13 septiembre 2009

Génesis 37 - La vida de José

Lo mejor está todavía por ahí por venir. Vamos al Libro de Génesis. Génesis, Capítulo 37. Hace ya unas 3 semanas más o menos ya que yo inicié un estudio sobre la vida de José y han intervenido diferentes cosas en el interino, y quizás usted hasta ya usted hasta se ha olvidado un poquito de lo que hablamos, pero vamos a refrescarle la memoria y también abundar más hondo en la vida de José.

Mientras tanto le animo a buscar allí, Capítulo 37 de Génesis y vamos a ir comenzando con el versículo 2. Se me ocurre quiero poner algo en la sensibilidad de Terry y de Bruce López que controlan allá el..... yo se que hay formas de poner las letras y la palabra de la Biblia, no lo hemos en el pasado pero en un futuro quizás podemos ver cómo podemos hacer eso y que los hermanos que no tienen, los visitantes y otras cosas, porque ya se que todos los integrantes de una Congregación traen su Biblia. Amen, ¿verdad que si?, pero los demás, los que están comenzando los caminos del Señor, así les podemos facilitar para que ellos también puedan leer las Escrituras, en Génesis Capítulo 37, en el versículo 2:

Dice: “ Esta es la historia de la familia de Jacob. José siendo de edad de 17 años apacentaba las ovejas con sus hermanos y el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre e informaba José a su padre la mala fama de ellos (no es bueno!) y amaba Israel a José más que a todos sus hijos porque lo había tenido en su vejez, y le hizo una túnica de diversos colores. Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían y no podían hablarle pacíficamente. Y soñó José un sueño y lo contó a sus hermanos y ellos llegaron a aborrecerle más todavía. Y él les dijo: “oíd ahora este sueño que he soñado, he aquí que atábamos manojos en medio del campo y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho y que vuestros manojos estaban alrededor, y se inclinaban al mío.” Le respondieron sus hermanos: “¿reinarás tu sobre nosotros o señorearás sobre nosotros?, y le aborrecieron aún más a causa de su sueños y sus palabras. Soñó aún otro sueño, y lo contó a sus hermanos diciendo: “he aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y 11 estrellas se inclinaban a mi”. Y lo contó a su padre y a sus hermanos, y su padre esta vez le reprendió y le dijo: “Qué sueño es este que soñaste, ¿acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti? Y sus hermanos le tenían envidia, más su padre meditaba en esto.”

El viejo sabía que había algo ahí raro en ese sueño, y aunque lo rechazó de momento pero como que se quedó un rato pensando verdaderamente y evidentemente marcó su sensibilidad en alguna manera, él discernía que algo de Dios estaba en este proceso. Esta mañana yo tomé este pasaje y hablé un poco acerca de soñar, soñar en el Señor, los sueños que Dios pone en nuestros espíritus, cómo Dios nos visita a veces con sueños y nos impregna, nos embaraza con sus sueños y sus visiones, y eso es muy importante para el pueblo de Dios porque el pueblo de Dios tiene que ser un pueblo soñador. Dios es un Dios de sueños. Vemos en toda la Escritura una y otra vez que Dios habla a través de los sueños.

Jacob tuvo un sueño, mientras subía de Esaú llegó a un sitio y cansado se acostó sobre una piedra. Y dice la Biblia que Jacob soñó que ángeles subían y bajaban por una escalera del cielo a la tierra y de la tierra al cielo, y en ese lugar, allí estaba la presencia de Dios. Y en ese lugar Jacob tuvo un encuentro poderoso con el ángel del Señor y eso marcó su vida, lo marcó literalmente, físicamente por el resto de su vida. Jacob allí tuvo una lucha con el ángel del Señor y Dios le concedió algo muy especial. El también tenía un sueño, pero tuvo que pagar un precio. Todos los sueños tienen su precio.

Pero lo que vemos es que a través de toda la Escritura hay sueños, hay visiones, Dios habla a su pueblo a través de sueños y visiones. A Pedro, en el Nuevo Testamento miles de años después le dio una visión, le dio un sueño y Pedro vio una visión donde había una cantidad de animales puros e impuros, Dios usó esa visión y ese sueño para dar una revelación mayor acerca de los planes que El tenía con los gentiles, cómo El iba a ampliar su obra en la tierra.

Así que Dios habla, hermanos. Y yo quiero animarlos a ustedes a ser un pueblo de soñadores en el espíritu y no de soñadores vanos sino de soñadores en el espíritu. Yo le estoy pidiendo al Señor, y pídale usted también que Dios traiga revelación a nuestras vidas, que seamos una congregación que reciba palabra de Dios. ¿Saben ustedes que León de Judá es producto de un sueño? Y el nombre de nuestra congregación es producto de un sueño, y la localidad donde estamos es producto de un sueño también, porque Dios habla todavía a través de los sueños.

