26 abril 2009

No te aferres a nada (1 Timoteo 6:6)

Yo decía que iba a continuar pensamientos que no pude concluir el domingo pasado en este estudio que estamos haciendo acerca del rico necio.

Comenzando con el versículo 6. “Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento porque nada hemos traído a este mundo y sin duda nada podremos sacar. Así que teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo y en mucha codicias necias y dañosas que hunden a los hombres en destrucción y perdición. Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos se extraviaron de la fe y fueron trasvasados de muchos dolores.”

Continuamos con el versículo 11. “Más tu, oh hombre (y las mujeres no se acomoden demasiado porque también se refiere a ustedes) mas tu, oh mujer de Dios huye de estas cosas y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe. Echa mano de la vida eterna a la cual asimismo fuiste llamado habiendo echo la buena profesión delante de muchos testigos.”

Saltemos al versículo 17. “A los ricos de este siglo manda que no sean altivos ni pongan la esperanza en las riquezas las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos, atesorando para sí buen fundamento para lo por venir. Que echen mano de la vida eterna.” Bendiga el Señor su santa palabra.

El domingo pasado estudiamos la parábola del hombre rico necio. Este hombre vemos que cometió muchos errores, muchos errores sobre cosas importantes que nos enseñan como no acercarnos a la riqueza. Hicimos este estudio a la luz del concepto de la mayordomía. La idea de que todo pertenece a Dios, la vida, nuestro dinero, todo pertenece a Dios. Cuando nosotros le damos al Señor tiempo, energía, talento, en realidad no le estamos dando al Señor sino que simplemente le estamos regresando parte de lo que a El le pertenece en su totalidad. Vimos errores que este hombre convirtió. Déjenme que les recuerde los errores de este hombre necio:

1. No reconoce a Dios en ningún momento, todo es el en todo momento.

2. No tiene un sentido de mayordomía. Todo es suyo, nada es de Dios, sino que el tiene derecho a manejar todo lo que tiene.

3. Una visión puramente lateral, por eso queremos decir que lo que el hacía era redistribuir las cosas, todo se quedaba en el mundo. No tenía una visión vertical, no tenía una visión de la eternidad.

4. El cree que su alma se va a satisfacer con cosas puramente materiales. Sabemos que el alma no se satisface con lo material, se satisface con el Señor, con el espíritu, con su palabra. “Gózate alma, bebe, come, disfruta”, el no sabe que esas cosas no le alcanzan al alma.

5. Planifica para el futuro, no considerando a Dios. El dice haré esto, tengo muchos años para vivir y disfrutar y no le pregunta al Señor: Qué tu quieres que yo haga con mis riquezas? Nosotros siempre tenemos que poner a Dios en primer lugar, hermanos. Cuando tu hagas cualquier cosa, encomienda tu vida al Señor. Nunca hagas nada sin preguntar primero: Señor, cuál es tu voluntad para con esto?

6. Este hombre no reconoce la fragilidad de la vida. La Biblia dice: “el hombre es como la flor del campo que pasó el viento por ella y pereció y su lugar no la conocerá más.” Y así es la vida del hombre, tenemos que estar concientes de que somos frágiles y de que la vida es pasajera y que tenemos que tener nuestros asuntos claros con Dios para cuando llegue el momento de darle cuentas a Dios. Entonces el no se prepara para la eternidad. El no planifica para la eternidad. La eternidad lo agarra en calzoncillos, perdonen la expresión, inesperado, completamente sin saber qué hacer. Qué terrible eso, trabajamos tanto por el tiempo actual y nos olvidamos que la eternidad es mucho más larga que este tiempo. O sea esa es la idea.

Y ahora aquí en este pasaje de Timoteo hay una prescripción para cómo positivamente relacionarnos con el dinero y con las riquezas. Aquí el apóstol Pablo le escribe a Timoteo, y por extensión a nosotros, acerca de cómo debe ser nuestra actitud hacia la riqueza, el dinero y las posesiones.

