21 junio 2009

José

En el libro del Evangelista Mateo, el Capítulo 1, versículos 18 al 25, un relato ejemplar, yo llamo a este texto de Mateo 1:18. El domingo pasado estuvimos mirando el anuncio del ángel Gabriel a María acerca del nacimiento de Jesús. Hoy vamos a analizar el anuncio, la aclaración que le hace un ángel a José, en un sueño y que nos dice muchas cosas acerca de los valores que nosotros debemos abrazar como cristianos en el Reino de Dios.

Mateo 1:18 dice: “... el nacimiento de Jesucristo fue así”, digan todos “así”. “.... estando desposada María, su madre, con José antes que se juntasen, se halló que había concebido el espíritu santo. José, su marido, como era justo y no quería infamarla quiso dejarla secretamente y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María, tu mujer, porque lo que en ella es engendrado del espíritu santo es. Y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor, por medio del profeta cuando dijo: he aquí una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emmanuel, que traducido es “Dios con nosotros”, y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado y recibió a su mujer, pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito y le puso por nombre Jesús.”

Vamos a orar hermanos, pidan que el Señor me bendiga al exponer su palabra en esta tarde, que sea la palabra que Dios quiere para tu vida. Señor, usa este momento, no subestimamos su importancia, es tiempo tuyo en que tu pueblo viene, Padre, y hay unos minutos para ser nosotros impregnados con tu palabra y con tu revelación, queremos aprovecharlos bien, Padre. Ponemos nuestro espíritu en alerta, nuestra mente, Señor, todo nuestro ser para que tu hables lo que tu quieras a nuestras vidas, Señor, pues queremos hacer tu voluntad. Prepara este momento, Padre y dirígelo en el nombre de Jesús lo pedimos. Amen y amen.

Como decía una de las cosas que podemos aprovechar el tiempo navideño para hacer es, recordar los eventos del nacimiento de Jesús, las cosas que acompañaron esa época tan especial. Para que nosotros podamos llenarnos de ese espíritu correcto, para celebrar esta época tan extraordinaria. El mundo celebra la navidad en maneras como ellos quieren, pero nosotros los hijos de Dios queremos capturar el verdadero sentido de esta época. Y el Señor quiere que nosotros celebremos este tiempo conforme a su preferencia y por eso El ha dejado establecido en su palabra estos relatos para que nosotros podamos navegar por ellos y dirigir nuestras acciones y nuestras celebraciones, conforme a su voluntad. Y por eso este texto comienza diciendo “el nacimiento de Jesucristo fue así”, no fue de otra manera. La palabra de Dios es certera, es confiable. Nosotros podemos apostar a ella. Dios quiere compartir con nosotros sus misterios. El quiere que nosotros entendamos que El es un Dios que obra, un Dios de detalles. Dios nos toma en cuenta. El quiere que nosotros sepamos cómo sucedieron las cosas.

Lo primero que yo veo en todo este pasaje que fue algo sobrenatural. Fue alto totalmente dirigido por Dios, de naturaleza divina. Dios irrumpiendo en el mundo para anunciar su propósito, para dejar saber que El estaba todavía actuando entre los hombres. En la navidad, hermanos, el mundo trata de impartirle su propia interpretación a este evento, a esta época navideña. El mundo entra en este tiempo y pues vienen las fiestas, viene el comercialismo, los comerciantes se dan vida en este tiempo metiéndonos todo tipo de juguetes y de cosas para sacarnos todo el dinero. Viene el tiempo de las borracheras y de comer demasiado, etc., etc. y terminar uno desgastado y cansado y deseando ya que vuelvan otra vez los días normales porque estamos pelados, sin un centavo. Dios quiere que nosotros entendamos que navidad es otra cosa. Los hombres hoy en día, lo dijimos el domingo pasado, quieren inclusive sacar todo lo sagrado de la navidad y dejar simplemente una fiesta. Happy Holidays. Le han quitado hasta el ‘Holy days’ y queremos entonces simplemente como extraerles, sorberle su esencia divina, su esencia espiritual. Y Dios dice: no, no es así. Yo vine con un plan, vine con un propósito, actué de cierta manera.

Hermanos, nosotros los cristianos tenemos que aferrarnos a las cosas como Dios las ha determinado. Tenemos que fluir. Los días que Dios ha señalado como los hebreos antiguos, nosotros también tenemos que ser fieles y celebrarlos como Dios quiere. El día de descanso es un día de descanso, por ejemplo, y no es un tiempo solamente para uno solamente quedarse en la casa viendo televisión o comer. No, el día del Señor es para venir a la iglesia, celebrar a Dios, vernos con nuestros hermanos, darle al Señor lo que El se merece. Ese reconocimiento de que ese es su día, de que en un día como ese en la historia del cosmos Dios lo tomó para descansar de sus labores. Y nosotros hacemos lo mismo, y le damos al sábado o el domingo, que es en este caso lo que celebramos, su verdadero significado. Así tiene que ser con la navidad también. Nosotros tenemos que tener siempre el significado preciso de la navidad. Dios quiere que nosotros conozcamos la verdadera versión de la navidad que es su versión, esa es la que nosotros debemos honrar, guardar y practicar siempre.