Hace unos, más o menos 92, 93, en el año 93, para los que no saben la historia: una noche yo tuve un sueño donde vi la ciudad de Boston, los rascacielos de la ciudad de Boston, como en una pantalla, así mismo, como si yo estuviera aquí y yo estuviera viendo guau..... me tomaron en serio la ........ la gente son peligrosos, hay que tener cuidado con lo que uno dice. Era como si yo estuviera viendo una gran pantalla así y yo veía los rascacielos y específicamente del área financiera de la ciudad de Boston, y por encima de esos rascacielos de momento comenzaron a deslizarse unas grandes arañas venenosas gigantescas, como el tamaño de aviones, y comenzaron silenciosamente a posarse y a cubrir todo el panorama, por encima de esos grandes edificios. Y yo podía ver esos seres que eran seres demoníacos, llenos de veneno, su piel tesa y brillosa por todo el veneno que tenían dentro de ellos. Y yo podía ver que eran seres inteligentes y malévolos, pero inteligentes y entendí que eran entidades demoníacas que estaban ejerciendo su influencia oscura sobre la ciudad de Boston.

Yo contemplaba esa imagen y de momento encima, muy por encima, como a la izquierda, así allá arriba del firmamento de esa pantalla, yo pude ver la imagen de un rostro de un león, y era como un círculo, como un plato en la esquina izquierda superior de esa pantalla. Y ese león miraba, estaba muy por encima de esos seres demoníacos y miraba sobre ese escenario y yo podía ver sus ojos bien de cerca. Eran ojos humanos, aunque era un rostro de león, los ojos eran humanos, y eran ojos de autoridad y de confianza y de bondad que me decían a mi que con simplemente mirar sobre esa escena, él estaba ejerciendo su autoridad y que él estaba en control de todo, que no había que preocuparse, porque él tenía la última palabra. Y desde donde yo estaba, yo apunté con mi dedo y recuerdo que yo estaba como semiconsciente en ese momento y apunté tres veces hacia el león, y dije tres veces “Tu eres el Señor, tu eres el Señor, tu eres el Señor”, y ahí terminó mi sueño, y desde ese día en adelante nació en mi espíritu la idea de venir a Boston.

Nosotros teníamos nuestra iglesia en la ciudad de Cambridge. Yo se que muchos de ustedes ya han escuchado esto, pero lo hago porque siento que el Señor este momento y porque empata bien con lo que ....... y muchas gente viene a veces y no escucha y no sabe por qué nos llamamos León de Judá. Dice, un animal, que nombre más raro “León de Judá2 , ¿qué es eso?, pero es un nombre bíblico.

Yo entendí en el sueño que ese león que yo estaba viendo era el León de Judá porque yo conocía de la Biblia, pero en realidad el León de Judá no había sido una imagen muy impactante en mi vida, no había meditado en eso demasiado, ni nada por el estilo, no tenía mucho significado, excepto el significado bíblico, pero yo salí de ese sueño impactado, con esa imagen, y desde ahí nació el deseo y la intención de la venir a la ciudad de Boston, y cambiarnos desde Cambridge, donde Dios nos había dado un templo bellísimo, gratis, lo habíamos adoptado de una iglesia que se había muerto, una iglesia norteamericana, había entregado el espíritu literalmente y habían dejado de existir y nosotros apenas teníamos 6 meses de haber sido fundados como iglesia y nos mudamos de aquí de Boston, del Center a Cambridge y allí tomamos posesión de ese bello templo, en un área lindísima de la ciudad, clase media, media alta, casas de una familia, dos familias, y allí nos mudamos, y estuvimos allí 15 años creciendo como iglesia, haciéndonos más o menos fuertes, definiendo nuestra identidad, peleando algunas batallas y cuando el Señor ya llegó el momento.... porque Dios tiene sus momento ¿usted entiende? La vida cristiana es una vida de procesos, y Dios está en control de cada momento. Y cuando llega el momento de la madurez, Dios dice: ahora te tienes que mover a otro lugar. Es tan bueno cuando uno camina en la voluntad del Señor, hermanos.

Es tan bueno cuando tu sabes que tu vida está gobernada por el tiempo de Dios, que tu no te mueves simplemente porque te ofrecieron un mejor trabajo, o porque te cansaste del frío, o lo que sea, tu te mueves porque Dios te da libertad para hacerlo, porque Dios pone un peso y dice: ahora, coge tu tienda y múdate a otro lugar. O cuando ..... es decir que tu sabes que tu te mueves en la voluntad divina, porque entonces Dios te da directivas. Y Dios nos dijo en un momento dado, a través de ese sueño, “yo quiero que ustedes se muden de acá”. No teníamos razón para mudarnos de ese lugar. Teníamos un templo pago completamente, estábamos en un área bien cómoda y como digo, un vecindario bien, bien cómodo, céntrico hasta cierto punto, en términos de trenes y otras cosas. Sin embargo Dios nos dijo “ya es tiempo de que se muden de allí”.