Me gusta esto que dice “pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento”. Para mi esa es una de las expresiones mas profundas de la Biblia “gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento”. Por qué, hermanos? Porque hay mucha gente en las iglesias, santas que aman al Señor pero no tienen contentamiento. La santidad si no está balanceada por un sentido de paz en el Señor y de depositar nuestra vida en la gracia del Señor, se puede convertir en algo neurótico y dañino. Hay mucha gente neurótica en el mundo cerca de la santidad, y eso no es de Dios porque donde no hay paz no está el espíritu santo. Tiene que haber un balance.

Sabes lo que dice la Palabra, dice que “la misericordia triunfa sobre el juicio”. En el corazón de Dios está un apetito de justicia bien grande y también misericordia y cuando esas dos cosas se traban una a la otra, la misericordia es como que siempre tiene un poquito de ventaja e impera sobre la justicia de Dios.

Y por qué dice Pablo esto aquí? Porque hay mucha gente que está en la iglesia pero no han apaciguado el apetito de dinero y siempre están inquietos por las cosas materiales. Esa tensión es como el joven rico, el joven rico amaba a Dios, el joven rico tenía necesidad de Dios y guardaba los mandamientos pero cuando Cristo le dijo, bueno mira si tu quieres ser feliz, toma tu dinero, regálaselo a los pobres y sígueme, el joven, como amaba tanto al dinero y las posesiones que no pudo escoger lo que Cristo le decía y se fue triste. Este joven reveló que su amor era mas grande por las riquezas que por el Señor.

Hermanos, yo le pide al Señor que si yo tengo un trapito cómodo que ponerme encima y un plátano con aceite verde, porque por lo menos le pido aceite verde, y un vaso de agua si no puedo tomarme una orangina o una horchata que yo esté contento con eso. Ahora si tu me quieres dar algún filete mignon de vez en cuando, gloria a Dios, a quien no le gusta eso como dice el merengue dominicano.

Si tu tienes un apartamentito limpio de dos dormitorios y no tienes esa casa de cuatro dormitorios que tu ves por ahí cuando pasas por el vecindario donde trabajas en Newton o en Welsley, no envidies eso, no dejes que se quite tu paz por eso. Porque hay gente que tienen la casa, que compran la casa en Sommerville o en Midport y cuando ya tienen la casa de su sueños, se van a Wellesley y pasan por esas mansiones se les olvidó que un día querían una casa y que Dios se la dio y ahora quieren esa casa, y ahora se les arruina el día porque no tienen ‘ese casa’.

Las cosas materiales cuando usted más se rasca más le pica, perdonando la expresión. Usted nunca va a satisfacerse, porque cuando usted tenga algo va a querer algo más, va a querer añadirle un poquito más. Ya el televisor de 25” no va a ser suficiente, usted va a querer uno de 59” y el diablo se va a encargar que cuando tenga usted el de 59” le añades HDL TV o alguna de esas cosas, tridimensional, el gigante se sale de la pantalla y lo toca, remueve el pelo o lo que sea, salen olores y sabores de la pantalla y usted va a querer eso.

Tiene que llegar un momento en que uno diga: No mas, no voy a seguir estrujándome, no voy a seguir arrancándome la piel porque no tengo esto o no tengo lo otro. Llega un momento en que debes decir: Me voy a contentar con lo que tengo. Ahora, voy a querer algo más? Gloria a Dios porque no es que no tengamos un sano deseo de progresar, hermanos, pero debemos hacerlo en paz. Déjenme respirar bien hondo y decir: Señor, voy a vivir en paz y lo que tu me quieras dar es por añadidura! Lo que no debemos hacer es conectar nuestro corazón y enchufarlo a las cosas materiales y que nuestro sentido de la identidad y de valor personal esté de alguna forma atado a las cosas que tenemos o que no tenemos.