Y aquí hay unos relatos, unas ideas, unos detalles. Y a mi lo que más me gusta de este pasaje, yo diría, es el carácter de José. Cómo José obra y como él se refleja como un hombre tremendamente ejemplar y comienza con unos detalles. Dice que él estaba desposado con María, la madre de Jesús, y antes de que ellos dos se juntasen, queriendo decir, antes de que ellos entrasen a convivir ya como esposo y esposa. Les recuerdo que el domingo pasado hablamos que en el matrimonio judío había simplemente amistad entre un varón y una mujer y después de eso, si querían entrar en algunos detalles adicionales, tenían que comprometerse. Nada de eso de dating, de tomarse de las manitos, ir al cine. Era eso rápido, vamos a lo que vinimos, si te vas a poner en serio con mi hija, te comprometes y ya, la próxima vez que se vean va a ser allá arriba casándose.

No le dan gracias a Dios ustedes de que las cosas han cambiado un poquito en este tiempo. A veces quizás se han ido demasiado del otro lado ¿verdad? Pero los judíos eran gente bien, bien seria y así era la cosa, usted se comprometía y ya era casi como un casamiento. Era un compromiso firme, ya era una palabra que se había dado ante la comunidad y equivalía casi a un compromiso legal. No había allí nada de que..... bueno, no.... vamos a dejar esto porque ya...... no, era algo bien serio, y la mujer y el hombre suponían que eran fieles ya uno al otro como si hubiera sido un matrimonio.

Entonces dice aquí...... y esta mañana yo compartía con los hermanos del servicio de las 9 que no le había puesto atención a esa expresión. Estando ya desposado, antes de juntarse se halló que había concebido el espíritu santo y José malinterpretó lo que había sucedido. Fíjese eso, ¿qué quiere decir eso que se halló? Si usted se pone a meditar en esa expresión, quiere decir como que se supo, se descubrió, esa es la idea ¿no? Porque quién usa una expresión impersonal, pero lo que sugiere es que como que hubo un poquito de revuelo en el ambiente. Yo no se si fue en el vecindario, si fue en la aldea, si fue en la familia, pero de alguna manera la gente se dio cuenta, alguien se dio cuenta, algunos se dieron cuenta, que María, esta joven que estaba comprometida, que no se suponía estuviera haciendo nada indebido, había quedado encinta. Y eso le llegó a José de alguna manera. Es decir, mire eso por un momentito la angustia que debe haber habido en el seno de la familia de María, en su propio corazón de María, como ciertamente lo hubo en el corazón de José que había pensado que su novia era una mujer leal, idónea, pura, fiel, su carácter impecable, y de momento se encuentra que está encinta. Y hubo definitivamente algún tipo de inquietud seria, hubo, en algún nivel de la vida de esa familia. Y nadie, los que estaban allá en la periferia de todo esto, imagino que comenzaron a hacer su juicio. Yo lo que pienso es, hermanos, lo que costó desde el principio mismo el nacimiento de Jesús. Ya había inquietud. Ya había, como dijera yo, había cierta división.

Y la palabra lo que dice es que el Señor iba a traer división, iba a traer inquietud. Ahora, nosotros sabemos ya, con 2000 años de ventaja y teniendo la Escritura lo que estaba pasando interiormente. Hemos podido leer el final de la película o ver el final de la película. Pero José no sabía esto. María debe haber pasado por una angustia tremenda. Lo que eso me hace pensar es el precio que tuvieron que pagar estos dos personas para que naciera Jesucristo y en realidad las inquietudes que hubo, las preguntas, el cuestionamiento, sin la gente saber que detrás de todo eso quién estaba obrando el espíritu santo, Dios mismo, llevando a cabo un plan que El tenía.

Y yo pensaba esta mañana después de hacer esa reflexión que, qué importante es, hermanos, que en las comunidades, como es por ejemplo esta iglesia León de Judá, que haya sabiduría para uno relacionarse con cosas que uno no está seguro completamente de su significado, cuando hay eventos en la iglesia, situaciones que usted conoce algo de alguien. Usted ve, la iglesia evangélica, por lo general son como una familia, la gente se conoce, se tratan, participan en ministerio junto, se visitan unos a otros, van a la casa a comer unos con los otros, a veces se jalan los moños unos a otros ahí en las situaciones que tienen, y es como una familia. Y a veces pueden pasar cosas que usted las está mirando desde lejos y usted no sabe todos los detalles de por qué está sucediendo.

Hay veces que usted ve que alguien está en crisis, un matrimonio está en crisis, alguien hizo algo indebido. ¡Qué importante es, hermanos, que nosotros seamos muy cuidados en cómo nos relacionamos unos con los otros! Y que le demos espacio a la gente para que se puedan vivir los procesos que a veces vienen a las vidas de las personas, que seamos gente discreta.....¡qué cosa! Algunas personas las chismosas del vecindario imagina que ya estaban por ahí haciendo todo tipo de conjeturas acerca de la pobre María, llamándose por el teléfono, enviándose correos electrónicos. Oye es necesario que oremos por María porque mmmm..., la por y parece que está un poquito gordita, no se qué querrá decir eso, etc., etc. ¿no? Qué importante, hermanos, es que nuestra iglesia, yo les digo eso como su pastor, que nuestra iglesia sea una iglesia discreta, una iglesia donde nosotros no andemos por allí a veces chismoteando, ni metiéndonos más en los asuntos de la gente de lo que debemos. Estemos, como dicen por ahí, juntos pero no revueltos.