Ese sueño es como que destapó algo y activó otro componente en nuestro espíritu. Y yo compartí con la congregación ese sueño, y compartí...... algunos de ustedes saben porque estuvieron allí y comenzó una búsqueda de un lugar nuevo donde mudarnos y ahora yo entiendo cuán tonto yo era en aquel tiempo. Si yo hubiera sabido todo lo que nos esperaba no me hubiera metido en ese lío. Pero Dios a veces nos ciega para que no entendamos lo que tenemos que pasar para que nos lancemos a las aguas, y comenzamos a buscar y encontramos este lugar donde ustedes están. Y antes de mudarnos aquí, yo había compartido con la iglesia también, la idea o la visión, de que nuestra iglesia cambiara su nombre de Iglesia Bautista Central, que era su nombre original, a Congregación León de Judá y lo discutimos, y esto y lo otro, y determinamos que sí que nos íbamos a llamar Congregación León de Judá cuando llegara el momento de mudarnos para acá. Y yo recuerdo que cuando vine aquí, visité este lugar que Dios nos proveyó en una forma muy providencial, muy bella y con la segunda o tercera visita que yo hice, mientras negociábamos con el dueño de este sitio, que era un almacén aquí, yo salí por un momento allá a la calle y cuando miré al frente vi la fachada de la iglesia y allí había, y hay una cara de león que está puesta allí. Si usted va a la puerta de vidrio, usted mira arriba, usted ve la cara del león allí. Y yo sentí que esa era la confirmación de que Dios aquí nos quería. Y después de años de trabajo nos mudamos aquí y aquí estamos.

Y yo se lo que Dios puso en el espíritu cuando hablaba del León de Judá y nos dio esa marca a nosotros. Todavía nosotros no somos leones, somos cachorro de león, pero no somos leones. Dios quiere todavía que esta iglesia llegue a ser, que llegue a su “leoncidad” y vamos a llegar en el nombre del Señor, estamos camino a eso. Pero es así, hermanos, Dios habla a través de sueños, pero tenemos que atrevernos a soñar y tenemos que apropiarnos. Cuando Dios pone una imagen en tu espíritu El no necesariamente la pone perfectamente dibujada, con todos sus bigotitos, y sus cositas, no.... el Señor lo que pone es simplemente un embrión en ti, una semilla, como cuando el hombre impregna a la mujer y le planta una semilla y esa semilla va creciendo y multiplicándose y va desarrollándose dentro del vientre de la mujer, hasta que se da a luz.

Y eso fue lo que Dios puso en el vientre de José cuando le dio ese sueño. Lo que Dios puso en José fue la vida suya que lo iba a guiar por el resto de los años, y desde ese momento la vida de José fue gravitando hacia el sueño que Dios puso en él. José ya ahora, iba camino a lo que Dios había puesto. Y por eso yo les digo, hermanos, nosotros tenemos que aprender a soñar porque eso que Dios, que vemos en la Escritura de sueños, Dios quiere volver a activar eso en su pueblo. Y Dios quiere que nosotros volvamos a soñar sueños.

Cuando digo eso, recuerdo lo que dice la palabra de Joel que no se me ocurrió esta mañana, si usted quiere encuéntrelo antes que yo hágalo, donde habla acerca de los últimos tiempos...... el Libro de Joel, Capítulo 2, donde dice que ... 2:28 “.... después de esto derramaré mi espíritu sobre toda carne y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas, vuestros ancianos soñarán sueños y vuestros jóvenes verán visiones”. Este es el tiempo ahora, hermanos, “....y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi espíritu en aquellos días”. Este es el tiempo de los sueños y las visiones. Y se me ocurre que tenemos que detenernos un momentito aquí y orar para activar esa palabra en esta Congregación para que Dios nos comience a dar sueños y visiones. Que nuestros ancianos sueñen sueños, nuestros jóvenes vean visiones, y saben lo que dice, que vuestros siervos y vuestras siervas, ¿por qué añadió el Señor vuestros siervos y vuestras siervas? Es decir vuestros esclavos y vuestras esclavas, porque la visitación de Dios no era solamente para la gente de bien, no era solamente para la gente privilegiada, no era solamente para la gente obviamente capacitada para soñar sueños, sino también era para la gente humilde, sencilla, que se sentía que no tenían derecho para entrar en esa herencia que Dios tenía para los últimos tiempos.

Lo que Dios está diciendo es que en los últimos tiempos Dios va a derramar capacidad para soñar y envisionar no solamente sobre los que están preparados sino sobre los pequeñitos de la congregación, sobre la gente que se siente que es insignificante y que no tiene mucho que dar. Sobre ustedes Dios también quiere derramar sus sueños y sus visiones. Es más, Dios se va a gozar en comenzar con los pequeñitos de la congregación, con jóvenes, con personas que no están muy educadas, el Señor quiere ponerte a soñar sueños y a ver visiones. Y tenemos que decirle al Señor: “Padre, yo quiero eso, yo lo deseo”, porque los dones se reciben cuando uno los invita a venir y cuando uno tiene hambre y sed de ellos, entonces Dios los activa. Y cuando decimos espíritu santo estamos listos para que tu vengas y nos visites y nos impregnes con tus sueños.

¿Qué les parece si tomamos un momento ahora? Póngase de pie un segundo, vamos a pedirle al Señor, vamos a hacer un paréntesis, pedirle al Señor que nos visite con su sueño ahora.

