesia de unción, para ser una iglesia de gozo, una iglesia que sabe cómo vivir en esa nueva dimensión a la cual El nos llama. Ahora mis hermanos, hay algo bien interesante y es que esta unción no se recibe en una manera pasiva, la unción se recibe en una manera activa. Porque Dios está llamando a que cada uno de nosotros tengamos una mentalidad militante. Una mentalidad participativa. Una mentalidad integrante. Una mentalidad contribuyente. Una mentalidad Militante significa una mentalidad persistente, una mentalidad de guerra, una mentalidad que siempre está alerta de las cosas a su alrededor, del ambiente a su alrededor, de las personas a su alrededor, la necesidad de esas personas y aún la necesidad de uno mismo como individuo, como hombre, como mujer. Dios nos llama a tener una mentalidad alerta y militante.
Ahora, es importante que nos demos cuenta y entendamos que este llamado viene con una serie de retos, desafíos, luchas y
por supuesto bendiciones también para nuestras vidas. El llamado de Dios nunca ha sido fácil para nadie. Responder al llamado de Dios siempre ha sido una tarea bien difícil, bien ardua, pero siempre trae consigo grandes, ricas y abundantes bendiciones.
Yo creo que desde el culto de despedida del año 2009, que mi pastor compartió con nosotros esa visión que Dios ha sembrado en él, que yo entiendo que sale genuinamente del corazón de Dios.
Y es a partir de ese mensaje, de esa visión que me ha llevado a meditar sobre la iglesia del Libro de los Hechos, esa primera iglesia que comenzó a fundarse con los discípulos hace siglos atrás. Se me ocurre pensar lo importante que fue para cada uno de estos discípulos haber respondido al llamado de Dios. Antes de continuar, quiero que oremos para ser bendecirnos a través de la palabra del Señor.
Padre te damos la gloria y la honra, Señor, porque sabemos que hasta aquí tu has estado con nosotros, Jesús. Sabemos que ahora que llegamos al momento donde compartiremos tu palabra, esa palabra que da vida, Jesús, tu palabra que es palabra que alienta, que confronta, que nos reta, Señor. Este es el momento en que nuestros oídos, nuestros corazones, nuestra mente, nuestro ser entero está dispuesto, que estamos listos para recibir tu palabra, Jesús. Te glorificamos Señor. Te pido, Señor, que uses mis escritos para llegar al corazón de cada Hermano, Jesús. Sabes la petición que tengo delante de ti, Señor, así que yo confío en que Tu vas a responder. En el nombre de Jesús. Amen
Quiero decirte que recuerdes que Jesús se acercaba a hombres comunes y corrientes, hombres que no tenían ningún grado académico, hombres que tal vez no tenían ninguna visión para el futuro, solamente pescar y hacer las cosas que normalmente estaban haciendo. Claro está que sabemos que es a esas personas a las que Dios llama. Y había algo en Jesús, si, había algo en El que cuando El se acercó a ellos, no tuvieron ninguna otra elección sino que responder a ese llamado. Y respondieron con todo y sus dudas sobre quién era este hombre, ellos sabían reconocer lo que hacía y transmitía la persona de Jesús, y comprendían inmediatamente que tenían que responder, que tenían que obedecer.
Ahora, en ese peregrinaje, mis hermanos y hermanas, todos sabemos que hubo muchas altas y bajas. Todos sabemos que los discípulos no fueron perfectos desde el principio. Ellos tuvieron sus experiencias con Jesús, caminaron con Jesús, comieron con Jesús, vieron los milagros que Jesús hizo, ellos también tuvieron la oportunidad de hacer milagros, de compartir el mensaje también, que Jesús estaba trayendo el mensaje del Reino de Dios, pero no fue hasta que el espíritu santo descendió sobre ellos que entonces ellos fueron equipados para llevar a cabo completamente la misión para la cual ellos fueron convocados.
Saben hermanos, la misión de predicar el Evangelio a toda lengua, a toda nación, es algo que ningún ser humano puede hacer por su propia voluntad o con su propia fuerza. Ninguno de nosotros de los aquí lectores presentes, ninguno de nosotros tiene la capacidad de esparcir el mensaje del Evangelio por su propias fuerzas, por voluntad propia. Tu y yo necesitamos de una capacidad especial dada por parte de Dios para poder llevar a cabo eso. Necesitamos ser envestidos por el poder de Dios, por la unción de Dios para entonces poder abrir nuestra boca y comunicar una palabra que no llegue hueca a la otra persona, sino que llegue con impacto y convicción a aquellos que la reciben.
Ese mensaje, hermanos, era un mensaje que iba a causar una revolución. Si ustedes se fijan en la persona de Jesús, Jesús causó revolución en el tiempo en el cual El estaba andando sobre la tierra. El mensaje de Jesús estaba alterando el equilibrio de la sociedad en aquel momento, estaba alterando el sistema político y religioso de los judíos, y por encima de eso estaba alterando también el sistema político de los romanos.
Para aquellos que no saben, en el tiempo de Jesús, los judíos gobernaban políticamente la sociedad pero por encima de los judíos estaba el gobierno de los romanos también. Todo lo que pasara a nivel de la sociedad judía, de una manera u otra iba a afectar también al nivel del sistema de los romanos. Y si los romanos se enteraban de eso, entonces los judíos iban a estar en problemas, porque los romanos le iban a decir: ‘¿qué pasa, ustedes no pueden controlar a este hombre así, ignorante, uno solo, no lo pueden controlar ustedes? Tienen que hacer algo porque sino nosotros vamos a tener que intervenir’.