Yo creo que las familias que más armonía tienen son las familias que se ven, se tratan bien, se aman y todo, pero, mire ..... si esos dos recién casados están peleando, pues, que tengan su pelea y que se las arreglen para que aprendan a ser pareja, pero no estar ahí metiéndose y hablando y dando y mandando, etc, todo el tiempo. Que en la iglesia por igual, si hay una familia que está pasando una crisis, si hay una persona que ha caído en alguna situación indebida o algo así, mire, entre usted con pies sagrados, con temor y temblor para bendecir, para orar, para guardar discreción, porque usted no sabe lo que Dios puede estar haciendo en una vida y por qué esa vida está pasando por lo que está pasando. Y tenemos que esperar, tenemos que ser humildes y tenemos que amarnos unos a otros para preservar la armonía en una familia como esta. ¿usted entiende? Que nos tratemos bien, que no andemos por allí con chismes, murmuraciones unos de los otros, porque eso destruye las familias, destruye las amistades, destruye.....



Como dice Pablo en un caso, mira quién eres tu para que te metas en la vida del siervo ajeno, para su señor cae o está de pie, dice Pablo. Así que no estés haciendo demasiadas conjeturas porque tu no sabes lo que Dios puede estar trabajando en una vida, con un evento que tu solo vez la primera parte pero no sabes cuál es el final de ella. Y por eso tenemos que ser discretos y hacer un pacto como iglesia de Jesucristo de tratarnos con mucho cuidado, y de saber de cada uno de nosotros es propiedad del Señor y darnos espacio unos a otros para que Dios cumpla los propósitos que El tiene en nuestra vida. Un Santo no se crea de la noche a la mañana, se toma tiempo, y las personas necesitan tiempo y espacio para crecer. Y necesitan una iglesia sabia que les de tiempo para crecer también. Y si rompen un plato aquí y allí, pues, dele gracias y ore por ellos y esté allí dispuesto a ayudarlos en todo lo que pueda. Eso preservará la buena calidad de nuestra vida como iglesia siempre. ¡Qué bueno que José y María tuvieron espacio para resolver su situación en la cual Dios estaba lidiando!

Y a mi me encanta lo que dice acerca de José y su comportamiento y por eso es que yo creo es que ahí podemos ver por qué Dios escogió a María, por su carácter y su belleza espiritual, escogió a este hombre también para que tuviera el privilegio de ser el padre adoptivo de su hijo y darle al Señor Jesús su paternidad. Y es porque José era un hombre de carácter. Dice la palabra que era justo, como era justo. Esa palabra en el griego original es dicaios. Digan todos ‘dicaios’. Dígale a su compañero, José era dicaios. Usted parecerá un experto en el griego original. Dicaios es una palabra en el griego y se usa mucho en el Nuevo Testamento.

Tengo entendido que se usa unas 75 veces. Yo las conté esta mañana. Estoy mintiendo, pero el caso es que esa palabra quiere decir que era un hombre de carácter, era un hombre de un caminar ejemplar, era una persona virtuosa. En el Evangelio esa palabra se usa para una persona así, virtuosa. Se habla también de Simeón que era justo y piadoso. Era una persona que tenía un trato apropiado con los demás. Yo diría era un hombre admirable, lo que quiere decir la palabra. Como era justo y yo diría qué lindo que es eso que Dios escogió tanto a José, un humilde carpintero, como a María, una humilde doncella de una aldea pequeñita. No los escogió porque fueran gente de mucho dinero. No nos dice que María era una mujer de belleza deslumbrante necesariamente. No se nos dice que tuvieran un posición importante, probablemente no la tenían. No, Dios los escogió por su corazón. El profeta Samuel recibió una palabra de Jehová cuando fue a escoger a David y le dijo: Samuel, no mires el atractivo o la apariencia física de los demás hijos de Isaí, porque Dios no mira lo que miran los hombres. Dios mira el corazón.

Hermano, hermana, asegúrate de que tu carácter, tu carácter glorifique a Dios. Miren, es bueno ser ungido, es bueno hablar en lenguas, es bueno recibir profecía, es bueno tener todos los dones, pero si no tenemos carácter cristiano hermanos, no te vistas que no vas. De nada sirve. Lo más importante es tener el carácter de Cristo Jesús en nuestras vidas. Yo le pido al Señor, Padre ayúdame a mi y ayúdanos porque yo se que me falta mucho por crecer y a cada uno de nosotros, pero a poner la mirada en eso. Que Dios forme la persona de Cristo en nosotros, hermanos. Eso es lo que va a garantizar nuestro bienestar. La gente no cae y no son destruidos por falta de unción, muchas veces es por falta de carácter que caemos. Por eso es que Señor ayúdanos a ser gente que refleje los valores del Evangelio y si nosotros ponemos nuestra mirada en eso, en que Dios forme un hombre, una mujer, que la gente pueda decir: mira, yo creo en el Evangelio porque esa persona que está allí refleja a Cristo Jesús. Y no es que pongamos la mirada en la gente. Todos fallamos, pero asimismo si vivimos en una manera inapropiada vamos a desprestigiar el Evangelio de Jesucristo. Y muchas veces la gente va a decir, mira, no puedo creer en tu don porque tu comportamiento es un tropiezo para mi. Es importante que cultivemos las dos cosas. Yo no estoy hablando en contra del don, pero si estoy hablando a favor del carácter.