Este es el tiempo para que Dios active en nosotros, póngase bien, bien atento a este momento. Siente usted la presencia del Señor ahora mismo. Padre, queremos ser un pueblo del espíritu, un pueblo de dones, Señor, un pueblo saturado de tu espíritu, queremos ser un pueblo saturado de tu espíritu, queremos ser un pueblo pentecostal. Este tiempo, Señor, nosotros creemos que es el tiempo de tu visitación. Abrimos nuestras manos, abrimos nuestro espíritu, Padre. Pedimos ahora mismo que tu implantes en esta congregación todo lo que están aquí, Señor, sueños y visiones, capacidad para moverse, para vivir en el espíritu. Desata tus dones en el nombre de Jesús. Desatamos dones, Señor, en el pueblo de Dios. Capacidad para soñar sueños, para ver visiones, para concebir cosas en la noche, Padre. Tu nos vas a inquietar en la noche para que recibamos la implantación de tu espíritu. Señor yo desato en el nombre de Jesús la capacidad para ver en los lugares secretos. Tu nos vas a estar hablando, Padre, porque tu quieres darnos instrucciones. Nosotros creemos que este es el tiempo del cual habla Joel, tiempos de sueños y de visiones para tus hijos, Padre. En el nombre de Jesús recibe esa capacidad. Desatamos capacidad para soñar para envisionar en el nombre de Jesús, en el pueblo de Dios, recíbelo en el nombre de Jesús. Recibe en el nombre de Jesús.

Este es el tiempo para soñar sueños, para ver visiones, para hablar en lenguas, para revelaciones, para sanidades, para milagros, para prodigios, para profecía. Es el tiempo del Señor. Gracias Padre, gracias. Danos la capacidad de José. Danos la capacidad de Daniel. Danos la capacidad de Jacob, Señor. Revelación, Padre para recibir sueños y para interpretar sueños, Señor. Para recibir visiones y para interpretar visiones y para declararlas, Señor en medio de la tierra. ¡Aleluya! Recibe en el nombre de Jesús y comienza a soñar y cuando sueñes, declara los sueños, escríbelos y pídele al Señor que te de la interpretación de esos sueños. Y si tu crees que es algo compártelo con los líderes de la congregación. Porque Dios quiere traer revelación. Cultiva la capacidad para soñar. Ese es un don que se desarrolla por medio de la práctica. Y pídele al Señor que te recuerde los sueños cuando los sueñes, porque muchas veces soñamos y después se nos olvidan los sueños, pero cultívalos en el nombre de Jesús. Soltamos esa capacidad ahora. Gracias, Señor. Gracias. Amen. Amen. Gloria a Dios.

Tomen asiento, hermanos. Entonces yo decía, hermanos que tenemos que cultivar esa capacidad. José fue marcado por su sueño y cuando José recibió esa visitación enseguida su vida comenzó a moverse hacia el sueño. Todo lo que comenzó a pasar, incluyendo el odio de sus hermanos, el plan que ellos tenían de hacerle daño, todo Dios lo hizo que conspirara para que José llegara a donde tenía que llegar. Y una cosa es lo siguiente, cuando tu sueñes, cuando Dios ponga una visión en tu vida, si Dios ha puesto una inquietud en tu vida, no te desalientes si se toma tiempo para que el sueño se cumpla, porque muchas veces los sueños de Dios no se cumplen de la noche a la mañana. Se toma mucho tiempo. Un hijo no nace inmediatamente que la mujer concibe sino que se toma 9 meses de gran angustia y de gran proceso para que finalmente venga la vida a la luz. Y así también muchas veces los sueños de Dios se van a tomar tiempo. A José le tomó mucho tiempo. Cuando Dios le dijo eso, él mismo no entendía completamente a qué se refería, pero Dios le fue dando como en pequeños pedacitos lo que El quería mostrarle y pasaron, yo creo que pasaron más de 10 años antes que José recibiera su sueño. Si Dios pone en ti, Dios ha puesto en ti algo, una inquietud, una visión acerca de la vida, algo que tu quieres hacer, algo que quieres lograr, un llamado que tu sientes que El te ha dado. Cultiva eso, esa matita tienes que regarla, no permitas que aunque pase mucho tiempo tu la eches a un lado, sino mantenla viva siempre y está atento a lo que Dios te diga.

Otra cosa acerca de los sueños. Ten cuidado con quién tu compartes tus sueños. José compartió su sueño con gente que no entendía. Es más, se sentían amenazados por ellos y muchas veces los sueños que Dios ponga en ti, van a molestar los principados y las potestades o van a cuestionar inclusive las estructuras alrededor de ti, van a, como dijera yo, a inquietar el status quo, van a ser a veces sueños que van a confrontar y en el caso de José, sus sueños eran muy, muy inquietantes y desagradables para sus hermanos que no lo querían ver a él en esa posición de autoridad, y aún para su papá que no entendía todo lo que Dios estaba haciendo. Si nosotros a veces compartimos nuestros sueños prematuramente, hermanos, y con la gente inadecuada, van a querer matar nuestros sueños. Así que cuando tu concibas un sueño, guárdalo por un tiempo en silencio, ora sobre el sueño y cuando Dios te de libertad para comenzar a compartirlo, entonces comienza a compartirlo. Y ten cuidado mientras tanto con quién, asegúrate de que sea gente de visión, que sea gente que entienda los misterios de Dios, que sea gente que crea en esas cosas, porque sino el peligro está en que te maten tu entusiasmo antes de tiempo y que tu comiences a pensar que esos son simplemente creaciones de tu imaginación.

