Nunca te ha tocado lidiar con gente que es perezosa? Capaz que alguna vez le pediste algo a alguien y te dijo que si y no lo hizo, o lo que es peor aun, te dijo directamente que no lo haría.
Yo conozco gente que rechaza un beneficio económico por el solo hecho de no ir a hacer cola para cobrarlo.
Hoy en día muchas cosas son las que encontramos en el mundo.
Para muchos el trabajar es solo pasar un tiempo fuera de la casa, y encima te pagan por eso. He visto muchos empleados decir, “a mi me pagan por trabajar, no para ser educado” y cosas parecidas.
En este día que festejan cosas del mundo, yo quiero hablar de la forma en que Dios quiere que nosotros consigamos el dinero. El sueño de muchos es volverse repentinamente ricos, ganando la lotería o recibiendo una herencia inesperada. Sin embargo, la Biblia declara claramente: "La herencia de fácil comienzo no tendrá un final feliz." (Proverbios 20:21)
Te pusiste a pensar cuál es el camino de la verdadera prosperidad? Esta es una palabra que tiene un solo significado y le dan 50.000 usos. Fíjense que se puede interpretar como Bienestar (con que relacionamos bienestar?), o también se puede decir Bonanza y no me refiero a la serie de televisión.
El camino a la verdadera prosperidad económica, la prosperidad que Dios desea para nosotros, no empieza con oro caído del cielo; más bien, ese camino se encuentra en los campos del trabajo. Dios quiere cambiar nuestra perspectiva acerca del trabajo.
Pero, ¿será que el trabajo esalgo bueno? Sí, claro que sí.
Dios creó el trabajo como una parte íntegra de la vida humana. No debemos de verlo como algo que tenemos que hacer sólo para sobrevivir, sino más bien como algo bueno, de origen divino. Aunque el trabajo, como todo aspecto de la vida humana, ha sido afectado por el pecado, Dios quiere que su pueblo rescate el valor del trabajo.
Ahora veamos esto:
Leamos las palabras de Jesús en Juan 5:17-18:
5:17 Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.
5:18 Por esto los judíos aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios.
Acá vemos que:
Dios declara la dignidad del trabajo
Jesús hace esta declaración para defender su obra de sanar en día sábado. Los judíos entendieron que, al hacer esta declaración, El se hacía igual a su Padre celestial. Este verso es uno de los muchos que demuestran que Jesús sabía que El era Dios.
Pero presten atención a lo que El dice.
El declara que su Padre, Dios, trabaja, y que El también trabaja.
Quisiera hacerte una pregunta pero que Vos te des para Vos la respuesta, permiso: cuando te imaginas a Dios, ¿cómo te lo imaginás?
Vos que están leyendo y yo, sabemos de sobra que no debemos de hacernos imágenes de Dios, y es imposible representarlo físicamente. El es Espíritu, no carne como nosotros.
Sin embargo, y soy reiterativo: si nos imagináramos a Dios, quizás lo veríamos sentado en su trono celestial, con los ángeles atendiendo cada uno de sus más mínimos antojos. Algunos se lo imaginarán casi jubilado, con todo bajo control, simplemente dando órdenes.
No quiero imaginar como te lo debes estar imaginando.
Ahora, quiero toda tu atención a lo que voy a decir, porque es muy importante.
En eso que nos imaginamos, hay algo de verdad; es cierto que Dios está completamente en control de todo, y que El reina. Los ángeles están a sus órdenes. Sin embargo, El es Dios; ninguna idea humana lo alcanza a captar. Y si sacamos la conclusión de que Dios simplemente está descansando todo el tiempo, estamos equivocados. Aquí Jesús nos dice que Dios trabaja.
Ante esta frase, no quedan dudas, verdad. Si Dios lo hace, tiene que ser algo bueno, ¿no es cierto? Dios no hace cosas malas, ni mucho menos innecesarias. Por eso, cuando nosotros trabajamos bien, estamos imitando a Dios.
De hecho, esto forma parte del plan de Dios para nosotros.
Se los voy a demostrar:
Vamos a Génesis 2:15: "Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase".
Cuando Dios creó al hombre, el propósito que el tenía tanto para el hombre, como para la humanidad fue que trabajara. El trabajo no es una maldición; no es un castigo. El trabajo es algo bueno, algo que Dios hizo para nosotros.
Lo que quiere decir esto, y lo que yo les quiero decir con esto, es que es completamente errónea la idea de que seríamos felices si simplemente pudiéramos quedarnos en casa todo el día viendo la televisión.
Esto no es algo que me enorgullezca, pero te aclaro que te lo afirmo por que yo hice eso en mi pasado.
¿Me estás entendiendo? ¡La gente y muchos Hermanos deben quitarse esa idea de la cabeza! Y también debemos enseñar a nuestra familia, a nuestros hijos que el trabajo es algo bueno.
Hay que tener mucha cautela y cuidado con la forma en que hablamos a otros del trabajo. Si tenes una expresión parecida a esta: "Ay, otro día de trabajo. ¿Por qué no puedo descansar otro rato?", ellos van a tomar para sí, tu actitud hacia el trabajo. Van a pensar que es algo malo, algo para esquivar. Van a pensar que la vida sólo sirve para divertirse.