Así que si ustedes ven la escala a lo que Jesús vino aquí a este mundo, no era tan solamente un mensaje así de amor y paz, y qué lindo te vez, que bueno, Dios te quiere mucho. No era eso nada más, pero era un mensaje bien de confrontación. Jesús si le tenía que decir algo en la cara a alguien, se lo decía. No iba a ir con palabras bien, bueno, si El usaba sus palabras apropiadas. Pero la cosa era que si El tenía que confrontar a alguien, El confrontaba. Y si El tenía que amar a alguien, El iba a amar a alguien. Y los discípulos entonces cuando llegó el momento para ellos de poder tomar ese llamado de Dios y ellos de responder a ese llamado, ellos iban a hacer lo mismo. Ellos iban a continuar alterando ese equilibrio de la sociedad judía y de la sociedad romana también. Ellos sabían a lo que se estaban metiendo. Ellos sabían que estaban jugando con sus propias vidas, pero ellos estaban asegurados por que sus vidas ya no les pertenecía a ellos, sino que le pertenecía al rey de reyes y Señor de Señores. Ellos sabían que sus vidas estaban más que seguras. Sabían que sus vidas corrían peligro, pero ellos estaban convencidos de quién los había llamado.
Yo quiero que ustedes vayan conmigo al Libro de los Hechos, Capítulo 4. Quisiera explorar un poquito más acerca de lo que significa vivir en la unción y en el gozo de Dios. En Efesios 4, verso 13, Hechos, Capítulo 4, verso 13 (están despiertos hermanos, tienen a mano una biblia para corroborar lo que vamos a repasar ahora? eso me gusta, muy bien!). ¿saben qué? Yo voy a ser bien dinámico hermanos,es un tema maravilloso, y extenso, asi que lo resumiremos en menos tiempo, así que voy a ser bien interactivo.
Hechos, Capítulo 4: verso 13, dice: “... Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan y sabiendo que eran hombres sin letra y del vulgo, se maravillaban y les reconocían que habían estado con Jesús, verso 14, dice: “…y viendo al hombre que había sido sanado que estaba en pie con ellos (porque era un hombre que estaba paralítico), no podían decir nada en contra( de Pedro y Juan). verso 15, dice: “…Entonces les ordenaron (esto está hablando de los fariseos, los líderes allí en el concilio de los judíos), entonces les ordenaron que salieran del concilio y ellos conferenciaban entre si. Verso 16, dice: “…Y se decían “muchachos, tenemos un grave problema”. ¿Qué vamos a hacer con estos hombres? Tuvimos un problema con Jesús y ahora lo estamos viendo multiplicado al problema con estos hombres. (Gloria a Dios por eso. Gracias a Dios por ese tipo de problema, para algunas personas). ¿Qué haremos con estos hombres porque de cierto, señal manifiesta ha sido hecha por ellos, notoria a todos los que moran en Jerusalén y ¿saben qué?, no lo podemos negar. Verso 17, dice: “…Sin embargo (vamos a poner nuestra mente maliciosa a maquinar), ara que no se divulgue más entre el pueblo, vamos a amenazarlos para que no hablen de aquí en adelante a hombre alguno en ese nombre de Jesús, verso 18, dice: “…y llamándolos les intimaron que de ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús. verso 19, dice: “…Más Pedro y Juan, (sabiendo en quién han creído y en quién han confiado), les respondieron diciéndoles, ‘hombres, juzguen ustedes si es justo delante de Dios obedecerles a ustedes primero que a Dios, verso 20, dice: “…porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto, ni lo que hemos oído.”
Estoy convencido, hermanos que cuando me pongo a reflexionar en lo que significa vivir en la unción de Dios hay varias cosas que vienen a mi mente. Yo creo que todo el mundo que esta leyendo ahora desea vivir en la unción de Dios ¿verdad? Si yo pudiera verlos en este momento y les pidiera que levanten las manos aquellos que quieren vivir bajo la unción y en el gozo de Dios, ¿cuántos levantarían las manos? Yo me imagino que todo el mundo, ¿verdad? Yo creo que aún los que no conocen a Jesús todavía en sus vidas, pueden decir en sus corazones: ‘sí, claro, yo quiero ¿por qué no?’.
Ahora, déjenme que les haga otra pregunta. ¿Cuántos de ustedes están dispuestos a pagar el precio para vivir en la unción y el gozo de Dios? Calculo que no se ven la misma cantidad de manos levantadas que recién en la anterior pregunta. Por ejemplo, vos la levantaste? No muchas manos se levantaron. Seguro que muchos dijeron Amén, pero no muchas manos se levantaron. Tal vez la pregunta estuvo mal formulada. Voy a hacer la pregunta de nuevo, y quiero que respondan con la mano. ¿cuántos de ustedes están dispuestos a pagar el precio para vivir en la unción y el gozo de Dios? Ay, ay, ay,..... miren lo siguiente hermanos, yo quiero que presten mucha atención.
Me voy a poner tal vez un poco vehemente pero yo quiero que a esta pregunta la entendamos con nuestra mente también. Yo creo que uno de los pasos más difíciles que debemos aceptar dar para poder vivir en el gozo y en la unción de Dios es decidirse a hacerlo. El Apóstol Pablo, en el libro de Filipenses, Capítulo 2, él dice que es Dios el que pone en nosotros tanto el querer como el hacer, claro está. Todos nosotros podemos querer vivir en la unción de Dios. Yo quiero vivir en la unción de Dios. Mis Hermanos quieren vivir en la unción de Dios. Todos quieren hacerlo.