Así que es bien importante que tu permitas que llegue el momento preciso para comenzar a declarar lo que Dios ha puesto en tu vida. Solamente en este tiempo yo me he comenzado a sentir un poquito más libre, como yo decía en la oración esta mañana, para declarar sueños que Dios ha puesto en mi vida cuando yo era pequeñito, y que los he alimentado todos estos años y siento que ya el tiempo se acerca para comenzar a declararlo más claramente, porque yo creo que llega un momento también para comenzar a hablar lo que Dios ha puesto en nuestras vidas. Pero mientras tanto hay que tener mucho cuidado. Uno tiene que ser bien sobrio con los sueños que Dios nos da porque muchas veces, si nos lanzamos también prematuramente en vez de madurar el sueño y asegurarnos de que es de Dios, desprestigiamos en el arte de soñar. A veces mucha gente está diciendo: Oh, Dios me dijo esto, Dios me dijo lo otro, y no es así entonces se abarata ese don tan precioso. Entonces tenemos que tener mucho cuidado cómo cultivamos, cómo declaramos, cuándo hablamos, a quién se lo decimos. Es muy importante que nos movamos en el tiempo de Dios.

Pero otra cosa bien importante es eso, que cuando Dios pone un sueño y tu estás seguro de que es de Dios y llega el momento de tu hablarlo, comienza a declarar el sueño. Comienza a compartirlo porque al tu compartirlo con tu boca, vas a estar profetizando sobre ese sueño y lo vas a estar activando más todavía. Así que también hay que atreverse, cuando es el momento de Dios a comenzar a hablar y a profetizar sobre el sueño.

Otra cosa también acerca de los sueños. Es importante que si Dios ha puesto en ti una visión acerca de algo que Dios quiere que tu hagas, una inquietud, un ministerio, un logro que tu sientes que Dios te quiere llevar, es importante que tu celebres eso y que lo mires y que lo visualices en todos sus detalles y que te veas dentro de ese sueño. A Dios le gusta que nosotros cultivemos y celebremos el sueño. En el Libro de los Hebreos dice que muchos esperaban la ciudad que estaba construida por las manos de Dios y no por manos de hombres. Dice que la saludaron desde lejos y la celebraban desde lejos. Y es importante que nosotros aprendamos, cuando Dios pone una inquietud, un deseo en nuestras vidas que visualicemos esas cosas, que tomemos tiempo para meditar en ello, que saquemos tiempo para escribirlo, desarrollarlo, pensar en ello, para que ese sueño se vaya activando más y más. Yo creo que hay mucha gente que sueña, pero sueña en términos generales, no sueña en términos específicos. Y es importante ponerle de tal sueños que soñamos y es importante también añadirles intensidad a los sueños.



Yo hablaba con los hermanos acerca del sueño de Jabes, en Primera de Corintios, Capítulo 4, versículo 9 en adelante. Jabes concibió un sueño, y fíjese cuando yo hablo de sueño, hermanos, puede ser cualquier cosa. Una joven me decía cuando terminamos el servicio aquí que su sueño es ir a Boston College, una universidad aquí en la ciudad de Boston, muy buena, y para mi eso es algo que Dios ha puesto en ella. Su mamá me dijo ella quiere ir a Boston College. Bueno, ahí hay un sueño y yo le pregunté ¿qué tu estás haciendo para ir hacia ese sueño? Y me di cuenta, que todavía ella necesitaba dar pasos para que el sueño se activara. Pero puede ser algo así, puede ser que Dios haya puesto en ti un sueño de predicar el evangelio o hacer un viaje misionero, como hizo un grupo de hermanos a República Dominicana, este verano, y Dios bendijo ese sueño de una manera extraordinaria. Puede ser que Dios te está llamando ..... un deseo de tener un matrimonio idóneo, un matrimonio bendecido y tu matrimonio ahora está lejos de ser eso, pues toma ese sueño y visualiza, visualiza tu matrimonio, bendecido, visualízate sentada con tu esposo comiendo en un restaurante y buena conversación entre ustedes, risas, intimidades siendo compartidas en ese momento. Visualiza bendiciendo a otros, las discusiones que tienen y las peleas, eliminadas y reemplazadas por un hogar de paz. Y visualiza estas cosas y celébralas y dale gracias al Señor y mantén ese sueño vivo. O puede ser para un joven sueños de éxito financiero y de logros profesionales. Bueno, toma ese sueño y éntralo en tu corazón y pídele a Dios que lo bautice con su aprobación y entonces mantén ahí tu vida, a la luz de ese sueño.

Voy a compartir algo acerca de eso en un momentito más. Pero eso, hermanos es importante que nuestro sueños tengan cuerpo, necesitamos intensificarlos con pasión y con emoción. Jabes concibió un sueño, Primera de Crónicas, Capítulo 4, versículo 9. Vayan allí un momentito.

Dice que “...Jabes fue más ilustre que sus hermanos”. ¿Qué quiere decir eso con que Jabes fue más ilustre que sus hermanos? Yo creo que quiere decir que Jabes fue más noble que sus hermanos, como que Dios le dio una capacidad para soñar algo, para desear algo, tenía un corazón noble y Jabes se atrevió a venir ante Dios y creerle a Dios. Muchos de nosotros hermanos no tenemos suficiente conocimiento de Dios como para creer que El es un Padre amoroso y noble y fiel, que si El nos dice “Pídeme, yo te daré”, no nos atrevemos a pedirle. No hay nobleza en nuestro corazón muchas veces para amar a Dios con el alma, con el espíritu y entonces no sentimos ese llamado de venir ante la presencia de Dios. Jabes tenía un don especial, y dice que fue más ilustre que sus hermanos y hay un detalle importante que dice que su madre llamó a Jabes, le dio un nombre, dice “.... por cuanto lo di a luz en dolor”. El nombre que le dieron a Jabes era un nombre de fracaso, un nombre de que no iba a llegar muy lejos.