Tu eres más que el televisor que tienes o los trajes que tienes. Tu eres un alma eterna que cuando te vayas de este mundo no te vas a llevar nada, ni siquiera el cuerpo que tienes encima te lo vas a llevar. Lo vas a tener que dejar aquí en la tierra porque se lo tomaste prestado a los elementos.

Alguien ha dicho que nunca vio un carro fúnebre arrastrando un camión de mudanzas, y es cierto. Porque gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento, porque nada hemos traído a este mundo y sin duda nada podremos llevar.

Quiero dejar el texto por un momento y leerles algo que escribí. Quiero darles algunos indicios o señales para su beneficio y el mío de tener una buena actitud hacia el dinero y las posesiones, de tener una buena mayordomía como decíamos.

Cómo puedo yo saber si estoy mas o menos bien orientado con respecto a las posesiones materiales?

Si usted puede responder afirmativamente a que esto es aplicable a usted, es muy bueno eso.

1. Reconozco que Dios es el origen y el dueño de mi vida y de mis posesiones. Es una buena manera de saber si uno tiene un sentido de mayordomía acerca de la vida. Sabes tu que todo lo que tu eres, todo lo que tu tienes viene de Dios? “De Jehová es la tierra y su plenitud”, dice la Palabra, porque cuando tu sabes que todo fue creado por Dios entonces tu no puedes decir, ah! Esto es mio o aquello es mio, mi esposa no es mía, mis hijos no son míos, mi dinero no es mío, mi tiempo no es mío, mi talento no es mío, es de Dios.

El hombre o la mujer que ha llegado a una conciencia clara, a una convicción todo lo retiene en la mano tentativa y ligeramente, no lo aprieta nada. Reconozco que Dios es el origen y el dueño de mi vida y mis posesiones.

2. Dedico buena parte de mi tiempo a las cosas de Dios. Por ejemplo asistir a la iglesia, estudiar la Palabra, orar, servir al Señor, hacer buenas obras, dar buenos frutos. Dedicar buen tiempo. Cuánto tiempo tu le dedicas al Señor? Ah bueno, yo voy a iglesia los domingos.

Mira hermano, la semana tiene 168 horas si tu le das al Señor dos horas, eso no es ni un 1%, eso no es suficiente para un Dios que te ha dado todo. Debemos dar al Señor, hermanos, todo lo que El nos pida. El sábado es el día del Señor, el domingo es el día del Señor, cada día es el día del Señor. Dale al Señor generosamente. Cuando tengas oportunidad de hacer algo para Dios, dedicar tiempo a la oración, a la búsqueda de Dios, a la Palabra, a las cosas espirituales, dale ese tiempo al Señor.

Nos dice que el hombre o la mujer espiritual piensa en las cosas del espíritu, su prioridad está en las cosas del espíritu. Cuánto tiempo tu le das al Señor? Cuánta energía tu le das al Señor? Hermanos, yo les suplico en el nombre de Jesús, denle a Dios, denle al Señor con generosidad y Dios les bendecirá mas allá de lo que ustedes se imaginan. Dale al Señor todo lo que tu puedas, dale con manos llenas, dale con desesperación, dale con enamoramiento, dale con locura y el Señor te dará, te dará y te dará y te bendecirá y encontrarás la paz que necesita tu alma. Dale al Señor.

3. Doy una parte de mi dinero para la obra del Señor (por lo menos el diezmo). Por qué el diezmo? Porque la palabra del Señor habla muchas veces de darle al Señor ese 10% de nuestro dinero, que es un depósito simbólico y un reconocimiento implícito de su señorío sobre nuestras vidas.

Yo creo hermanos, que el Nuevo Testamento hay una espiritualidad mucho más sofisticada porque es una espiritualidad que reconoce que el hombre ha ido en desarrollo desde su tiempo del Antiguo Testamento hasta el Nuevo Testamento. Y ya Dios se relaciona a la luz de la más completa revelación de Jesús con el hombre en una forma mucho mas sofisticada, mucho mas abarcadora y Dios espera que le demos más a El que el diezmo, porque usted no puede decir: Bueno, yo le di al Señor mi 10% el domingo y de momento hay una persona necesitada en su vecindario y usted dice, bueno yo ya le di al Señor así que bandéate como puedas.