¿Pero estamos dispuestos a hacerlo?, estamos dispuestos a tomar las decisiones que se tengan que tomar para poder vivir de una manera plena y completa en la unción y el gozo de Dios. ¿Por qué digo esto, hermanos? Una de las cosas que son necesarias para vivir en la unción de Dios, es el hecho de aceptar los sacrificios. Pero no es cualquier tipo de sacrificio. Miren, yo conozco gente que se sacrifica por ejemplo, por mantener sus familias. Hay gentes que trabajan 3, 4 trabajos y eso es un sacrificio bien grande por mantener a su familia, por poder pagar los impuestos, los gastos, por poder tener comida, por al menos comprarse un par de zapatos al año. Eso es un tipo de sacrificio ¿Claro que si?.
Hay gente que se tiene que sacrificar, viajando una hora y media para llegar a su trabajo o para llegar a una escuela para llevar a sus hijos a una escuela mejor, porque tal vez la escuela del barrio no es muy buena, y eso es un tipo de sacrificio. Hay que levantarse a las 5 de la mañana, para agarrar el auto en tiempo de frío, o con lluvia y poder llegar a donde hay que llegar. Eso es un tipo de sacrificio y mucha gente pasa por eso.
Hay gente que tal vez después del culto se tienen que ir a trabajar y eso es un sacrificio. Pero el sacrificio del que yo les estoy hablando, no tiene que ver con esas cosas físicas que hacemos en el diario vivir. Tiene que ver más con sacrificios del alma, sacrificio del carácter, sacrificio de nuestra mentalidad, de nuestra manera de pensar.
Este tipo de sacrificios son los que normalmente dejamos de lado. Tomando por ejemplo el carácter, y esto que les digo es por que a mi me pasó. Hay veces que nuestro carácter, cuando se convierte en algo que ya es común, porque convengamos que hay gente que tiene un carácter que Dios se lo bendiga. Capaz que algún lector este diciendo: Uh, me esta por decir algo a mi. Si hay alguien que reconoce que su carácter no es el mejor del mundo y yo mismo, en lo personal que sabía que mi carácter muchas veces que me impedían no tan solo relacionarme bien con otros, sino que también me impedía acercarme a Dios. Y yo pretendo que Dios haga las cosas a mi manera y Dios no puede hacer las cosas a mi manera.’ Como una cantidad de ejemplos que cada uno puede darse en estos momentos, etc.
Si hay al menos una persona que reconoce esto, que ya se dio cuenta que en su carácter hay una manera, (por decirlo de algún modo), medio maliciosa de trabajar con las cosas a su alrededor, ¿cuánto sacrificio le va a tomar a esta persona echar todo ese tipo de carácter a un lado y permitir que el nuevo carácter de Dios se forme en su vida? Porque esto no es fácil hermanos. Yo lo experimenté de manera fuerte y aún tengo mis luchas con relación a eso.
Yo mismo puedo identificar a mi carácter y yo puedo mismo también puedo enumerar las cosas que debo cambiar, yo tengo que cambiar en esto, tengo que cambiar en aquello, pero lo estoy haciendo de manera responsable? Estoy seguro que si alguién me dijera; Antonio, vamos a ver tu lista, vamos a ver como la estás haciendo?. También Podría decir, si lo que estoy leyendo es verdad, pero otro día me pongo a revisar eso, ya trabajaré en eso algún otro día. Es más, si yo no tuviera a alguien detrás mio que me estubiera diciendo:¿cómo estás? ¿qué estás haciendo? Es bien difícil, mas aún cuando esa persona nos dice: mira, este caracter tuyo, esta manera de pensar y de ver las cosas que muchas veces demuestra que tienes una falta de fe bien grande y que se te hace difícil aceptar las cosas. ¿estás haciendo algo con eso? La primera reacción nuestra sería: No me vengas con eso ahora, yo no estoy para pensar en eso ahora. Yo no quiero saber de mis defectos. Yo quiero avanzar. Yo quiero ver cómo puedo mejorar. Pero, si quieres mejoras, vas a tener que trabajar con eso, de una manera u otra.
Hay personas que tal vez están atados a algún tipo de vicio o algún tipo de adicción. Hace poco, yo estaba viendo en Discovery Channel cómo hay gente que han sido atadas a algún tipo de adicción, sea de drogas, sea de sexo, sea de alcohol. Hermanos es bien interesante cómo la gente literalmente se ata con sogas de acero a eso. Porque en ellos está el deseo y la buena voluntad de dejar de hacerlo. Ellos saben que está mal. De una manera u otra en su razonamiento, ellos saben que no pueden seguir haciendo eso. Pero por alguna razón, en su ser están diciendo y a su vez justificando su debilidad con frases como esta: ‘pero, yo tengo que dejar de hacer esto, porque yo quiero algo mejor’. Esto impide que Dios pueda fluir en esas vidas de una manera más llena, más completa. Pero no pueden lograr enfrentar esa debilidad, porque se les hace difícil. Pueden empezar y pasan una semana y después vuelven a caer de nuevo. Si no tienen un grupo de personas a su alrededor que les de apoyo, que se interese, que los anime, esas personas vuelven y caen otra ven en esos caminos, y cuando caen, hermanos, es peor que la primera. Es peor.