Pero la sabiduría que mana del Evangelio nos enseña que Dios mismo trabaja, que El nos creó para trabajar y que El es quien premia nuestro trabajo.
Veamos Colosenses 3:22-24:
3:22 SierVos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios.
3:23 Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;
3:24 sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.
Pablo aquí le está hablando a los sirvientes. Todos nosotros somos sirvientes, (en cierta forma), de nuestros empleadores. Estas palabras son para nosotros también.
¿Qué nos dice?
¿Nos dice que trabajemos nada más cuando el jefe nos está mirando?
¿Nos dice que saquemos sólo el trabajo necesario para que no nos corran?
Todo lo contrario, nos dice que recordemos que Dios nos está mirando, y que El es quien recompensará nuestro esfuerzo. Cuando Vos estés en el trabajo, recordá que Dios te está viendo. ¿Quieres que te vea con gusto, y que te dé una recompensa por tu buen esfuerzo?
Alguien dijo: "Siempre me gusta dar el 100% en el trabajo. Doy el 12% el lunes, el 23% el martes, el 40% el miércoles, el 20% el jueves y el 5% el viernes."
Esto es lo que Dios nos pide? No, para nada. El declara valioso el trabajo: tan valioso que El mismo lo hace, tan valioso que El nos creó para trabajar, tan valioso que El nos dará nuestra recompensa.
Ahora veamos 1 Tesalonicenses 4:10-12:
4:10 y también lo hacéis así con todos los hermanos que están por toda Macedonia. Pero os rogamos, hermanos, que abundéis en ello más y más;
4:11 y que procuréis tener tranquilidad, y ocuparos en vuestros negocios, y trabajar con vuestras manos de la manera que os hemos mandado,
4:12 a fin de que os conduzcáis honradamente para con los de afuera, y no tengáis necesidad de nada.
No se Ustedes, pero a mi me queda muy claro que Dios dice que el trabajo es parte de nuestro testimonio.
Que fuerte este versículo:"que tengáis por vuestra ambición el llevar una vida tranquila, y os ocupéis en vuestros propios asuntos y trabajéis con vuestras manos, tal como os hemos mandado."
¿Cuál es tu ambición? ¿Tener dinero? ¿Ya no tener que trabajar?
Dios te dice que ambiciones una vida tranquila, donde trabajas con tus manos.
¿a pregunta que te debes hacer es para qué?
Y la respuesta es clara: para que puedas dar un buen testimonio de tu fe.
Dice el verso 12: "para que por su modo de vivir se ganen el respeto de los que no son creyentes." Los creyentes en Cristo debemos de tener fama de ser buenos trabajadores, para que los demás se den cuenta.
Ahora, una pregunta personal: en tu lugar de trabajo, ¿qué dicen de Vos? ¿Das testimonio con tu dedicación al trabajo de ser un seguidor de Cristo? Dios te dice que tu forma de trabajar es parte de tu testimonio ante el mundo que te observa.
Sumemos mas fundamentos, fijate lo que dice 2 Tesalonicenses 3:10: "Porque también cuando estábamos con Vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma."
Prestemos atención Hermanos. Estamos ante la presencia de un principio básico para la Iglesia: el que no quiera trabajar, que no coma.
Es importante que nos quede muy claro que aquí no habla del que no puede trabajar, sino el que no quiere trabajar.
La persona que no puede trabajar, sea porque no encuentra trabajo o porque tiene limitaciones de otra índole, debe recibir ayuda compasiva.
En cambio, la persona que no quiere trabajar debe de ser motivada por el hambre. Hay una referencia mas que interesante en el trasfondo de este pasaje. En la iglesia de Tesalónica, había mucha duda y mucha fascinación con la segunda venida de Cristo. En las dos cartas que Pablo les escribió, él tuvo que aclarar ciertas dudas que ellos tuvieron acerca de este tema.
Parece ser que había en la congregación varias personas que habían dejado de trabajar, porque decían que Cristo iba a regresar en cualquier momento, así que ¿para qué trabajar?
Tan fácilmente podemos encontrar pretextos que parecen ser muy espirituales para convertirnos en tibios y perezosos.
Frente a esto, Pablo responde: ¡No! El que no quiera trabajar, que no coma.
Hoy en día vivimos también con la expectativa de que Cristo va a regresar, y cuando miro las cosas que suceden en este mundo, creo que será pronto. Sin embargo, mientras esperamos su venida, tenemos que trabajar con nuestras manos y prepararnos para el futuro, porque no sabemos cuándo vendrá El.
El trabajo es parte de nuestro testimonio, y debemos de dar un buen ejemplo con él.
Presta atención a lo que dice Efesios 4:28: "El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad." En Efeso, aun las personas de muy baja clase se estaban convirtiendo a Cristo. Algunos de ellos antes se habían dedicado a robar para sostenerse, pero ahora estaban aprendiendo un nuevo camino de vida en Cristo Jesús. Pablo les dice que ya no roben, sino que se pongan a trabajar.