Imagínese que a usted le pusieran el nombre Adolorido, ¿no? ¡Qué bonito nombre para usted anunciar su presencia! ¿Cómo te llamas? Oh, me llamo Adolorido. O concebido en dolor. Su mamá le puso ese nombre, Jabes tenía la marca del fracaso en su vida. Jabes no tenía posibilidades de ser un hombre exitoso, pero Jabes concibió eso y miren lo que dice, que “....Jabes invocó al Dios de Israel diciendo: Oh, si me dieras bendición”, y yo les decía a los hermanos esta mañana, que ese “Oh” es lo que nosotros necesitamos cultivar. Necesitamos cultivar un “Oh” que nos salga de lo profundo de las entrañas.

Digan todos “Oh”. Eso es. Es un “Oh” que tiene que salir de lo hondo de la tierra.

Cuando su deseo, cuando su necesidad llega al punto del “Oh”, ahí es donde Dios responde muchas veces, pero mientras sus sueños, son sueños más o menos generales, descuidados, de vez en cuando, Dios no le va generalmente a dar lo que usted necesita. Dios quiere llevar sus sueño a punto de rojo vivo, en que usted desee algo y si usted no lo recibe, se muere.

Como le dijo Ana a su esposo. Su esposo le dijo: “pero, Ana, si yo te quiero”, Ana no podía tener hijos, “pero si tu eres mi favorita, si todo lo que yo tengo es tuyo”. Pero Ana lo que quería era un hijo. Ana quería que sus entrañas fueran estrenadas por un hijo y Ana comenzó a llorar y a aclamar y Dios le dio no solamente un hijo, sino un Samuel y le dio otros hijos. Y Jabes le dijo: “Oh, Señor si me bendijeras, si me dieras bendición” -y mire qué específico fue Jabes- “....si me dieras bendición, si ensancharas mi territorio, si tu mano estuviera conmigo, si me libraras del mal para que no me dañe” –usted ve lo específico que fue Jabes-. Así tiene usted que ser en las peticiones y en los sueños que usted presenta delante del Señor. Usted tiene que ponerle pies y manos a sus sueños, tiene que cultivarlos, tiene que celebrarlos, tiene que echarle agua a esa matita de sus sueños. Es la única manera en que Dios le va a ......... pero Jabes se atrevió a pedirle a Dios su sueño, y ¿qué paso, qué dice la Biblia aquí, qué hizo Dios? Dice: “.... le otorgó Dios lo que pidió”.

Atrévete a soñar, hermano, hermana. Yo creo que muchos de nosotros nos han matado la capacidad para soñar, porque en la niñez no nos bendijeron, nuestros padres, los pobres hicieron lo que pudieron pero no engendraron en nosotros la capacidad para anhelar cosas grandes y creer que nosotros podríamos llegar lejos, y que podíamos hacer cosas grandes en el Señor. No hay nada imposible para un hijo de Dios, hermanos. Yo quisiera plantar en ustedes esa seguridad de que Dios puede hacer cualquier cosa en tu vida, si tu te atreves a concebirlo y te lanzas entonces día a día a echarle un poquito de agua a la matita de tus sueños. Dios quiere darte las naciones, Dios quiere darte tus hijos, Dios quiere darte tu salud, Dios quiere darte la paz del corazón, Dios quiere darte un sueño tranquilo, Dios quiere que la depresión huya de tu vida. Dios quiere que el pesimismo, en derrotismo se salga de tu vida. Dios quiere que las aflicciones que estás confrontando sean vencidas y que tu tengas libertad para volar como el águila. Pero tienes que atreverte a creer en los sueños de Dios y a concebir cosas grandes y entonces a lanzarte en la búsqueda como José creyó su sueño y Dios enseguida desató lo que él necesitaba para que su sueño se hiciera realidad.

Isaías 54. “Ensancha el sitio de tu tienda y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas, no seas escasa, alarga tus cuerdas, refuerza tus estacas porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda y tu descendencia heredará naciones y habitará las ciudades asoladas. Levanta canción, da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto, porque más son los hijos de la desamparada que la casada, ha dicho Jehová.”

Hermanos, Dios está continuamente invitándonos a creer cosas grandes, a creer que El va a hacer cosas maravillosas. “Clama a mi y yo te responderé y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tu no conoces”. Atrévete a creer en los sueños de Dios, sueños en Dios. Y finalmente si tu tienes un sueño, y lo presentas delante del Señor comienza a vivir tu vida a la luz de ese sueño y a tomar decisiones a la luz de ese sueño. Alinea tu vida con ese sueño. Por ejemplo, si una persona me dice a mi, a mi me gustaría llegar a ser el ejecutivo principal de una corporación, un joven me dice eso. Bueno, Gloria a Dios por eso, qué bueno, ese es un sueño precioso. Pero no creas que simplemente porque tu tengas ese sueño, y tu le ores al Señor el sueño como que va a venir mágicamente. Tu tienes que tomar ese sueño, meterlo dentro de tu corazón, presentarlo delante del Señor, orar por él continuamente pero será mejor que tu te pongas a trabajar duramente y a estudiar y a esforzarte para concebir en tu ser la excelencia, la disciplina, las destrezas, el carácter, las relaciones que son necesarias para llegar a esa posición.