Es como que nuestra carnalidad se adapta a esas cosas. Para nuestra humanidad tan venida a menos, esas cosas se convierten en adicción. Hay personas que no pueden estar en una fiesta si no es con un vaso de vino o una cerveza en la mano. Hay personas que si no fuman un cigarrillo dentro de las 5 horas, no están contentos. No tienen gozo. ¿Por qué? Porque no hay ese ingrediente que supuestamente satisface esa humanidad tan caída. Pero ¿saben qué?, hermanos, eso es la parte conciente de uno que quiere vivir en una nueva dimensión. Porque el solo hecho de reconocer que esas debilidades están en mi y yo tengo en mi el deseo de vivir en la unción y el gozo de Dios, yo tengo que hacer un esfuerzo conciente de sacrificar todas esas cosas que de alguna manera me satisfacen, pero por que yo se que esa satisfacción no viene de Dios. Es una satisfacción que me cubre así momentáneamente y nada más.
Hay que tomar una decisión concreta y rodearse de laspersonas que te van a ayudar a poder sobrepasar todas esas cosas. Ese sacrificio, aunque es difícil hacerlo, una vez que lo hagas convencido de que eso es lo que vos querés, y convencido no tan solamente de eso, sino de las promesas de Dios, por que en su Palabra Dios dice ‘Yo soy el que pone en ti, tanto querer como el hacer, Yo te voy a respaldar para que tu puedas alcanzar esa meta que tu tienes.’ Es el Señor el que nos respalda a nosotros para poder cumplir esas cosas que nosotros tanto anhelamos y deseamos.
Ahora, vivir en la unción de Dios no significa que todo va a ser peliagudo, contrario, o dificultoso, porque también están sus cosas positivas, hermanos. Una de estas cosas es saber que Dios ve algo en nosotros y que El lo quiere usar. El sentido de ser necesitado o necesitada. Todos nosotros, yo miro mi monitor y trato de imaginarme que los veo a todos ustedes ahora, y todos ustedes tienen un gran deseo de ser necesitados. Todos ustedes, si alguien se acerca y le dice ‘mira, te necesito para algo’, digo no en una manera abusiva, pero si te dicen ‘te necesito para algo’, algo en tu mente como que va a registrar ‘epaaa, soy importante. Me necesitan. Puedo hacer algo’. Si un esposo le dice a su esposa ‘sabés que te quiero, te amo, te necesito en mi vida’, esa esposa, digo, si es en una relación sana y saludable, porque tal vez hay unas relaciones matrimoniales que no están muy bien y si de repente el esposo le dice ‘te amo, te quiero, te necesito’, la esposa va a decir: Si, claro… Como que tu carácter no va con lo que le estás diciendo, no es verdad, y traten de hacer un esfuerzo, no se rían, no se rían. Es algo que debemos aplicar a la inversa también. Los hombres están ahí también. Pero digamos que es una relación sana y saludable, si un hombre le dice a su esposa ‘amor, te amo, te quiero, te necesito, tu eres parte mía’, esa esposa se va a derretir como manteca. Igualmente si la esposa le dice al esposo ‘amor, lindo, yo te amo, te quiero, te necesito’, ese esposo se a estremecer por completo. Pero todo viene de ese deseo de ser necesitado.
Ahora quiero también hablarle a los solteros también para que no se queden atrás. Yo creo que las personas que son solteras, le llegue su momento o no, yo creo que Dios los bendice a ustedes también ahí donde ustedes están ahora. Y yo creo que una persona que ahora esta soltera, lo que cree, es en relaciones de amistad saludables. Un soltero, o una soltera, pueden tener una relación de amistad saludable que no tenga malas intenciones, si vos le decis a tu amigo o a tu amiga ‘mirá, yo te agradezco por tu amistad. Tu amistad significa tanto y vale tanto para mi’, esa persona se va a sentir bien, va a decirte seguramente gracias, gracias, yo no sabía que yo significaba tanto para ti’, y viceversa. Es algo que va de ambos lados. Pero es el sentido de ser necesitados, hermanos, de ser queridos. Y ¿saben qué? Cuando Dios te mira a vos, cuando Dios pone sus ojos en vos, Dios te dice ‘Yo te amo, Yo te quiero, Yo te necesito’. Y saben que, si Dios me dice eso a mi, me derrito como manteca, como agua me evaporo. Yo me hago de todo. Solamente por saber que Dios me quiere, me necesita.
¿Saben por qué hermanos? Porque hay veces que nosotros nos llenamos de ese sentido de culpa, como que ‘tres horas antes de venir a la Iglesia, yo cometí tal y tal pecado. Dios no me va a querer a mi’. Pero ¿sabeés qué? Esas son mentiras del diablo. Dios te ama aunque tu hayas pecado media hora atrás. Dios te ama, te quiere y te necesita como sea. Yo espero que nadie, que ninguno de los que está leyendo haya hecho nada hace media hora atrás, porque bastante buena esta la atmósfera aquí.
Pero hermanos es ese deseo de ser necesitado que nos llama a vivir una vida de unción delante de Dios. Y ¿saben qué? Vivir en la unción de Dios no significa que toda la gente que ahora esta leyendo, va a tener una mayor manifestación de los dones del espíritu. No significa que todos ustedes, cuando vayan a orar por alguien, esa persona se vaya a caer emblando en el piso. No significa eso.