Y el Señor dice: “No, no, dadles vosotros de comer”. Lo que Dios te pide, dáselo. La persona que ama a Dios sabiendo que uno se ha perdido en Dios, ha perdido las barreras y la frontera entre lo que es mío y lo que es de Dios. Ya Dios es todo, y yo soy en Dios, y Dios tiene todo mi ser y yo tengo todo de Dios, y ya se ha desdibujado la diferencia entre el amado y el amante y ya todo es una sola cosa. Así es como vive la persona que está en Dios.

4. Soy generoso con mi dinero para ayudar a los que necesitan. Porque una cosa es darle a Dios pero también tenemos que darle a otros, tenemos que ser generosos con nuestros familiares, con nuestros amigos, con los de la familia de la fe.

Si tu ves alguien que tiene necesidad, hermano, dale generosamente. Hay que tener balance porque hay gente que es abusadora, hay gente que se recuesta en los demás y yo creo que hay que tener un sano balance por amor inclusive para no estimular comportamiento abusivo que le hace daño a las personas que lo practican y por lo tanto nosotros tenemos que ser discernidores y prudentes.

La Palabra dice: “el que no trabaja, que no coma”. Cuando veamos genuina necesidad, hermanos, genuina necesidad en alguien, dé generosamente. Sea un dador alegre, dele al Señor pero también dele a su prójimo y usted verá que Dios le va a bendecir. De su tiempo, de su dinero y Dios va a bendecir su vida.

La gente más feliz de la tierra es la gente que da generosamente, la gente que no es agarrada, que no es tacaña, esa gente es feliz. Y tiene como un imán que atrae más. Un día de estos hermano, empieza a regalar cosas que te son preciosas, dala como un ejercicio, y te va a doler.

Algunos de nosotros vamos a sentir como crujiéndonos el brazo cuando extendamos la mano para regalar algo, porque no estamos acostumbrados. Eso está ahí lleno de moho y hay que soltarlo. Con un poquito de 3 en 1 y écheselo aquí en el codo para que se suelte bien y practique la generosidad, practique la generosidad.

A veces tenemos que hacerlo como un ejercicio de fe. Tenemos que decir a la mente: Da! Y al brazo: extiéndete! Y a la mano: ábrete! Y al bolsillo: suéltate! Te reprendo en el nombre del Señor, se libre ahora! La idea de dar y por un momento tu disfrutas de lo que Dios da y lo aguantas, y lo respiras y lo disfrutas y entonces lo sueltas para que otro tenga y entonces Dios te da mas. Y eso se quedará un momentito en tu vida, te bendecirá y seguirá fluyendo. Gloria a Dios por eso! Qué bueno es cuando Dios administra el fluir de nuestras posesiones en vez de nosotros. Hay una gran diferencia en eso hermanos, por eso es que tenemos que ser generosos con los demás.

5. También confío en que si soy generoso para Dios, El me bendecirá y me dará mucho más de lo que invierto para El. Esa es la clave de la generosidad en la vida, hermano. Saber que cuando tu das en el Señor, Dios está mirando y Dios te bendice. Ahora no es que tu des mecánicamente para que Dios te de más, pero tu das sabiendo que es así. Esa es una ley del universo. El Señor cuando tu das algo en su nombre que te es precioso, El dice “No te preocupes. Nunca sentirás el dolor de lo que has perdido. Yo te voy a bendecir, yo te voy a dar más y quizás lo que voy a hacer es que te lo voy a dar en otra forma diferente. No te voy a dar esto por aquello, pero te voy a dar algo que si tu supieras en el momento, me lo pedirías. Pero yo te lo voy a dar sin ni siquiera que tu lo pidas, sin ni siquiera que sepas qué es lo que tu deseas.