Cuando estábamos allá en Israel conocimos a una pareja preciosa del Ecuador. Este hombre estuvo en la alta política en el Ecuador durante un tiempo de su vida, pero tuvo unos grandes trastornos y tuvo inclusive que huir del Ecuador refugiado, como exiliado y pasó un tiempo fuera y volvió a Ecuador, y él siente y ha recibido mucha profecía de parte de muchas personas, que le han dicho que él va a ser presidente del Ecuador en algún momento. Y yo lo creo porque es un hombre muy especial y su esposa, una mujer bellísima, preciosa sierva del Señor, gente muy, muy sólida. Yo creo que podrían ser un día una pareja escogida por Dios para eso, gente que ama al Señor, noble en muchos sentidos, y que tiene unos valores muy sólidos.

Y yo pude compartir con él en el ultimo día ya casi cuando íbamos hacia el hotel donde nos íbamos a quedar antes de partir de regreso y yo hablé con él, y él.....vi, porque él no estaba haciendo nada, sino esperando simplemente en el Señor, que Dios lo iba a levantar y lo iba a llevar a esa posición. Ahora yo le decía, “mira hermano, permíteme, con todo respeto, quiero entrar porque quiero plantar una semilla en ti porque quizás Dios –fui muy cuidadoso, muy cauteloso en decirle, pero- le dije “quizás Dios te está llamando a que tu primero comiences y corras para el Senado o para la Legislatura y que tu vayas creándote un nombre de nuevo. El tiene una fundación filantrópica que él está dirigiendo y que él ha formado para trabajo social. Yo le dije, “mira, ahí está posiblemente la clave, porque al tu darte a conocer como una persona que está haciendo obras de justicia social y otras cosas, tu puedes ir dándote a conocer públicamente y usar eso como un punto de partida. Quizás Dios te quiere usar entonces para que tu aprendas sobre la política, que tu nombre se de a conocer, corre para una legislatura, para un Senado y de ahí entonces Dios te puede tirar a la próxima etapa, y Dios te puede llevar. Y yo creo que Dios te va a llevar a la presidencia, pero comienza por algo intermedio.

Entonces yo creo que es importante que nosotros seamos tan místicos, como hay personas por allí que todo se les va en soñar, en profecías, y en Dios me dijo, y Dios te va a hacer esto y te va a hacer lo otro, pero, hermanos, cuando nosotros concebimos un sueño de Dios tenemos que ponernos a trabajar también. Porque Dios te va a encontrar en el camino, ¿usted entiende? Y Dios va a hacer su parte pero tu tienes que hacer la tuya también. Y tu tienes que usar el entendimiento que Dios te da, la sabiduría, la destreza, las herramientas que Dios te da para ir hacia el sueño. Y tu tienes que estar viviendo toda tu vida con respecto a ese sueño y tienes que ser diligente también para que el sueño se haga realidad.

Miren lo que le pasó a José. José estaba en la cárcel y el copero de faraón y el panadero tuvieron un sueño ¿recuerdan? Y José se lo interpretó porque José tenía ese don de sueño como tenía Daniel también. Y entonces ¿qué les dijo José al panadero y al copero? Les dijo: “cuando ustedes salgan y se cumpla el sueño que yo les he revelado háblenle a faraón de mi. ¿Qué pasó? José fue diligente. Muchos de nosotros no nos atreveríamos a decir eso, pero José dijo: “Hey, Señor, yo les he ayudado así que acuérdense de mi también cuando estén allá afuera”. Fue diligente y eso ayudó para que el sueño se cumpliera. ¿por qué? Cuál fue, de nuevo se me olvida el panadero o el copero que..... el copero, sí, al panadero le cortaron la cabeza, tenía el cesto de panes aquí en la cabeza. Cuando el copero pasó tiempo, el copero se acordó de lo que José le había dicho y del favor que le había hecho, y le dijo a faraón. Ve entonces como la iniciativa del hombre José pidiéndole que se acordara de él cuando saliera, y la iniciativa de Dios que quería llevar a José a la vicepresidencia de Egipto, se encontraron y el sueño quedó realizado. Es muy importante que si tu tienes una visión que tu hagas tu parte para que la visión, el sueño se cumpla.

Hay hermanitos que quieren ser, hablarle a multitudes y predicar el Evangelio como Billy Graham pero cuando llega el momento de inscribirse para una clase de discipulado están demasiado ocupados. ¿usted entiende? Cuando llega el momento de ir a un congreso de mujeres o algo por el estilo, no tienen tiempo, no tienen dinero, se le enfrían los pies, y el sueño se queda inactivo, porque Dios espera que también tu hagas tu parte para que el sueño se realice, se cumpla. Hay que ser diligente. El sueño es simplemente un vehículo que Dios usa, pero Dios quiere que tu también hagas tu parte, así que esfuérzate, sé dinámico. Dios le dio un sueño a Josué, y le dijo “yo te voy a entregar toda la tierra que pisen la plantas de tus pies pero te recuerdo una cosa, mira que te mando que te esfuerces y seas valiente. No temas ni desmayes, yo estaré contigo. Que mi palabra no escasee en tu vida. Ejercítate.”