A algunos de ustedes sí. A algunos de ustedes Dios le va a dar esa manifestación. La palabra así mismo lo dice, que a cada uno de nosotros se nos es dada una manifestación del espíritu. El espíritu se le puede manifestar a alguien allá arriba de una manera diferente como se le puede manifestar a una persona allá en la parte de atrás. Porque el espíritu de Dios conoce lo que El quiere y tiene para ti, y de acuerdo a la medida tuya El se va a revelar en tu vida. Algunos de ustedes hablará nuevas lenguas en este nuevo año, y yo estoy orando para que sea así. Algunos de ustedes hablarán palabra profética, y yo estoy orando para que sea así. Algunos de ustedes van a poner las manos sobre un enfermo, y ese enfermo o enferma se va a sanar en el nombre de Jesús. Algunos de ustedes se van a atrever de predicarle al jefe en su lugar de trabajo, que antes ni lo hacían, o tal vez ni sabían que Usted podía ser cristiano, y en el nombre de Jesús esa persona va a ser tocada y transformada por el poder de Dios. ¿Por qué? Porque ustedes están viviendo en una nueva dimensión. Esa unción de Dios, hermanos, los cubre a ustedes con una nueva autoridad. Esa autoridad es para llevar sus vidas con una nueva fluidez. Es una nueva autoridad, hermanos, que no hay quién se les pare a ustedes de frente, hablando en términos espirituales. Como decía uno de los coros, y dice en Jeremías 1:19 ‘pelearán contra ti pero no te vencerán’. ¿Por qué? Porque contigo está la unción y el Poder de Dios.
También hay un pasaje de Sofonías que nos muestra por que no nos vencerán. Sofonías, Capítulo 3, verso 17, tal vez muchos de nosotros conocemos este pasaje. Es más yo creo que hasta lo podemos decir de memoria, dice “Jehová está en medio de ti, poderoso, El salvará, se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos”.
Hermanos, Yo les quiero pedir y con la Biblia en su mano, que este versiculo que acabamos de leer, ustedes se lo repitan a si mismos en voz alta, que vaya dirigido a ustedes mismos. En el nombre de Jesús todos juntos vamos a decir “Jehová está en medio de mi, poderoso, El salvará, se gozará sobre mi con alegría, callará de amor, se regocijará sobre mi con cánticos”. Creelo, Desealo.
Yo quiero romper ese verso, hermanos. Porque ese verso tiene tanto que dar. Cuando yo escucho ‘Jehová está en medio de mi’, ¿saben lo que eso significa? Eso significa que la cobertura de Dios está en medio de mi vida. No hay nada que pueda cambiar esa realidad, ni siquiera yo puedo cambiar esa realidad. Una vez que Dios se para sobre mi, ya las cosas en mi vida comienzan a cambiar. Yo puedo hacer que esas cosas se tarden, yo puedo ser tan cabeza dura de no recibir esa cobertura de Dios y tal vez quiero seguir haciendo las cosas que yo quiera hacer, pero saben que, la cobertura del santo está en medio de mi.
La presencia de Dios está en medio de nosotros y ¿sabes qué, hermano? Hay algo tan interesante con respecto a la presencia de Dios. Y en este aspecto yo le quiero hablar directamente a los jóvenes que esten leyendo; jóvenes aún y jóvenes en edad. En Hechos, Capítulo 5 hay un relato de Ananías y Safira, no digo zafiro, digo Safira, esposo y esposa. Estaban aquí en la iglesia del primer siglo, ellos estaban, y parte de su dinámica, parte del mover del espíritu de Dios en ellos, era que ellos estaban repartiendo sus posesiones los unos a los otros para que todos vivieran en igualdad. Y estas dos personas, Ananías y Safira estaban vendiendo una de sus tierras y cuando la vendieron ellos tomaron la decisión personal de no traer todos los bienes delante de los Apóstoles sino que se quedaron con una parte.
Miren lo que dice en el verso 3: “... Y dijo Pedro, Ananías ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al espíritu santo y sustrajeres del precio de la heredad, reteniéndola, no se te quedaba a ti y vendida, no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres sino que a Dios. Al oír Ananías estas palabras cayó y expiró. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron, (y escuchen esto, jóvenes, escuchen bien) y levantándose los jóvenes lo envolvieron y sacándolo lo sepultaron.” Primera parte. Cierra el telón. Abre el telón.
“Pasando un lapso de tiempo como de 3 horas sucedió que entró su mujer, Safira, y no sabiendo nada de lo que había acontecido, Pedro le dijo ‘Dime, ¿vendiste en tanto la heredad?, y ella dijo ‘si, en tanto’, y Pedro le dijo ‘porque conviniste en tentar al espíritu del Señor he aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido (esos erán los jóvenes), y te sacarán a ti y al instante ella cayó -como otra fruta que se cae del árbol-, (cayó muerta) y la sacaron y la sepultaron junto a su marido.”
A esos jóvenes, ¿tu sabes lo que yo les digo? Yo les digo en otras palabras ‘los saca muertos’. Yo me estaba preguntando, ese momento estaba tan a fuego limpio la presencia de Dios ahí, que cuando estas dos personas llegaron y mintieron, no en contra de nadie, mintieron directamente en contra de Dios y de su espíritu.
Dios dice ‘papito, mamita, tal vez tenían buenas intenciones en traerme aunque sea la mitad de tu dinero, pero ese no es el trato.