Pero esto no es sólo para poder vivir honestamente; es para poder tener qué compartir con los demás.
Yo me pregunto y te pregunto: ¿cuántos de nosotros vemos el trabajo como una fuente de generosidad? Me imagino que pocos los hacen. Sin embargo, es un gozo poder compartir con otros. Es un gozo poder ayudar a un hermano que tiene necesidad. Es un gozo poder apoyar a los misioneros.
En otras palabras, que nos está diciendo este versículo?
Nos dice que Dios dispone el trabajo como fuente de generosidad
Ese gran gozo se hace posible en la medida en que nosotros vemos nuestro trabajo, no sólo como una forma de sostenernos a nosotros mismos y a nuestra familia, sino también como una fuente de generosidad. Si tienes la oportunidad de ganar un poco extra, ¿qué piensas hacer con ese dinero? ¿Lo piensas compartir con otros? ¿O sólo piensas en lo que puedes comprar con él? El trabajo te permite compartir y ayudar.
Para finalizar, les hago esta pregunta:
Alguien observó una vez que Dios da a las aves su alimento, pero no se lo hecha al nido. Nosotros también tenemos que trabajar para poder vivir. Pero para los que somos creyentes, el trabajo es mucho más que simple sustento.
• El trabajo tiene gran dignidad, porque Dios lo hace.
• El trabajo es parte del testimonio que le damos al mundo.
• El trabajo es una fuente de generosidad.
Te quiero invitar ahora a que consideres tu propia actitud hacia el trabajo. ¿Cómo lo ves? En estos momentos de decisión, te invito a comprometerte con Dios en ver tu trabajo como El lo ve.
Permíteme, que en este día, mientras todos festejan, yo te quiero invitar para que Vos y yo hagamos una oración
Padre en el nombre de Jesucristo tu hijo amado y por el poder de tu palabra que dice: Y TODO CUANTO PIDAN EN MI NOMBRE (en el nombre de JESUCRISTO) LO HARÉ, PARA QUE EL PADRE SEA GLORIFICADO EN EL HIJO . Por lo tanto recibo respuesta a esta Oración, recibo liberación poderosa y bendición en la economía de tus hijos en esta hora, todo impedimento y obstrucción del enemigo es quitado, destruido, arrancado y desecho en el nombre de Jesucristo.
Dios Todopoderoso, Dios de maravillas señales y prodigios, Dios Jireh, Nuestro Proveedor, en esta hora Levántate y sean esparcidos los enemigos de las finanzas de tus hijos, en el nombre de Jesucristo y por el poder de la sangre de Cristo, la ruina, la miseria, la escasez, la derrota retroceden de la vidas de tu pueblo, de tus hijos, de los que temen a tu nombre, de aquellos que han consagrado sus vidas a ti. La ruina, escasez, miseria y derrota, No tienen parte, ni suerte con tus hijos, porque EL ORO Y LA PLATA SON TUYOS. En esta hora le arrebato el botín al tirano, al enemigo que ha venido a robar y apropiarse de las finanzas de tus hijos, en el nombre de Jesucristo le ordenamos que devuelva todo lo que ha robado, porque ciertamente, con toda seguridad, sin duda alguna y con toda certeza: El botín le será arrebatado al tirano, y el cautivo será rescatado.
Isaías 49:25.
Pero así dice Jehová: Ciertamente el cautivo será rescatado del valiente, y el botín será arrebatado al tirano; y tu pleito yo lo defenderé, y yo salvaré a tus hijos.
Restituye a tus hijos siete veces lo que el enemigo ha robado por el poder de tu palabra como dice en Proverbios 6:31
Pero si es sorprendido, pagará siete veces; Entregará todo el haber de su casa.
Te bendigo para que comas tu pan con gozo, y tomes de la dulce miel con alegre corazón; porque tus obras ya son agradables a Dios. El Dios eterno te permita gozar de tu hermosa familia, del hombre o la mujer a quien amas, todos los días de tu vida y de tu leve caminar ya que te son dados para que los disfrutes; porque esta es tu parte en la vida, y en tu trabajo por el cual te afanas debajo del sol. Toda cosa buena, gloriosa, de gran valor y que te ayudan a tu formación, hazlo según tus fuerzas; porque cuando tus ojos se cierren y llegues al último camino de tu vida, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría. Pido a Dios que te permita mirar debajo del sol, para que entiendas que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor; sino que tiempo y ocasión acontecen a todos. Dios te visite de manera sobrenatural con nuevas fuerzas, para que soportes con honor y altura el día malo cuando de repente como los peces que son presos en la mala red, y como las aves que se enredan en lazo, así son enlazados los hijos de los hombres en el tiempo malo, cuando cae de repente sobre ellos, pido a Dios que te socorra e implante en ti las estrategia de Job usó en el día malo y resistió todo ese mal que llegó a su tienda.
Hermano querido, que tengas un buen día. En el nombre de Jesús. Amen y Amen
01 mayo 2015
El por que tenemos que trabajar y como hacerlo
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Soy FRIAS Antonio Vicente - Capellán y Pastor Evangelico
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