6. La vida eterna es una realidad para mi y hago mis decisiones financieras a la luz del Reino venidero. Aquí la clave es “la vida eterna es una realidad”. Es esta idea de que el espíritu es algo real para mi. Mucha gente es meramente religiosa y las verdades y los valores del Reino de Dios y la Palabra son simplemente conceptos bonitos que manejan poéticamente pero no son cosas reales que sienten con sus vísceras. No son sentimientos poderosos que gobiernan su vida. El escritor de hebreos dice en el Capítulo XI, el capítulo de la fe “que muchos murieron sin ver la tierra prometida pero murieron saludándola y viéndola” porque era una realidad para ellos. Hermanos, cuán real es la vida eterna para ti? Cuán real es Dios para ti? Cuán real son las cosas espirituales para ti? Cuán real es la vida eterna para ti? Tenemos que pedirle al Señor: Señor, hazme sentir la vida eterna. Por qué? Porque cuando la vida eterna y el espíritu y el Reino de Dios son reales entonces este mundo palidece y pierde su intensidad y su capacidad para gobernar y para controlar tus decisiones. Ya tu eres un ciudadano del Reino de Dios, tu eres un peregrino y un extranjero que estás aquí de paso y las cosas de la vida tu las manejas con liviandad si se puede, pero tu sabes que tu verdadera residencia está en lo eterno. La vida eterna es una realidad para mi y hago mis decisiones financieras a la luz del Reino venidero.