La presencia de Dios estaba tan fuerte en ese lugar que solamente las personas que vivían de acuerdo a la voluntad de Dios podían resistir estar ante la presencia de Dios. Y para mi es tan interesante porque los jóvenes, como lo dice ahí la Biblia, los jóvenes fueron los que sacaron esos cuerpos. Así que los jóvenes en ese instante estaban cubiertos con la presencia de Dios en medio de sus vidas, porque la presencia de Dios no los consumió a ellos tampoco, sino que ellos estaban cubiertos por su presencia también, para poder sacar todo aquello que era vil y malo.
Me pregunto si me estan entendiendo ¿quién podrá estar en la presencia de Dios y quién entrará en el lugar santo? Como dice el salmo 24 “el limpio de manos y puro de corazón, el que no ha elevado su alma a cosas vanas ni jurado con engaño, él recibirá bendición de Jehová y justicia del Dios de salvación”. Jóven, Dios te llama a ser una generación de manos limpias, de corazón puro, que no hayas elevado tu alma a cosas vanas, ni que tu boca haya hablado perjurio. Dios está buscando una juventud purificada completamente por El. Dios está buscando una generación de jóvenes limpia y pura delante de El.
El limpio de manos, ¿sabes por qué el limpio de manos? Tus manos, ¿tu sabes lo que significa? Acción. Tus manos significan en acción, con tus manos tu haces todo lo que quieres hacer. Vas aquí, vas allá y haces y deshaces. El puro de corazón, que tu corazón sea o no limpio en gesto genuino delante de Dios y que no hayas elevado tu alma a cosas vanas tan pasajeras que se van con el viento. Hoy día la juventud es ..ahhh.... es como un suspiro, de verdad, es como que ...ahhhh.... sentimos un aire y ya como que ...uhhh. No, Dios no quiere eso, muchachos. Dios quiere una juventud consagrada, dedicada a El. Un pueblo militante es lo que El está buscando. Un pueblo que no se avergüence de El.
¿Qué es lo que dice Lucas, Capítulo 9? Lucas 9:26, dice ( es Jesús hablando) “Porque el que se avergonzare de mi y de mis palabras, de este se avergonzará el hijo del hombre cuando venga en su gloria y en la del padre y de los santos ángeles.”
Dios no quiere jóvenes y gente. Dios no quiere gente indecisa, ¿ustedes entienden lo que es eso verdad? Indecisa es como que ¿quieres hacer algo? Ah...... no me atrevo, no.... se, eso es ser indeciso. Y eso no es lo que Dios está buscando. Dios está buscando gente que se atreva a pararse en la brecha. Eso es lo que Dios está buscando.
Yo conozco por ejemplo amigos que hoy estan en Gendarmería o en el Ejercito, o muchos de los que estan leyendo estuvieron realizando el servicio militar obligatorio, y muchos se acordarán cuando llegaba el momento de empezar a enlistar a la futuros soldados. Los que estaban encargados de la identificación no te tratan como que Hola, ¿cómo estás? Bienvenido, bienvenido al ejército. No, ellos no te trataban así. Lo primero que te hacían era empiezaa a gritarte en la cara.......... once,..... oh, no….. siete…..y por ahí sigue. Te trataban así. Te trataban con firmeza y dureza. ¿Por qué? ¿Cómo dice este refrán? En tiempos desesperados, medidas desesparadas. Momentos desesperados llaman decisiones desesperadas. Ahí te preparaban para pararte en la línea de la batalla y tenías que estar con la cabeza enfocada en algo y que nada ni nadie te puede sacar de ahí.
Y eso es lo que Dios está buscando con cada uno de nosotros: hombres, mujeres, jóvenes, niños. Eso es lo que El está buscando. El no está buscando a los que dicen ‘no, Señor, yo quiero hacer esto, no quiero hacer aquello.’ ‘Ah, ¿tu quieres hacer esto, aquello y lo otro?, no te necesito entonces.
De verdad, hermanos, el momento en el que Dios nos va a empezar a confrontar así a nosotros está llegando. Yo lo creo así. Que el tiempo se está acercando, eso de venir con excusas a donde Dios, ese tiempo se está acabando ya. Si ustedes miran el Evangelio y donde yo veo relatos de Jesús donde dice que a las cabros las va a poner a un lado y a las ovejas a otro, en ese momento no va a haber tiempo como ‘ah, Señor, vos sabés que...’ No, tu eres un cabro, ponte allá. Tu eres una oveja, venite conmigo ahora. El es así. Yo lo leo en su palabra. Va a llegar el momento donde el que es, es y el que no es, no es.
Hermanos, es un tiempo de decisión. Jóvenes es un tiempo de decisión. Ya no es tiempo de andar por ahí perdiendo el tiempo como uno quiera. Es tiempo de ponernos el cinto en el lugar donde va y comenzar a buscar vivir en la unción y en el gozo de Dios.
Termino con esto, hermanos. Dice ese pasaje de Sofonías otra vez, dice que “el Señor se regocijará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos”.
Es bien interesante porque la Pastora hace muy poco estaba diciendo que el gozo del Señor iba a ser una de las armas que El nos iba a dar para ministrar a otros, para confrontar los poderes del enemigo. ¿Saben por qué, hermanos? Porque cuando usted estaba seguro y segura de que la unción de Dios estába en usted y sobre usted, eso se manifiesta en gozo. El gozo es una de las maneras que se manifiesta Dios a la gente que tenemos a nuestro alrededor.