Y si usted una y otra vez Dios señala el carácter del hombre y de la mujer, por eso Dios escoge a su gente. Cuando el ángel se le aparece a Gedeón, le dice: Dios está contigo, varón esforzado y valiente y aquí señala que José era justo. Y en el caso de Simeón dice que era justo y piadoso. En el caso de Ana dice que pasaba todo el tiempo buscando de Dios y anhelaba ver la consolación de Israel. Ana se debe haber comportado como una mujer recta toda su vida, aunque había enviudado jovencita. Entonces, una y otra vez vemos eso, que los personajes de la Escritura, Dios busca ese corazón fiel al Señor. No busca que sean perfectos, pero si busca que sean gente que sean obedientes al Señor y que estén dispuesto a agradarlo. Entonces dice que como era justo, señalando su carácter, y José es un buen ejemplo para todos nosotros. Señor, haznos hombres y mujeres que la gente pueda decir, esa persona aunque no es perfecta, tiene la justicia de Dios sobre el, tiene el carácter, tiene el caminar de una persona que ha sido tocada por el Señor.

Mire que interesante, dice como era justo y no quería infamarla quiso dejarla secretamente. Ahí me parece como que, si fuera yo quien hubiera estado escribiendo este relato, yo hubiera dicho algo diferente: como era justo cuando supo creyendo que María lo había traicionado, fue inmediatamente al periódico Boston Globe y puso un anuncio diciendo: esta mujer es una sinvergüenza, me ha traicionado, y la avergonzó porque era su derecho hacerlo, porque un hombre justo que es violado de esa manera, pues tiene derecho a vengarse y pagar ojo por ojo y diente por diente. Uno pensaría, o mucha gente piensa que justicia es darle a la gente lo que se merece. ¿saben qué? En el Reino de Dios es diferente. Dios, gracias a El, no nos ha dado lo que nosotros nos merecíamos, ¿saben? Porque si nos mereciéramos algo era el infierno y sin embargo Dios dice, con su gracia, cuando estábamos sumidos en pecado, ¿qué paso?, Cristo murió por nosotros.

Hermanos, la gracia..... dice la Biblia que entre el juicio y la gracia siempre triunfa. Dios es un Dios justo y es un Dios de gracia y es como que Dios tiende como a tener una preferencia, un poquitito se inclina siempre como hacia la gracia, el amor y la misericordia. La gracia triunfa sobre el juicio. Y José siendo un hombre justo e íntegro, pensó más bien, esta muchacha ha metido las patas, y se merece que yo haga algo, pero ¿saben qué? La pobre ya tiene su propio castigo y yo lo que voy a hacer es que me voy a separar y no voy a hacer las cosas peor. Me voy a ir por mi camino y que Dios la ayude a ella. Quiso dejarla secretamente.

Eso me dice mucho también del carácter de José. Era un hombre de misericordia, era un hombre de gracia, era un hombre generoso, era un hombre tolerante y perdonador. Y me imagino que era un hombre que relativamente seguro de si mismo, porque se toma pantalones para usted, en algo así, decir simplemente, mira, mejor me retiro calladamente, y no hacerle daño. ¿Cuántos de nosotros, verdaderamente si lo pensamos, tendríamos ese valor? Haríamos alguna notita aunque sea en algún momento yo me vengo de ella, y usted comienza por ahí a secretear y a decirle a dos o tres o cuatro, pero eso no fue el pensamiento de José. José quiso separarse de ella y dejarla simplemente, bueno, hizo lo que hizo, amen. Allá ella, yo voy a seguir mi vida.

Y eso me recuerda, hermanos, de nuevo lo importante es que nosotros seamos gente de gracia. Yo siempre he dicho, hermano, si tu quieres ser una persona feliz y emocionalmente sana, practica gracia en tu vida. Se una persona generosa, proponte perdonar mucho, ignorar muchas cosas, dejar el agua correr, hacerte de cuenta que no oyes muchas cosas, porque el que se pone a escuchar todo lo que se dice de uno, olvídese que vas a tener enemigos por donde quieras. Es más, el escritor de Eclesiastés dice no estés muy atento a lo que murmuran de ti porque recuerda que tu muchas veces también hiciste lo mismo. Hay que, uno tiene que tolerar mucho, uno tiene que ser paciente, uno tiene que perdonar muchas deudas, uno tiene que ser generoso con las demás personas.