Es importante que tu, si tu tienes un sueño que Dios ha puesto en tu vida, en tu espíritu, que des pasos de fe y te atrevas a hacer cosas que avancen ese sueño. Tu tienes que vivir mirando, espiando a ver. Yo vivo, hermanos, les digo, Meche lo sabe porque hablamos sobre esto muchas veces, hay sueños en mi vida y yo siempre estoy observando lo que me vida acerca de ese sueño, esa visión que Dios ha puesto, y cuando yo veo algo que ......parece que está avanzando el sueño, yo estoy bien alerta, bien atento y pongo mucha atención a ver si eso es algo que me va a llevar y me va a acercar a la realización de mi sueño, del sueño de Dios en mi vida. Y entonces estoy dispuesto a invertir.

Este viaje que yo dije a Israel, saben porque hace años, muchos de ustedes saben que hace años que yo quería ir a Israel, y siempre ha habido algo que se interfiere y nunca me había activado a ir a Israel, pero cuando vino Juan Carlos y Fanny y otros que fueron a Israel hace poco, y casi me obligan a ir y pusieron mucha presión sobre mi para que yo fuera. Este era el peor de los tiempos para yo ir a Israel, para yo hacer un viaje de 11 días, tantas cosas que hay ahora mismo en la iglesia que están pasando, y tanta responsabilidad que uno tiene. ¿Pero sabe qué? Que yo me puse a escuchar y sentí como que en ese llamado de estos hermanos y en esa presión había algo de Dios que me estaba diciendo: esto te va a llevar más cerca al sueño y es el tiempo.

Y entonces yo dije: bueno, Señor, me voy a tomar un riesgo, no estaba ciento por ciento seguro, pero dije, bueno, quién sabe si Dios tiene algo para mi allí. Y entonces me atreví a dar el paso de dar ese viaje con temores y temblores y cantidad de dudas, pero lo hice, porque yo vivo a la luz del sueño que Dios ha puesto en mi espíritu, y si yo soy pastor hoy y dejé mis ambiciones académicas y todo esto es porque un día cuando Dios me dijo: Te gustaría pastorear esta congregación pequeña, que está apenas comenzando”, yo sentí que decirle sí al Señor me acercaba al sueño que Dios había puesto en mi cuando yo era pequeñito. Y llevo 22 años, 21..... 1884, 21 años trabajando en esta iglesia, pastoreándola, esperando la plena realización del sueño de Dios todavía. 21 años ¿eh? Y cuarenta y pico que Dios me habló cuando niño acerca de algo que yo todavía no discierno completamente bien, qué es lo que Dios tiene entre manos, pero se que hay algo allí que Dios ha puesto en mi espíritu, y yo vivo con eso, pensándolo, meditándolo, preguntándome si es de Dios, si no es de Dios, si es un figmento de imaginación, pero ese sueño anima mi vida. Es como una brújula magnética que me predispone a ciertas cosas y eso es lo que uno tiene que hacer cuando Dios habla a nuestra vida hermanos. Tenemos que creer. Esto no es mi imaginación, esto es de Dios. Y apropiarnos, y entonces comenzamos a interpretar la vida, las circunstancias, los encuentros, los eventos, las oportunidades a la luz del sueño y Dios le va impartiendo más claridad, más precisión al sueño y entonces el sueño va haciéndose más concreto en nuestra vida. Deja que el sueño de Dios llene tu vida. Cultiva la capacidad para soñar. Incuba el sueño en la quietud y en la oración y en el ayuno y Dios te va a llevar como llevó a José al encuentro de ese sueño.

Que el Señor los bendiga. Vamos a bajar nuestras cabezas, ahora e invito a los músicos a pasar aquí un momentito. Los sueños de Dios. Dios quiere una congregación de soñadores despiertos, de visionarios, esa es la palabra de Dios para tu vida. Dios quiere activar sus sueños en nosotros, quiere impregnarnos con una visión fresca. Y cuando Dios da un sueño El se compromete a llevarlo a la realidad, pero trabájalo, edúcalo, instrúyelo, cultívalo y cultívate a ti mismo también para que tengas la capacidad para manejar eso que Dios te quiere dar. Gracias Señor. Te adoramos, Padre. Te bendecimos.

Señor, nosotros creemos en esta tarde que tu palabra va a ser marco en la vida de tus hijos. Esta palabra que tiene la vida tuya, Señor, dentro de ella, y al hablarla, Señor y lanzarla a la sensibilidad de tu pueblo ella se hace realidad. Que tus hijos, Señor sean impregnados en esta tarde por la buena palabra que sale de tu boca. Queremos ser soñadores y visionarios, Señor. Gracias porque todavía tu estás en el asunto de ¿? . recibimos tu revelación, Padre. Gracias Dios. Amén. Amen. Amen.

Vamos a cantar ese coro que dice “...sendas Dios hará donde piensas que no hay”. Tu quizás no sabes cómo el sueño se va a realizar en tu vida, pero Dios lo va a hacer una realidad.

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