7. Las cosas del espíritu son prioridad para mi. Si tengo que escoger entre lo espiritual y lo material, me voy por lo espiritual. Uno de los pasajes mas claros que ilustra esto es el que pasaje que discutimos hace un tiempo, el pasaje de Daniel. Ustedes recuerdan que Daniel cuando llegó el momento de escoger la comida, que es un símbolo de lo material, optó más bien por no comer la comida del rey y simplemente mantenerse limpio y puro y no participar de una comida contaminada y ofrecida a los ídolos. Pero Daniel también escogió entre la comida y también su futuro, porque al el rebelarse contra eso de no comer la comida del rey iban a pensar, ah tu te crees mejor que nosotros, o tu estas despreciando la comida del rey o tu no eres un jugador de equipo y por lo tanto no puedes ser parte de nuestro equipo. Daniel estaba poniendo en riesgo su futuro profesional. Estamos dispuestos a comprometer nuestro futuro profesional por Dios? Si tu tuvieras que escoger verdaderamente, y algún día quizás lo tengamos que hacer, si tu tuvieras que escoger entre tu futuro profesional y honrar a Dios, tu estás seguro de lo que tu escogerías? Yo no estoy seguro de mi respuesta, soy como Pedro cuando el Señor le preguntó “Pedro, tu me amas?” y el contestó “Señor, tu sabes todas las cosas.” Hermanos a veces no es tan dramático escoger entre lo material y lo espiritual, a veces es simplemente escoger entre la novela y el servicio del miércoles a las 7.30. La diferencia está en atender a esa hermana que está deprimida y que te está llamando ya por tercera vez para que tu la escuches y que tu le des un consejo, y que ella sepa que hay un oído que la está escuchando y dormir una hora extra o hacer otra cosa. Y tu lo haces Señor, me pongo como el carnero degollado sobre la mesa de sacrificio, está bien, dime lo que necesitas, y la consuelas y la escuchas y le das una palabra de afirmación porque tu eres un instrumento de Dios y tu tiempo es de Dios y tu vida es de Dios. Cuando yo estaba en la universidad y no digo esto para que me admiren ni nada, aún con lo pagano que yo era, yo era un joven amando a Dios y todo eso, yo siempre dije a Dios: “Padre, si hay algún joven, muchas veces en las universidades hay muchos jóvenes que están deprimidos, especialmente en las escuelas de gran presión, muchos jóvenes se deprimen y hasta se suicidan porque no tienen buenas notas y hay mucha neurosis en las grandes universidades de este país. Yo siempre dije al Señor, no importa si yo tengo un examen o lo que sea, si alguien me necesita yo voy a estar disponible para darle un consuelo o un consejo a alguien. Y así es como tenemos que hacer nosotros. Dios siempre me bendijo académicamente, nunca me faltó ese tiempo que yo le di a alguien por el Señor. 8. No me duele desprenderme de mis posesiones si es para una causa noble y buena, sobretodo si es para avanzar el Reino de Dios. Podemos decir eso especialmente, que no me duele, porque una cosa es a veces hacemos cosas buenas pero a veces las hacemos con dolor y con sentimiento de molestia. Yo confieso hermanos que hay cosas que yo hago en el ministerio que voy pataleando y rezongando por ahí y quejándome con Dios porque tengo que hacer algo para el ministerio. Levanto la mano, soy culpable. Después cuando lo hago, digo, caramba qué bueno que lo hice y Dios me bendice. Y ahí terminamos, porque como dice la Escritura “gran cosa es la piedad acompañada por contentamiento”. Mira si vas a servir al Señor, sírvelo con alegría, si tu puedes ser usado para avanzar el Reino de Dios o para bendecir a alguien en una causa noble, considérate afortunado y bendecido, considera un privilegio. Yo le doy gracias a Dios porque Dios escogió usarme para bendecir vidas y yo no me considero un héroe, al contrario, me considero un privilegiado porque Dios pudo haber escogido a otro y el manejar las verdades de Dios y los principios de Dios y los negocios del Reino, qué privilegio más grande, cómo puedo yo quejarme con eso? A veces cuando me quejo estoy conciente de que ese es mi problema y no es problema de Dios así que tarde o temprano tengo que reconciliarme con Dios y volver a mi lucidez bíblica, que es saber qué privilegio es desvivirme por Dios, invertir mis energías por Dios, arder como un sacrificio vivo delante de Dios y dejarlo todo aquí e invertirlo en vidas. Eso es un privilegio, hermanos y deberíamos darle gracias a Dios. Así que, hermanos, seamos buenos mayordomos. Aprendamos a amar a Dios por sobre todas las cosas. La felicidad está allí, tu quieres ser feliz. Despójate de todo lo que tienes, despójate de corazón, despréndete adentro y dáselo todo a Dios y entonces que El te devuelva lo que El quiera dejarte. Mientras menos tengas más serás. Les dejo eso para que lo mastiquen un poquito. Mientras menos tenemos, más somos. Mientras más nos despojamos, más adquirimos. Mientras menos agarramos, más vivimos. Mientras más amamos, más experimentamos el amor de Dios. Mientras menos nos preocupamos de nosotros mismos, más familia tenemos y más recibimos. Mientras menos pensamos en el futuro que queremos crear, más Dios se preocupa por darnos el futuro que nuestro corazón anhela. Esa es la verdad, tan sencilla como eso.

Quiera Dios que hoy podamos decir, Padre yo te voy a preferir a ti por encima de todas las cosas, voy a preferir tu Reino por encima de todas las cosas, te voy a amar por sobre todas las cosas. Te voy a servir y voy a dar con gozo en mi corazón porque es un privilegio arder para ti, vivir para ti.

Baja tu cabeza un momento y reconoce conmigo, Señor, que mi vida sirva para avanzar tu Reino: Que yo sea un sacrificio vivo ardiendo para ti. Que yo te ame siempre por sobre todas las cosas. Recibe ahora mismo ese toque del Señor que corta ese cordón umbilical entre tu y el mundo y prométete que vas a pensar en El primero, pensar en el Reino de Dios, buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia y todas las demás cosas os serán añadidas, dice el Señor. Buscad primero el Reino de Dios y todas las demás cosas os serán añadidas. Gracias padre, recibimos tu llamado, recibimos tu reto en esta mañana. Alabado y glorificado sea tu nombre. Gloria a Dios. Amen, amen. Gloria al Señor. Gloria a Dios. Que podamos vivir a la altura de esa revelación esta mañana.

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