Hace poco de hecho, en dos ocasiones en estos últimos días Meche y yo hemos comentado, en 20 años, hermanos, 21 años de ministerio, mire a ver si no hay muchas ocasiones para tener pugna y conflicto con la gente. Y así ha pasado a través de los años, hemos tenido situaciones de dificultades con personas y esto y lo otro, y siempre para gloria del Señor, Dios nos ha dado la gracia de siempre perdonar, no guardar contiendas con la gente y en estos últimos días hemos tenido ocasión de celebrar tiempos de amistad y de compañerismo con personas que quizás en otro tiempo, no hubiéramos podido tener esa bendición, esa transparencia. Y nos hemos alegrado y al final de esos tiempos hemos dicho: qué bueno que hubo sanidad, que bueno que hubo perdón y hubo tolerancia y dejamos que el Señor arreglara las cosas, porque hoy los vemos con un amor tan grande como si nada hubiera pasado y ellos también a nosotros. ¡qué lindo eso!

Y hermanos, yo creo que así es como uno tiene que vivir la vida. El carácter cristiano es eso, es de perdonar, es de tener gracia uno con los otros. No estar allí como un miserable contando moneditas: me hicieron esto, pues yo le voy a hacer lo otro. No me mandaron tarjeta este año, pues el año que viene no les mando. Me regalaron una cosita ahí barata, pues la próxima vez se lo descuento del otro regalo que le voy a dar. Y vivimos allí continuamente así, el que nos la hace, nos la paga y vivimos criticando a los demás, viendo lo malo en los demás. Vemos siempre el vaso medio vacío en vez de verlo medio lleno. Y yo digo, hermanos, nosotros tenemos que cultivar gracia, tenemos que ser gente generosa con los demás, tenemos que perdonar las ofensas, como dice la palabra del Señor. Así como Dios es tolerante con nosotros, también nosotros tenemos que ser tolerantes con los demás.

Mira, perdona hermano, perdona mucho y sana muchas deudas que la gente te tiene, cancélalas continuamente y ¿saben qué? Dice la Biblia que el que perdona será perdonado, el que tiene misericordia recibirá misericordia. Un día quizás seas tu que vas a necesitar misericordia y como has tenido misericordia la vas a recibir. Hay que tener gracia, hermanos con los demás, en tu matrimonio, ten gracia, con tus hijos, ten gracia, con tus amistades, ten gracia, con las personas que trabajan contigo, ten gracia; en la iglesia, ten gracia con los demás; si te pisan los cayos, búscate unas botas bien duras y fuertes, pero no les des una patada en las canillas. Bendice al que te maldice, dice el Señor, porque ¿saben qué? Tu tienes un padre rico que te va a bendecir y te va a dar. Mientras tu más les des a los demás, más tu vas a recibir. Sabe lo que le permite a uno a veces tener gracia con los demás, es saber que mi Padre me va a bendecir porque yo estoy imitando el carácter de su hijo, y que si yo pierdo un poquito ahora, Dios me lo va a reponer con creces.

Yo no tengo que estarle arrancándole a la gente las cosas de la mano porque mi papá es poderoso para dármelas. Yo no tengo que estar continuamente mirándome las espaldas y peleando yo por mis derechos. Mi Dios es suficiente para conmigo. El Señor, cuando ve a un hombre, a una mujer, de corazón generoso, se le monta encima para bendecirlo y para darle más y lo poquito que pierde enfrente, Dios se lo repone con creces más adelante. Recibe eso, se generoso, no estés dañando la reputación de nadie. No estés haciéndole daño a las personas que te ofenden ni nada por el estilo, sino deja que el Señor te bendiga y que El se encargue de las cosas. ¡ Que bueno que mi hermano José nos dio ejemplo de eso con su esposa María!, y quiso dejarla secretamente. No estuvo publicando las cosas por allí, sino que simplemente quiso hacer lo que tenía que hacer pero que no fuera de daño a su reputación.

Y dice que pensando él en esto, estaba meditando el hombre, aún antes de dejarla secretamente, dice que quiso dejarla secretamente y pensando en esto. Fíjese, el estaba meditando cómo hacer esto y le dio un tiempo a las cosas antes de dispararse y tomar la decisión. Ese momento de pensar, meditar, reflexionar, le abrió un espacio al Señor para que enviara su revelación a su vida y que le mostrara que lo que parecía una tragedia y una maldición, era la bendición más grande que hubiera recibido jamás en su vida. Dios pudo entonces revelarle a José la verdadera naturaleza de lo que estaba pasando en su vida.



Hermanos, cuántas veces hemos estado en situaciones que parecen de maldición, que parece que no hay nada que las pueda redimir y después descubrimos que era el Señor mismo trabajando en nuestra vida para bendecirnos. Por qué es importante que seamos pacientes con el Señor y que esperemos a que El complete sus propósitos y sus trabajos en nuestras vidas. Quizás hace diez años hubo una tragedia en tu vida y tu todavía la estás mirando negativamente y quizás Dios quiere que tu digas: mira, voy a esperar un ratito más para que Dios me muestre verdaderamente qué es lo que tenía en mente.