Dice Neemías en el Capítulo 8 en un momento “el gozo del Señor, mi fortaleza es”. Pero ¿saben qué? Tenemos que entender, significa el gozo del Señor sobre ti. En otras palabras que el Señor se goza sobre ti. Dios te ve a ti y le sale una sonrisa. El mira tu cara y le sale una sonrisa en su cara, en su corazón. ¿Por qué? Porque tu eres su hijo, tu eres su hija. Y El te necesita, El te quiere. El quiere que tu seas parte de ese ejército. El quiere que todos nosotros seamos una comunidad militante delante del mundo y delante de El.
¿Y saben qué, hermanos? El gozo es clave. No podemos entrar a esta vida como si nada. Tenemos que entrar con una mentalidad más valiente, victoriosa. Así es como tenemos que venir delante de El. También es cierto que alguno dirá: no entiendo todas las cosas, no comprendo todas las cosas. Ahora que hago.
No importa, lánzate en fe y a medida que tu vayas caminando el Señor se va a mostrar a tu vida y te va a enseñar todas las cosas que El quiera hacer en vos y a través tuyo. No tienes que tener todo el rompecabezas en su lugar desde el principio. El rompecabezas tu sabes que se va a armar a medida que Dios te vaya dando cada una de las piezas para ponerlas en su lugar.
Cuando nosotros vivimos en esa unción y en el gozo del Señor, hermanos, todas las cosas son distintas. Ustedes se han visto en el espejo y han sonreido para ver cómo se ven. Usted se puede reír de usted mismo mirándose en el espejo y riéndose, sea porque se vea feo o se vea raro, pero se va a reír, sea como sea.
Una risa es una de esas muestras acerca del gozo de Dios, pero el gozo de Dios va más allá. El gozo del Señor es algo que está ahí en tu ser. Es algo que está ahí presente. Es algo que tu cara lo va a demostrar. Porque tu sabes que el gozo del Señor está ahí sobre ti. El se regocija en ti. El se regocija en todo lo que tu haces. Es más, yo me atrevo a decir esto, el Señor se regocija aún en tus faltas, porque El se glorifica aún más, para levantarte y formarte en el tipo de persona, en el tipo de hombre, en el tipo de mujer, en el tipo de joven que El quiere que tu seas en el día de hoy.
El llamado del Señor está ahí en medio de nuestras vidas.¿Cuál es nuestra respuesta, hermanos y hermanas? ¿Cuál va a ser tu respuesta, joven que estas leyendo? ¿Cuál va a ser tu respuesta, joven universitario que estas leyendo, que estás buscando cómo definir tu carrera profesional, que estás buscando tal vez quizás, con quién casarte y hacer una familia? ¿Cuál va a ser tu respuesta, jefe de familia que buscas por distintas maneras de que tu familia siempre tenga lo mejor? Y cuando Dios empiece pedir de ti ¿cómo vas a responder ese llamado? ¿Cómo vas a responder ese llamado, mujer, madre, esposa, que hay veces que la vida, el tiempo ni te da, y quisiera que haya un día más en la semana y tal vez 4 horas adicionales en el día para poder tal vez hacer las cosas que quieres hacer? Pero cuando Dios empiece de ti ¿cuál va a ser tu respuesta? ¿Cuál va a ser mi propia respuesta como comunicador cuando Dios empiece a demandar más de nosotros como responsables, como líderes de la iglesia, como siervos de el, como ovejas que somos?
Dios llama a una iglesia que viva en unción y en gozo. No una iglesia que se queje. No una iglesia que se la pase preguntando por qué esto y para qué aquello y cómo es, y dónde fue y quién dijo. No, Dios lo que quiere es una iglesia que diga ‘Señor, aquí estoy. Estoy dispuesto. Estoy dispuesta. Contigo yo se que lo vamos a hacer. Contigo yo se que lo voy a lograr. No importan las situaciones difíciles a mi alrededor, yo se que Tu te vas a encargar de todas y cada uno de ellas, porque yo se que a medida que yo entregue mi vida delante de Ti, Tu, que eres poderoso para hacer mucho más de lo que yo te puedo pedir, Tu te vas a encargar de responder.
¡Aleluya! Hermanos, así en este espíritu de adoración, yo siento en mi corazón hacer una pregunta. Yo quiero invitarte, si tu has leido este mensaje y tu no conoces al Señor Jesús todavía como tu salvador personal, como tu Señor, como tu amigo, como aquel que te llama a vivir una vida distinta a la que estás viviendo ahora. Si tu no has conocido al Señor. Si tu no has dicho ‘Señor, tómame. Cambia mi vida. yo te necesito, así como tu me necesitas, yo te necesito a ti’. Si tu quieres tomar esa decisión en este momento, yo te invito a que tu uses este momento para eso. Si tu quieres levantar tu mano ahí donde estás, como un acto de fe, como acto así militante, como una persona que se atreve, tal vez seas una persona tímida, pero en una persona que se atreve a este principio, repite esta oración: ‘Señor, aca estoy. Toma mi vida. transfórmame por completo’. Si tu quieres ser esa persona hoy, yo te invito a que le digas ‘Señor, mi vida es tuya.’ Amen. Dios te bendiga mi hermano. El Señor Jesús es la respuesta para cada una de tus necesidades.
El Señor Jesús es la respuesta para tu vida. No dejes pasar esta oportunidad de dejar que El entre en ti, que El te tome, te transforme y te renueve. Y de la misma forma yo extiendo este llamado a toda mi iglesia Extiendo el llamado a todos aquellos que nos leen.