José esperó, sabe Dios cuantos años, fue vendido por sus hermanos, llevado a Egipto, metido en la cárcel, acusado ilegítimamente y después, años y años después cuando él ve a sus hermanos que lo metieron a él en esclavitud, que los hermanos creen que les va a cortar la cabeza, ahora que es el segundo en mando en Egipto, José les dice: mire señores, no se preocupen. Ustedes quisieron hacerme daño y me metieron en la tragedia más grande de mi vida pero ¿saben qué? Dios usó esto, ahora yo lo veo para preservación de vida, así que yo no les puedo guardar rencor. Esa fue la bendición más grande que me vino a mi vida.

Hermano, quizás tu estás pasando por procesos en tu vida, dale tiempo al Señor para que complete sus procesos. Dios se toma tiempo para llevar las cosas a sus terminaciones. Si algo yo he visto acerca de Dios es que El no está de prisa. A veces yo me impaciento con El porque quisiera ya que me diera lo que me prometió o que resolviera el asunto que yo le pedí o que me contestara la oración que yo le pedí hace años, y Dios se toma su tiempo. El no está de prisa porque El tiene toda la eternidad. El sabe el fin y el principio de la película y El sabe el momento preciso para intervenir. Y es importante que nosotros cultivemos esa mirada a largo plazo. Sabe lo que la palabra que se traduce paciencia en el griego quiere decir ‘ser de larga mecha’, es como cuando usted..... viste en esas películas con un muñequito que hay una bomba bien grande y tiene una mecha larguísima y usted ve el hilito corriendo, nosotros tenemos que ser, tener una mecha larga, antes de explotar, antes de tirar la toalla, antes de desesperarnos, tenemos que darle tiempo al Señor para que El hable en nuestras vida y buscar la oración y así son los procesos humanos. Muchas veces, mira, cuando tu tengas una pugna con alguien o tu creas que alguien te hizo algo indebido o tu veas a alguien haciendo algo indebido, en vez de tu entrar de una vez con un machete o una de esas sierras eléctricas, tipo Tony Krugger, yo no se cómo se llama la película esa, nunca la he visto por si acaso.... pero antes de tu venir a cortar cabeza, hermano, piénsalo, dale tiempo a las cosas.

Yo he aprendido como pastor, mire, yo.... me dicen muchas cosas, yo aprendo muchas cosas, yo veo muchas cosas, pero he aprendido que hay que tomarse tiempo y orar antes de meter mano e intervenir en las cosas, y descubro que cuando yo espero un poquito, ¿saben qué? Dios entonces obra y ya yo no tengo ni siquiera que disparar un tiro. Cuando yo llego ya está todo listo, el gigante lo han descabezado, y yo nada más tengo que pasar por encima de él y seguir mi camino y no tuve que meterme en líos, en problemas ni nada. Yo he aprendido que Dios es real y que por eso tenemos que dar tiempo a las cosas, en nuestros matrimonios, a veces hay que esperar; con nuestros hijos hay que esperar y remitir nuestra causa al Señor, en las peleas sociales, y las pugnas y las cosas, si nosotros quitáramos más nuestra manos y dejáramos que Dios obrara, cuántas cosas Dios podría hacer, además cosas que pensamos que eran ofensas, luego terminan siendo de bendición para nuestras vidas y descubrimos que en vez de tener un enemigo tenemos un aliado más bien, hermanos. Démosle tiempo al Señor.

Y qué bueno que José esperó y en esa espera se le aparece un ángel en sueños y le dice: José no te preocupes, hombre, no tengas miedo de recibir, esa mujer es todo lo que tu pensabas que ella era, y ¿sabes qué?, un poquito más, porque hay en ella un ser santo que ha de nacer que es concebido del espíritu santo. Y tu te has pegado la lotería, van a hablar de ti buenamente a través de todas las generaciones, como estamos haciendo nosotros en el año 2005, para entrar al 2006. Y lo que ella ha concebido es del espíritu santo y te va a nacer un hijo y vas a llamar su nombre Jesús, que quiere decir ‘Dios es salvación’. Así que José pudo entender entonces todo el plan de Dios. Dios le dijo: no te apures José, Yo estoy a cargo de esa situación. Lo que en ella es, es engendrado del espíritu santo, aludiendo a la naturaleza divina de Jesús, lo cual discutimos el domingo pasado, y El salvará a su pueblo de sus pecados.

Dice el versículo 22 que todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta. ¿saben qué? El Señor Jesucristo vivió toda su vida cumpliendo las profecías y aún ya hacia el final de su vida dijo para que se cumpla la profecía. Cuando lo iban a crucificar se acordó de que había una profecía que decía que el hijo de Dios iba a ser contado con los pecadores y de una vez buscó una forma de realizar una profecía, y le dijo a sus discípulos: alguien tiene por allí una espada, no se suponía que cargaran una espada. Era un arma ilegítima para una persona que no fuera soldado. Si, por allí sacaron ellos unos cuchillitos de cocina todo herrumbrosos. Bueno, aquí tenemos un par de espadas todas desvencijadas. Eso es suficiente para que se cumpla la Escrituras de que será contado con los malhechores. Y así el Señor cumplió..... fueron docenas, docenas y docenas de profecías que se cumplieron con la persona de Jesús, y una de ellas era esa profecía de que una virgen iba a dar a luz un hijo y que su nombre sería Emmanuel. Todo lo que estaba pasando cumplimiento de lo que Dios había prometido cientos y cientos de años atrás. Le había prometido a David que tendría un descendiente cuyo reino sería eterno, y ¿saben cuántos años habían pasado desde que Dios le dio esa profecía a David? Más de mil años, más de mil años y los judíos habían estado prediciendo la venida del Mesías y nada se cumplía, pero un día Dios dijo: este es mi tiempo, ahora se cumple lo que Yo he prometido. Y se cumplió al pie de la letra. Exactamente como Dios dijo. Dios cumplió su promesa.