Si tu quieres que este año sea un año en el que tu puedas vivir en unción y en el gozo de Dios y tu quieres tomar esa decisión repite esto ‘Señor, yo quiero que tu llenes mi vida con tu unción, con tu gozo. Yo quiero ser esa persona. Yo quiero ser ese instrumento tuyo. Yo quiero que esa agua tuya corra en mi y a través de mi para ser de bendición a otros. Yo quiero ser esa persona que no tiene miedo en hablar, que no tiene miedo Yo quiero ser esa persona que hablará con mis jefes y compañeros de trabajo sobre ti. Yo quiero ser esa persona, Jesús’.
Vamos a pedirle que el Señor nos cubra con su unción. Y una vez que tomes ese paso, hermano y hermana, persiste. No te rindas hasta que consigas esa cobertura de Dios que tanto anhelas en tu vida.
Se acuerdan del ciego Bartimeo, de cómo él no se dejó llevar por las personas que le gritaban ‘Deja al Maestro tranquilo, no lo molestes’. Mientras más le decían, más alto él gritaba ‘Jesús, hijo de David, ten misericordia de mi’. El no se rindió, él persistió hasta que consiguió lo que encontraba, hermanos. Y lo mismo va para nosotros. De no rendirnos hasta que encontremos y alcancemos esa cobertura, esa unción, ese gozo, ese amor, ese valor de Dios para llevar nuestras vidas a cabo. ¡Aleluya!
Padre, te damos la gloria y la honra, Jesús. Esto es un momento sagrado delante de ti Señor. Es el momento donde estamos respondiendo a tu palabra, Señor. Como decíamos hace unos minutos ‘ tu palabra que nos confronta, tu palabra que nos alienta, tu palabra que nos llama a llevar vidas distintas para tu honra y tu gloria’. Jesús aquí estamos tus hijos e hijas, Señor. Hay hombres, hay mujeres, hay jóvenes que están diciendo ‘Señor, heme aquí. Llena mi vida con tu unción. Llena mi vida con tu gozo. Llena mi vida con tu amor. Llena mi vida con tu poder, con tu autoridad.’ Señor, hay personas leyendo que te están diciendo ‘Señor, heme aquí, ¿cómo puedo ser de bendición a mi familia? ¿Cómo puedo ser de bendición a mis amistades, a mis comunidades, Señor? Yo necesito tu unción’. Y Padre, he aquí estamos. Danos tu cobertura, Señor. Danos tu cobertura, Jesús. Derrama sobre nosotros, Señor, ese río de agua viva, mi Dios, que nos llene y que nos impulse, mi Dios, a hacer la diferencia en el mundo donde vivimos, Señor.
Padre, yo intercedo por jóvenes. Yo se que has entregado una palabra a la juventud. Y por las familias también, Señor. Yo pido por matrimonios aquí representados ahora, Jesús. Padre que tu unción y tu gozo cubra matrimonios que están aquí presentes ahora mismo, Señor. Que esa unción y ese gozo restaure relaciones que han sido quebrantadas, que restaure la comunicación entre esa pareja, Señor, que tu restaures la intimidad en sus vidas, y que ellos puedan disfrutar, Señor de ese amor que tu tienes para cada uno de ellos. Con hijos e hijas Señor, que seas tu también ministrando a cada uno de ellos.
Padre, hay personas que tienen lugares de trabajo que son un poco hostiles, Señor, yo pido que tu unción y tu gozo refleje tu luz, Señor. Que tu unción y tu gozo refleje tu luz a los compañeros de trabajo, Jesús, en esos lugares , en esas oficinas. Yo pido que tu irradies, irradia tu amor, Señor a las que son secretarias, los que son maestros que enseñan en escuelas públicas, en universidades, en seminarios. Yo pido que tu unción les cubra, mi Dios para que la enseñanza que impartan, Señor sea una enseñanza, mi Dios que forme hombres y mujeres dignos de llevar tu nombre en medio de sus vidas, Jesús.
Padre, y como un ejército nos paramos firmemente y decimos: ‘Satanás hasta aquí has llegado. No más. Ya no tienes lugar entre mi pueblo. No tienes lugar porque Jehová está en medio de ti, poderoso, El salvará, El salvará, El se encargará de hacer que las situaciones obren en favor tuyo, y vas a pasar sobre el enemigo con toda la autoridad y poder que El te da.
Padre nos afincamos a ti, Jesús. Y decimos, Señor no te vamos a soltar. No te vamos a soltar. Vamos a orar. Vamos a buscar de ti. Vamos a meditar tu palabra. Nos vamos a congregar. Vamos a cantar. Vamos a reflexionar. Vamos a meditar, a hacer todo lo que sea necesario, Señor hasta que seamos investidos por completo de tu unción, de tu gozo en medio de nuestras vidas. Oh, gracias Jesús. Gracias Señor. Padre bendice a tu pueblo. Bendice a tu pueblo, Señor, que cuando terminen de leer, Jesús, tu cobertura sea con ellos aún más, tu fuego sea con ellos aún más. Que tu les consumas, Señor. Que esta palabra siga rebotando en sus mentes, Señor, y los anime a acercarse a ti aún más. Gracias te damos Jesús. A ti sea la gloria, la honra y el honor, por siempre Señor. Amen. Amen. Gracias Jesús.
20 marzo 2010
Hermano, El gozo del Señor, es mi fortaleza
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Soy FRIAS Antonio Vicente - Capellán y Pastor Evangelico
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