A mi se me ocurre que hoy nosotros estamos esperando la segunda venida del Mesías. ¿Cuántos creen que Cristo vendrá como dice la palabra? Yo creo que así será, y yo creo que, como dice la palabra que vendrá en una nube y todo ojo le verá y los que lo crucificaron tendrán que admitir que ese ciertamente era el hijos de Dios. Creemos que un día el pueblo judío se le van a abrir los ojos y van a entender que ese ser que ellos consideraron criminal, era y es su Mesías prometido. Porque Dios está en el asunto de cumplir su promesa, hermano.

Si Dios te ha dicho algo en tu corazón, tu estás esperando el cumplimiento de una promesa de Dios, no decaigas. Dios es fiel, continua firme, créele al Señor, porque Dios es bueno. El ha dicho por ejemplo serás salvo tu y tu casa. Si tus hijos todavía no se han salvado, créele al Señor porque el Dios que lo prometió, El lo va a cumplir. Dios es fiel. Dios cumple lo que ha prometido. El prometió a sus profetas que vendría un hijo, nacería de la raíz de David, nacería de una virgen, nacería en Belén y se cumplió al pie de la letra, porque Dios es fiel. Para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta. He aquí una virgen concebirá y dará a luz un hijo y llamará su nombre Emmanuel, que traducido es ¿qué? ‘Dios con nosotros’.

Eso es muy importante, hermanos, que en esta época nosotros recordemos algo que puede parecer un detallito, pero que no es un detalle, es bien importante. Jesucristo es Dios. En su nombre ya lo llevaba, así como Jesús quiere decir ‘Dios es salvación’ y Jesús encarnaba en su persona la función salvífica a la humanidad, dice ‘Dios con nosotros’, es decir, Dios mismo vino a habitar entre los hombres. Es pasajes como estos que han llevado a los teólogos a la conclusión, difícil de entender, de que Jesús es Dios mismo, habitando en forma corporal entre los hombres. Y tiene una lógica perfecta cuando miramos en términos de su inmenso valor, que era el único que podía salvar a la humanidad, ningún hombre tenía el valor intrínseco de al dar su vida, poder cubrir todos los pecados de la humanidad, quizás podría cubrir sus propios pecados, pero solamente Dios era lo suficientemente valioso, lo infinitamente valioso para cubrir todos los pecados y la ofensa contra si mismo, tomando forma de siervo. Jesucristo es Dios.

Y el profeta Isaías lo había dicho ya en Isaías, Capítulo 9 versículo 6, dice: porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombre y se llamará su nombre admirable, consejero, ¿qué más?, Dios fuerte. Digan todos ‘Dios fuerte’ y también dice, padre eterno, príncipe de paz. Miren eso: Dios fuerte y Padre eterno. Si Jesucristo hubiera sido creado, ¿saben qué?, no podría ser eterno porque tenía principio. Lo eterno es aquello que no tiene principio ni fin. Usted no le puede encontrar ni el comienzo ni el final, porque si tiene un dato de donde comienza no es eterno. Vive muchísimo tiempo, pero no es eterno. Eternidad es aquello que está afuera del tiempo. Jesucristo no fue creado. El que asumió forma de hombre, Jesús, fue engendrado por el espíritu santo, pero dice la palabra que el Verbo ya existía para con Dios en toda la eternidad. El escritor de Coloseses, el Apóstol Pablo, dice lo mismo también en Coloseses Capítulo 1, dice: El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación porque en El fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, dominios, principados, potestades, todo fue creado por El por medio de El y para El, y El es antes de todas las cosas y todas las cosas en El subsisten. ¿Usted entiende? Ese lenguaje no se usa de un mero hombre o de una criatura exaltada solamente se puede usar para referirse a Dios mismo. Dios con nosotros, Jesucristo es Dios con nosotros, Dios adelgazándose en la forma de un hombre y habitando entre nosotros, y ¿saben qué? Lo maravilloso es que hoy en día no solamente puede habitar en la humanidad, sino que puede habitar en tu corazón, si tu lo recibes como tu salvador personal.

Dice la palabra que si, el Señor dice que si tu abres la puerta Yo entraré y cenaré contigo y tu conmigo. Así de personal es. Nosotros tenemos un Dios que si usted lo compara con el Dios del budismo, del hinduismo de todos esos dioses de las grandes religiones de la humanidad en nuestro Dios, es un Dios personal. Eso es lo que distingue a nuestro Dios, es un Dios que dialoga con los hombres. A Dios le gusta comunicarse. A Dios le gusta que hablemos con El. A Dios le gusta tener compañía con sus criaturas. Dios es un Dios personal, es un Dios gregario, un Dios sociable.

Por eso es que dice: hijo nos es nacido, hijo nos es dado. ¿Entiende? Nos..... ha nacido en el seno de la familia. Celebramos esas criaturas lindísimas aquí, a Gabriel y a Gabriela, esos niños le nacieron a una familia. ¿saben qué? Cristo le nació a la familia humana, a la iglesia de Jesucristo. Nosotros tenemos un Dios personal. Dios con nosotros y por nosotros también.

Una última idea que se ofrece en este pasaje, la encontramos aquí, dice que “despertando José del sueño hizo como el ángel del Señor le había mandado y recibió a su mujer”. José fue obediente. José obedeció y dijo: bueno, voy a poner a un lado mis dudas, voy a recibir a mi esposa. La recibió. José era un hombre obediente como nosotros tenemos que ser obedientes. Recibió a María y dice que no la conoció, es decir, no tuvo relaciones matrimoniales con ella hasta ¿qué? Hasta que tuvo a su hijo primogénito. Un detallito interesante aquí es ese, ¿no?. Dice que no la conoció ‘hasta que’ ¿qué quiere decir eso?, que después gozó de sus privilegios matrimoniales como él bien tenía derecho a disfrutar. Es decir, José esperó, fue obediente al Señor pero cuando ya se cumplió la función misteriosa de María de portar al hijo de Dios, entonces ellos dos entraron en una vida matrimonial común y corriente, sana, dentro de la bendición de Dios en sus vidas. Y años después la gente decía, ¿no es este Jesús, el hijo del carpintero? ¿Y no son sus hermanos fulanito y fulanito, y sus hermanas que también las conocemos? Es decir, hubo otros hijos que nacieron de ese matrimonio, pero esa relación especial de Jesús con su madre, eso no fue tocado en ningún momento, sino que María portó ese engendramiento sagrado de Dios y salió este ser maravilloso que nosotros llamamos Jesús y que celebramos en este día. El nacimiento de nuestro Señor Jesucristo fue así, hermanos, y nosotros celebramos eso. Amen. Le damos gloria al Señor de que Dios se tomó la molestia de enseñarnos cómo el hijo de Dios vino al mundo. Y qué bello es saber que gente muy especial, seres humanos extraordinariamente admirables fueron parte de ese drama.

Dios hubiera podido, no se, quizás crearse algo por si mismo, simplemente aparecer aquí en paracaídas en el mundo, pero no lo hizo así. Quiso enseñarnos que El cuando obra con la humanidad, obra en intimidad con ellos y se hizo y se metió en el vientre de una mujer y lo maravilloso es que Cristo ha experimentado todo lo que nosotros experimentamos, hermanos, la soledad, el frío, el hambre, el abandono de los demás, la tentación, y todo eso lo bateó de jonrón fuera del campo. Santo, perfectamente santo. Caminó sobre la tierra y se impuso sobre la muerte, la enfermedad, los demonios, las tormentas, la naturaleza y mantuvo un record impecable y perfecto y por eso hoy El puede ser tu salvador, mi salvador. Esa es la navidad, hermanos, eso es lo que nosotros celebramos en esta tarde. Gloria a Dios. Amen. Somos un pueblo bendecido. Somos un pueblo especial porque Cristo ha venido a nuestros corazones. Amen.

Vamos a bajar nuestras cabezas un segundito, y yo quiero asegurarme de que todos los que estamos aquí hemos recibido a ese Señor ejemplar. Amen. Y si ya lo has hecho, Gloria a Dios. Vamos a correr ahora por aquí, vamos a peinar esta congregación, vamos a asegurarnos de que nadie se vaya de aquí sin tener ocasión de expresar su amor y su lealtad por Cristo Jesús, y yo quiero invitarte, mi hermano, mi hermana, si nos visitas en esta tarde, y si nunca tu has dado ese paso de apropiarte para ti mismo de ese relato navideño de Jesús, el hijo de Dios, salvador del mundo, el redentor de la humanidad, y tu quieres decir: Señor, yo quiero que tu seas mi redentor, que tu seas mi salvador. Si no lo has hecho antes, yo quiero darte una oportunidad en esta tarde para que lo hagas. Qué día más idóneo para hacerlo que el día de navidad en que Cristo puede nacer en tu corazón. Si no lo has hecho antes y quieres levantar tu mano en esta tarde, yo quisiera orar por ti antes de que te vayas. ¿Habrá alguien que no lo haya hecho antes, puede ser en el balcón, puede ser por aquí? Veo una mano que se levanta allí detrás. Amen. Amen. ¿Habrá alguien más? Vamos a peinar esto con un peine bien finito. Allí detrás también este joven levanta su mano. Vamos a asegurarnos de que todos los que estén aquí tengan ocasión..... amen, Dios te bendiga joven, allí..... tengan ocasión de decir: Señor, yo quiero que tu entres a mi corazón. ¿Habrá alguien más quizás una jovencita, un jovencito por allí que quiera invitar a Jesús a entrar a su vida? hay una mano allí que se levanta. Gloria a Dios. Amen. Amen.

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